ALCORAC

SALVADOR NAVARRO

 

                             

Dirigida a la Escuela de:

                    Mallorca

                    Las Palmas

                                                                                  

                                                                                   Circular nº 8 , año XII

                                                                                   Bunyola, 1º de Agosto de 2.006.

VIDA DE SAN PABLO.-

Al ser transferido para Cesaria, entra Pablo en contacto con una serie de personalidades que despiertan nuestro interés.

Félix, como también su hermano Palas, era griego “liberto”, esto es manumitido de Antonia, madre del emperador Claudio. Palas fue primero ministro del Imperio y tuvo un gran prestigio bajo el reinado de dicho César y todavía, durante algún tiempo, bajo el gobierno de Nerón. Por su intercesión Félix hizo una respetable carrera política, sin que se ennobleciera su alma de esclavo. De él dice el historiador Tácito que era cruel y sensual, manejando con servilismo los derechos del Imperio. A veces perseguía bandidos, otras hacía causa común con ellos para vengarse de sus detractores, entre ellos un Sumo Sacerdote que le reprochaba sus extorsiones injustas. Pero el prestigio del omnipotente hermano le garantizaba total impunidad.

Suetonio llama a Félix, “esposo de tres reinas”. Casó en primer matrimonio con una nieta de Antonio y Cleopatra. Durante el tiempo que Pablo se encontró con él vivía el Gobernador con Drusila, hija del rey Herodes Agripa I. Era una mujer de 16 o 17 años. Félix, ayudado por las artes siniestras de Simón el Mago, de Chipre, consiguió alejar el alma de Drusila de su legítimo esposo, Aziz, rey de Emesa.

Era esta la famosa pareja ante la cual comparece Pablo y con la cual tuvo que mantener tan ingratas relaciones durante dos años.

Aparece en los “Hechos de los apóstoles”, dos personajes más de la familia de Herodes Agripa I: su hijo Agripa II y su hija Berenice. Ésta gozaba de gran fama en Oriente, como mujer de extraordinaria belleza – una especie de Lucrecia Borgia. Joven y viuda, se entregó a una serie de aventuras amorosas, yendo a parar finalmente en la casa de su hermano Agripa II. Las malas lenguas decían cosas poco edificantes de la amistad de los dos hermanos. Después de la destrucción de Jerusalén, Berenice mantuvo relaciones amorosas con el general romano Tito, el cual antes de conquistar la metrópolis judía fue conquistado por esa mujer. Elevado al trono de los Césares, el nuevo Emperador encontró conveniente poner término al escándalo con su amante, la cual a partir de ese tiempo desaparece en la oscuridad del anonimato, al paso que su hermana Drusila, como refiere Flavio Josefa, pereció con su hijo bajo la lava del Vesubio en la erupción catastrófica del año 79 d.C.

Se hallaba Pablo rodeado por los viejos muros de la fortaleza que tantos horrores había presenciado en los últimos decenios. Por esos tétricos corredores deambuló muchas horas muertas el viejo tirano Herodes el Grande, clamando por el alma de su querida Mariana, que había asesinado en una hora de celos feroces. En torno de esas murallas habían llorado y gemido los judíos, cuando Calígula decidió profanar el templo de Jerusalén levantando una estatua de su persona.

“Pasado cinco días, vino el Sumo Sacerdotes Ananías, con algunos de los ancianos y un abogado, de nombre Tertulio, a fin de presentar queja contra Pablo ante el Gobernador”.

Lucas, asistió a este primer interrogatorio, en el interior de la fortaleza, y es admirable la descripción de las escenas que se desarrollaron a continuación. Tuvo hasta el cuidado de conservarnos el nombre del abogado romano que los judíos habían nombrado: se llamaba Tertulio, que quiere decir “el pequeño tres”. Había sido esclavo y todavía llevaba en el cuerpo la marca de su antiguo dueño, el número “3”, razón por la que, en vista de su pequeña estatura, fue llamado “el pequeño tres” (Tertulio). Es delicioso admirar a través del diario de Lucas, cómo ese abogado provinciano, apenas abre la boca, se revela como un principiante en Derecho y procura suplir, con la más descarada bajeza e insolente postura al reo, las lagunas de su saber y de su pericia profesional, decoró algunas frases retumbantes de oratoria forense, juzgándose a la altura de su misión.

“Fue, pues, citado Pablo y Tertulio comenzó a formular sus acusaciones, diciendo:

Excelentísimo Félix. Gracias a ti gozamos de mucha paz y por tu providencia este pueblo de debe no pocas mejoras. Es por lo que, con profunda gratitud, lo reconocemos siempre y en todas partes.

Entretanto y para no robarte más tiempo, te ruego que por unos momentos nos prestes tu benévola atención”. (Hechos 24: 3-4).

Como se ve, hasta aquí, eran lugares comunes, religiosamente copiados de algún autor o copiado de algún colega. Mientras tanto, el Sumo Sacerdote y los ancianos, conocedores de los hechos, debieron haber sonreídos a escondidas cuando el infeliz jurista, después del inicio, salió con mentiras de tal calibre, que ni el propio Gobernador, con toda su vanidad y ambición, podía admitir; a saber, que la paz social era un logro de Félix, el cual según testimonio unánime, (como afirma el orador), era un eximio benefactor de Palestina, cuando en realidad era objeto del odio de todos, autor del bandidaje y de una escandalosa incuria en la gestión de los negocios públicos, hasta tal punto que dos años después, Nerón puso término al descalabro gubernamental de Félix, destituyéndolo del cargo. Tal era la realidad. Pero convenía a Tertulio matar la verdad con mentiras y adulaciones.

No menos infeliz que la introducción fue el cuerpo del discurso, cuando en vez de probar la existencia de algún delito, sorprendió a los oyentes con esta invectiva:

“Hallamos que este hombre es una peste, un agitador entre todos los judíos del mundo y uno de los principales caudillos de la secta de los nazarenos”.

Como se ve, el “pequeño tres” había adornado horriblemente lo que le dijeron sus patrocinadores, los cuales al no estar lejos de la tribuna le “soplaban” solícitamente, cuando al orador le fallaba la memoria.

Después de estas dos meteduras de pata, perpetró el novel abogado una tercera, peor que las otras, desprestigiando puerilmente a la autoridad romana:

“Intentó profanar el Templo, por lo que fue prendido y queríamos juzgarlo según nuestra ley, cuando intervino el comandante Lisias y nos lo arrebató a viva fuerza, ordenando que los acusadores comparecieran ante tu presencia”.

Por otra, quien procede mal es Lisias, comandante de la guarnición militar; debía haber dejado a Pablo en poder de los judíos para que estos lo juzgasen según su ley, pues quede el señor Gobernador sabiendo que los judíos también tienen una ley, y no solamente los romanos . . .

El Sumo Sacerdote y sus amigos debieron sufrir de sudor frío durante ese discurso y Pablo haber sonreído compasivamente de ese buen muchacho que no tenía nivel para ser abogado.

Afortunadamente, el Gobernador comprendió la situación, y después de algunos minutos hizo señal a Tertulio para que terminara su arenga. Sería tiempo perdido escuchar a continuación las invectivas personales sin sombra de pruebas objetivas. Deseaba escuchar a Pablo, que le parecía hombre serio y espíritu equilibrado.

Descendió Tertulio de la tribuna. Se levantó Pablo y, con las muñecas esposadas, comenzó a hablar del lugar donde estaba. Todos los ojos estaban fijos en él.

Después de cumplimentar respetuosamente a la autoridad, principia sin retórica alguna su defensa. Nada de adulaciones. Menciona apenas que Félix, en su cualidad de juez experimentado, no podía dejar de ser un excelente conocedor de la índole del pueblo judío, lo que inspiraba confianza al acusado.

Seguidamente pasa a demostrar la inanidad de las acusaciones, que lo tachan indebidamente de propagador de “religión ilícita”, no autorizada por las leyes del Imperio. Es una alegación falsa, pues lo que él, Pablo, dice del Cristo fue predicado por los profetas de Israel y la religión mosaica, religión tolerada por las leyes romanas.

Sigue en la Circular de Septiembre.

 

 

 

 

 

 

 

EL MAGNETISMO.-

En numerosos casos, el magnetismo de la mente es mucho más poderoso que el magnetismo físico. El magnetismo mental puede dividirse en cinco aspectos, a saber:

El ser humano que posee una percepción sagaz, puede conquistar tanto el corazón del tonto como el del sabio, por comprende a los dos. El hombre sabio procura conversar con alguien que pueda comprenderlo, pero todos los hombres ansían encontrar alguien que oiga su historia y lo entienda. Los tontos son siempre rechazados. Todos se cansar de oír sus historias y hacen lo posible para evitar su compañía. Con sus pensamientos extraordinarios llenos de sabiduría, el sabio siempre se diferencia de las personas comunes, pero si encuentra alguien que pueda comprender sus ideas, la alegría es inmensa. Ese es el motivo del por qué la persona que posee facultades de percepción es amada por todos.

El segundo aspecto del magnetismo de la mente es el creativo, que se manifiesta componiendo música, haciendo poesías y de muchas otras maneras. Ese aspecto de la mente muestra la maravillosa cualidad de Dios, llamada CREACIÓN. El genio creativo tiene siempre en las manos la espada de la victoria. Todo lo que hace resulta en éxito y da a su personalidad aquel magnetismo que atrae a todos los que comprenden su mérito.

El tercer aspecto de la mente es el raciocinio, el juicio. El hombre que posee la facultad del raciocinio y de la justicia, es buscado por todos. Es aquél en quien podemos confiar y de quien estamos siempre preparados para seguir sus consejos. Esa facultad se manifiesta en todo lo que dice y hace, conquistando a los que se sienten atraídos por él.

El cuarto aspecto de la mente es la memoria. Una persona que recuerda versos, canciones, palabras o ideas, reúne en su interior un caudal de conocimientos. Es ella la que puede ser llamada erudita y la que posee en su íntimo un verdadero almacén conteniendo todo lo que estudió, experimentó y vio en la vida. Todo eso le confiere un magnetismo que atrae a los que dan valor al conocimiento.

A veces las personas quieren mejorar su memoria que es débil, intentan cada vez memorizar más, pero no siempre la tentativa de usar una determinada facultad hace que ella se desarrolle. Recordamos con frecuencia cosas que no tienen ningún valor y hay otras muchas cosas que no necesitan ser recordadas. Si lo fueran, el resultado sería cansar la memoria con exceso de pensamientos  y así no seremos libres para recordar otras cosas de mayor importancia. Nuestra memoria no está abierta como debería estarlo, volviéndose limitada, cerrada por acumulación de pensamientos. Eso puede llevarnos a la locura. El mejor consejo en relación a la memoria y olvidar todas esas cosas desagradables del pasado y recordar solamente las cosas bellas.

El quinto aspecto de la mente es la sensibilidad y el sentimiento. La mente que posee un toque de sentimiento brilla como un diamante. Posee la cualidad del líquido, porque el calor del sentimiento, se asemeja al cristal líquido y fluido. Quien posee este tipo de mente muestra la cualidad fluida en aquella que llamamos de espirituol, gracia, y también en el tacto personal. Ser espiritual es combinar sentimientos delicados, humor y alegría. El pensamiento creado por la cualidad espiritual se manifiesta por medio de palabras o acciones. Es una manera ingeniosa de conquista quien posee una percepción sutil. Si tres o cuatro personas se sentaran juntas y se aproxima otra indiferente, uniéndose a ellas como si fuese una roca, rígido, sin ningún sentido del humor, puede hasta destruir la atmósfera del grupo. Mientras tanto, si alguien, aunque sea un extraño, se juntara a estas personas y muestra que posee la cualidad espiritual abierta, las conquista en pocos minutos. La mentalidad de la persona espiritual puede ser llamada “mente danzante”. Poseer una mente espiritual es una maravillosa manifestación de la naturaleza. Es una gran cualidad. Una persona espiritual puede hacer que cualquier palabra dance. Sus frases nos pueden proporcionar la misma alegría que sentimos al escuchar una sinfonía.

La más importante manifestación de esa cualidad es el tacto. Tanto es en esencia lo mismo que ser espiritual. Cuando lo espiritual se desarrolla, se centraliza, se transforma en tacto. Todos podemos sentir, hablar, pensar, actuar, pero nadie usa siempre el tacto en su vida laboral y cotidiana. Lleva una vida entera aprender a practicar el tacto. Si alguien aprendió a tener tacto hasta los últimos momentos de su vida, puede considerar que ha valido la pena. El magnetismo de una persona de tacto está mucho más allá de las palabras. Cada una de sus frases, sus movimientos y acciones, tendrá gran influencia en todos aquellos con quien se encuentra., pues ella no es más que una persona que practica la consideración; es la propia consideración. No todas las personas compasivas poseen el sentido del tacto. Hay personas amorosas con falta de tacto. Cuanto más quieren agradar a sus amigos, más los molesta. Sus palabras cariñosas se transforman en piedras en vez de flores. Eso no quiere decir que tales personas no tengan amor, que no dan su compasión; significa que no poseen esa gran riqueza en la mente que se llama tacto personal.

Hay tres grados en el ritmo de la mente: la mente que es perezosa y percibe también lentamente; la mente que crea con delicadeza y percibe delicadamente; y la mente que percibe rápidamente y crea pensamientos veloces. Hay un fenómeno especial manifestado por esos tres ritmos mentales: cada ritmo tiene una influencia que le es peculiar. Las tres cualidades de la mente, o sea, perezosa, delicada y rápida, son resultado de las tres Gunas (en sánscrito), que son Satva, Rajas y Tamas.

Concluyendo: Podemos decir que existen dos mentalidades principales: una puede ser llamada mente viva y la otra mente muerta. La mente viva muestra que lo está por sus cualidades creativas y perceptivas, mientras que la mente muerta es reconocida por la ausencia de esas cualidades. El placer que un hombre disfruta con su mente clara y mentalidad viva, es algo que no puede ser comparado con cualquier otro placer en la Tierra. Un intelecto brillante confiere a quien lo posee el placer de volar en el espacio, de elevarse por encima de la Tierra. El pensador es como un pájaro que vuela en el aire, comparado al hombre que es como un animal que se sustenta sobre cuatro patas. La alegría del pájaro que vuela está por encima del placer del animal que se arrastra sobre la superficie del planeta.

Sigue en la Circular de Septiembre

 

 

 

 

 

EL PENSAMIENTO INTELECTUAL EN LA EDAD MEDIA.-

La captación del contenido de la fe por medio de la razón, hazaña por la que se lucha en estos siglos, encuentra su instrumento en la dialéctica (lógica). Se ha demostrado cómo el estado de este instrumento ha estado condicionado por la primitiva y miserable tradición del material lógico y el paulatino ensanchamiento del conocimiento de la auténtica lógica aristotélica. Pero la dialéctica de estos siglos aparece a una luz más favorable si se considera el otro aspecto de su historia, su relación con las tareas de la teología, y se conoce la dependencia en que se hallan sus rasgos más salientes con respecto a estas tareas. Así como la lógica de Aristóteles se halla condicionada por la situación y la tarea de la metafísica del cosmos, la dialéctica de la Edad Media lo está por la teología, cuya teoría de la ciencia sería. Correspondiendo a esta circunstancia la lógica medieval se hallaba ligada a explicaciones muy vivas acerca de la relación de las formas del pensamiento con el carácter inteligible de la realidad. Los principios de la metafísica platónica – aristotélica sobre este punto, tales como habían sido desarrollados por los neoplatónicos, constituían la base de la teología de la mayoría de los padres de la Iglesia, especialmente de San Agustín. Al mismo tiempo encontramos  que en el material lógico transmitido se halla una pobre comunicación que permitía, como a través de una ranura, la mirada en las luchas de la antigüedad, sustraída por lo demás al conocimiento. En la multiplicidad de direcciones que han intentado la solución del problema que en estos tiempos se debate, podemos distinguir tres clases, si consideramos la significación metafísica del problema, que es lo que nosotros nos interesa. La condición general de esta formación de partidos la encontramos en el hecho de que la etapa metafísica de la ciencia ha poseído una conexión mental de los fenómenos sólo como un sistema de formas que se expresan en conceptos universales. Unos suponían en la sustancia de las cosas un proceso real de especificación lógica ya se la representara como una emanación, ya según la fórmula de la creación. Así, a la materia en sí homogénea, acuden en primer lugar formas de las especies supremas, dentro de cada una de ellas otras que articulan el género en especies, hasta que, en descenso gradual, surgen los individuos. Otros rechazan semejante proceso real de especificación lógica y se contentan con el supuesto de una relación real entre el entendimiento divino, en el que habitan las formas, la realidad, en la que han sido impresas aquellas formas, y el entendimiento humano, por medio del cual pueden ser destacadas de las cosas. El nominalismo representa el carácter común de una tercera clase de dialéctica. La suerte de estas tres direcciones estuvo condicionada esencialmente por su relación con las tareas de la teología. La primera, como señaló la agudeza de Abelardo, tenía que desembocar consecuentemente en la unidad esencial de la misma sustancia y llevar, por lo tanto, al panteísmo. La última dirección, la doctrina nominalista, se mostró incapaz de servir de base a la teología hasta que en una etapa posterior fue puesta en relación con la experiencia interna. Esta es la razón de por qué en esta primera época no pudo afirmarse en el pensamiento medieval. Pues el nominalismo de Roscellino no sólo negaba todo valor objetivo a la relación de la cosa singular con la especie, sino también a la de la parte con el todo. Pero esta última relación afectaba a toda la conexión del plan divino de salvación, que constituía el fundamento de la Iglesia. No era posible pensar en el pecado de Adán, la redención por el Cristo, la unión de los individuos con la iglesia, sin esta conexión de las partes en un todo. También el misterio de la Trinidad parecía suponer una relación real de los individuos con el concepto super – ordinario. Así, triunfó la opinión media, que Abelardo fue el primero en propugnar felizmente: correspondía del mejor modo a la tarea de la metafísica medieval, hasta que el nominalismo encuentra una justificación en la doctrina de la experiencia interna y de la voluntad que se nos ofrece en ella.

Si en estas luchas de cuatro siglos del entendimiento con el contenido de la fe se buscó de primeras un fundamento dialéctico, sin embargo, ello no era más que preparación para la teología. Por eso la tarea inmediata residía en el desarrollo de la demostración de la existencia de un mundo trascendente; pero, en la historia del fundamento del mundo trascendente mediante demostración racional las aportaciones de estos siglos constituyen una parte cuya consideración aislada no ofrece ningún interés para nosotros. El entendimiento trató además de orientarse en el mundo trascendente y de desarrollar intelectualmente la conexión del contenido de la fe. Durante esta época se decidió en este aspecto un destino del entendimiento atareado con este problema que nos permite una visión honda en las condiciones de vida del pensamiento metafísico. En lugar de una fórmula duradera que satisficiera al entendimiento, resultaron en los puntos más importantes contradicciones y más contradicciones, y esta circunstancia no sólo se dio dentro de los dogmas específicos de cada religión monoteísta, sino que se hizo visible también a propósito de proposiciones que eran comunes a esas religiones y que guardan, por lo tanto, una relación más estrecha con la metafísica.

Una contradicción se expresa por dos proposiciones de las que una excluye a la otra; consiste, por lo tanto, en una relación de los predicados del mismo sujeto en cuya virtud se excluyen o cancelan recíprocamente con referencia a lo mismo. Semejante contradicción de dos proposiciones es una antinomia cuando ambas son ineludibles, y por eso las antinomias son proposiciones que enuncian del mismo sujeto algo contradictorio con igual necesidad. La antigüedad desarrolló primero las antinomias contenidas en nuestra captación del mundo exterior; las mismas tienen su raíz en la relación del conocimiento con las percepciones externas. La otra mitad de todas las antinomias surge cuando se subordinan las experiencias internas a la conexión representativa del mundo exterior y el conocimiento se empeña en someterlas a su ley. Dentro de esta clase de antinomias encontramos, históricamente, en primer lugar las del representar religioso, las de la teología y las de la metafísica, que acoge en sí la experiencia religiosa; la teología y la metafísica medievales son su campo de batalla, y actuaron también con efecto disolvente en la vieja dogmática protestante. Entre estas antinomias llegan a desarrollarse en forma clásica en los padres de la iglesia y en la primera Edad Media las que no suponían la ciencia del cosmos, sino que surgían únicamente de la relación de las creencias religiosas con el representar y con la reflexión lógica.

Como la vida religiosa se ve obligada a expresarse en una conexión representativa y como a este complejo representativo le adjuntan antinomias, encontramos que se nos representan en forma paralelas en la teología cristiana, en la judía y la mahometana. Y, ciertamente, la conciencia de estas antinomias no es cosa única de las épocas de la disolución de los dogmas sino que, por el contrario, la representación y el pensamiento religioso luchan desde un principio con ellas, constituyen un poderoso estímulo en la formación misma de los dogmas y eternizan los partidos y las luchas dentro de cada religión. Pero la religión no es ciencia y, todavía más importante, tampoco representación. Las antinomias de la representación religiosa no disuelven la experiencia religiosa. Lo mismo que las antinomias de nuestra representación del espacio no habrían de determinarnos a renunciar a nuestra visión espacial, tampoco las contradicciones que se insertan en la representación religiosa pueden menguar nuestra vida religiosa o rebajar su significación para toda nuestra vida. El pintor no se siente perturbado por las antinomias inherentes a la representación del espacio, puesto que no le confunden sus imágenes espaciales. Tampoco las antinomias religiosas impiden el libre movimiento de la vida religiosa. Pero, de todos modos, hacen imposible el desarrollo consecuente de la representación religiosa, su análisis y el enlace de los conceptos consiguientes en la unidad de un sistema.

Continúa en la Circular de Septiembre.

 

 

 

 

 

 

M U Y   I N T E R E S A N T E

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ISLAS CANARIAS.- Estos meses estoy visitando Las Palmas de G.C.,  donde en la calle Padre Cueto nº 22, Teléfono 928 – 27 11 70, doy Cursos de Relajación y de Meditaciones, en horas de las 16 a las 17, de las 18 a las 19 y de las 20 a las 21 horas, respectivamente. En Septiembre los días serán desde el 11 al 15. El sábado, día 16, impartiré un Cursillo titulado “Katsugen Ki” (Técnicas japoneses de liberación de energías), desde las 9,30 a la 13,30 y desde las 17 a las 21,30 horas.

Se aconseja llevar chándal y un cojín.

Los cursillos son mensuales. Consultar las fechas en que se realiza cada mes, en la página web: Talasoterapialascanteras.com.

 EN PALMA DE MALLORCA.-  Cada miércoles se sigue dando charlas sobre diferentes temas.

Los títulos de los últimos temas son: “La medicina espiritual” de los que se han dado cuatro charlas durante el mes de Junio y primera semana de Julio. La última charla se realizó el 12 de Julio, y versó sobre Sufismo. Las reuniones se suspenden por el período estival y se reanudan el 20 de Septiembre.

Para los interesados, la dirección es: calle Jafuda Cresques nº 17 – 1º derecha. Teléfono: 971 – 75 37 19 y 971 – 971 - 61 33 92. El horario es de las 20,30 hasta las 22,30 horas.

La entrada es libre, pero se aconseja llamar antes por la escasa capacidad del local.

                                    Atención: si desea suscribirse a las Circulares mensuales, así como recibir información sobre otras publicaciones,  libros, C. D.  y cintas para radio-cassette, dirigirse a:

                                                     Salvador Navarro Zamorano

                                                     Madre de Dios de la Nieve nº 8. Teléf. 971 – 61 33 92

                                                     07110 - Bunyola (Mallorca).

                                                     Antonio del P. Viera Almeida

                                                     Edificio La Lajilla. Apartamento 106. Tfno. 609 - 58 91 48

                                                     35120 - Arguineguín (Mogán) Gran Canaria.

                                                     Jesús Navarro Sánchez

                                                     Padre Cueto nº 22. Centro de Talasoterapia. Tfno. 928-27 11 70

                                                      35008. Las Palmas de Gran Canaria.

                                              OBRAS PUBLICADAS

         Entre el silencio y los sueños                 (poemas)

Cuando aún es la noche                         (poemas)

         Isla sonora                                             (poemas)

         Sexo. La energía básica                         (ensayo)

         El sermón de la montaña                       (espiritualismo)

         Integración y evolución                           (didáctico)

         33 meditaciones en Cristo                      (mística)

         Rumbo a la Eternidad                            (esotérico)

         La búsqueda del Ser                              (esotérico)

         El cuerpo de Luz                                    (esotérico)

         Los arcanos menores del Tarot              (cartomancia)

         Eva. Desnudo de un mito                       (ensayo)

         Tres estudios de mujer                           (psicológico)

         Misterios revelados de la Kábala            (mística)

         Los 32 Caminos del Árbol de la Vida      (mística)

         Reflexiones. La vida y los sueños           (ensayo)

         Enseñanzas de un Maestro ignorado     (ensayo)

         Proceso a la espiritualidad                      (ensayo)

         Manual del discípulo                              (didáctico)

         Seducción y otros ensayos                     (ensayos)

         Experiencias de amor                             (místico)

         Las estaciones del amor                         (filosófico)

         Sobre la vida y la muerte                        (filosófico)

Próxima publicación:

         Una mirada al siglo XXI

         1000 aforismos

Para consultas o pedidos, dirigirse a:

         Salvador Navarro Zamorano

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BUNYOLA  (Mallorca).

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              Página web: Salvador Navarro Zamorano

                                         A V I S O     U R G E N T E

El Curso “El discípulo y el Camino” programado en principio para los días 8 y 9 de Septiembre, ha sido suspendido por causas no imputables a nuestra voluntad.

La nueva fecha será los días 4 y 5 de Noviembre, partiendo del Centro de Talasoterapia, de la calle Padre Cuento nº 22, en Las Palmas de Gran Canaria, a las 16 horas, para descansar la misma noche en el Hotel Rural, siendo el regreso a las 18 horas del domingo, día 5.

Para cualquier información, llamar a los teléfonos:

 

 

928 – 27 11 70 y preguntar por Niuska o Ruth.

971 – 61 33 92 y preguntar por Salvador Navarro.

 

 

 

 

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