ALCORAC

SALVADOR NAVARRO 

 

 

                                                                          

Dirigida a las Escuelas de:

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                        Mallorca

                        Menorca                                              CIRCULAR nº  12. Año III                                                   Las Palmas                                          

                                                                                    Llubí, 1º de Diciembre de 1.997.

Con esta Circular doy fin a las correspondientes al año 1.997. Quería terminar con otros ejercicios destinados a realizar nuestra evolución en la Tierra, pero después de pensar sobre el tema me decidí a hacerlo con algo tan amable como una historia que llevo repitiendo hace más de veinte años. He llegado a la conclusión de que siempre hay algo nuevo que decir sobre algo, cuando este "algo" tiene vida propia y se mueve en el tiempo. Los que ya conocen la historia podrán juzgar si estoy en lo cierto.

Le preguntaron a un sabio: "¿Quién te guió en el Camino?"

Y él respondió: "Un perro. Un día lo vi, casi muerto de sed, parado junto al agua. Cada vez que veía su imagen en el agua retrocedía asustado, porque pensaba que allí había otro perro.

Finalmente, era tan grande su sed, que abandonó el miedo y se arrojó dentro del agua; con esto la imagen desapareció.

El perro descubrió que el obstáculo era él mismo, la barrera entre lo que buscaba y él, se había desvanecido.

De la misma forma, mi obstáculo se disolvió cuando supe que aquello que pensaba que era yo, no era más que el propio obstáculo. Y el Camino me fue mostrado por el comportamiento de un perro".

Yo miro para ti...... y no veo más barrera que tú mismo. Estás parado en medio de tu propio camino. Y, al menos que comprendas esto, nada será posible para tu crecimiento interior.

Si la barrera fuese alguna persona, podría haber una desviación, un rodeo. Pero tú eres la barrera, no puedes desviarte, ¿quién va a desviarse de quién? No puedes escapar, porque donde quiera que vayas, tú estarás presente.

Eso tiene que ser comprendido tan profundamente como sea posible. ¿Cómo aparece esta barrera? ¿Cuál es el mecanismo del ego que se torna un obstáculo? Es como una crosta dura que te rodea y te impide volar hacia el cielo, sin poder abrirte al mundo del amor y de la meditación. ¿Cómo nace esta concha del ego? Si pudieras entender el nacimiento del ego, sabrás el secreto de cómo disolverlo. El propio entendimiento es la libertad.

El ego nace a través de los reflejos. Vemos nuestro reflejo en los ojos de los demás, en sus caras, en sus palabras y vamos acumulándolos. Sin saber quién eres tú, necesitas encontrar una identidad.

Nace un niño y aún no sabe quién es. Pero necesita saberlo, de otro modo sería imposible vivir en el mundo. Se entra verdaderamente en el mundo cuando se comienza a sentir quién somos.

Es por eso que tú no consigues recordar muchas cosas de tu infancia. Si con la memoria retrocedes en el tiempo podrás recordar cosas sueltas hasta los tres o cuatro años de edad. ¿Cuál es el problema? ¿Será que la memoria no funciona bien? Un niño de tres o cuatro años es muy impresionable. ¿Por qué la memoria no está presente? Porque el ego aún no estaba despierto. ¿Quién carga la memoria? El niño no se ha identificado. No aparece ninguna identidad.

¿Como la criatura adquiere el ego? Ella mira los ojos de la madre. Ella le sonríe y él guarda la impresión: "Debo ser bonita, valiosa". Siempre que la madre llega cerca y la besa, es feliz. Está juntando impresiones. Llega el padre y juega con ella y observa. El padrfe y la madre son el espejo. Llegan los parientes y vecinos que le sonríen y hacen caricias y la criatura va acumulando. Está archivando en la mente quién es ella.

Si un niño fuera criado sin madre, siempre sentirá que a su identidad le falta algo. No será capaz de amarse a sí mismo, porque la impresión básica de alguien amoroso no está presente. Será siempre, de alguna forma, inseguro. La madre da seguridad, la seguridad de que es amado, de que es un valor precioso, de que hace felices a los demás.

Naturalmente, muy pronto, empieza a dividir sus impresiones. Aquellos que ama y aquellos que no son de su agrado. Las impresiones que no son agradables para el ego van siendo arrojadas en un rincón de la mente, hacia el inconsciente. Alguien lo golpea o le dice "Fea"; la profesora le dice: "Estúpido", y estas impresiones son arrojadas al inconsciente. Comienza la división.

La consciencia es aquello que estimas y amas. Pero nosotros continuamos echando lo feo al inconsciente. La división está en la mente, este es el comienzo de la esquizofrenia. Si llega a su máximo extremo, te dividirás en dos personalidades. Normalmente, somos dos.

Cuando te enfadas, la personalidad reprimida toma su lugar. Observa a una persona encolerizada: cambia la cara, los ojos y el comportamiento. No es la misma persona. Es como si algo extraño hubiese llegado, queda poseída y hará cosas que normalmente no hace. Podría matar en un momento de furia y no será capaz de comprender por qué lo hizo. Muchos asesinos dicen que nunca pensaron hacer aquello. Alguna personalidad oculta, con la que no se identifican, los poseyó.

Veamos una persona apasionada. Sus ojos no son los mismos, hay una luz brillante en ellos.Su rostro parece más suave. Está fluyendo mucho más. De la oscuridad nace una nueva aurora. En su interior los pájaros cantan y las flores se abren.

En el amor un hombre es totalmente diferente. En la rabia, son dos personas separadas, surge la identidad reprimida en el inconsciente. En el amor nace la identidad que más estimamos.

Esta división es la causa de todas las miserias que nos ocurren y de todas las agonías que acontecen a la mente humana. A menos que esta división desaparezca, jamás serás un todo, jamás sabrás quién eres. El consciente es tan falso como el inconsciente, porque ambos son reflejos acumulados de los otros. No te encuentras directamente, sino a través de los demás. Existen algunos espejos en los que pareces feo. Hay otros espejos que te favorecen.

Estas han sido mis observaciones; cualquiera sea tu identidad,cualquiera sea tu ego, en el fondo existe confusión, porque la otra parte condenada está siempre escondida. En tu base, ella está siempre presente. Si alguien te pregunta: "Quién eres tú!, la respuesta no está presente. Si nadie te pregunta, sabes quién eres.

San Agustín decía: "Cuando nadie pregunta, yo se que hora es. Pero, si alguien pregunta la hora que es, yo no lo se".

Es exactamente el caso del ego.Si nadie pregunta, sabes. Pero, si alguien lo hace, la seguridad súbitamente desaparece.

Es por eso que no es educado preguntar a alguien: "¿Quién es usted?", porque la certeza está en la superficie. ¿Cómo se puede estar seguro, si sólo hemos acumulado reflejos? Y reflejos de muchas fuentes, antagónicos, contradictorios, confusos. Somos un caos. El ego es sólo un truco para esconder el caos. Interiormente estamos locos.

Esta es la primera cosa a ser comprendida: que nadie se puede conocer por medio de espejos, porque ellos interpretan. De hecho, ningún espejo refleja quién eres. Un espejo dice como él reacciona ante ti. La madre sonríe, pero no está diciendo algo sobre ti, sino con respecto a ella misma. Es feliz porque es madre. Y todas las madres sonríen a su hijo, por más feo que éste sea. Y si la criatura sonríe, la madre también está acumulando ego, pues piensa que su hijo le está sonriendo a ella.

Todos estamos en el mismo barco. Los niños sonrien a su madre, porque ella es la fuente del amor y del alimento. Es como si fuera una diplomacia que usan, porque así consiguen más amor y nutrición. Pronto sabrá cuando sonreir y cuando no. Comienzan a dar castigos y premios. Si no están contentos con la madre, no sonreirán, no mirarán para ella.

El niño está mostrando algo de dentro de él mismo, no de la madre. La madre muestra algo de sí misma, no de su hijo. Esto tiene que ser comprendido, especialmente para el buscador; esto es básico, que todo lo que nos rodea, reflejan nuestra imagen. Ellos muestran sus reacciones. Si no te conoces a tí mismo, ¿cómo pueden ellos conocerte? Es imposible.

El ego es la suma de impresiones, sombras y reflejos. Y con este ego, vivimos en un infierno. A menos que lo abandones, la posibilidad de alcanzar el cielo permanece siempre cerrada.

No intentes abandonarlo, porque ahora mismo aquél que lo abandona es el mismo ego. Y ganarás un ego sutil, que te dice: "Yo estoy abandonando el ego". Y, nuevamente, mirarás a tu alrededor y oirás a la gente decir: "Nunca vimos un hombre tan humilde". Y acumularás ese reflejo, de que eres la persona con menos egoísmo del mundo, de que no tienes ego. Y sigues acumulando.

El ego no se puede abandonar, sólo puedes comprenderlo.

Y no hay necesidad de abandonarlo, porque no hay cosa alguna que abandonar, no hay más que sombras. Tienes que comprender como acumulas auto-identidades. Y esta auto-imágen es confusa porque has juntado hechos de muchas fuentes, opuestas, así serás siempre una multitud, no una unidad. Esas impresiones no pueden tener unidad.

Si hubieses vivido como un hombre y jamás hubieras encontrado a otro, tu ego estaría absolutamente seguro, pero eso es difícil, porque un hombre no es tampoco un hombre. En un momento es una cosa y en otro momento es otra. Por la mañana la madre sonreía y por la tarde estaba enfadada, castigándote. Si viviéramos con una persona de un humor único, el ego sería uno. Pero hemos vivido con muchas personas, con miles de humores diferentes, y todas esas impresiones están marcadas. Tu ego es una multitud. No es un centro, sino una dispersión.

No puedes abandonarlo sino mirar, observar y comprender. Una vez comprendido, repentinamente sentirás que fue abandonado. Es como la oscuridad: enciendes una lámpara y la oscuridad desaparece. Traes comprensión, traes luz, y el ego desaparece, las sombras se van. Y cuando el ego desaparece, te vuelves unificado. Consciente e inconsciente pierden las fronteras.

Freud está equivocado cuando dice que el consciente y el inconsciente tienen fronteras demostrables. No tienen ninguna. Es sólo por causa del ego. La parte aceptada del ego se hace consciente, puede estar en la superficie. La parte rechazada del ego, porque tú la rechazas, es arrojada fuera, pero ¿a dónde va?, cae hondamente en ti. No existe oscuridad, sino que estamos dando la espalda a la parte rechazada.

Una vez comprendido que es ego es sólo una multitud de millares de impresiones, y que los rechazos y las aceptaciones son de la misma cualidad, porque ambas son falsas, al entender que el ego es falso, de súbito la multitud desaparece y la falsedad cae. En un momento las fronteras entre el consciente y el inconsciente son disueltas. Hay un fusión.

Y el inconsciente es muy grande, más de noventa veces mayor que el consciente. Así, a menos que te integres al inconsciente, tu vida será fragmentada, superficial. Vivirás una parte y no serás capaz de vivir el total. Todo lo que hagas será hecho por la parte.

Y, para mi, estar entero en alguna cosa es ser meditativo; estar entero en cualquier cosa. La meditación no es algo separado de la vida, es justamente ala cualidad de estar completo y total en algo. Si sacas agua de un pozo, esto puede ser meditación, si estás en tu totalidad en eso. Sólo el movimiento de sacar el agua existe. Llenas los cubos, cargas el agua. Apenas movimientos. Nadie está separado, dividido. Es meditación.

Preguntaron a un sabio: "Ahora que estás Iluminado, ¿qué haces"?

Respondió el sabio: "Corto leña, saco agua del pozo". Sólo esto, dice él. En ese momento cortaba leña. Continuó: "Todo es perfecto y maravilloso. Corto la leña y cargo el agua del pozo y todo es perfecto".

Si tú te tornas entero en cualquier cosa, yo digo - andando, oyendo, hablando -, si te vuelves entero, esto será meditación. De otro modo, puedes estar cantando mantras con una parte de tu mente y con la otra seguir vagando con tus pensamientos. La multitud sigue. Una parte está en el mercado y la otra en casa, una para el futuro y la otra para el pasado. Una multiplicidad jamás puede ser meditativa.

Por eso, al abandonar el ego, no por ti sino por tu comprensión, él cae por sí mismo. El inconsciente corre en dirección a tu consciencia. Te conviertes en una unidad. Ahora, lo que quieras que hagas, estarás totalmente en ello. Y esto es el éxtasis, ni pasado ni futuro; simplemente en el momento, aquí y ahora.

Sólamente en ese estado, por primera vez, te vuelves consciente de quién eres tú. Antes de eso, todas las identidades son falsas. Tienes que llegar a ti mismo, directamente; será un encuentro cara a cara consigo mismo, con tu propia realidad. No es necesario cualquier otro espejo, porque los espejos muestran sólo la forma. Los espejos sólo pueden reflejar lo que puede ser visto por los otros, nunca pueden mostrar lo que no puede ser visto por los demás sino por ti mismo.

¿Qué ocurre si te miras en un espejo? Lo que está allí reflejado, es la superficie. Tu centro no puede ser reflejado, sino la forma. Y, cuando miras, no eres el que estás reflejado, porque no eres lo que es visto, sino el que ve. No eres el que está reflejado, sino el que está mirando el reflejo,observando.

Tú eres siempre aquél que ve y no puedes ser reducido a lo visto.Tú eres la subjetividad y no puedes ser jamás el objeto. Eres irreducible ..... entonces, ¿cómo encontrarte a ti mismo?

Tienes que volverte hacia dentro. Tienes que abandonar todos los espejos, el de los ojos, los amistosos, los enemigos, los indiferentes, todos los tipos de espejos tienen que ser abandonados. En verdad, tienes que cerrar los ojos y mirar hacia dentro y ver lo que no puede ser visto, encontrar a aquél que ve.

Es un absurdo.Es ilógico, pero ocurre. ¿Cómo puedes ver a aquél que ve? Por la lógica es imposible. Pero acontece, porque la vida no se molesta con la lógica. La vida es más que la lógica.

Esta historia de este maestro es hermosa. Debía ser un hombre de conocimiento. Son los maestros los que dicen: "Perdónalos porque no saben lo que hacen". "En su ceguera es todo lo que pueden hacer, no se puede esperar más".

Esto es algo para ser comprendido. No puedes pecar si eres ignorante. La responsabilidad no está en ti; pero cuando sabes, entonces la responsabilidad está presente. El conocimiento es la mayor responsabilidad, el conocimiento te hace responsable.

Todos los eruditos son cómplices de la multitud. Están comprometidos con ella, por eso no hay ningún erudito que haya sido crucificado. Son seguidores de la multitud, están comprometidos con ella. Y su complicidad consiste en curvarse cuando comparecen ante un maestro o ante la multitud.Son gente muy astuta.

Ahora vayamos a la historia:

Un hombre que está preparado para aprender, puede aprender de cualquier cosa. Otro que no lo esté, no puede aprender ni de un Maestro. Depende de ti. Un perro puede convertirse en un dios, si estás dispuesto a aprender. Lo mismo un dios puede no parecerlo, si no estás preparado. Al final, todo depende de ti. Estar preparado para aprender significa estar abierto a todas las posibilidades. De otro modo, ¿quién observa a un perro? Tú no tomarías ni conocimiento, pasarías de él y perderías la oportunidad que hizo transformarse a este maestro.

Tú pierdes la oportunidad todos los días. A cada momento la orientación está a tu lado. Dios continúa llamando desde diferentes lugares, pero tú no oyes. En verdad, tú piensas que ya sabes, ese es el problema. Si un hombre enfermo piensa que está curado, ¿por qué ha de escuchar al médico? Y entonces se niega la posibilidad de tratar la enfermedad. Si hayas que ya sabes, no serás capaz de saber. Primero tienes que reconocer que no sabes y después, de repente, de todas partes, las cosas comienzan a suceder.

¿Quién te guió en el camino?, preguntó alguien.

Jamás hubiera pensado que la respuesta sería: "Un perro. Un día lo ví, casi muerto de sed, parado junto al agua".

Ese es el lugar donde todos estamos: junto al agua, casi muertos de sed. Pero alguna cosa nos impide beber, porque no estamos saltando dentro de ella. Eso es seguro. ¿Qué es? Es una especie de miedo. Porque las márgenes son conocidas, nos son familiares, es saltar en el río e ir en dirección a lo desconocido.

Lo conocido está siempre muerto, como un margen y lo desconocido es siempre fluído, fluye como un río. El miedo es agarrarse a lo que nos es familiar. El miedo siempre dice: "Agárrate a aquello que es conocido". Y entonces el miedo te hace mover en círculos, porque sólamente el camino circular nos es familliar.

Las personas llegan a mi para contarme sus miserias, pero no están preparados para abandonarlas, porque aún así las miserias nos son familiares. Al menos, piensan ellas, las miserias son de ellas.

¿Cómo puedes entregar tus miserias? Ellas te son familiares, habituales, porque hemos vivido con ellas mucho tiempo y nos sentiríamos muy solos sin ellas. Y si vivimos con la miseria, ¿cómo es posible la felicidad? Ambas no pueden vivir juntas. Sólamente podrías ser feliz si la miseria sale por una puerta y el éxtasis entra por la otra.

La naturaleza abomina el vacío. Dios también. Pero tú te agarras a la miseria como si fuera un tesoro. ¿Qué has conseguido? ¿Será que no puedes renunciar a ella? ¿No has vivido suficiente tiempo con ella? ¿A qué estás esperando?

"Un día lo ví casi muerto de sed ...... ¡Muerto de sed! ¡Y el agua ante él! ...."parado junto al agua. Toda vez que miraba su reflejo en el agua se asustaba y retrocedía ..... "  El miedo a lo desconocido es el miedo de los reflejos. El se veía reflejado en el agua y pensaba que había otro animal. Se estaba viendo a sí mismo. No había nadie más.

Esta es una frase muy fecunda. Déjame decirte que tú estás solo en tu mundo. Que no hay nadie más. Todo lo demás que tú ves, son apenas tus reflejos. Jamás has salido de ti mismo. Y, además, no hay nadie más que tú en tu mundo. Todo es reflejo. Y a causa de esto tú estás cerrado.

Cuando te encuentras con una persona, ¿encuentras a la persona que ella es o, simplemente, encuentras un reflejo de ti mismo en ella? Cuando encuentras a una persona, inmediatamente comienzas a interpretarla. Creas una imagen con respecto a ella. Esta imagen es tuya. La persona no es importante, sólo tu imagen. La persona se aleja y la imagen se va haciendo más clara hasta que la olvidamos. Y entonces vives con la imagen. Cuando hablas con la persona, hablas para tu imagen de la persona, no para ella, realmente.

Te encuentras con una persona y te enamoras, ¿piensas que te has enamorado del otro? Es imposible. Te estás apasionando por la imagen que has creado. Y el otro también se está apasionando de la imagen que ella creó en torno a ti. Siempre que dos personas se enamoran, están presente cuatro personas. Y entonces hay un problema, porque nunca nos enamoramos de la persona sino de la imagen que hacemos. Más tarde o temprano la realidad aparece, nace un conflicto entre el sueño y la realidad, entre tu imagen y la persona real que te es absolutamente desconocida. Y viene el choque.

Todo caso de amor suele terminar en este abismo. Y cuanto más profundo es el amor, más intenso el sentimiento, más pronto se derrumba. ¿Por qué así? Tiene que suceder porque ¿cómo pueden estar juntas dos personas que se enamoran de sus propias imágenes? Ellas estarán siempre entre los dos. Y esas imágenes son falsas.

Una persona real es diferente, no es tu imagen. No está para llenar tus esperanzas. Una persona real tiene su propio destino. Tú tienes tu propio destino. Si pueden andar juntos, por algún tiempo en el camino, tanto mejor, es hermoso. Pero tú no puedes esperar que: "Haz esto. No, mejor haz aquello". Una vez que comienzas a esperar, estarás trazando una imagen: el amor estará muriendo y a partir de ahora será algo muerto.

Mira para parejas y matrimonios. Parecen aburridos y muertos uno con el otro. Simplemente se toleran, de alguna forma arrastran juntos sus vidas. No hay misterio entre ellos, no danza al mismo compás. No miran más el uno en los ojos del otro. Pueden darse las manos, pero están muertas, nada fluye a través de ellas. Se abrazan, se besan, practican el sexo, pero todo son maniobras, practican estar juntos. Pero no hay fluir, no hay felicidad, nada es un acontecimiento. No salen de su unión más rejuvenecidos, renacidos. Entran muertos en ese juego y salen más muertos que antes.

Esto sucede porque tú siempre estás creando en el otro un reflejo de tu propio yo, creando ilusiones. Y entonces estás enamorado, después odiando, ahora encuentras amigos y después enemigos, y son todos reflejos tuyos.

Existe una vieja historia: Un gran rey construyó un palacio. Las paredes estaban revestidas de espejos, habían millones de ellos. Entrar en ese palacio era maravilloso. Podías ver tu cara en millones de espejos. Encendías una vela y se convertía en millones de velas, y todo el palacio quedaba iluminado.

Una noche entró un perro allí. Miró a su alrededor. Quedó muy asustado en ver que le rodeaban millones de perros reflejados en los espejos. Quedó con tanto miedo que olvidó completamente la puerta por donde había entrado. Y comenzó a ladrar, y millones de perros comenzaron a ladrar al unísono. Quedó agresivo y millones de perros se volvieron agresivos. Y se arrojó contra las paredes. Por la mañana, fue encontrado muerto. Y no había nadie excepto el propio perro.

Y esta es la situación de todo el mundo. Gritamos, luchamos, amamos, hacemos amigos y enemigos y cada persona funciona como un espejo para ti. Tiene que ser así. A menos que despiertes y comprendas quién eres, continuarás en ver en el espejo de los otros tu propio reflejo. El ego es completamente masturbador.

El perro estaba casi muerto de sed, pero ni aún así era suficiente. El miedo. Lo veo en tu corazón, en tus ojos muertos de sed. Pero esa sed aún no parece ser bastante para que des el salto, para que abandones el miedo, para que escojas lo desconocido. El miedo parece ser más importante, lo que más pesa en ti.

Tú puedes alcanzar un punto en tu mediación y el río comienza a fluir, ya puedes dar el salto. Pero entonces surge el miedo. Si estuvieras realmente con sed, saltarías a cualquier precio. Y es necesario un maestro para hacerte cada vez más sediento, más y más consciente de tu sed, porque ese es el único camino. Cuanto más sed tengas, más fuego nacerá en tu corazón y estarás quemándote de sed. Sólo entonces podrás abandonar el miedo a saltar, cuando la sed sea mayor que el miedo.

Alguien le preguntó a Buda: "Dices que la Verdad no puede ser enseñada. Entonces, ¿por qué enseñas?

Y Buda respondió: "La Verdad no puede ser enseñada, pero la sed sí. O, por lo menos, estar consciente de tu sed, porque tú la reprimes".

..... parado junto al agua. Cada vez que miraba su imagen en el agua, quedaba asustado y retrocedía, porque pensaba había otro perro.

Finalmente, era tan grande su sed ...... "

Recuerda estas palabras. Nada puedo hacer, a menos que para ti llegue el momento en que sientas que tu necesidad es tan grande que puedes dar el salto, tendrás que explotar hacia dentro de lo desconocido, que tienes que caminar hacia él.

"Finalmente, era tan grande su sed, que abandonó el miedo y se arrojó dentro del agua; con esto el reflejo desapareció .... "

porque cuando tú saltas en el agua, el río que parecía un espejo, deja de serlo. El reflejo desapareció. El otro perro ya no está ahí. Y el maestro lo debió de haber observado, sentado en la orilla, mirando a este perro, su miedo, su esfuerzo continuo para ir después retrocediendo siempre y siempre.

"El perro descubrió que el obstáculo ..... " no estaba fuera, era él mismo. No había ningún perro en el agua. Ya no había nada impidiéndole, como él pensaba antes. Era él mismo:  "era él mismo, la barrera eentre él y lo que buscaba, se había desvanecido".

Y este es el caso, exactamente el caso de todos nosotros con todo.  Nadie lo está impidiendo. Algo como una especie de tu propio reflejo entre tú y tu destino, entre tú como semilla y tú como flor, no hay nadie más que lo impida, creando cualquier obstáculo. Por tanto, no sigas arrojando la responsabilidad a los demás. Esa es una forma de consolación. Deja de ser indulgente contigo mismo. Mira profundamente en el espejo.Todo son espejos a nuestro alrededor. Mira hondo y descubrirás tu propio reflejo en todas partes.

"De la misma forma, mi obstáculo se desvaneció cuando supe que aquello que yo pensaba ser yo mismo, era el propio obstáculo. Y mi Camino me fue mostrado, primero por el comportamiento de un perro".

El Camino te es mostrado de millones de direcciones. Las personas se iluminan a través de la observación de un perro, de un gato, de una hoja cayendo de un árbol, a través de todo tipo de situaciones. Pero una cosa sola es necesaria: estar atento. Perros, gatos, hojas, árboles, ríos, todo es irrelevante. Las personas se iluminan por la observación.

Observa sin un pensamiento de tu parte, sin pasado, sin conceptos previos, sin interpretar.¡Observa! Si tus ojos están claros, si observas silenciosamente, todas las situaciones te conducen a Dios. ¡Así debería ser! Cada situación, cada momento de la vida, conduce a Dios.

Cuando llegó la última noche antes de que Jesús fuera crucificado, él dijo a sus discípulos: "Voy a orar a mi Padre, así que vigilen. No duerman".

Después de una hora, Jesús regresó y sus discípulos estaban durmiendo profundamente. Los despertó y les dijo: "¿Qué están haciendo? Les dije que quedaran en vigilia y estáis durmiendo".

Y respondieron: "Estamos cansados. Lo intentamos, pero el sueño nos dominó".

Jesús repitió: "Ahora queden más atentos, porque esta es la última noche. No estaré más con vosotros". Y nuevamente volvió después de media hora y ellos volvían a estar profundamente dormidos.

¿Qué les estaba diciendo? Les estaba dando la palabra-clave: "Estén alertas". Y es lo más que un maestro puede dar cuando está preparando su marcha. En estas palabras están toda la esencia de la Escrituras.

Por tres veces Jesús volvió. Yo digo que hay sólamente dos cosas infinitas: la compasión del maestro y la estupidez del discípulo. Aquella noche los discípulos de Jesús pudieron quedar iluminados, porque el maestro estaba en el punto más alto de su vida. En el momento que Jesús oraba en el huerto, toda la atmósfera del Jardín de Getsemaní estaba cargada. Si hubiesen estado atentos, una iluminación podría haber sido dada. Pero ellos dormían profundamente.

A ti, también te digo, ¡queda atento!, porque yo no estaré aquí todo el tiempo. Sólamente un poco de tiempo más. Tú puedes encontrar disculpas y perderlo todo. ¡Queda atento!

Jesús acostumbraba contar una historia en la que un señor salía de viaje y dijo a sus siervos: "Vigilen las veinticuatro horas del día, porque en cualquier momento puedo volver. Y si encuentro a alguien dormido, lo puedo despedir. Queden alerta. Alguien tiene que quedar consciente y despierto. Pueden dividir el tiempo por turnos, pero debo encontrar a alguno alerta y consciente a la hora que yo regrese.

Pero los siervos pensaron: "El viaje es muy largo, llevará años tal vez, por eso no tenemos que preocuparnos por ahora. Dentro de un año comenzaremos a vigilar. Durante un año podemos aprovechar y dormir bien. Estamos libres, ahora que el señor se ha ido".

Y cuando el señor volvió ..... regresó después de tres años, pero cuando se duerme un año completo, se tornaron perezosos, no es fácil. Y pensaron irlo dejando para más adelante. "El aún no ha vuelto ni ha llegado ninguna carta. ¿Quién sabe si está vivo o muerto?" Y comenzaron a olvidarse completamente. Cuando volvió el señor, no sólo habían olvidado que el señor existía, no sólo olvidaron que debían haber estado alerta, sino que olvidaron que eran siervos. A esas alturas, se habían convertido en señores de la casa.

Esto es lo que sucede a todas las mentes, a todas las consciencias.

Y recuerda: Dios puede tocar en tu puerta en cualquier momento.Si no estás vigilando, perderás. Dios puede llamar a través de un perro, de una flor. Un pájaro que vuela. EL puede usar cualquier oportunidad para golpear en tu puerta.

Permanece alerta, despierto, observando, para que cuando el Invitado llegue, no te encuentre durmiendo; cuando El toque en tu puerta, estés preparado y tengas dispuesta la casa para el Convidado, que tu corazón esté a punto para recibir.

Queda atento. Estando atento, poco a poco, el ego morirá, porque el ego es creado por la mente no-atenta, por la mente no observadora. A través de la vigilancia, del testigo, el ego muere. Y nada es posible, hasta que el ego muera. Y en ese vacío todo surge. Nada puede surgir del todo. En ese vacío, el Absoluto nace.

Tú estás aquí,  y tu responsabilidad es ser tu muerte y tu resurrección.

NOTA: con esta Circular nº 12, termina las correspondientes al año 1.997, quedando pendiente el número Extra de Navidad que será distribuído en Enero de 1.998.

Es mi voluntad despedir este año que termina con vosotros, ya que no en presencia sí con el pensamiento y el espíritu, con estas palabras de un hombre que en mi juventud fue mi maestro en la distancia. Que seais muy felices.

          Los bienes del mundo no fueron hechos para un estrecho número de privilegiados, sino para todos los hijos de Dios.

          El mayor pecado del ser humano es ignorar sus fuerzas internas, sus poderes creadores y su herencia divina. ¡Mira cuántas cosas eres capaz de hacer!

 

I N T E R E S A N T E

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