ALCORAC

SALVADOR NAVARRO

 

 

                                                                                                      

 

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                                                                     Circular nº  Extra. Año IV

 

                                                                     Llubí, 1º de Diciembre  de 1.998

 

 

 

 

 

          Existen dos maneras de vivir, dos caminos: uno es real y el otro una ilusión. El camino real es el de dar, repartir, amar. El camino ilusorio es el de acumular, explotar, desperdiciar. El amor y el dinero son los símbolos de esos dos caminos.

 

          El amor es el camino auténtico; el dinero es el camino equivocado. Todos vivimos en el segundo camino.¿Por qué? ¿Cuál es la dinámica de esto? ¿Por qué todos nos equivocamos? ¿Dónde están las reglas? Si no lo comprendemos, tampoco entenderemos a Jesús. Será imposible, porque él anda en los caminos del amor y nosotros en el del dinero y esos dos caminos nunca se encuentran. ¡No pueden!

 

          Algunas veces intento comprender a Jesús, y caigo en el error de hacerlo en términos interesados, económicos. Los budistas dicen que Buda era hijo de un rey y renunció a su herencia, que consistía en un reino, dinero, oro, diamantes; renunció a todas estas riquezas. Pero pienso que la importancia que le dan a Buda, es porque él renunció al dinero, el personaje no es tan relevante en sí.

 

          Un hombre que está en el camino del dinero, de las ganancias, de los intereses, no puede comprender a un hombre que está en el camino del amor. Puede respetarlo, venerarlo, pero lo hará por razones equivocadas, pues no puede comprender. Todo el culto está basado en algo incorrecto. ¿Cuál es el mecanismo?

 

          Primero, hay que procurar entender por qué el amor es algo imposible, por qué amar es difícil; esta es la raíz. Si pudieras amar, entonces el dinero no sería el problema. ¿Por qué no podemos amar? Desde el principio, algo errado entra en la mente durante nuestra infancia. Uno de los motivos es que el amor es un fenómeno espontáneo. No se puede manipular. Este es el problema con las cosas espontáneas. Si fuesen manipulables, serían artificiales.

 

          Cuando un niño nace, comenzamos manipulando su amor. Decimos: "Me quieres, porque soy tu padre". Como si el amor fuese un asunto de lógica."Si soy tu padre o tu madre, me tienes que amar".

 

          Pero el amor no conoce ese condicionante, no es un silogismo. Nunca esperamos que el amor nazca espontáneamente en el niño. Comenzamos a manipularlo, a controlarlo, como si temiésemos que si lo dejamos a la espontaneidad, él no llegaría a amarnos.

 

          Entonces, antes de que el amor ocurra espontáneamente, comenzamos a forzar al niño. Y él tiene que aceptar la presión, porque está indefenso. De este modo, la criatura comienza a vender su amor. Nace la política: sonríe cuando en el fondo no está contento; hace demostraciones de amor, cuando interiormente lo que está deseando es un premio por su afecto. Es por eso que la sociedad fuerza al niño a honrar a sus padres. Toda cultura sabe que un hijo acaba siempre rechazando a sus padres. Entonces decreta: "Hay que crear lo opuesto antes de que explote el rechazo". "Ámala, porque es tu madre". Tenemos tanto miedo que creamos lo opuesto como una protección.

 

          ¿Por qué ese rechazo a los padres? No es porque ese sea el destino de cada uno. Hay un círculo vicioso: en primer lugar, el conflicto es necesario, es parte natural del crecimiento. El niño ha de luchar con sus padres, es un proceso de crecimiento.

 

          Actualmente, los fisiólogos dicen que el dolor existe a causa del conflicto generacional. El niño quiere nacer y crecer y la madre quiere mantenerlo seguro dentro de su vientre y de su hogar, esta es la razón de tanto dolor. ¿Por qué mientras más civilizada es la madre, más doloroso es el parto? Porque a más civilización, mayor ego, más fuerte es la personalidad.

 

          La madre quiere asegurar al niño dentro de su vientre o de su hogar, por un miedo inconsciente a que el niño la abandone. Y esto seguirá toda la vida. Si no permitimos que la criatura salga, crearemos barreras, nos odiará. Y por tener miedo al odio, creamos lo opuesto. Forzamos al niño a amarnos y como es indefenso, se rendirá contrariado, cede de mala voluntad. El amor será una fachada. Se irá apartando cada vez más y ha de ser así, pues caso contrario nunca sería independiente, nunca sería él mismo. Se aparta un poco más cada día, pero la madre no se lo permite: "¡No salgas de casa! ¡No estés demasiado tiempo en la calle! ¡No juegues con ese niño! ¡No te apartes de mi lado!

 

          Los padres crean los límites. Y a más limitaciones, más pobre es la libertad, más sufre la criatura, y nace un rechazo. Ahora, ¿qué hacer con ese rechazo? Crear lo opuesto.

 

          El rechazo ha de ser entendido y aceptado. Lo opuesto no debe ser creado. Hemos de saber que este proceso forma parte del crecimiento. El niño se ha de distanciar y hemos de permitir que tenga cada vez más libertad. Está claro que hemos de estar vigilantes, porque el niño se puede hacer daño, perjudicar.

 

          La libertad no debe ser un caos, y esto es muy delicado. Pero si cortamos toda libertad, teniendo en vista que la criatura se puede hacer daño, estaremos creando una mente llena de odio. Y si el niño comienza a odiar a su madre, nunca será capaz de amar totalmente a una mujer, porque la primera mujer estará asociada al recuerdo de la madre. Será atraído por ella, pero al mismo tiempo sentirá el rechazo. Será un amor superficial, porque si no puedes amar profundamente a tu madre, ¿cómo amarás a cualquier otra mujer? ¡Imposible!

 

          Detrás de todo amor circula una corriente de odio. El amor se vuelve dividido, lo opuesto se esconde en él. El niño ya hombre se aparta de su madre y se enamora de otra mujer. Esta es la ruptura final. En realidad, el niño nace en ese día. El parto termina, concluye. Ha durado veinte o veinticinco años con dolor y conflicto todos los días. El paso final llega cuando el niño se enamora de otra mujer y comienza el punto de ruptura.

 

          En ese momento, el niño deja a su madre completamente. Es por eso que las madres nunca se enamoran de sus nueras. Esta es la razón de tantas historias de suegras. La otra mujer es la enemiga, el otro hombre es el enemigo que se ha llevado su criatura para siempre.

 

          Hay unas palabras de Jesús, unas de las más misteriosas; es imposible conciliar el amor de Jesús con algunas de sus palabras. Dice Jesús a sus discípulos: "A menos que el hombre deje a su padre y a su madre, no podrá venir a mi". ¡Un hombre como Jesús que dice que el amor es el camino, que Dios es amor, que eleva el amor al punto más alto y lo hace equivalente a la meditación, está diciendo que hemos de dejar a nuestros padres! Pero él está en lo cierto porque, a menos que Jesús sea tu padre y tu madre, tú no podrás llegar a él. A menos que dejes a tus padres completamente, esto es, tu pasado, tus asociaciones y relaciones con el pasado, ¿cómo podrás ir a un Maestro?

 

          Si estás comprometido con el pasado, el presente será una carga y el futuro una oscuridad. Tienes que romper todo compromiso con el pasado, desconectarte totalmente. Sólo así tu presente podrá brillar y tu futuro no será una progresión mecánica de tu pasado.

 

          Jesús está en lo cierto: a menos que dejes a tu padre y a tu madre, no podrás venir al Maestro. Es por eso que cada vez que te acercas a un Maestro tus padres quedan muy molestos. No se preocupan si vas con una prostituta, o si vas a un bar a tomar alcohol, eso no les perturba tanto.

 

          Pero si vas a un Jesús, entonces sí, ellos se molestan. Algo en el inconsciente le dicen: "Esto es una ruptura. Vais a ser olvidados". ¡El miedo! Cuando el hijo se casa con otra mujer, la madre aún puede tener algún tipo de relación. Pero cuando el hijo va a Jesús, todo tipo de relación se suspende. No hay otra manera, porque el Maestro requiere una entrega total.

 

          Hay otras palabras, también misteriosas. Parecen violentas, viniendo de Jesús. Hablaba a una multitud y alguien le dijo: "Jesús, tu madre está esperando fuera. La multitud es tanta que no ha conseguido entrar. Ella quiere verte".

 

          Jesús respondió: "¿Quién es mi madre y mis hermanos? Aquellos que me escuchan". Jesús parece muy severo. Pero él no puede serlo. Pero la verdad lo es. Y Jesús no puede mentir.

 

          Una vez pasó lo siguiente: "Tenía Jesús doce años y con sus padres fueron al Templo de Jerusalén para el festival anual. Jesús se perdió en la multitud; entonces sus padres lo buscaron y cuando lo encontraron lo vieron conversando con unos intelectuales. Su padre le dijo: "Jesús, estábamos buscándote, preocupados por ti".

 

          Jesús respondió: "¿No veis que estoy en las cosas de mi Padre?".

 

          Exactamente como el niño debe dejar el cuerpo de la madre, pues caso contrario moriría, mentalmente un día tendrá que cortar el cordón umbilical que le une a sus padres. No sólo mentalmente, sino física y espiritualmente, ha de romper con su pasado. Entonces él se transforma en un YO, una realidad independiente, sustentada por sus propios pies. Ahora ES. Antes de eso era parte de sus padres o de la familia, pero nunca él mismo.

 

          Desde el principio los padres intentan no darte libertades. Y el amor nace en la libertad, porque es un fenómeno espontáneo. No puedes hacer nada sobre eso. Si lo hicieras, destruirías cualquier posibilidad. Cuando el niño dice: "Te quiero a ti, mamá, más que a papá", está haciendo política o esa declaración forma parte de un juego de engaños o de un trato ganancial.

 

          Pero las fuentes ya están envenenadas. Desde su origen, la criatura no es consciente de que el amor es un fenómeno natural. Que no puedes hacer nada sobre él. Y continuará manipulando, intentando controlar, será todo artificial.

 

          Observa que cuando te apasionas por alguien, te divides en dos. Una parte está manipulando. El hombre intentando seducir y explotar a la mujer y la mujer al hombre. Una vez unidos, esto es, una vez que el amor se cambió por un vínculo, toda la falsedad va desapareciendo poco a poco. La persona real se va revelando y hay conflicto. Toda la fachada del amor desaparece, pues para comenzar, él nunca existió. Caso contrario, ¿cómo podría desaparecer?

 

          El amor es la cosa más eterna del mundo. La tierra puede desaparecer, la estrellas apagarse, pero no el amor. El amor es un fenómeno divino. ¿Cómo puede desaparecer? Aún la luna de miel no ha terminado y el amor se ha perdido. En verdad, lo que ocurrió es que tú estabas intentando engañar a la otra persona y a sí mismo. ¿Por cuanto tiempo se puede mentir? Y si consigues hacer que el engaño dure mucho tiempo, eso será una carga tan pesada que es difícil soportarla. No se puede ser un actor las veinticuatro horas del día.

 

          Por algunos minutos se puede mentir. Es un juego, pero ¿durante todo el día? Eso crearía una gran tensión, mucha ansiedad, pues estarías como preso. Y cuando te sientes encarcelado, hayas que la culpa es del otro. Entonces reaccionas y te vengas: todo lo que la esposa o el marido dice sirve para la discusión. Es cuando el silencio se hace precioso, cuanto más callado, mejor. Pero esto ocurre, porque desde el principio la verdad no estuvo presente.

 

          Si cargas un fardo, más pronto o más tarde, te preguntarás: "¿para qué sirve?" Si tu amor es un medio para conseguir algo más y no un fin en sí mismo, entonces puede ser un juego, pero no se transforma en una existencia realmente significativa. Estás simplemente jugando.

 

          El amor sólo puede ser espontáneo. No hay otra manera, no te puedes entrenar para que llegue a ti. Por un entrenamiento nunca lo encontrarás. Es necesario esperar. La libertad tiene que ser permitida a la criatura para que, algún día, el amor pueda nacer.

 

          Una criatura puede amar a su madre, pero no puede ser forzada. No se puede predecir el amor, no es una cosa mecánica. Si ocurre, será maravilloso para la madre; de otra manera, la madre debe llenarse de esperanza para que esto ocurra con alguna otra mujer, pero no se puede forzar. Si lo hace, el niño aprenderá un truco y lo usará siempre, con cualquier hombre o mujer.

 

          Cuando el amor se torna artificial, el dinero se vuelve importante. Eso tiene que ser comprendido. ¿Por qué el dinero es importante si el amor es artificial? Porque el amor te da seguridad interna. Cuando se ama nos sentimos absolutamente seguros, el amor es suficiente. Cuando se está amando, nada es comparable a la riqueza del amor. Se puede no tener nada, pero se tiene de todo. Un simple momento de amor llena toda la vida. Cuando se ama no se teme ni a la muerte, porque ya conoces la muerte por amor.

 

          La muerte es una fusión. Si conoces el amor, el miedo a la muerte deja de existir. Pero si no lo conoces, el miedo será el centro de tu vida. ¿Cómo protegerse? Haces casas con jardines, abres cuentas bancarias; pero estas son protecciones contra la muerte. Y cuando se teme a la muerte, se teme a la vida, porque la vida es peligrosa.

 

          Para vivir hay que andar por caminos desconocidos. En cada esquina la muerte puede estar esperando. Un hombre que teme a la muerte se encoge gradualmente y queda con miedo a la vida. No ama a ninguna mujer, pues teme que lo engañe. No viajas, porque hay accidentes. No cree en nada. Si no hay amor la confianza no existe.

 

          Si el amor no ha llegado a tu vida, no podrás tener un Maestro. Aunque Jesús venga a tu ciudad, nunca te encontrarás con él. No irás porque es una persona peligrosa. Te puede hacer cambiar de camino. Puede perturbar tu mundo rutinario donde estás ganando y acumulando dinero. ¿Por qué molestarse por ese elemento extraño? Vives en tu prisión, seguro.

 

          Cuando conoces el amor, no temes la muerte. ¡Es cuando no tienes miedo a la muerte que serás capaz de vivir! De otro modo, ¿cómo podrás vivir? Tendrás miedo hasta de respirar el aire de la calle y te cubrirás con máscaras protectoras, pues los gérmenes te dan temor.

 

          Pero la vida trae la muerte y ella es el punto más alto de la vida. Si no quieres morir, no vivas; es la única manera, pues si vives te diriges hacia la muerte. La vida trae la muerte. No habiendo vida no hay muerte. Así estos hombres que tienen miedo son hombres muertos. Encontrarás esos cadáveres moviéndose en el mercado, en la universidad, trabajando, haciendo cosas, pero son sólo cadáveres.

 

          La vida necesita de expansión, espacio. El miedo no lo permite. Entonces la seguridad es imprescindible. ¿Cómo estar seguro? Todo el arte de la vida está en saber cómo morir alegremente, porque el que está preparado para morir también lo estará para vivir, para amar, para encontrar a Dios. No hay otro camino.

 

          ¿Por qué el dinero es tan importante? Es tu protección contra el amor, contra la vida y la muerte, contra Dios. Por eso los Maestros renunciaron a él. La renuncia fue para demostrar que todo ese juego es contra la vida, el amor, Dios. Simplemente renunciaron. No por causa del dinero, sino porque comprendieron que a través de esa protección, ellos se estaban matando, que eso era veneno.

 

          Una vida nueva comienza cuando se comprende que el dinero es la neurosis. La seguridad, el ansia de seguridad y salvación, demuestra que estás muerto. Esfuerzos continuos para la seguridad significan que aún no has sido capaz de amar. Un momento de amor es una eternidad. Un amante puede morir fácilmente, amorosamente. Conoció la vida, la gloria, la bendición. Agradece a Dios ese único momento que le fue dado y que no merecía.

 

          ¿Quién merece? Nadie. ¿Has pensando en el hecho de que estés vivo? ¿Te mereces eso? ¿Cómo lo has conseguido? Has visto flores, árboles, pájaros volando y el sol naciendo cada mañana; has visto tantas noches estrelladas. ¿Cómo has conseguido merecer el estar vivo? Es simplemente una gracia. No has hecho nada por eso. Es una gracia de Dios.

 

          Si por un instante conoces el amor, estarás agradecido por toda la eternidad. Entonces no habrá muerte, porque el amor no conoce la muerte; conoce la vida. Tú conoces la muerte. El dinero es el símbolo de un hombre muerto, es el amor de un muerto.

 

          Mira para un avaro. Cuando coge su dinero, para él no es sólo dinero. ¡Cuánto romanticismo en sus ojos al mirar para sus monedas! Queda completamente transformado. Rara vez se casan. Piensan que es muy caro y no se lo pueden permitir.

 

          La mayor parte de los célibes que nos encontramos son avaros. Tienen miedo de gastar demasiado dinero. Son mezquinos, pero racionalizan. Viven siempre por la razón, nunca a través del corazón, porque los sentimientos son peligrosos.

 

          La razón siempre toma y el corazón siempre da. Por eso el avaro no cree en el corazón. Poco a poco lo va matando, vive para la cabeza. No permite sensibilidad en su ser. No cree en las limosnas porque es ruin para la economía y no es bueno para la cultura. En el fondo no quieren dar, esa es la base. Pero no pueden aceptar el hecho de que no les gustan dar.

 

          Vivimos en las razones, en las palabras, en los raciocinios y escondemos el hecho básico, escondemos que matamos nuestros sentimientos. Si estamos en el camino del dinero, miremos el fenómeno completo. Estamos creando ansiedades.

 

          Si aceptamos el flujo y el reflujo de la vida, el nacimiento y la muerte, no necesitamos crear ninguna ansiedad. Podemos amar. No intentemos estar seguros, ni temamos a la muerte: ella vendrá. Demos a la vida la oportunidad de florecer y la muerte será la culminación, no el fin.

 

          En el momento de la muerte, un hombre que vivió a través del amor  - y este es el único modo correcto de vivir  - sentirá un éxtasis maravilloso. Morirá con una canción en el corazón. Aprendió como amar y como dar. En el momento de la muerte, también podrá dar.

 

          Dará todo su ser de vuelta a la tierra: el cuerpo y el aire, el fuego para el fuego, la tierra para la tierra, el cielo para el cielo. Dará todo y se irá para la Fuente. No se agarrará a nada. Si te atas a alguna cosa en el momento de la muerte, todo será horrible. No podrás soltarte si estás atado; perderás el pico de la vida más alto que te es posible, que fue posible. Estos son los dos caminos: el uno es real y el otro una ilusión.

 

          Quien da queda en estado de gracia. Si puedes seguir esta regla, tú fluirás. Toda la ilusión desaparecerá. Podrás mirar al cielo y ver la realidad. No estarás preso a los reflejos.

 

          El amor es la realidad, el dinero es la ilusión.

 

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