ALCORAC  
  Salvador Navarro  

 

Dirigida a las Escuelas de:

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                                                                                                         Circular nº 9  , año V I

                                                                                                         Llubí, 1º Septiembre de 2.000

Viene de la Circular de Agosto de 2.000

          Así como el océano es afectado por la influencia lunar, si pudieras traer de regreso esa fuerza etérica, te sorprenderías: un gran néctar se revelará en tí. Puedes embriagarte sin ninguna bebida o droga.

          La Luna puede afectar lo más profundo de tu ser. Ella te trae frescor y tranquilidad, pues es una energía femenina. Así cuando abrazas a una mujer o a un hombre que amas, de repente, nace en tí una gran calma y quietud, exactamente igual sucede cuando la energía lunar retorna hacia ti.

          La Luna es el principio femenino, así como el Sol es el principio masculino. La Luna es yin, y el Sol es yang. La Luna puede ser tu madre. Necesitas aprender el secreto de como traer su energía a tu interior.

          Existen métodos secretos para obtener la energía de la Luna y del Sol. La adoración del Sol nació a partir de una determinada técnica; surgieron grandes templos solares. El Templo del Sol de Karnak fue una expresión de gratitud al Sol. No era un culto, sino una ciencia: como obtener la energía yang. Es particularmente bueno para las mujeres obtener energía del Sol en ellas, pues así su yang oculto, dormido, se vuelve activo, y es bueno para el hombre obtener energía lunar, pues su principio femenino adormecido se volverá vivo. Es bueno para una mujer ser adoradora del Sol y para el hombre ser adorador de la Luna.

          Pero el culto no debe ser solamente ritual, sino que necesita un método.

          “Cuando la luz es hecha para moverse en círculo, todas las energías del cielo y de la tierra, de la luz y de la oscuridad, son cristalizadas”.

          Luz y oscuridad simbolizan: hombre-mujer, leve-pesado, vida-muerte, movimiento-reposo. Todas esas cosas son representadas por la luz y la oscuridad.

          En resumen: si la energía puede moverse en círculo, en poco tiempo no sabrás quién eres, si hombre o mujer. La extroversión es el principio del yang, y la introversión del yin. El hombre es naturalmente extrovertido y la mujer naturalmente introvertida. Aún haciendo el acto sexual, el hombre quiere tener sus ojos abiertos, quiere ver. Por eso existe la posibilidad de la pornografía. Ninguna mujer está interesada generalmente en películas o revistas pornográficas, porque no ve nada en ellas. Ella es introvertida, porque su energía se mueve interiormente.

          Mas la energía necesita moverse en un círculo, pues caso contrario permanece en un hombre o en una mujer. Y ambos son la mitad del mismo entero. Por eso existe la atracción y la necesidad del otro. El día que seas capaz de mover tu energía en círculo, no necesitarás de otra mujer, ni de otro hombre, porque tanto tu hombre como tu mujer interior se funden. Serás entero; y ser entero es ser sagrado.

          “Cuando la luz se hace para moverse en círculo, todas las energías del cielo y de la tierra, de la luz y la oscuridad, son cristalizadas”.

          Generalmente tú eres sólo fragmentos, una multitud; tienes muchos “yoes”. Todos ellos luchando, compitiendo uno con otro, para dominar. Esta es la miseria del hombre. Una parte de tu ser dice: “Haz esto”, mientras la otra dice: “No” y una tercera dice: “Haz aquello”.

          Sea cual sea la parte que sigas, te arrepentirás, pues las otras partes que no están de acuerdo con esa situación crearán problemas. Continuarán insistiendo en que estás equivocado, que la otra tentativa hubiera sido mejor. Pero, si hubieras dado oído a esa parte, las otras se vengarían de igual manera.

          El hombre nunca está satisfecho, porque es una multitud. Si fuera uno, la satisfacción vendría por sí misma. Siendo muchos, la inconformidad es natural. Cuando somos varios, estamos en constantes conflictos. Siendo uno, regresamos a nuestro hogar.

          A esto los espiritualistas le llaman cristalización. Y el método para alcanzarla consiste en hacer que la luz se mueva en círculo, para que ni el yin ni el yang estén separados.

          La luz necesita moverse exactamente del mismo modo que una respiración, inhalando y exhalando. Intenta imaginar a una persona que exhala solamente; no sería capaz de vivir. Exactamente eso es lo que ocurre con nuestra alma. Está muerta porque o inhalamos o exhalamos luz, y necesitamos ser un círculo, un solo proceso. Respirar profundamente y exhalar ampliamente.

          Así como la respiración es necesaria a la vida del cuerpo, la consciencia es necesaria al alma. Así la consciencia no será dejada en su mitad. La mujer necesita aprender como ser un hombre y el hombre necesita aprender como ser también mujer. Y cuando ambos se encuentren equilibrados, totalmente armonizados, eso es cristalización, individualización; el alma nace.

          “Cuando se comienza a aplicar esta magia . . .”

          Sí, es una magia, porque sus efectos son increíbles.

          “Cuando se comienza a aplicar esta magia es, como si en el centro de tu ser, hubiese un no-ser”.

          A eso es lo que llamamos “agujero negro”. Es como si fuese rodeado por tu ser; pero tú eres una isla del no-ser. De la nada: un agujero negro. Los árboles están vivos, las estrellas están vivas, los pájaros están vivos, la tierra está viva, el Sol y la Luna están vivos, todas las cosas están vivas, pero tú eres un agujero negro, muerto. En el vasto océano del ser, eres un no-ser. Esta es la situación.

          “Cuando en el transcurso del tiempo el trabajo se completa y más allá del cuerpo hay otro cuerpo, es como si, en el centro del no-ser, hubiese un ser”.

          Entonces todo cambia. Te vuelves tan integrado, tan cristalizado, que todos los soles y lunas, árboles y pájaros, parecerán no-ser.

          Imagina a un Maestro; él tiene ser, toda la existencia se vuelve pálida cuando se compara con él. Tiene vida, vida eterna, vida abundante. Toda la existencia es pobre, él es rico. Él es el emperador y toda la existencia es un mendigo.

          Cuando este círculo de luz se torna estable en tí, cristalizado, comenzarás a sentir otro cuerpo dentro del tuyo.

          Este cuerpo en el que vives está hecho de polvo, el otro cuerpo está hecho de Dios. Este cuerpo posee forma, el otro cuerpo no. Este cuerpo es denso, el otro cuerpo es sutil. Este cuerpo morirá, el otro cuerpo no conoce la muerte. Este cuerpo es parte del tiempo, el otro es parte de la eternidad. Cuando nace este segundo cuerpo, sólo puede nacer como tú aprendas a respirar y expirar la luz . . . De la misma manera como respiras el aire. Porque ese segundo cuerpo, es un cuerpo de luz. . . Este es el cuerpo de oscuridad, forma parte de la tierra, de la gravitación. Es pesado. El otro cuerpo va hacia arriba, es parte de la gracia, es luz en ambos sentidos de la palabra. Puedes volar.

          Es por esa razón que los Maestros dicen “volar sin alas”. Todo el cielo, el infinito, son accesibles para ti.

          “ . . . como si, en el centro del no-ser, hubiese un ser. Sólo después de un intenso trabajo de cien días, la luz será auténtica”.

          Al principio la luz parecerá fruto de la imaginación, y necesita ser imaginada. Después de algún tiempo, después de cien días . . . Depende de la intensidad de tu trabajo; cien días es un tiempo determinado. Si tu trabajo es totalmente intenso, este tiempo bastará, pues caso contrario serán necesarios cien años o cien vidas, no se sabe. Depende de la intensidad. Si tu ser estuviere totalmente entregado a él, empeñado en su consecución, dispuesto a arriesgarlo todo por él, entonces en cien días la luz será auténtica. Pero, en el principio, será imaginación.

          La imaginación no es errónea; lo es cuando se usa contra la realidad, cuando se vuelve una barrera. La imaginación no es errónea cuando coopera con la realidad, porque entonces ella es una bendición. Al principio la sentirás como imaginaria; basta mirarte en el espejo para sentir, “esto es imaginación . . . la imagen mirando para mí”. Al principio lo es, pero luego descubrirás que no lo era, sino que estabas girando la llave la cerradura de la realidad.

          Al principio, si tocas un árbol con mucho amor, sabiendo que él no puede responder, y sientes alguna reacción por parte del árbol, pensarás que es imaginación. No lo es; el árbol reacciona, pero te llevará un tiempo reconocer esta verdad. Cuando estás amando, el árbol responde con amor, porque el amor siempre tiene más amor como respuesta. Y si no es así, entonces tu amor no es un buen amor, esa es la razón; alguna otra cosa está enmascarada de amor.

          . . . solamente entonces ella se transforma en fuego del espíritu”.

          Después del esfuerzo intenso durante cien días, será auténtico fuego espiritual. Primero es una luz difusa; sentirás que es muy débil. A veces está, y otras no la ves; es opaca y frágil. Pero, al poco tiempo se va centrando. Será un polo de luz.

          “Entonces, repentinamente, se abre ahí la perla de la simiente”.

          Exactamente, en el propio foco de luz, está la perla, la semilla.

          “Es como si un hombre y una mujer se abrazan y ocurriese una concepción”.

          Y es exactamente así: el hombre y la mujer interior se abrazan. Es una especie de relación sexual interna. La parte masculina y la femenina hacen el amor entre sí, se unen. Y no hay necesidad de que puedan separarse.

          Como en la mujer o el hombre externo necesitamos separarnos, en este caso es muy desagradable. Con la mujer o el hombre exterior lo necesitamos, caso contrario podría llegar a ser repulsivo. Con el hombre o la mujer interior, no hay necesidad de separación.

          Un Maestro vive en una constante fusión: la mujer y el hombre interior están permanentemente unidos. Cuando Jesús dice a Nicodemos, “a menos que nazcas de nuevo . . .” eso es lo que él quiere decir. No sé lo que dicen los católicos ni me preocupa, pero esto es lo que Jesús quiere decir. Este es el nacimiento real. Nacer dos veces: darse luz a sí mismo. Cuando el hombre exterior se une con la mujer exterior, se genera una nueva criatura, hay una reproducción. Cuando el hombre interior se une a la mujer interior, se genera un nuevo Ser, pero tú eres los padres y el hijo. El auténtico misterio de la Trinidad. Una nueva vida se inicia en tí, la vida de un Maestro, la vida de la inmortalidad.

          “Entonces se debe permanecer completamente en silencio y esperar”.

          Cuando esa concepción se hace sentir en tu ser interno, cuando sientes que el hombre interior penetra en la mujer interior y que la mujer está embarazada, ya no hay otra cosa que hacer más que esperar. Así como una mujer espera durante nueve meses con gran alegría y esperanzas, tú esperas. Nada más tienes que hacer; la parte que tenía que ser hecha ha terminado.

          La parte masculina es acción. Hacer circular la luz es la parte masculina. Una vez que la concepción ocurre y la mujer interior está grávida, entonces la parte masculina no necesita actuar más tiempo, puede descansar. De ahí en adelante, todo crecerá por sí mismo.

          La meditación es la primera parte, queda ahora la oración. Es por eso que te digo que sin meditación nunca sabrás lo que es la oración. Ella es la forma más elevada de la meditación. Es como una fragancia, y la meditación como una flor. Se necesita ir a través de las meditaciones. Y estar grávido es ser devoto porque todo el trabajo acabó. Se ha terminado el esfuerzo. A esto los maestros llaman: “inacción a través de la acción”.

          Tú habrás realizado algunas experiencias para mover tu luz en círculo, y después de algún tiempo e intenso esfuerzo, tuviste éxito, algo se cristalizó en tí. Si continúas, tu hombre o mujer interior no estarán separados nunca más, serán una, y el nuevo Ser llegará. Ahora sólo se necesita esperar. Esperar con esperanza, confiando. Esto es oración.

          “Durante la primera transformación, el brillo de la luz es un acto determinante”.

          Es lo que te avisará de que ese alumbramiento ocurre. Comenzarás a brillar con un brillo interior. Siempre que cierres los ojos no verás oscuridad sino esplendor. Y no sólo tú lo verás sino aquellos que te aman, verán un aura a tu alrededor.

          ¿Cómo sabes que una mujer está embarazada? ¿No ves cierta aura a su alrededor? ¿No ves una luz saliendo de sus ojos, de su propio ser? Cuando estás cargando a Dios dentro de tí, es exactamente la misma cosa, pero en un plano más elevado. Tú verás el brillo. Siempre que cierres los ojos, verás tu luz interior, tu luz sin fuente, originándose en el aquí y en el ahora, una luz tranquila, semejante a la luz de la Luna, pero encantadora, mágica.

          Y aquellos que te aman y se encuentran cerca de tí, también comenzarán a sentirla. Es por eso que nosotros diseñamos un aura alrededor de la cabeza en las pinturas de los santos; ella no es accesible a todo el mundo. Si hubieras conocido a Jesucristo habrías visto su aura, pero sus discípulos la vieron. Las personas que lo crucificaron segurante no pudieron verla, porque estaban ciegos, cerrados.

          Estos secretos son solamente accesibles a los amantes. Son de tal manera íntimos que no pueden ser conocidos por cualquiera. Son para aquellos que están unidos, que se aproximan cada vez más, para los que están abiertos al amor.

          “Durante la primera transformación, el brillo de la luz es determinante. En el mundo físico, es el Sol; en el hombre, el ojo”.

          Y cuando el brillo interno comienza a crecer en tí, los ojos se vuelven radiantes, parecen embriagados. Hay en los ojos una danza, una luz sutil, una cualidad totalmente diferente. Ahora los ojos ven las cosas y las comparte. Ya no hacen divisiones, sino que comparte a través de los ojos.

          Cuando amo a una persona le pido que me mire. Quiero mirar en sus ojos, que los míos penetren profundamente en los suyos, tener ahí un contacto, porque entre ellos está oculto el tercero. Si esta unión se realiza, y eso no es más que una milésima de segundo, pues el tiempo no es necesario, yo sé que he llegado hasta la persona amada. Si no fuese así, espero que algún día suceda. Con esa esperanza sigo amando. Pero es sólo una esperanza; ella se puede realizar o no, dependerá de mil cosas.

          “Esa energía se dirige hacia fuera y fluye hacia abajo”.

          Generalmente, la energía que viene de los ojos fluye hacia fuera. “Hacia fuera” y “hacia abajo”, son aquí sinónimos.

          “Por esa razón el Camino depende del método de fluir en sentido inverso”.

          Generalmente, la energía va hacia fuera y hacia abajo. Necesitas traerla hacia tí y hacia dentro, y aquí “hacia dentro” es sinónimo de “hacia arriba”. Una vez que comience a regresar y nos volvamos un círculo de energía, quedarás sorprendido: una nueva dimensión se abre; comienzas a moverte hacia arriba. Tu vida deja de ser horizontal, y toma una nueva ruta, la vertical.

          Dios existe en la vertical. No entrarás en contacto con Él en este mundo; no es que no esté aquí, pero a menos que te muevas verticalmente, no entrarás en contacto con Él. Así como un ciego no puede ver la luz, el hombre horizontal no puede ver a Dios.

          Muchos dicen: “Si demuestras que llevas a Dios en tí, tendremos fe”. ¿Cómo puedo yo mostrarte a Dios? ¿Cómo puedo mostrar la luz a un ciego a menos que él esté preparado para hacer un tratamiento y permitir que sus ojos sean abiertos?

          Yo tendré que cambiar su modo de vida horizontal rumbo a la vertical. Esto significa por encima de todo ser espiritual, un modo de ser vertical. Y una vez que la luz comienza a moverse, la luz se va abriendo paso en la consciencia.

          Todo esto son símbolos, no hay ninguna luz dentro de tí, sino una plenitud luminosa y su brillo.

          Recuerda: la circulación de la luz no es solamente una fantasía. Al principio parece serlo, tendrás que ser paciente, luego será un hecho. Puedo decirte que, desde el principio ella es, pero como nunca has estado en contacto con ella, te parece una fantasía.

          “Concentrándote en los pensamientos, se puede volar”,

          Deseo es el nombre para la energía que se mueve hacia abajo. “Para fuera” y “pensamiento” es el símbolo de la energía moviéndose interiormente. De esa manera, no interpretes mal. Por “pensamiento”  estoy significando la energía del pensamiento purificada del deseo. Si se encuentra en ese estado, entonces no tienes necesidad de salir, porque sólo vas hacia fuera cuando estás deseando alguna cosa. Deseas una casa, dinero, poder, un hombre, una mujer, entonces vas hacia fuera. Si no hay deseo, el pensamiento no tiene ninguna necesidad de salir; se vuelve hacia dentro, en un giro de ciento ochenta grados. Por eso es la insistencia de los maestros en no desear.

          “Cuando un discípulo dedica poca atención a sus pensamientos y mucha a sus deseos, penetra en el camino de la inmersión material”.

          “Solamente a través de la contemplación y de la tranquilidad puede surgir la verdadera intuición: por eso, el método de fluir en sentido inverso se hace necesario”.

          El pensamiento necesita purificarse de deseos. Cuando es así, se transforma en el no-pensamiento. La mente sin deseos es una no-mente. Es lo que llamo cristalización o equilibrio entre lo que está fuera y lo que tienes dentro. Y ninguna energía se pierde; ella va para el mundo y regresa, como un pájaro que vuela por la mañana en dirección al cielo y por la tarde regresa al nido para descansar.

          Permite cada vez más que tus energías regresen al nido. No permitas que ellas se vayan para siempre sin retornar. Si haces lo correcto, serás poderoso interiormente. Solamente ese poder hace que la intuición comience a funcionar. A través de ese poder, nace el fuego del espíritu; el verdadero polo de la luz. Por medio de ese poder, se desarrolla la perla de la semilla.

          “Es como si un hombre y una mujer se abrazaran y ocurriese una concepción. Entonces se debe permanecer completamente en silencio y esperar”.

          La meditación está completa y comienza la oración. Llegar hasta la meditación hasta la oración es todo el trabajo espiritual.

REALIDAD Y ETERNIDAD

          La mente vive de ilusiones y eso es ser miserable, porque ellas no pueden ser realizadas. Cuando alcanzas aquello que esperabas, la ilusión desaparece, y vuelves a la desesperación. A pesar de ese desespero, tendrás esperanzas de nuevo.

          La esperanza es un esfuerzo para mantenerse de alguna manera vivo. Creas nuevamente la ilusión y así todo el juego continúa. Por ese motivo creamos ilusiones. De la ilusión al desespero y vuelta a la ilusión. No hay ninguna energía para entusiasmarnos. Estamos en una tensión constante entre el desespero y la esperanza. La vida es una tensión entre lo que es y lo que debería ser.

          El deseo es una manera de huir del momento presente. El deseo crea futuro y te lleva lejos. El deseo te mantiene emparedado, no permite que veas la realidad, que está aquí y ahora.

          La alegría significa el abandono de todo ese viaje y estar presente aquí. Cuando el deseo desaparece, el humo se disipa, y queda la llama del ser. Esa llama es tu alegría.

          La alegría no tiene ninguna causa. Es simplemente porque somos. Estamos hecho de una materia llamada alegría. Ese es nuestro estado natural: ser alegres. Tan natural como los árboles florecer, los pájaros trinar, o los ríos fluir hacia el océano. No tiene nada que ver con los deseos o tus realizaciones, con tus esperanzas. Para que la alegría llene lo más profundo de tu ser, tendrás que abandonarlo todo y entender la futilidad de tus esfuerzos.

          Cuando estás totalmente desilusionado, no creas más ilusiones. La desilusión nace muchas veces en la vida de todo el mundo, pero por causa de ella, seguimos creando nuevas ilusiones. No podemos vivir sin ellas, es un hábito de muchas vidas. No podemos vivir en la realidad tal como ella es, porque queremos que sea algo más. Mas la realidad no tiene obligación con nadie de cambiarse a sí misma. Y es bueno que ella no se preocupe con tus deseos, de otra manera habría un caos porque hay muchas personas deseando.

          La realidad permanece tal como ella es, completamente despreocupada por lo que deseamos. Pero una vez estés completamente desilusionado, que no vayas a crear ninguna ilusión más, aceptando la desilusión, ella comenzará a desaparecer, porque sólo puede existir cuando hay una sombra de esperanza; no puede vivir por sí misma. Nadie puede estar desesperado, si no hubiese una sombra de ilusión. Es tan imposible como ver una sombra caminando. Porque la sombra no puede caminar sola. Entonces un nuevo ser, vigoroso, una resurrección, una alegría surge en tí.

          La realidad es natural. La rosa es una rosa, la piedra es una piedra, el mar es un mar. La realidad es completamente natural. Yo soy un hombre común. ¿Cuál es la diferencia entre tú y yo? La siguiente: yo me alegro por mi mediocridad, tú no. Esta es la diferencia. Yo me siento completamente feliz tal como soy; tú no. Yo soy un ser, tú eres un venir a ser. No es que yo sea especial y tu una persona común; eso es absurdo. Pertenecemos a la misma realidad. Yo soy totalmente común. Pero la diferencia es que yo estoy contento por eso. No tengo rencor, ninguna queja, no estoy intentando ser lo que no soy. Me acepto interiormente, no deseo cambiar nada. En esta relajación, la alegría comienza a manifestarse para mí.

          Las personas tienen prejuicios por lo común. Yo tengo un respeto, porque lo común es lo real. Dios es la cosa más común de la vida, tiene que ser. ¿Cómo puede ser especial? ¿En comparación con qué, o con quién? Él es tan común como la rosa, el águila, los árboles, las nubes . . .

          Las personas buscan maestros a fin de convertirse en especiales, a causa del deseo de sus egos. La propia búsqueda es un viaje del ego. De esa manera, un día serás un desilusionado. Esa era tu ilusión.

          Mi trabajo consiste en que abandones todos estos estúpidos esfuerzos para ser especial. Goza la realidad tal como ella es y donde quiera que te encuentres, seas quien seas, disfrútalo. A esto le llamo oración, ser religioso, celebrar el propio ser. Esto es una dádiva de Dios. Ser es todo lo que debes hacer. Sólo ser, ese es el milagro supremo.

          No crees más ilusiones. Permanece desilusionado. Será una especie de muerte, porque siempre has vivido a través de las ilusiones. Ese ha sido tu alimento. Te vas a sentir como si murieses. Muere. Y con esa muerte una nueva vida nacerá en tí, resucitarás. Permite que esa muerte sea total. No mueras parcialmente, sino totalmente, enteramente. Y una nueva vida surgirá, una vida que no habías conocido pero que siempre estuvo dentro de tí, pero no estabas dispuesto a verla.

          Muchos intentan ser algo más, maquillarse. Pero esas son falsificaciones. Nadie puede ser algo más de lo que es. No hay manera de que una rosa sea un lirio. Permítete ser tu mismo y será una alegría, no habrá posibilidad de miseria.

          ¿Cuál es la diferencia entre Alejandro el Magno y Jesús? Que el primero quiere ser especial, poseer el mundo entero, ser único. ¿Y Jesús? Quiere ser simplemente él mismo. No tiene necesidad de conquistar ni de hacer largos viajes. No tiene futuro. No pide tiempo. Lo que él es ya lo es. Pero, para Alejandro, ni millones de vidas serían suficientes para satisfacerlo. Nunca llegará a una conclusión. Es un círculo vicioso. Se frustará siempre y por esa causa creará ilusiones mayores, más fuertes.

          Repito, es como una droga. Si tomas cualquier estupefaciente, más tarde o temprano te acostumbrarás. Entonces necesitarás mayores cantidades, dosis más fuertes. Las pequeñas ilusiones no te bastarán, sino que necesitas otras mayores.

          Así es como las personas enloquecen. Un loco es aquel cuyas ilusiones se dirigen totalmente para lo opuesto de la realidad. Ahora vive dentro de sus ilusiones, no hay un solo intervalo en los cuales pueda ver la realidad tal como ella es. Es un loco. En otras personas la locura puede ser menor, pero está presente. La diferencia es de grado, de cantidad, pero no de cualidad. A menos que estés dispuesto a relajar tu propio ser, no estarás nunca sano.

EL AMOR Y LA ESPIRITUALIDAD

          Amor y consciencia es la forma más elevada de la polaridad; así como hombre-mujer, vida-muerte, oscuridad-luz, verano-invierno, exterior-interior, cuerpo-alma, creador-creación. Amor y consciencia es la forma más elevada de polaridad, la última, en la cual hay una trascendencia.

          El amor necesita dos elementos. Es una relación, un ir hacia fuera de la energía. Hay un objeto: el amado. El objeto es más importante que uno mismo. La alegría está en el objeto. Si tu amada o amado es feliz, tú lo eres; ahora formas parte del objeto. Hay una especie de dependencia, y el otro es necesario. Sin la otra persona, te sentirás solitario.

          La consciencia consiste en ser uno mismo en total soledad, despierto. No es un relacionamiento, el otro no es imprescindible. No es un ir hacia fuera, sino hacia dentro.

          El amor es el movimiento de la luz fuera de tu ser. La consciencia es el movimiento contrario, el de la luz hacia dentro, en dirección a la fuente. A esto Jesús le llama arrepentimiento, pero en el sentido de volver al origen, regresar a casa o volverse hacia sí mismo; completar el círculo. Este movimiento es posible si te mueves hacia adelante. Necesitas amar, relacionarte a fin de volver a tí mismo. Esto parece una paradoja.

          El niño necesita perderse en el mundo para volver nuevamente a transformarse en una criatura. La inocencia precisa participar de todo el tumulto de la astucia y del cáclulo para ser de nuevo realmente inocente. Un niño es inocente, pero es ignorante. Un santo es también inocente, pero su inocencia no es la de la ignorancia, sino de la experiencia, de la madurez, de la naturalidad. Él es nuevamente inocente, pero este “nuevamente” tiene gran importancia, porque esa inocencia ya no puede ser perturbada. El niño puede ser molestado siempre: cada Adán necesita dejar el Jardín del Edén, el mundo de la inocencia. Necesita entrar en el mundo, porque sólo ahí será maduro, aprenderá, verá en contraste la belleza de la inocencia, comprenderá el esplendor de la inocencia. El día que aprendas la belleza de la inocencia, serás consciente de ella, volverás a casa.

          Adán no puede ser un Cristo si no deja el Paraíso. Adán significa movimiento hacia fuera, Cristo camina hacia dentro. Adán significa amor, Cristo es consciencia. El círculo está completo. La diferencia entre uno y otro es solamente de dirección. Adán es el Cristo potencial y Cristo es el Adán consciente.

          El amor es muy esencial. Es perderse a sí mismo para ganarse en otra dimensión. El amor es la única posibilidad de perderse totalmente. Cuando estés perdido, serás capaz de recordar lo que eres.

          Es como un pez que siempre vivió en el mar. Nunca será consciente del océano. Necesita ser pescado en una red, que un pescador lo saque, y lo arroje a la orilla. En la playa, con el sol caliente, recordará por primera vez. Aunque hubiera vivido años en el mar, estaba ciego, inconsciente. Ahora la sed, el calor, hace que todos sus sentidos estén en regresar al agua. Se esfuerza totalmente para saltar e iniciar el camino de vuelta.

          Este es el estado de todo el que busca: sediento en retornar a la fuente original. Y si este pez pudiera entrar nuevamente en el océano, no podrías imaginar la alegría. Ahora hay posibilidad de contento y aceptación.

          El amor es necesario para el crecimiento espiritual. Además, el amor funciona como un espejo. Es difícil conocerse a sí mismo, a menos que veas tu cara en los ojos de la persona que te ama. Así como necesitas mirarte en el espejo para ver tu rostro físico, necesitas mirarte en el espejo del amor para ver tu rostro espiritual. El amor es un espejo espiritual. Te alimenta, completa, te prepara para tu viaje interior, te hace recordar tu cara original.

          En momentos de profundo amor hay una visión fugaz del rostro original, aunque nazca como reflejo. Así como en una noche de Luna llena la ves reflejada en el mar rumoroso, así el amor funciona. La Luna reflejada es el inicio del camino hacia la Luna real. Si nunca has visto la Luna reflejada, nunca buscarás la Luna real. Irás muchas veces a la playa en busca de la Luna, nadarás y te sumergerás en las aguas muchas veces, pero saldrás con las manos vacías; no la encontrás allí.

          Entonces, un día, pensarás que tal vez esa Luna sea un reflejo. Es un gran momento. Mirarás hacia arriba. ¿Dónde estará si este es su reflejo? Si es un espejo tendrás que mirar en dirección opuesta. Lo real debe estar por encima. Por primera vez miras hacia el cielo y el camino comienza.

          El amor fortalece tus vislumbres de meditación, reflejos de la Luna en el mar, aunque no son reales. Así el amor nunca te podrá satisfacer. En verdad, el amor te hará cada vez más insatisfecho, descontento. El amor te hará cada vez más consciente de aquello que es posible, pero no te lo traerá. Te frustará; y sólo en una profunda frustración, habrá posibilidad de retornar a tu propio ser. Sólo los amantes conocen la alegría de la meditación. Los que nunca amaron y nunca se frustaron en el amor, los que nunca se sumergieron en el mar del amor en busca de la Luna, nunca mirarán para la verdadera Luna en el cielo.

          La persona que ama está preparada para ser religiosa. Pero quien no ama, nunca lo será. Las personas obcecadas por el dinero, nunca serán religiosas. Será difícil por diversas razones. El dinero puede ser poseído, es fácil, más difícil es poseer un amante, casi imposible. ¿Cómo se puede poseer a una persona viva? Ella resistirá de todos los modos. Nadie quiere perder su libertad.

          El amor no es tan valioso como la libertad. El amor tiene un gran valor, pero no es superior al de la libertad. Así, podemos gozar del ser amado, pero a nadie le agrada estar encarcelado por el amor. Por eso, siempre llega la frustración. Cuanto más intentas poseer, más imposible es el amor, y cada vez más se aparta de tí la otra persona. Cuanto menos poseas, más cerca te sentirás del otro. Si no posees de ningún modo, habrá amor.

          En primer lugar, el esfuerzo en poseer una persona está siempre para fallar: en esa frustración serás arrojado hacia atrás. Si aprendiste a no poseer, sabrás que la libertad es un valor mucho más importante que el amor. La libertad te conducirá hacia tí mismo, ella será tu consciencia, tu meditación.

          La libertad es otro aspecto de la meditación. O comienzas por la libertad que te hará consciente, o comienzas por la consciencia que te hará libre. Ellas están siempre juntas. El amor es una especie de esclavitud sutil, pero es una experiencia esencial para la madurez.

          El amor te hace real; de otro modo serás una fantasía, un sueño sin substancia. El amor te da existencia, integridad. Pero es la mitad del camino; la otra mitad se completa en la meditación, por la consciencia. Pero el amor te prepara para alcanzar la otra mitad. El amor es el inicio y la consciencia es el fin. Entre las dos llegas a Dios. Entre el amor y la consciencia, entre esas dos riberas, fluye el río del ser. No huyas del amor. Camina a través de él, con todos su sufrimientos. Si, hiere, pero si amas no importa. En verdad, esas heridas te fortalecen. A veces hiere de manera terrible, pero es necesario para desafiarte, para que no duermas. Todas las situaciones peligrosas son necesarias para que estés despierto. El amor prepara la tierra, y en el suelo del amor la semilla de la meditación puede crecer.

          Los que huyen del mundo por miedo, nunca alcanzarán la meditación. Se pueden sentar en las iglesias o conventos durante muchas vidas, pero no alcanzarán nada. No lo merecen. Primero. hay que merecerlo, preparar el suelo. Y nada más que el amor puede abonar este campo.

          Por eso recuerda: nunca pierdas la oportunidad de vivir, de estar vivo, de ser responsable, de comprometerte. No seas cobarde. Enfréntate a la vida, vete a su encuentro. Y un día, algo dentro de tí cristalizará.  Pero necesitas merecerlo. Déjame repetirte: en la vida no hay nada gratuitamente. Necesitas pagar, y cuanto mayor es el precio, más obtendrás por él. Si puedes arriesgar tu vida por el amor, enorme será su resultado. El amor te enviará de vuelta a tí mismo, te dará reflejos de meditación.

          Un orgasmo en el amor es la primera experiencia de éxtasis. Te hará más sediento. Ahora sabes que es posible, que las cosas del mundo no te pueden satisfacer. Lo sagrado entró en tí, alcanzó tu corazón. Dios ha tocado en tu corazón y tú lo has sentido. Ahora deseas vivir siempre este momento, desearás que ese instante sea parte de tu vida entera.

                                                  EL NÚMERO SEIS

          Seis es 4 más 2, esto es, el mundo del hombre (4) con la enemistad del hombre contra Dios (2) introducida en él; o bien es 5 más uno, la gracia de Dios inutilizada por la adición del hombre a ella o perversión de ella; o bien 7 menos 1, esto es, el no alcanzar la perfección espiritual por parte del hombre. En todo caso, por tanto, tiene que ver con el hombre, es el número de la imperfección; el número humano.

          Lo cierto es que el hombre fue creado en el sexto día, y que por ello tiene el número seis estampado sobre él. Además, se designaron seis días para su trabajo; mientras que un día está asociado en soberanía con Dios, como Su reposo.

          Seis, por ello, es también el número del trabajo, de la obra de Dios como aparte de y distinta del reposo de Dios. Por ser la finalización de la Creación, el número tiene la significación de plenitud.

          La serpiente fue creada también en el sexto día.

          El sexto mandamiento se relaciona con el peor pecado: el asesinato.

          Seis es el número que marca todo aquello que se relaciona con el trabajo humano. Lo vemos estampado sobre las mediciones que emplea en su trabajo, y sobre el tiempo durante el que trabaja.

          El número seis marca las mediciones de la Gran Pirámide, cuya unidad era la pulgada y sus múltiplos sexagesimales. El primer múltiplo es el pie, 12 pulgadas (2 x 6); y los múltiplos después de éste son 18 ( 3 x 6), 24 (4 x 6); y los múltiplos después de éste son 18 (3 x 6), 24 ( 4 x 6), 30 (5 x 6) y 36 ( 6 x 6) = la yarda.

          Correspondiéndose con estas mediciones tenemos la primera división de las duraciones del tiempo que miden el trabajo y el reposo del hombre: el día consiste en 24 horas divididos en días y noches de 12 horas cada uno. Los múltiplos y subdivisiones están también marcados por el número seis. Los meses son doce, mientras que la hora consiste de 60 minutos y los minutos de 60 segundos.

          La base de la Gran Pirámide muestra que la pulgada unidad se obtuvo mediante una división del perímetro original, de 36.000 pulgadas, o 1.000 yardas.

          Los descendientes de Caín son dados sólo hasta la sexta generación.

          Cuando se divide doce (el número de la perfección gubernativa), indica perfección en gobierno y administración. El trono de Salomón tenía seis gradas, y su reino pronto quedó dividido. Los 12 panes de la Proposición se dividían en dos partes de seis.

          Las seis intercesiones de Abraham por Sodoma, marcan la imperfección del hombre en la oración.

          Seis veces fue acusado Jesús de tener demonio. En Mateo 12:24 y Marcos 3:22. En Juan 17:20, 8:48, 8:52 y Lucas 11:15.

          Esto es significativo. La enemistad del hombre contra Jesús está así marcada con el número del hombre.

 

 

 

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