ALCORAC

SALVADOR NAVARRO

 

 

                                                                          

Dirigida a las Escuelas de:

                        Barcelona

                        Mallorca                                             CIRCULAR nº 2.  AÑO III

                        Menorca

                        Las Palmas

                                                                                    Llubí (Mallorca), 1º de Febrero de 1.997

Viene de la Circular de Enero.

Dice la siguiente técnica: "Siente un objeto frente a ti. Siente la ausencia de otros objetos, menos este. Después, dejando a un lado la sensación del objeto y la sensación de ausencia, realiza".

Sentir un objeto ante ti - cualquier objeto: por ejemplo, una flor. Cualquier cosa sirve. Primero, "sentirla". Mirar no nos servirá. Miramos una flor y el corazón no está tranquilo. No la estamos sintiendo, sólo la estamos mirando. Ni la visión es completa, porque nunca vemos completamente. El pasado, la memoria, dice que aquello es una flor. Pero no la vemos realmente. La mente dice que es una flor. Tú "sabes" todo sobre ella, pues has conocido otras flores. Así que seguimos adelante, porque vislumbrar es suficiente para reavivar la memoria de tus experiencias anteriores sobre flores.

Sigamos sintiendo la rosa. ¿Qué hacer para sentirla? Olerla, tocarla, permitir que sea una profunda experiencia corporal. Primero, cerrar los ojos y dejar que la flor toque toda la cara. Colocarla sobre los ojos, olerla. Encontrarla con el corazón, quedando en silencio con ella, sintiendo algo por ella. Olvidando todo; olvidando el mundo entero. Sintamos cualquier objeto frente a nosotros y la ausencia de todos los otros objetos, porque si la mente estuviese pensando en otras cosas, entonces ese sentimiento no penetrará tan profundamente. Olvidemos todas las otras flores, las personas, olvidemos todo. Dejemos que solo la flor esté presente. Sólo la flor. Profundicemos dentro de ella.

Esto será difícil porque nosotros no somos tan sensibles. Pero, para una mujer no es difícil, porque pueden sentirla más fácilmente. Para los hombres será un poco más difícil, a menos que tengan un sentido estético muy desarrollado, como un poeta, un pintor o un músico. Pero hay que intentarlo. Los niños pueden hacerlo sin problemas.

Esto es lo que acontece en el amor. Si estás amando a alguien, olvidas el mundo entero. Si aún recuerdas al mundo, has de saber que lo que sientes no es amor. Por eso digo que el amor es meditación. Tanto podemos usar esta técnica como podemos vivir el amor en su plenitud.

Tanto en Europa como en América se ha trabajado con el sexo en grupo. Eso es un absurdo total, porque el amor no puede tener profundidad. Eso no es más que orgía sexual. La presencia de otros es una barrera. Entonces no se puede ser meditativo. Con cualquier objeto, si podemos olvidar al mundo entero, estaremos en profundo amor, sea una rosa, una piedra o cualquier otra cosa. Pero la condición es sentir la presencia de ese objeto y la ausencia de todo lo demás. Hacer que el objeto sea la única cosa esencial en tu consciencia. Será fácil si lo intentamos con cualquier objeto por el cual sintamos amor.

Será difícil colocar una piedra ante ti y olvidar el mundo. Será difícil, pero no imposible, pues los maestros zen han hecho eso. Ellos tienen jardines de piedras para la meditación. Ninguna flor, ningún árbol, sólo piedras y arena. Y ellos meditan ante una piedra porque, según dicen, si puedes tener una relación profunda con una piedra, entonces ningún hombre puede crear una barrera para ti. Y los hombres son como piedras. Si puedes amar una piedra, puedes amar a un hombre. Entonces no hay problema: los hombres son como piedras y aún más duros. Es difícil penetrar dentro de ellos.

Pero escoje un objeto que ames naturalmente y entonces olvida el mundo. Aprovecha y saborea la presencia, siéntela, vete profundamente dentro de ella y deja que ella profundice en ti. "Después, dejando de lado la sensación del objeto ..." Y ahora viene la parte más difícil de esta técnica. Has abandonado todos los otros objetos y sólo permanece uno.

Ahora, "dejando de lado la sensación del objeto ..." Ahora deja de lado el sentimiento que tienes por ese objeto. "Dejando de lado la sensación del objeto y la de ausencia", de los otros objetos. Ahora existen nada más que dos cosas: todo lo demás está ausente. Abandona también esa ausencia. Solo está la flor, la cara, la mujer, el hombre, la piedra, está presente. Abandona esto también de la misma forma que el sentimiento. Repentinamente caerás en un vacío absoluto. Y la meditación dice: "Realiza". Realizar ese vacío, esa nada. Este es el Ser puro, esta es tu naturaleza.

Será difícil llegar a la nada directamente. Por eso es más fácil pasar por un objeto como vehículo. Primero, colocar el objeto en la mente y sentirlo tan totalmente que no necesitemos pensar en nada más. Después dejarlo, olvidarnos de él.

Caerás en un abismo. Ahora nada permanece: sólo la subjetividad está presente: pura, no contaminada, desocupada. Este Ser puro, esta Consciencia pura, es tu naturaleza. Pero hay que hacer esto paso a paso; no intentar toda la técnica de una vez. Primero, crear la sensación del objeto único. Por algunos días, hacer sólo esta parte.

Creemos la sensación del objeto. No estemos mudando de objeto, porque con cada uno de ellos tendremos que volver a comenzar con el mismo esfuerzo. Si escojes una rosa, continúa con la rosa todos los días. Tómala de tal manera que puedas un día decir: "Ahora soy una flor". Entonces la primera parte estará cumplida. Cuando la flor esté presente y todo lo demás olvidado, entonces siente el placer de eso por algunos días. La flor es vital y poderosa en sí misma.

Cuando ya estés sintonizado con ella y te sea fácil, no será necesario luchar. De repente, la flor estará ahí: el mundo olvidado y la única permanencia será la flor.

Después, intenta la segunda parte: cierra los ojos y olvida también la flor. Si practicastes la primera parte, la segunda no será tan difícil. Pero si intentas la técnica entera de una sola vez, la segunda parte será imposible, porque si puedes hacer la primera, si puedes olvidar el mundo entero por una flor, también podrás olvidar la flor por nada. Así, la segunda parte ocurrirá, pero tienes que luchar primero. Pero la mente está llena de trucos. Te dirá siempre que lo intentes todo y ahí no lo vas a conseguir. La mente te dirá: "Esa técnica no es útil o ella no es para mí". Inténtalo por partes, si quieres tener éxito. Deja que la primera parte se complete y después practica la segunda. Entonces el objeto no estará presente y sólo tu consciencia permanecerá como una luz, una llama, sin nada alrededor.

Tú tienes una lámpara y tu luz ilumina muchos objetos. Visualiza eso. En tu dormitorio existen muchos objetos. Si enciendes una lámpara en la oscuridad del cuarto, todos los objetos serán iluminados. La lámpara irradia luz para todos los objetos y puedes contemplarlos. Ahora, permanece con un objeto; haz que haya sólo un objeto. La lámpara es la misma, pero ahora sólo hay un objeto iluminado. Mueve ese objeto también: la luz estará sin objeto alguno.

Lo mismo acontece con tu consciencia. Tú eres una llama, una luz. El mundo entero es tu objeto. Deja tu mundo entero y escoje un objeto para tu concentración. Tu llama será la misma, pero ahora no está ocupada con mil objetos. Sólo está ocupada con uno. Ahora abandona ese objeto. Súbitamente existe sólamente la luz, la consciencia. Ella no está iluminando nada. A esto Buda lo llamó "Nirvana", la total soledad. Los Upanishads lo llamaron Atman. Si consigues realizar esta técnica realizarás lo Supremo.

La siguiente ténica, dice: "Cuando un sentimiento en contra o a favor de una persona surja, no lo coloques en la persona en cuestión, sino que permanece centrado".

Cuando nace un sentimiento de odio contra una persona o un sentimiento de amor por alguien, ¿qué hacemos? Lo proyectamos sobre esa persona. Si sientes rabia por mi, te olvidas completamente de ti mismo en esa rabia; yo soy tu objeto. Si sientes amor por mi, te olvidas completamente de ti mismo, sólo yo me torno el objeto. Tú proyectas tu amor, tu odio u otra cosa cualquiera sobre mi. Te olvidas completamente del centro interior de tu ser; el otro se convierte en tu centro. Este ejercicio dice que cuando el odio, el amor o cualquier otro sentimiento, a favor o en contra de alguna persona, surge, "No lo proyectes sobre la persona en cuestión". Recuerda, tú eres la fuente.

Yo te amo. El sentimiento más común es de que tú eres la fuente de mi amor. Pero, en verdad, no es así. Yo soy la fuente. Tú eres la pantalla donde proyecto mi amor. Tú eres sólamente la pantalla; yo proyecto mi amor en ti y digo que tú eres la fuente de mi amor. No es eso lo que está pasando. Eso es ficción. Yo lanzo mi energía de amor y la proyecto sobre ti. En esa proyección de energía amorosa, tú te vuelves encantadora. Tal vez no lo seas para otra persona. Tal vez seas absolutamente repulsiva para otra. ¿Por qué? Si fueses la fuente del amor, entonces todos deberían sentir amor por ti. Pero tú no eres la fuente. Yo proyecto amor y tú te vuelves encantadora; otro proyecta odio y tú te vuelves repulsiva. Y otra persona no proyecta nada; es indiferente; tal vez ni mire para ti. ¿Qué está sucediendo? Estamos proyectando nuestros propios estados anímicos sobre los otros.

Es por eso que, si estás en luna de miel, la luna parece maravillosa. Parece que el mundo entero es diferente. Y, en la misma noche, para tu vecino, esa noche milagrosa puede no estar existiendo. El hijo del vecino ha muerto; entonces la misma luna es triste. Pero para ti es encantadora. ¿Por qué? ¿La luna es la fuente, o es apenas una pantalla en la cual tú te estás proyectando?

El ejercicio dice: "Cuando un sentimiento en contra o a favor de alguna persona surja, no lo coloques en dicha persona. Permanece centralizado".  Recuerda de que tú eres la fuente, y por eso no te dirijas hacia el otro sino a la fuente. Cuando sientas rabia no te dirijas al objeto de ella, sino a la fuente de donde ella proviene. Diríjete a tu centro; usa tu rabia, tu amor, o cualquier otra cosa como un camino en dirección a tu centro interior, hasta la fuente, y permanece centralizado ahí.

Esta es una técnica muy científica. Alguien te insulta; la ira de repente estalla. Estás en ebullición. La ira está fluyendo en dirección a la persona que te ha insultado. Ahora estás proyectando la ira sobre ella. Y ella no te ha hecho nada. Si te insultó, ¿qué fue lo que hizo? Apenas te provocó, ayudó a que tu rabia surgiese, pero la rabia es tuya. Si alguien llega a un Maestro y lo insulta, no será capaz de crear ninguna rabia. O si llega cerca de Jesús, este le ofrecerá la otra mejilla. O si llega a un Maestro Zen, lo hará estallar de risas. Eso depende.

El otro no es la fuente. La fuente está siempre dentro de ti. El otro está alcanzando la fuente, pero, si no existe rabia dentro de ti, ella no asomará. Si golpeas a un Maestro, saldrá compasión de él, porque en él sólo la compasión existe. Si arrojas un cubo dentro de un pozo seco, nada recogerás. En un pozo lleno de agua puedes arrojar un cubo y el agua es tomada, pero el agua es del pozo. El cubo ayuda a traerla hacia fuera. Así, la persona que te insulta está arrojando un cubo en ti y el cubo sale lleno de rabia, de odio, del fuego que hay dentro de ti. Tú eres la fuente, no lo olvides.

Para esta técnica, recuerda siempre que tú eres la fuente de todo lo que estás proyectando en los otros: recuerda siempre esto. Y siempre que haya un sentimiento en contra o a favor, vete inmediatamente hacia dentro y llégate hasta donde proviene la fuente del odio. Queda centralizado ahí; no te dirijas al objeto. Alguien te ha dado la oportunidad de tener consciencia de tu propia rabia; agradécelo inmediatamente y después olvídate de él. Cierra tus ojos, vuélvete hacia tu interior y mira en la fuente de donde viene ese amor o esa rabia. ¿De dónde viene? Vete hacia dentro; entra ahí y encontrarás la fuente, porque la rabia viene de ti.

El odio, el amor, todo viene de tu interior. Y es fácil llegar a la fuente en el momento en que se está sintiendo rabia, amando, odiando, porque entonces estás ardiente. Es fácil entrar en ese momento. El hilo está caliente y puedes usarlo. Puedes ir hacia dentro con ese calor. Y cuando alcanzas dentro un punto frío, de repente REALIZARÁS una dimensión diferente; un mundo distinto se abrirá ante ti. Usa la rabia, el odio, el amor, para entrar.

Siempre los usamos para dirigirnos a otros y nos sentimos frustados cuando no hay nadie en quien proyectar. Vamos entonces proyectando hasta en cosas, en objetos inanimados. He visto gente furiosa con sus zapatos. ¿Qué están haciendo? He visto personas llenas de rabia golpeando puertas, usando hasta blasfemias contra ellas. ¿Qué están haciendo?

Y termino dando un enfoque zen sobre esto. Un maestro oriental solía decir: "Cuando yo era joven me ilusionaba ir en barco. Tenía uno pequeño y navegaba solo por el lago. Era capaz de estar durante muchas horas.

Un día, con los ojos cerrados, meditaba en mi barco sobre la noche tan maravillosa que hacía. Un barco vacío vino flotando sobre la corriente, se aproximó y golpeó al mío. Mis ojos estaban cerrados y entonces pensé: "Alguien está golpeando su  barco contra el mío". Sentí rabia. Abrí mis ojos e iba a decir alguna cosa con rabia contra aquella persona. Entonces me di cuenta de que el barco estaba vacío. ¿A quién le podría expresar mi rabia?

No había nada que hacer. No había posibilidad de proyectar la rabia sobre un barco vacío.

Entonces cerré mis ojos. La rabia estaba presente, pero no había manera de sacarla fuera. Cerré los ojos y comencé a navegar con aquella rabia. Y el barco vacío se tornó mi Realización. En aquella noche silenciosa llegué a un punto dentro de mi. Aquel barco vacío fue mi maestro. Y ahora, si alguien viene en un barco y me insulta, me pongo a reir y digo que este barco también está vacío. Cierro los ojos y voy hacia dentro de mi".

Usa esta técnica. Ella puede hacer milagros contigo.

¿ QUIÉN ES JUAN-NADIE ?

Es el indivíduo que no está interesado en su semejante, quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa los mayores males a los demás. Es entre tales personas que se verifican todos los fracasos humanos

El mendigo Juan-Nadie pidió ayuda a un sabio, quién le preguntó:

          ¿Me venderías tu brazo derecho por 200.000 pesetas?

Él respondió horrorizado:

          ¡Claro que no!

De nuevo preguntó el sabio:

          Entonces véndeme el brazo izquierdo por 100.000 pesetas.

          ¿Estás loco?

Y así el sabio continuó con sus observaciones sobre las riquezas personales, a las cuales el mendigo no estaba dando ningún valor. Después de haberlo convencido de las numerosas riquezas que poseía, el sabio se retiró y el mendigo salió gritando por las calles:

          ¡Soy un hombre rico!  ¡Soy millonario!

Hay personas que llegan al extremo de la miseria, simplemente porque no creen en nada. Si no tienen fe en sí mismas, ¿cómo quieren que otras personas puedan ayudarla? Cuando una persona no es creyente, cierra todos los canales de captación. La vida sana ya no fluye sobre ella y ahí comienzan las desgracias: desempleo, enfermedades, desavenencias, odios, envidias y todos los males del mundo recaen sobre la persona que está en esa infeliz condición. Primer paso: nada de desespero. Segundo paso: comienza a creer en alguna cosa. Tercer paso: mantenerse en estado de silencio. Cuarto paso: reconocer que existe un Creador que nos dió la vida y gran parte de nuestras necesidades están siendo sustituídas por su gracia. Por tanto, toda la infelicidad que estamos sufriendo es una consecuencia de nuestra ignorancia y errores, de los cuales, en el fondo, estamos conscientes.

Y esa es la verdad que nadie quiere enfrentar. En esa condición existen millares de criaturas que no sólo viven insatisfechas, sino que están haciendo que otras personas incautas y criaturas inocentes sufran el reflejo de sus errores.

Volvamos a tener fe en Dios y seamos felices y agradecidos.

¿De acuerdo?

                                                E D I T O R I A L

Estas páginas han sido escritas para adultos, seres conscientes, que pueden pensar, enfrentarse a situaciones difíciles y obstáculos serios. Para aquellos que quieren estar más allá de la muerte. Para aquellos que saben que no se debe matar y sí vivir y enseñar a vivir.

Si tú fueras un cobarde, no debes leerlas. Estas páginas no deben ser leídas por los que critican y no quieren ser criticados; por los que traicionan y no quieren ser traicionados; por los que hurtan y no quieren ser robados. Ni por aquellos que viven proclamando la libertad, pero viven en una pesadilla sin saber y sin comprender lo que es libertad. Estas páginas enseñan que yo y tú somos una minúscula partícula, casi invisible, en el orden de las cosas.

Debemos tener vergüenza y enfrentarnos a todo, de frente y sin miedo.

Tú, que no eres yo, pero juntos caminamos con el resto de la humanidad, que se encuentra perdida en una maraña de conflictos personales y colectivos en las cuatro esquinas del planeta, debemos encararnos a todo para proteger la propia vida y la de nuestros descendientes.

Tú que temes a todo, estás en el momento de reaccionar. Temes a tu jefe, temes al estudio, a tu profesor, a la policía, al juez, a la religión, a la cárcel, al sexo, al trabajo, al médico. Al final te pregunto: ¿existes o eres una sombra? Levántate y piensa un poco. Tú, como el resto de la humanidad, nacistes para vivir y no para huir de la vida. Huyes de la vida para encontrarte con los vicios, huyes de la vida para caer en la enfermedad porque eres miedoso y no tienes el coraje de enfrentarte a ella.

Cualquier dolor de estómago, te hace correr al curandero más próximo que, sabiendo de tu fragilidad, crea mil dolencias para que te mentalices y te pueda extraer hasta el último céntimo. Eso si tuvieras dinero, de lo contrario te diría que no te puede atender.

Jamás demuestras coraje ante los obstáculos. En realidad, eres un cobarde que se rinde a todo. El miedo te enferma. Escucha, ¿quieres saber una cosa? Eres un fugitivo; estás corriendo siempre de la vida. Vas a las fiestas por miedo a la soledad. ¿Por qué no te paras a reflexionar y descubrirte a ti mismo? Estás en la hora de parar de correr sin rumbo, Juan-Nadie. Eres muy eficaz para pensar y hacer el mal. Pero eso lo haces porque eres cobarde. Tú no plantas, sino que quieres comerte las semillas. Sigues a los tiranos, pensando que ellos tienen valor, cuando son la máxima expresión del miedo. Si tuvieras valor, serías capaz de realizar tus tareas con brillo, pero desgraciadamente eres mezquino y mediocre. Olvidas tus trabajos y te metes con tus mezquindades entre los vecinos, olvidando tu propia vida y cuidando de la vida de los otros, lo que es el mayor de los absurdos.

¿ Será que al amanecer, al sentir que el sol comienza a calentar toda la naturaleza, tú, infeliz, no creas coraje para desmantelar de tu íntimo esa crosta que se arraigó en forma de cáncer, que nada más es odio, generando todos los males del mundo? Mírate de frente y vive un poco.

¡Escucha! Es necesario entrar en conflicto consigo mismo para sanar todos los males por la raiz. Porque tú no reaccionas, vives aplastado en la nada. ¿Por qué no miras las cosas de frente asumiendo responsabilidades?

Vives colocando a tus líderes en pedestales para poderte esconder debajo de los brazos de ellos, cuando alguien te amenaza. Temes la verdad, temes al menor barullo formado a tu lado. No vives porque la vida no puede penetrar en tu íntimo. Vives corriendo sin mirar hacia atrás, huyendo siempre, del todo para la nada.

¡Vive un poco, Juan-Nadie! Si no quieres ser consumido en la podredumbre moral, analiza friamente la miseria  y la grandeza humana, los problemas pasajeros y los conflictos constantes que dan origen a los tremendos dramas que generalmente destruyen el cuerpo y el alma, sacrificando vidas y más vidas, que desvíadas del camino del bien se enredan en los caminos del mal, para terminar trágicamente. Es importante resaltar que el mal no pide permiso a nadie. El es transmitido y mantenido a través de ideas falsas, se convierte en un hábito y contamina el instinto, tornando y haciendo del ser humano un muñeco. Veamos la vida cara a cara y vive un poco, Juan-Nadie, pues de lo contrario serás destruído también.

                    Piensa de manera elevada,

                    actúa de modo consciente y justo.

                    Siente en tu corazón

                    la unión con el Padre.

                    En unión con Dios

                    te sentirás más fuerte,

                    jubiloso, confiado,

                    alegre y feliz.

                    Cuando te sientas débil,

                    nervioso o inseguro,

                    vuélvete a Dios y dile:

                    "Crea en mi, oh Dios,

                    un corazón puro,

                    y renueva dentro de mi

                    un espíritu imbatible".

                   

 

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         Madre de Dios de la Nieve nº 8

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