CURSOS Salvador Navarro Zamorano EL DESPERTAR DEL HÉROE INTERIOR
Acostumbramos decir que algunas personas tienen “alma”. Ellas amaron, sufrieron y tienen un profundo sentido del significado de la vida. Y, lo que tal vez es más importante aún, saben quienes son. Otras personas parecen haber perdido sus almas. Pueden tener bienes materiales: una buena casa, un coche, un buen empleo y buenas ropas, pueden hasta tener una vida familiar estable y ser religiosas. Pero, por dentro, se sienten vacías. Lo mismo, cuando hacen lo que deben hacer, sus acciones parecen no tener significado. Existen, además, otras personas que aman, sufren y viven la vida intensamente, pero nunca llegan a un acuerdo con sus vidas. Parecen no conseguir encontrar un empleo o relación personal que realmente las satisfagan y, por ello, se sienten constantemente forzadas. Aunque puedan estar unidas a sus almas, se sienten solitarias en el mundo. El caso más triste, es el de aquellas personas que nunca aprenden a abrirse camino en la vida o cómo ser sinceras consigo mismas. Sus vidas son vacías y sin gracia, aunque no precise ser necesariamente así: virtualmente, todos somos capaces de encontrar propósito y significado en nuestra vida y en la vida de la comunidad humana. En las historias sobre heroísmos, encontramos un modelo para aprender a vivir. La busca esforzada implica decir un sí a nosotros mismos y, al hacerlo, volvernos más plenamente vivos y actuar de forma más eficiente en el mundo. El camino del héroe consiste primeramente en la realización de una jornada para encontrar su tesoro, representado por nuestro auto-conocimiento y, seguidamente, en el regreso al punto de partida para dar nuestra contribución, en el sentido de ayudar a transformar el Reino y, al hacerlo, transformar nuestra propia vida. Aunque la búsqueda propiamente dicha está repleta de peligros y trampas, ellas nos ofrece una recompensa: la capacidad de ser bien recibido en el mundo, la oportunidad de encontrar y expresar nuestros dones y vivir en armonía con las demás personas. El Despertar del Héroe Interior está destinado a las personas en todos los momentos de su camino por la vida: él es una convocatoria hacia la búsqueda, para aquellos que se están iniciando o apenas considerando la posibilidad de emprender el Camino y sirve de estímulo a aquellos que hacen mucho tiempo que caminan, y es un instrumento de trabajo para las personas que están evolucionadas y quieren descubrir maneras de compartir y pasar más allá de lo que saben. Cada camino es único y cada explorador hace un nuevo camino. Todavía, es infinitamente más fácil emprender esa jornada teniendo por lo menos algún conocimiento sobre las experiencias de aquellos que ya lo hicieron. Cuando aprendamos cuales son los diversos caminos posibles, comprenderemos que todos tenemos la oportunidad de ser héroes a nuestra propia y singular manera. Las historias sobre héroes son profundas y eternas. Ellas unen nuestras ansias, disgustos y pasiones, a las experiencias de los que vinieron antes que nosotros, de modo que podemos aprender algo respecto a las esencias del significado de ser humano, y también nos enseñan de qué forma estamos unidos a los grandes ciclos de nuestro mundo natural y espiritual. Aunque los mitos que pueden dar significado a nuestras vidas sean profundamente primitivos y arquetípicos, a veces inspirándonos miedo, ellos también tienen la capacidad de liberarnos de modos de vida falsos y hacer que tengamos otra vida más real. Si evitamos lo que se llamó una vez de “terror primitivo”, perdemos nuestra conexión con la intensidad y el misterio de la vida. El encuentro de nuestra unión con esos moldes eternos proporcionan un significado e importancia hasta en nuestros momentos más penosos, recuperando de esa manera la dignidad de la vida. La paradoja de la vida moderna es que, al mismo tiempo que estamos viviendo como nunca se ha vivido antes y recreando constantemente el mundo en que vivimos, nuestras actividades frecuentemente nos parecen sin fundamento y vacías. Para trascender ese estado, precisamos sentirnos enraízados simultáneamente en la historia y en la eternidad. Es por eso que el mito de los héroes es tan importante en el mundo de hoy. Trátase de un mito inmemorial que nos une a personas de todas las épocas y lugares. El nos dice de saltar con coraje a través de los límites de lo conocido para enfrentarnos a lo desconocido y tener confianza de que, cuando llegue el momento, tendremos los recursos necesarios para hacer frente a nuestros dragones, descubrir nuestro tesoro y retornar para transformar el Reino. También nos dice de aprender a ser verdaderos con nosotros mismos y a vivir en armonía con los otros miembros de nuestra comunidad. En el mito clásico, la salud del reino reflejaba la salud del Rey y de la Reina. Cuando el gobernante era herido, el reino se transformaba en una tierra devastada. Para resolver los problemas del reino, era necesario que un héroe emprendiese una aventura para encontrar un objeto sagrado y retornar para curar o substituir al gobernante. Nuestro mundo presenta muchos de los síntomas clásicos de un reino devastado: hambre, daños al ambiente natural, dificultades económicas, injusticias, desespero y amenazas de guerra. Nuestros “reinos” reflejan el estado del alma colectiva y no sólo la de nuestros líderes. Esta es una época de la historia en que hay gran necesidad de héroes y de heroísmos. Tal como los antiguos héroes, nosotros contribuímos para restaurar la vida, la salud y la fecundidad del reino, como un beneficio colateral, por el hecho de haber emprendido nuestro camino, descubierto nuestro destino y ofertado nuestros propios dones. Es como si el mundo fuera un gigantesco rompecabezas y cada uno de nosotros que tomase un camino, regresara con uno de sus pedazos. Colectivamente, a medida que todos van dando su contribución, el reino se va transformando. La transformación del Reino depende de nosotros. La comprensión de ese hecho nos ayuda a traspasar una postura competitiva y a desarrollar una convicción de la voluntad divina que nos fortalece. Si una persona “pierde”, y no realiza su potencial de contribución, todos perdemos. Si nos falta valor para comenzar nuestro camino, creamos un vacío en el lugar donde debería estar nuestro pedazo de rompecabezas, habiendo un perjuicio personal y colectivo. El heroísmo consiste no sólo en encontrar una nueva verdad, sino también en tener el valor de actuar de acuerdo con esa nueva visión. Es por esta razón, de manera práctica, que los héroes necesitan tener el coraje y la cautela asociadas a un fuerte desarrollo del Yo, visión y claridad mental a consecuencia de haber emprendido los caminos del alma y haber encontrado el tesoro de sus verdaderos Guías internos. La mayoría de las personas saben que los héroes matan dragones, salvan doncellas u otras víctimas en apuros y encuentran y recuperan tesoros. Al final de su camino, frecuentemente se casan. Su jornada llegó a un “final feliz” en el cual su “nueva y renovada verdad” se manifiesta en la vida que pasa a tener, en una comunidad formada por su nueva familia y por otras personas. Esta nueva verdad que ellos traen, renueva sus propias vidas y también la vida de sus reinos y, por tanto, afecta a todos los que entran en contacto con ellos. Aunque el final feliz generalmente sea de corta duración, ese modelo místico es verdadero para nuestros caminos. Después que volvemos de un viaje iniciático e ingresamos en una fase de nuestra vida, somos llevados inmediatamente para un nuevo tipo de camino; el modelo no es lineal ni circular, sino en espiral. Aunque nuestra jornada nunca sea realmente interrumpida, existen momentos significativos en que las cosas pasan a consecuencia de la nueva realidad que encontramos. Cada vez que iniciamos nuestro camino, lo hacemos en un nivel y volvemos con un nuevo tesoro y con habilidades transformadoras recien descubiertas. Cuando creemos que nuestros caminos no son importantes y nos impiden hacerle frente a nuestros dragones y encontrar tesoros, sentimos un vacío interior que nos perjudica. Los psicólogos de nuestro masificado mundo moderno, tienen un nombre para raros casos de “delirios de grandeza”, pero no crearon ninguna denominación para la más difundida de todas las enfermedades: la desilusión de que no somos importantes. Aunque sea verdad que ninguno de nosotros es imprescindible o al menos no más importante que cualquier otro, cada uno tiene una interesante contribución que ofrecer, una aportación que seremos incapaces de realizar si no nos ponemos en marcha. Este Curso fue proyectado para ayudar a comprender nuestra importancia y nuestro potencial. Más importante que todo, es que nos ofrece la ocasión de dejar atrás un sentido pesimista de nuestras posibilidades y optar por vivir plenamente la vida. Aunque muchos de nosotros procuremos vivirla con intensidad, acumulando bienes, realizaciones y experiencias, eso nunca funciona. Sólo podemos vivir la vida en su plenitud si estuviéramos dispuestos a ser grandes y, al hacerlo, abandonar las ilusiones de impotencia y asumir la responsabilidad de nuestra vida. Para emprender nuestra jornada precisamos liberarnos de las ilusiones relativas a nuestra insignificancia. En la vida moderna hay una profunda falta de respeto por los seres humanos. El trabajo nos lleva a vernos a nosotros mismos como capital humano. La publicidad se basa en nuestros miedos e inseguridades para tentarnos y hacernos adquirir productos que no necesitamos. Muchas instituciones religiosas enseñan a las personas a ser buenas, pero no ayudan a que encuentren su camino interior, al auto-conocimiento. Algunos psicólogos creen que su función es ayudar a las personas a aprender a aceptarse tal como ellas son y no a descubrir lo que podrían ser con su propio potencial. Muchas instituciones educacionales entrenan a las personas para ser dientes del engranaje económico, en lugar de enseñarles a alcanzar la plenitud como seres humanos. En suma, somos vistos como productos o mercancía, para ser vendidos al precio más alto o para pasarnos por un proceso de perfeccionamiento, al término del cual nos volvemos más valiosos en el mercado. Ninguno de esos puntos de vista respeta el alma o la mente humana, excepto en la medida en que ellas puedan ser usadas como herramientas adquisitivas. Consecuentemente, las personas están teniendo cada vez menos respeto por sí mismas. Muchos de nosotros procura llenar ese vacío con alimentos, bebidas, drogas o con una actividad obsesiva frenética. El tal criticado ritmo de vida moderna no es algo inevitable, sino que es un disfraz para nuestra pérdida de identidad. Si nos mantenemos en movimiento, podemos crear la ilusión de que la vida tiene un significado. Con mayor o menor sutileza, somos desanimados para buscar nuestro Camino y encontrar nuestra propia singularidad, por medio de una constante presión para que no nos mostremos a la altura de las circunstancias establecidas. Y, cuando intentamos ponernos a la altura que se espera de nosotros, en vez de procurar encontrarnos a nosotros mismos, nos preocupamos en saber si nuestra apariencia es suficientemente buena, si somos lo bastante saludable, inteligente y si estamos esforzándonos lo necesario en el trabajo o si conseguimos el éxito que nos exigen. Miramos fuera de nosotros mismos para que los otros nos digan si estamos a la altura de algún tipo de perfección. ¿Cuántos de nosotros sueña con el rostro o con el cuerpo perfecto de alguna estrella del cine, con la inteligencia de un premio Nobel, con la claridad mental de un ser iluminado o con el éxito financiero de un millonario? No es de admirar que mucha gente se pase la vida recriminando nuestra incapacidad de no estar a la altura de nuestras aspiraciones. Como éste es nuestro proceso, nunca no encontraremos a nosotros mismos. En vez de eso, nos volvemos consumidores sumisos, pagando a todas las personas que afirman nos ayudan a superar nuestra fealdad, pecados, enfermedades o pobreza. Al hacer esto, los mantenemos tan presos como nosotros, luchando por alguna cosa que está por encima de nuestras perspectivas, en vez de procurar saber lo que realmente existe dentro de nuestro ser. Inicialmente, podemos ser llamados para buscar por el deseo de alcanzar alguna imagen de perfección. Al final, necesitamos dejar de lado cualquier tipo de idea predeterminada que nos mantenga cautivos y, simplemente, emprender nuestro Camino. La jornada del héroe no es otro proyecto de auto-perfección. Nos ayuda a descubrir y a honrar aquello que es realmente verdadero en nuestro ser. Todo aquél que comienza un Camino, por el hecho de hacerlo, ya es un héroe. El hecho de saber que eres un héroe no significa que estés equivocado. Tenemos la mente, el cuerpo y los instintos que necesitamos. El problema no consiste en transformarse en otra persona, sino en descubrir quién realmente eres. Eso significa hacerse a sí mismo algunas preguntas: ¿Qué es lo que quiero hacer? ¿Qué es lo que mi mente desea aprender? ¿Qué ama mi corazón? Hasta los problemas y las enfermedades pueden ser vistos como una “llamada de los dioses” para una etapa que fue anteriormente rechazada o evitada en nuestro camino. Así, también nos podríamos hacer la pregunta siguiente: “¿Cómo este problema o enfermedad me puede ayudar en mi camino?” Es grande la recompensa por este descubrimiento propio. Cuando nos encontramos, todo parece estar en un mismo engranaje. Adquirimos la capacidad de distinguir nuestra belleza, inteligencia y bondad. Nos volvemos capaces de utilizarla de forma productiva y, así, tenemos éxito y somos aceptados. Nos preocupamos mucho menos en probar nuestro valor y, por tanto, nos podemos relajar, amar y ser amados. Tenemos todo aquello que necesitamos para proclamar nuestra humanidad y heroísmo en su plenitud. Somos ayudados en nuestro camino por los guías internos, los arquetipos, cada uno de los cuales ilustra una manera de ser durante nuestro camino. El Despertar del Héroe Interno señala doce de esos guías interiores: EL INOCENTE, EL HUERFANO, EL GUERRERO, EL CARITATIVO, EL EXPLORADOR, EL DESTRUCTIVO, EL AMANTE, EL CREATIVO, EL GOBERNANTE, EL MAGO, EL SABIO y EL TONTO. Cada uno de ellos tiene una lección que enseñarnos y preside una etapa del Camino. Los guías internos son arquetipos que han estado con nosotros desde la aurora de los tiempos. Nos vemos reflejados en imágenes que se repiten, en las artes, en literatura, mitos y religiones; sabemos que son arquetipos porque son encontrados en todos los lugares y épocas. Los guías son verdaderamente arquetipos y, por tanto, existen como energía en la vida psicológica inconsciente de todas las personas de todos los lugares; ellos existen tanto dentro como fuera del alma humana, individual. Ellos viven dentro de nosotros y, lo que es más importante, nosotros vivimos dentro de ellos. Así, podemos encontrarlos marchando hacia dentro en nuestros sueños, fantasías y, frecuentemente, en nuestras actividades; o hacia fuera, como en los mitos, las artes, la literatura, la religión y, como hicieron las culturas paganas, para las constelaciones de los cielos y las aves y animales terrestres. Así, ellos nos proporcionan imágenes de héroes que existen dentro y más allá de nosotros mismos. Cada uno de nosotros vivencia los arquetipos de acuerdo con su propia perspectiva. Encontré cinco maneras diferentes de explicar lo que es un arquetipo: 1º Los buscadores espirituales pueden concebir los arquetipos como dioses y diosas, codificados en el inconsciente colectivo, a los cuales podemos despreciar por nuestra cuenta y riesgo. 2º Los académicos e intelectuales que desconfían de cualquier cosa que parezca misticismo, pueden concebir los arquetipos como metáforas o ejemplos controladores, o como los modelos invisibles de la mente que controlan el modo como vemos el mundo. 3º Los científicos pueden ver los arquetipos como algo semejante a los hologramas, y considerar el proceso de identificarlos semejante a los demás procesos. Como los arquetipos están dentro y fuera de nosotros (son los héroes internos y externos), todo un holograma está contenido en cualquiera de sus partes. Al descubrir cómo funciona un holograma, la ciencia comprobó el antiguo paralelo espiritual entre el macro y el microcosmos. De la misma forma, la psicología determina con frecuencia lo que es verdadero en la mente individual, estudiando la creación de la especies. 4º Las personas comprometidas con posiciones religiosas, que creen en la existencia de un único Dios, y se molestan con el politeísmo, pueden hacer una distinción entre la verdad espiritual del monoteísmo y las verdades psicológicas plurales de los arquetipos. Cuando hablo de un Dios único, eso significa algo que está más allá de la capacidad de comprensión humana. Los arquetipos parecen ser las diferentes facetas de ese Dios, facetas que son accesibles a la capacidad de la psiquis humana. Algunas personas, se apegan tanto a una visión monoteísta que han reducido su concepción de Dios, de tal modo que la hicieron compatible con una imagen arquetípica. Por ejemplo: ellos pueden imaginar a Dios como un anciano de gran barba blanca. Esas personas, inadvertidamente, se cerraron para un sentido de misterio, mucho más profundo que lo que cualquier imagen pueda representar. En las fases iniciales del cristianismo, era necesario crear el concepto de una Trinidad para encontrar la manera adecuada de expresar la verdad con respecto a Dios. Además de eso, muchos teólogos están acentuando imágenes del lado femenino de Dios a la visión patriarcal de Dios, mucho más ortodoxa: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El budismo postula la existencia de un Dios divisible en 40, 400 ó 4.000 aspectos de esa divinidad única, cada una de ellas con su propio nombre e historia. Así, los arquetipos nos ayudan a unirnos a lo que es eterno y hacen los grandes misterios más accesibles, proporcionándonos múltiples imágenes, para ser sometidas a la consideración de nuestra mente. 5º Y, finalmente, las personas interesadas en el crecimiento y evolución humana, pueden ver los arquetipos como guías en nuestro camino. Cada arquetipo que entra en nuestra vida, trae consigo una tarea, una lección y, en última instancia, un regalo. Los arquetipos, considerados en conjunto, nos enseñan a vivir. Y lo mejor, es que todos los arquetipos están presentes en nosotros. Esto significa que todos tenemos un potencial humano dentro, de incalculable poder. * * * * * * * * Aunque seamos héroes en todas las etapas del Camino, el modo como definimos y vivenciamos el heroísmo es influenciado por el Guía que estuviera más activo en ese momento. Por ejemplo: cuando pensamos en un héroe de nuestra cultura occidental, generalmente nos viene a la cabeza la idea de un guerrero matando dragones y salvando doncellas en peligro. Visto que en nuestra mente cultural el arquetipo del Guerrero está asociado a la masculinidad, pensamos generalmente en héroes masculinos, y en todos los casos, en un hombre blanco. Los hombres y mujeres que no poseen este color, son vistos como personajes que apoyan y ayudan en el camino: compañeros de aventuras, villanos, víctimas que han de ser rescatadas, críados, etc. Aunque el arquetipo del Guerrero sea un importante aspecto del heroísmo para todas las personas, cualquiera sea la edad y el sexo, él no es el único, ni siquiera el más importante. Todos los doce arquetipos son importantes para el sendero heróico y para el proceso de individualidad. El modo como vemos el mundo es definido por el arquetipo que estuviere dominando nuestros pensamientos y acciones. Si el Guerrero es el dominante, vemos desafíos que han de ser superados. Cuando el Caritativo domina, vemos personas que necesitan de nuestros cuidados. Cuando es el Sabio el dominante, vemos la ilusión y la complejidad y nos esforzamos en encontrar la verdad. Cuanto es el Tonto quién domina, vemos la manera de divertirnos. LOS DOCE ARQUETIPOS Arquetipo Meta Miedo Problema Tarea Virtud __________________________________________________________ Inocente Seguridad Abandono Pedir ayuda Fidelidad Verdad Huérfano Recuperar Explotación Maltrato Sufrimiento Realidad seguridad Guerrero Vencer Debilidad Enfrentamiento Lucha Disciplina Caritativo Ayudar a Egoísmo Cuidar heridos Dar sin herir Compasión otros Explorador Una vida Conformismo Huir de sí Sinceridad Autonomía mejor Amante Felicidad Pérdida amor Amar Buscar Pasión felicidad Destructor Metamorfosis Aniquilación Matar dragón Soltarlo Humildad Creador Identidad Falta Considerarlo Aceptación Vocación autenticidad parte de sí Gobernante Orden Caos Constructividad Responsabi- Control lidad Mago Transforma- Magia negra Transformación Armonía Poder ción cósmica Sabio Verdad Impostura Trascendencia Iluminación Sabiduría Tonto Diversión Tedio Comediante Confiar en su Alegría proceso _____________________________________________________________ Cada uno de los 12 arquetipos, es al mismo tiempo un Guía en el camino del héroe y una de sus fases, ofreciendo una lección que ha de ser aprendida y un tesoro para enriquecer nuestra vida. Una vez que estamos abiertos para comprender los 12 arquetipos, podremos vivenciar todos ellos en un único día o en una hora. Supongamos que hay un error en nuestra vida, por ejemplo: una enfermedad, nuestra relación personal o el empleo que está amenazado por el paro laboral. En los primeros momentos no queremos pensar en el problema, pero después vuelve el optimismo (el Inocente), y nos ponemos a estudiar la situación. Seguidamente, sufrimos y nos sentimos impotentes, y pedimos ayuda a otros (el Huérfano). Reunimos recursos y desarrollamos un plan para enfrentarnos al problema (el Guerrero). A medida que ejecutamos el plan, pasamos a prestar atención a lo que nosotros u otras personas necesitan como apoyo emocional (el Caritativo). Reunimos más informaciones (el Explorador); deshacemos las ilusiones y falsas esperanzas (el Destructivo) y asumimos nuevos compromisos de cambio (el Amante), a fin de llegar a una solución (el Creador). O sea, reaccionamos a la crisis como una oportunidad para desarrollarnos y ser más de lo que éramos antes. Dominada la crisis, procuramos descubrir cómo hemos contribuído a crear el problema (el Gobernante), y si fuera este el caso, buscar sanar esa parte de nuestro ser (el Mago), de modo que no nos vuelva a crear problemas en el futuro. O, entonces, podemos simplemente curar aquella parte de nuestro ser que está sufriendo por causa de una situación que no hemos creado. Esto nos permite mirar lo que puede ser aprendido a partir de la situación (el Sabio). El aprendizaje nos libera y volvemos a gozar de la vida (el Tonto) y confiar en los procesos vitales (el Inocente). Cuando uno o más arquetipos no están en actividad, omitimos pasos. Por ejemplo: si no tenemos ningún Guerrero, dejamos de desarrollar un plano para enfrentarnos al problema. Si no tenemos ningún Sabio, tal vez descuidemos la provechosa lección que el problema nos podría enseñar. Puede ser aún que expresemos el arquetipo en sus formas negativas: en vez de hacer un plan, preferimos echar las culpas a otros. En vez de aprender lo que la situación enseña, nos juzgamos a nosotros mismos o a los demás. El movimiento a través de los 12 arquetipos es un proceso que nos ayuda a desarrollar valiosas habilidades para la vida cotidiana. El Camino del héroe incluye tres grandes fases: la preparación, la jornada y el retorno. Durante el tiempo de preparación, somos desafiados a probar nuestra competencia, coraje, humanidad o nuesta fidelidad a elevados ideales. En el camino dejamos la seguridad familiar o de la comunidad, y nos embarcamos en una búsqueda donde encontramos muerte, sufrimiento y amor. Pero, lo que es más importante, nuestro Ego es transformado. En los mitos, esa transformación frecuentemente es simbolizada por el descubrimiento de un tesoro o un objeto sagrado. Al retorno de la búsqueda, nos convertimos en Gobernantes de nuestro reino, el cual es transformado, porque nosotros hemos cambiado. Todavía necesitamos continuamente renacer y renovarnos. Si esto no es así, nos convertimos en tiranos apegados dogmaticamente a nuestras antiguas verdades, en detrimento de nuestros reinos. Necesitaremos emprender nuevamente la búsqueda, siempre que perdemos nuestro sentido de integridad y entereza o comenzamos a sentirnos incapaces de enfrentarnos a los desafíos de la vida. PREPARACION Los 4 primeros arquetipos nos ayudan a preparar el Camino. Comenzanos en la inocencia y con el Inocente, aprendemos a tener optimismo y confianza. Cuando cometemos el “pecado original” nos convertimos en Huérfanos, nos sentimos desengañados, abandonados y traicionados por la vida y, especialmente, por las personas que supuestamente deberían ser responsables de nosotros. Aunque el Huérfano nos enseña que necesitamos proveer nuestras necesidades y terminar de recurrir a los otros para que nos cuiden, él se siente tan impotente y desamparado, que su mejor estrategia de sobrevivencia consiste en juntarse con otras personas que se ayudan mutuamente. Cuando el Guerrero entra en nuestra vida, aprendemos a establecer metas y a desarrollar estrategias para alcanzarlas. Esto exige disciplina y coraje. Cuando el Caritativo se vuelve activo, aprendemos a cuidar también de nosotros mismos. Estos cuatro atributos juntos: optimismo, capacidad de unión con otras personas para la ayuda mutua, coraje para luchar por nosotros mismos y por los demás y compasión e interés por sí mismo y los otros, nos proporciona las condiciones básicas para la vida en sociedad.Todavía, casi siempre nos sentimos insatisfechos si sólamente hiciéramos esto, aunque hayamos aprendido lo que es necesario para ser virtuoso y felices en el mundo. EL CAMINO Nosotros comenzamos a ansiar algo que está más allá de nosotros mismos y nos convertimos en Exploradores, buscando aquello que nos irá a satisfacer. Cuando atendemos la llamada e iniciamos el Camino, descubrimos que estamos soportando privaciones y sufrimientos, pues el Destructor se lleva mucho de lo que nos parecía esencial para nuestra vida. La iniciación a través del sufrimiento, es complementada por una iniciación en Eros, el Amante, cuando nos vemos amando personas, causas, lugares y actividades. Este amor es tan fuerte que implica un compromiso, y ya no somos libres. El tesoro que nace de este encuentro con la muerte y el amor, es el nacimiento del verdadero YO. El Creador nos ayuda a comenzar a expresar este Yo en el mundo y nos prepara para regresar al reino. Estas cuatro capacidades: esfuerzo, desprendimiento, amor y creatividad, nos enseñan los procesos básicos que llevan a la muerte de los antiguos egos y al nacimiento del Yo. El proceso nos prepara para retornar al reino y cambiar nuestra vida. EL REGRESO Al volver, nos damos cuenta que somos los Gobernantes de nuestro reino. En el principio, tal vez quedemos desilusionados con el estado de estos dominios. Todavía, a medida que vamos actuando con base en nuestra nueva sabiduría y nos volvemos más reales en relación con nuestro más profundo sentimiento de identidad, la tierra devastada comienza a florecer. Cuando el Mago es activado en nuestra vida, nos volvemos aptos para curar y transformarnos, así como a los demás, de modo que el reino puede ser renovado constantemente. El camino es básicamente la metamorfosis. Todavía nosotros no quedamos completamente felices o satisfechos hasta que podamos enfrentarnos a nuestra subjetividad, y el Sabio nos ayuda a conocer lo que realmente es verdad. Cuando aprendemos a aceptar nuestra subjetividad y a liberarnos de nuestros apegos a los deseos inferiores, conseguimos alcanzar un estado de desprendimiento en el cual podemos ser libres. Ahí, entonces, estaremos preparados para abrirnos al Tonto y aprenderemos a vivir el momento alegremente, sin preocuparnos con el mañana. Este conjunto final de realizaciones: asumir total responsabilidad por nuestra vida, transformar y curarnos a nosotros mismos y a los otros, desapego y compromiso con la verdad y la capacidad de ser alegres y espontáneos, es por sí mismo la recompensa de nuestro camino. LA NATURALEZA EN ESPIRAL DEL CAMINO Aunque la imagen del héroe pasando por los estadios de preparación, camino y retorno y, siendo ayudado en debido orden por los 12 arquetipos, sea útil como instrumento de aprendizaje, en la mayoría de los casos el desarrollo realmente no sucede de la forma definida y lineal expuesta. Nuestros guías son los que escojen el momento de venir hacia nosotros, aunque, en cierta medida, nosotros también influenciamos. El modelo se asemeja más a una espiral, el último estadio de la jornada, simbolizado por el arquetipo del Tonto, retorna al primer arquetipo: el Inocente,pero en un nivel más elevado que antes. Esta vez, el Inocente es más sabio en relación a la vida. En el camino en espiral, podemos encontrar cada arquetipo diversas veces y recibir nuevos regalos a niveles más elevados o profundos de evolución. Cada encuentro deja marcas físicas que funcionan como una especie de malla o red. Cuando experimentamos la realidad, podemos absorber esa experiencia y hacerla significativa. Los arquetipos que aún no han sido experimentados, son como agujeros en la red; las experiencias que para nosotros tienen poco o ningún significado, simplemente pasan a través de esos agujeros.
COMO SACAR EL MAXIMO PROVECHO DEL CURSO El Despertar del Héroe Interior está organizado en cinco partes. La Parte I, presenta la búsqueda heróica como un camino de la consciencia. Describe la manera por las cuales los arquetipos contribuyen para la construcción y el equilibrio de la propia psiquis y como nos ayudan a formar nuestros egos y nos unimos a nuestras almas y, seguidamente, desarrollar el sentido de nuestro verdadero Yo y expresarlo en el mundo. Los primeros cinco arquetipos proporcionan una comprensión elemental del proceso de individualidad y expansión de consciencia, lo cual sirve de base para que cada persona pueda comprender plenamente su potencial humano. Las partes II, III y IV, estudia los Guías arquetípicos que nos ayudan en nuestro Camino. La parte II, describe los arquetipos que colaboran a preparar nuestras primeras etapas: el Inocente, el Huérfano, el Guerrero y el Caritativo. La parte III, considera los arquetipos que ayudan en el Camino propiamente dicho: el Explorador, el Destructivo, el Amante y el Creador. La parte IV, focaliza los arquetipos que facilita el retorno al Reino y que opera las transformaciones: el Gobernante, el Mago, el Sabio y el Tonto. Cada capítulo discute el modo cómo un determinado arquetipo se manifiesta en nuestra vida íntima y cultural: las habilidades que él nos enseña, sus formas negativas y los regalos y lecciones que nos proporciona. Visto que cada arquetipo se puede manifestar en formas relativamente primitivas o más sofisticadas, también procuraremos ver los estadios de desarrollo de los arquetipos. La Parte V discute la manera por la cual nuestra jornada es influenciada por la edad, el sexo, la cultura y nuestra propia forma de ser, factores que actúan como un prisma que nos divide en miles de moldes y formas particulares, proporcionando un margen de libertad adecuada para las variaciones y creatividad individual. Este Curso puede usarse desde algunos puntos de vista, como: 1º.- La descripción de 12 estados fundamentales de desarrollo humano, cada uno con su propia lección, tarea y recompensa. 2º.- Como una forma de comprender la diversidad humana con base en el arquetipo dominante, sexo, edad, tipo psicológico y formación cultural. 3º.- Como una contribución al proceso de educar a personas para el éxito y el liderazgo en una sociedad democrática. 4º.- En las investigaciones de las verdades espirituales arquetípicas e inmemoriales encontradas en la religión, en los mitos, en la literatura y en la psicología y, por tanto, como una guía para el desarrollo espiritual con base más psicológica que teológica. 5º.- Como herramienta para el auto-conocimiento y el desarrollo personal. Los alumnos pueden usar todo esto para determinar si están poseídos por formas negativas de los arquetipos, que tal vez estén perjudicando sus vidas, y para aprender a analizar a sus Guías heróicos interiores. Más que cualquier otra cosa, ellos pueden usar estas teorías para reconocer la situación en su Camino y, así aprovechar las lecciones de cada arquetipo. PARA RECONOCER LAS FORMAS NEGATIVAS DE LOS GUIAS Para muchas personas, todas las cuestiones relativas a la vida interior pertenece a un territorio inexplorado. Ellas, tal vez, sientan realmente miedo de emprender cualquier camino psicológico. Esto es en parte porque temen a lo deconocido y, en parte, porque mientras más desconocido le sea este territorio, mayor la probabilidad de que ellas estén reprimiendo arquetipos que irían a expresarse en sus vidas. Si este fuera el caso, esas personas irían a sentirlo inicialmente en sus formas negativas: y esto sólo hace que ellas intensifiquen aún más sus esfuerzos para reprimirlos porque, de otra manera, podrían abrir las puertas que encierran a sus monstruos interiores. Si este fuera tu caso, haz este Curso sin ninguna intención de aplicar sus lecciones. Hacerlo, educará a tu Ego y, a su debido tiempo, permitirá que haya en tu psiquis algún tipo de integración ordenada de los aspectos más positivos de los arquetipos. Cuando estés preparado para incorporar nuevas lecciones a tu vida, esto no será difícil hacerlo. Los héroes se enfrentan a dragones y estos pueden ser de muchos tipos. De hecho, para aquellos que no se permiten la manifestación de muchos arquetipos del inconsciente colectivo en sus vidas, si es que llegaron a hacerlo, tanto el mundo exterior como el interior, parecen estar llenos de dragones, y ambos parecen ser muy temibles. Las 12 cabezas del dragón, son los lados negativos de los arquetipos; si no encontramos el secreto que ellas esconden de nosotros, esas cabezas pueden ser tan mortales como los 7 pecados capitales. Cuando nos sentimos muy mal, muchas veces estamos expresando un arquetipo en su aspecto negativo. Para recuperar nuestras energías, precisamos simplemente determinar qué arquetipo nos está poseyendo y, seguidamente, rechazar ser poseído por él. Entretanto, generalmente, sólo podemos hacer eso: expresar el arquetipo de alguna manera. En ese caso, procuramos hacer que él se exprese en su aspecto más positivo.
LOS ASPECTOS NEGATIVOS DE LOS ARQUETIPOS EL INOCENTE.- Se evidencia en la capacidad de rechazar la verdad, de modo que no nos permite saber lo que está ocurriendo. Tal vez, entristeciéndonos a nosotros mismos y a los otros, pero no vamos a admitir eso. Aunque posiblemente estemos heridos, ese conocimiento también será reprimido. Puede ser que creamos en cosas que otros dicen, aunque sus puntos de vista sean opuestos a nuestro propio conocimiento interior. EL HUERFANO.- La víctima, el individuo que culpa a su propia incompetencia, irresponsabilidad o comportamiento, en relación con otras personas y espera un trato especial por tanto sufrimiento o ser tan frágil. Cuando este aspecto negativo controla nuestra vida, atacaremos a las personas que intentan ayudarnos, perjudicándolas, tanto a ellas como a nosotros mismos. Hasta podemos enviar este mensaje subluminal: “No debéis esperar nada de mi. Soy demasiado sufrido e incompetente”. EL GUERRERO .- El villano que usa las habilidades del Guerrero para obtener provechos personales, sin cualquier consideración respecto a la moral, la ética o el bienestar colectivo. Se muestra activo en nuestra vida cuando quiere que nos sintamos impulsados a comprometer nuestros principios a fin de competir, vencer o hacer que las cosas salgan de la manera que queremos. El aspecto negativo del Guerrero está muy diseminado en las actividades empresariales del mundo de hoy. También se manifiesta en una tendencia de la persona a estar siempre preparada para combatir, haciendo frente a todo lo que ve como una falta de consideración, amenaza o desafío. EL CARITATIVO.- El mártir sufridor que controla el comportamiento de los otros, haciendo que ellos se sientan culpables. “Piensen en todos los sacrificios que hice para cuidar de vosotros”. Este aspecto se manifiesta en todos los comportamientos manipuladores, en los cuales la persona utiliza el hecho de estar dispensando cuidados a los otros para controlarlos o hacerlos callar. Este aspecto también es encontrado en la co-dependencia, una necesidad compulsiva de salvar o cuidar de otras personas. EL EXPLORADOR.- El perfeccionista siempre se está esforzando por alcanzar una meta imposible o encontrar la solución “correcta”. Vemos este aspecto en las personas cuya actividad en la vida es la auto-perfección y que, aunque vivan en un constante crecimiento individual, nunca se sienten preparadas para asumir el compromiso de realizar alguna cosa. Este es el lado patológico del desarrollo del potencial humano. EL DESTRUCTOR.- Incluye todos los comportamientos auto-destructivos, vicios, actividades que perjudican las relaciones íntimas, el éxito profesional o la auto-estima, y todos los comportamientos, tal como los malos tratos físicos o emocionales, el asesinato y el estupro, que tiene efectos destructivos sobre otros. EL AMANTE.- Incluye a las seducciones que desvían a las personas de su búsqueda individual, que usan el amor para conquistar, los viciados por el sexo y cualquier otra persona que se sienta capaz de no ofrecer resistencia a las pasiones o se vean totalmente destruídas cuando se rompe una relación amorosa. EL CREATIVO.- Se manifiesta en forma de comportamiento obsesivo, en el cual la persona es tan creativa e imagina tantas posibilidades, que ninguna puede ser plenamente descubiertas. Recordemos el caso de una película, donde una mujer queda embarazada cada vez que se enfrentaba con algún vacío en su vida. Así, podemos llenar nuestro vacío con un proyecto o desafío no esencial, o inventarnos nuevas cosas para hacer, de la misma forma como esta mujer llenaba su propio vacío con un hijo más. EL GOBERNANTE.- El tirano inflexible, que insiste en hacer las cosas a su manera y barre los elementos creativos del reino o de la psique, para obtener a cualquier precio el control de la situación. Este es el Rey o la Reina, que se da el lujo de decir hipocritamente: “Que le corten la cabeza”. Las personas actúan así frecuentemente, cuando ocupan una posición de poder. Los padres, por ejemplo, porque no saben como actuar con la consecuente responsabilidad. EL MAGO .- El hechiero maligno, transforma las buenas opciones en otras menos atrayentes. Nos empeñamos en ese tipo de hechicería cuando nos subestimamos, tanto a nosotros mismos como a los demás, o reducimos nuestras opciones u oportunidades, lo que conlleva una disminución de la auto-estima. El lado negativo del Mago es también aquella parte de nosotros que puede hacer con que nosotros mismos o los demás, queden enfermos a través de acciones y pensamientos negativos. EL SABIO.- El juez insensible, frío, racional, sin corazón, dogmático y, frecuentemente, pomposo, que nos evalúa a nosotros y a los demás, y dice que nosotros o ellos, no somos lo bastante buenos o no estamos haciendo lo que debemos. EL TONTO.- Un glotón, perezoso o libertino, completamente dominado por los deseos del cuerpo y sin cualquier sentido de la dignidad o el autocontrol. Todos nosotros, en algún momento de la vida, podemos tener una porción de dragones interiores, diciéndonos que no somos lo bastante buenos (aspecto negativo del Sabio); que no podemos vivir sin un determinado amor (aspecto negativo del Amante); que estamos imaginando todos nuestros problemas y que todo va bien (aspecto negativo del Inocente), y así sucesivamente. Iremos a identificar como dragones a todas las cosas y personas del mundo exterior que promueven la manifestación de esas voces internas. Al principio, tal vez intentemos matar estos dragones, considerándolos como algo completamente fuera de nosotros; a medida que el camino prosigue, pasamos a entender que ellos están también dentro de nosotros. Cuando aprendemos a incorporar el lado positivo del arquetipo que está en nosotros, los dragones internos se transforman en aliados. Aunque muchas veces no consigamos ver el lado negativo de los arquetipos, otras personas pueden verlo más claramente que nosotros. ARQUETIPOS Y VICIOS ARQUETIPO CUALIDAD VICIOSA VICIO Inocente Negación Consumismo.Negación Huérfano Cinismo Impotencia. Preocupación Guerrero Estoicismo Realización Caritativo Generosidad Cuidar a otros. Dependencia Explorador Egocentrismo Independencia. Perfección Destructivo Auto - destructor Suicidios. Auto-destructivo Amante Problemas íntimos Relaciones. Sexo Creativo Obsesión Trabajo. Creatividad Gobernante Necesidad dominio Control. Dependencia. Mago Deshonestidad Poder. Drogas Sabio Juez de los demás Poseer siempre la razón. Tranquilizantes. Tonto Embriaguez Excitación. Alcohol ______________________________________________________________ Podemos quedar viciados, tanto con substancias químicas, como con nuestros comportamientos y moldes mentales. Pueden nacer tendencias compulsivas cuando un arquetipo nos posee, esté o no presente el vicio en una substancia química. Aunque los arquetipos limiten nuestra vida, el tipo de comportamiento al cual una persona está viciada, varía de acuerdo con el arquetipo dominante. Cuanto mayor sea el número de arquetipos activos en nuestra vida, en su forma positiva, mayor es la propensión a viciarnos.
DESPERTANDO LOS HEROES INTERIORES Para liberarnos de posesiones negativas, hemos de despertar nuestro potencial. Aunque cada uno de nosotros tenga un héroe interior, no siempre estamos conscientes de esta realidad. El héroe interno, la mayoría de las veces, está adormecido. Nos cabe a nosotros despertarlo. La manera más natural de levantarse de mañana, es despertar, cuando los rayos del sol dan en nuestra ventana. La manera natural de activar el potencia interior es derramar la luz de la consciencia sobre él. Cuando comenzamos a comprender que tenemos un héroe interior, éste despierta naturalmente. Pasa lo mismo con los arquetipos. Cuando derramamos la luz de la consciencia sobre ellos, reconociendo que están dentro de nosotros, ellos despiertan para enriquecer nuestra vida. Si estuviesen activos, pero en su forma negativa, la consciencia puede transformar el lado bestial del arquetipo en el majestuoso príncipe que podría ser. Alguno de nosotros, a consecuencia de la agitación de la vida moderna, no despierta cuando el sol toca la ventana. Estamos demasiado cansados o excesivamente distanciados de los procesos naturales, y necesitamos un despertador. Nuestra psiquis también nos proporciona despertadores, generalmente llamado síntomas, para despertarnos y decirnos que alguna cosa debe estar equivocada. Si estuviéramos dispuestos a prestar atención a estos síntomas, podríamos salir de nuestro sonambulismo y despertar. Los arquetipos en sus papeles de dioses y diosas paganos, fueron históricamente invocados a través de rituales, oraciones, meditaciones y la creación de templos en su honor. Aún hoy, construímos lugares donde los arquetipos se sienten bien. Por ejemplo: las actividades competitivas, los debates políticos y hasta las fuerzas armadas; residen en estadios, parlamentos y en Ministerios, los cuales funcionan como templos del Guerrero. Las iglesias, que enseñan básicamente las virtudes de la compasión y el dar, son los templos del Caritativo. Facultades y Universidades, son los templos del Sabio. Una buena manea de entrar en contacto con los diferentes arquetipos es frecuentar sus templos modernos. Tú puedes pedir a los arquetipos que entren en tu vida. O tal vez prefieras representar sus ritos. Para invocar al Guerrero, por ejemplo, puedes mezclarte en una lucha o en una competición. Para despertar al Caritativo, dá a los otros sin esperar nada. Para activar al Sabio, estudia, perfecciona tu capacidad de raciocinio y sé consciente de tus propias tendencias subjetivas. En el principio, tal vez sientas que estás metido en una actividad que, en verdad, no se adapta a ti. Algún día, sin embargo, el Guerrero, el Caritativo o el Sabio, se harán presente en tus actividades, y aquello que antes encontrabas extraño y forzado, te parecerá una expresión orgánica del ser que realmente eres. Si un arquetipo está activo o siendo despertado, es importante reconocer la forma singular por la cual él se manifiesta en tu vida. No todos los guerreros son semejantes. Algunos son primitivos y rudos, impulsados por deseos de conquista. Algunos son jugadores compulsivos, otros se enredan en cruzadas para el bien de la humanidad, y así sucesivamente. Una de las razones para derramar luz en la consciencia y en el arquetipo, es verificar la forma específica que él asume en tu vida. Aunque el despertar de los 12 arquetipos favorece una vida más rica y plena, no es una actitud realista pensar que todos van a ser igualmente activos. Así como los pueblos antiguos adoraban todos los dioses y diosas pero tenían una relación especial con uno o dos concretamente, nosotros podemos despertar los 12 arquetipos y no obstante descubrir la singularidad de nuestro camino a través de una combinación de dos o tres, que son más dominantes en nuestra vida. El simple estudio sobre un arquetipo sirve para despertarlo, ya que al hacerlo, se gira hacia la consciencia. Tal vez sea mejor prestar atención a los arquetipos actualmente activos en nuestra vida, abriéndonos para recibir sus beneficios sin despertar a los demás. Vamos a conocer los arquetipos que dominan nuestra vida, rellenando el Indice de Mitos Heróicos y el Diagrama. La principal regla aplicada a estos conocimientos es la de jamás usarlos para manipular, rotular o humillarse a sí mismo o a otras personas. Todas las partes de este Curso deben ser usadas para dignificarse a sí mismo y a los demás. El conocimiento implica responsabilidad.
L A B U S Q U E D A D E L H E R O E I N T E R I O R 1ª P A R T E
EL YO : PROTEGIENDO LA CRIATURA INTERIOR Aunque muchas veces se diga que el héroe es el arquetipo del Yo, esto es sólo parte de la verdad. La jornada heróica de la Individualidad engloba al Yo, el Alma y los egos. Establecer un ego sano, es el primer requisito para emprender el camino con seguridad. El Yo es la sede de la consciencia, el reconocimiento de la existencia de un Yo separado de la madre y del resto del mundo, un Yo que puede actuar sobre el mundo. El Yo adulto, maduro, desarrolla su capacidad teniendo en vista la toma de todas nuestras necesidades y no sólo de la seguridad. El Yo desarrollado nos ayuda a tener no sólo nuestras necesidades de sobrevivencia, satisfacciones, seguridad y de pertenecer a algo, como también a tener nuestra auto-estima, auto-realización y hasta de trascendencia. El concilia nuestras necesidades individuales con las necesidades de otras personas y, de esta manera, contribuye a la sobrevivencia y el desarrollo del individuo, de la familia, la comunidad, la nación y la raza. En el principio de la vida, el Yo no está desarrollado. Cuando llegamos al mundo somos pequeños, frágiles e indefensos. Tenemos poco o ningún control sobre nuestro ambiente: sólamente la capacidad de llorar de dolor o de inspirar amor y cuidados con nuestra apariencia vulnerable e inocente. Quedamos entregados a los cuidados de nuestros padres o de otros adultos que, por más que se esfuerzan, no siempre consiguen adivinar correctamente nuestras necesidades. A medida que vamos adquiriendo algún control sobre nuestros movimientos, palabras y acciones, comenzamos a aprender que las cosas que hacemos pueden influenciar lo que después nos sucede. Con esta consciencia va despertando el Yo. Por más viejos, sabios o maduros que nos volvamos, cada uno de nosotros tiene dentro de sí una criatura vulnerable que aún trae las cicatrices, sean grandes o pequeñas, de nuestros años de formación. La principal función del Yo es proteger a esa criatura interior. En algún momento de nuestra infancia, el Yo comienza a asumir algunas funciones protectoras de los padres y, con la madurez, asume por completo la tarea. Otro trabajo del Yo (es su función básica), consiste en meditar con respecto a nuestra relación con el mundo exterior. Inicialmente, se preocupa de asegurar nuestra sobrevivencia y, seguidamente, se concentra en obtener éxito en la vida. En situaciones adecuadas, las criaturas pueden confiar en los padres y adultos para que velen por su seguridad. Después, ellas se pueden concentrar en explorar el mundo y aprender a actuar eficazmente con él. En familias desavenidas, el desarrollo del Yo puede ser perjudicado si ellas tuvieran que asumir demasiado pronto la responsabilidad de su propia sobrevivencia y seguridad. No obstante, el conocimiento directo de problemas y dificultades es de fundamental importancia para la evolución de la solidez del Yo. Nos enfrentemos o no a dificultades externas en la vida, el periodo de preparación para el Camino frecuentemente suele ser duro, porque aún no tenemos la habilidad que podría hacer más fácil nuestra vida interior. EL YO Y EL CAMINO DEL HEROE Como el desarrollo del Yo ha sido el desafío en la vida del hombre, las historias que identificamos más rápidamente con el héroe son aquellas que tratan de este asunto. El héroe clásico montado en un caballo blanco, el caballero que mata al dragón y salva a la doncella que está secuestrada, así como la doncella que se defiende de los ataques de quién intenta seducirla o violarla, son todas versiones de esa historia clásica. Que el héroe sea un caballero, un cowboy, un explorador, un santo o un político, la historia es esencialmente la misma. El héroe y el reino están bajo la amenaza de alguna fuerza hostil. Aunque la víctima sea rescatada y pueda estar dentro de la persona (su doncella, críada, virginidad o libertad interior), o en el mundo que la rodea, es fundamental que él tenga el valor y la capacidad de defender las puertas de su ciudad. El héroe protege y defiende las fronteras de su reino, de modo que la vida pueda prosperar y evolucionar en su interior. El héroe frecuentemente es el conquistador, el hombre o la mujer que va tras alguna cosa que desea: una nueva tierra, fama, fortuna, amor, libertad y conseguir obtenerla. Todavía, la capacidad de conseguir lo que queremos y proteger nuestras fronteras, por sí sólo no nos transforma en héroes. En verdad, compartimos esas cualidades con desalmados. Lo que caracteriza un héroe es una nobleza de espíritu que se manifiesta en la forma del interés y la preocupación por los demás. Es eso lo que hace que los héroes salven a las víctimas de los otros. En el mundo moderno esto lo hacemos diariamente. Pocos matan dragones o bandidos literalmente. Las espadas que usamos son el dinero, la imagen, el status, el poder, la influencia y una capacidad de comunicación muy desarrollada. Pero el modelo es el mismo. La preparación para el camino exige que cada uno de nosotros sea socializado adecuadamente, de modo que pueda actuar de forma eficaz en la sociedad en que vive y mantenerse apartado lo suficiente, desde el punto de vista colectivo del mundo, para afirmar valores, opiniones y deseos independientes. Esto exige que no utilizemos esa capacidad de autonomía e independencia para fines egoístas, aunque deseemos efectivamente buscar nuestro propio bien, pero también para el beneficio de la humanidad. INFLUENCIAS ARQUETIPICAS SOBRE EL DESARROLLO DEL YO Los arquetipos asociados a la evolución del Yo: El Inocente, el Huérfano, el Guerrero y el Caritativo, nos ayudan a aprender a asumir la responsabilidad por nuestra vida, aún cuando aún no sepamos como hacerlo. Juntos, ellos nos enseñan los componentes del carácter: la confianza necesaria para aprender las habilidades básicas de la vida; un sentido de interdependencia de la vida humana y la capacidad de hacer nuestra parte; el coraje de luchar por nosotros mismos y por los demás y una identificación con el bien mayor, lo que permite que nos demos a los otros y hasta nos sacrifiquemos por ellos. Estos arquetipos también nos ayudan a establecer los fundamentos de la consciencia del Yo. El Inocente nos ayuda a desarrollar la persona, la máscara que usamos para establecer un papel social. El Huérfano, controla la parte de nuestra psiquis que reprimimos, negamos o simplemente escondemos, para presentar a una persona aceptable para nosotros y los demás. El Guerrero establece el Yo por sí mismo, con su interés centrado en la protección de nuestras fronteras y la satisfacción de nuestras necesidades. También actúa al servicio del Yo, cuando reprime o castiga tendencias que considera no éticas, auto-destructivas o perjudiciales para otras personas. El Caritativo preside la apertura del corazón, de modo que nuestra bondad sea motivada por una real compasión por los otros. Juntos, estos cuatro arquetipos nos ayudan a crear un contenido que llamamos Ego superior, que después desaparece para dar paso a la aparición del Alma que será el vestido del Yo Superior. EL INOCENTE El Inocente nos ayuda a establecer la persona, la máscara que usamos para el mundo, nuestra personalidad o papel social. Aunque su imagen interna carezca de profundidad y complejidad, nos proporciona una idea respecto a quién somos y lo que se puede esperar de nosotros. La presión para ser persona comienza pronto con la pregunta: “¿Qué voy a ser cuando sea mayor?” Los adolescente tal vez busquen un sentido primario de identidad en la música, las modas y en actividades lúdicas o hedonistas. Los adultos se identifican a través de actividades profesionales y, tal vez por sus estilos de vida. El hecho, como todo Inocente sabe, es que necesitamos tener una personalidad para integrarnos en la sociedad. Al empezar la vida, el Inocente que hay dentro de nosotros, mira su entorno para saber cuales son las opciones y escoje un personaje. El Inocente que hay dentro de nosotros quiere ser amado y formar parte de las cosas. Quiere ser aceptado socialmente, integrarse, hacer que los otros lo amen y estén orgullosos de él. Tal como un niño, no se muestra particularmente crítico con el grupo al que pertenece. Si tiene suerte, escogerá una persona positiva y adaptable. Caso contrario, podrá escoger una persona negativa para adaptarse a un medio social que entiende la honestidad como ingenua. Cualquiera sea lo que escoja, la función de persona es siempre la de ayudar a tener un papel social o una posición familiar para ser admirado y querido. Si no hace esto, no podrá integrarse al medio. EL HUERFANO Una vez que el Inocente ha escogido la personalidad, el Huérfano interior, que es un sobreviviente un tanto cínico, evalúa la situación y determina cuales de nuestras cualidades tendrá que ser sacrificada o reprimida para poder componer la nueva imagen. Una criatura que opte por un estilo de vida conservador, tendrá que sacrificar su espontaneidad, al tiempo que otras, que escoja a una persona negativa, tendrá que reprimir su interés y preocupación por los demás. El 3º hijo de una familia, podría pensar: “Mi hermana es inteligente y mi hermano tiene talento; yo tendré una personalidad cautivadora”. Así, él reprime la inteligencia y el talento y favorecerá el desarrollo de unas características que le transformará en una persona jovial o fascinante. El Huérfano es también aquella parte de nosotros que aprende a reconocer y evitar situaciones en las que haya probabilidad de que alguien nos haga mal, desde un secuestrador en potencia hasta un matón de calle o un pariente que nos maltrata emocionalmente. El intenta impedir que seamos abandonados, entristecidos o maltratados. Para hacer esto, tal vez actúe con base en conocimientos que ni la misma persona sabe que tiene, convirtiéndose así en un valioso compañero secreto. Todos nosotros tenemos un conjunto de egos huérfanos o desterrados, viviendo en el inconsciente personal o colectivo. Muchos de ellos pueden ser traídos a la consciencia a través del análisis y de otras terapias. Otros pueden permanecer en el inconsciente y algunos en la región fronteriza. Tenemos conocimiento de su existencia pero, como los desaprobamos, no les damos libertad de acción. O tal vez, en virtud de los valores de nuestra cultura, raramente permitimos que ellos sean conocidos por otras personas. EL GUERRERO El ID es la parte de la psiquis caracterizada por la vida instintiva. En él están nuestras pasiones e impulsos primitivos y de él provienen nuestros deseos. El Yo se aparta del Id e intenta controlarlo. En verdad las metas de ambos son diferentes. El Yo también quiere ver sus necesidades satisfechas pero, al contrario del Id, se preocupa por el modo por el cual eso se puede hacer. El actúa como intermediario entre el Id y el mundo exterior, proporcionando alguna limitación racional, a fin de que podamos dirigir y controlar los deseos del Id. El Guerrero contribuye para que eso sea hecho y levanta su espada para neutralizar cualquier cosa que parezca amenazar la sobrevivencia del cuerpo, la formación del Ego, nuestra integridad y, finalmente, el verdadero sentido del encuentro con nuestro Yo Superior. Cuando el Guerrero está actuando estrictamente por nuestros intereses, está ayudando a desarrollar la fuerza de nuestro Yo; cuando nos impulsa a actuar con ética para ayudar a los otros, contribuye a la evolución del Yo. En niveles inferiores, el Ego es determinado por los valores del país, de la comunidad, así como por las nociones con respecto a lo que es ser bueno para con los demás. Sus opiniones forman un Ego ideal. Ese ideal tal vez nos parezca opresivo porque tendemos a reprimir o negar los elementos de nuestra naturaleza que no se adaptan a ella. Con esta actitud, el Yo nos puede rechazar. Ejemplo: si tenemos una relación que nuestro Yo no aprueba, podemos enfermar o, inconscientemente, sabotear esa relación para castigar nuestro desvío en relación al Ego ideal. En un nivel más elevado, el Yo refleja nuestros propios valores, y no sólo el de nuestro país o cultura en que vivimos y, en su esencia, es algo muy parecido con la consciencia. EL CARITATIVO El Caritativo está asociado a los aspectos más benévolo del Yo Superior y nos ayuda a desarrollar un sentido de ética e interés por los demás. Se preocupa con el bien de los otros y de nosotros mismos. Tal vez sea una forma del Ego que se preocupa con la sobrevivencia, no sólo del individuo, sino también de la familia, de la tribu, de la comunidad o de la especie. El Yo nos llevará al sacrificio de nuestra conveniencia en favor de un tercero, a fin de que el grupo pueda sobrevivir. A medida que maduramos, nos desarrollamos y volvemos menos dualistas, aprendiendo a equilibrar nuestros intereses con el de los otros, a fin de que haya cada vez menos conflictos entre el Ego y el Yo Superior. El Caritativo se preocupa no sólo con sus hijos y con las personas con quien trabaja, sino con la humanidad. Siente compasión por el planeta, se preocupa con el mal que la humanidad ha cometido y está dispuesto a sacrificarse para curar esta herida. Sufre al saber que en otra parte del mundo hay gente muriendo de hambre y que en su propia ciudad hay personas que no tienen dónde vivir. La capacidad del Caritativo es sacrificar un bien menor en favor de uno mayor y de conformar y educar a otros, como fundamento para el desarrollo de una psiquis en que haya espacio para el Ego y el Alma. El Caritativo es solicitado a sacrificar muchos de sus deseos, aspiraciones y prioridades, no sólo para el bien de otras personas sino también para encontrar el Alma. PREPARACION PARA EL CAMINO El Inocente y el Huérfano nos preparan para el Camino, enseñándonos a discernir y ayudándonos a diferenciar entre las personas que nos quieren ayudar y las que procuran apartarnos de nuestro Camino. El Guerrero se prepara para el combate y desarrolla el coraje, al paso que el Caritativo enseña humanidad y compasión. En cuanto estamos desarrollando estos atributos, experimentamos frecuentemente una “fase de pruebas”. La mayoría de las veces no interpretamos esto como una iniciación heróica: sólamente sentimos que la vida es muy dura. Cuando escuchamos el “llamamiento para la búsqueda” e iniciamos nuestro Camino como Exploradores, somos sometidos a una prueba, para que se pueda verificar si estamos adecuadamente preparados. Por ejemplo: el hecho de tener o no la capacidad de diferenciar los Guías de las tentaciones, sabiendo a quién seguir y de quién huír, nos dice si aprendimos las lecciones del Inocente y del Huérfano. Casi siempre necesitamos probar nuestro coraje enfrentando a un dragón (alguna cosa, persona o situación que nos inspira miedo). Y, casi siempre, somos colocados en una posición en la que tenemos que demostrar nuestra compasión. En muchos cuentos de hadas, el héroe encuentra un viejo mendigo y comparte su última comida con esa persona. El mendigo, termina dando al héroe algún instrumento mágico, que lo ayuda a tener éxito en su camino. En la vida común, eso se traduce en la renuncia a una ventaja competitiva o en el sentido de guiarnos por un sincero deseo de ayudar a alguien, aún cuando eso requiera un sacrificio o, simplemente, en ser bondadosos para con aquellos que encontramos en nuestro camino. Generalmente, sólo progresamos en nuestro Camino después que demostramos que nos encontramos bien preparados por el modo que nos enfrentamos con esas pruebas. Cuando hayamos pasado por todas estas pruebas, estaremos preparados para vivenciar la metamorfosis, morir para lo que hemos venido a renacer, hacia un nuevo nivel de experiencias. EL EGO: EL RECIPIENTE DEL ALMA Aunque el Ego frecuentemente haya sido visto como el enemigo del Alma, él en verdad nos ayuda a crear y mantener nuestras fronteras, o nuestro sentido respecto a dónde termina nuestro ser y dónde comienza el de los otros. Esta fuerza permite que nos abramos para la sabiduría espiritual. Cuando es desarrollado adecuadamente, el Ego crece y, seguidamente, se vacía, transformándose en un recipiente que puede acoger al Alma naciente, sin amenazarla de colapso mental, emocional o físico. Sin un recipiente bien constituído, no es posible que haya una verdadero nacimiento y evolución del Alma, psicológica o espiritual, porque no existe ningún lugar seguro para guardarla. Una confrontación con el inconsciente puede provocar un Ego poco desarrollado y producir psicosis. ¿Por qué, entonces, tantas cosas negativas se han dicho con respecto al Ego? ¿Por qué, tantos hombres y mujeres sensatos, defienden la tesis de que tenemos que renunciar al Ego para encontrar nuestro verdadero Yo Superior o la Iluminación espiritual? La respuesta es que hemos comprendido mal al Ego, su naturaleza. En primer lugar, la mayoría de los egos no están muy desarrollados. Están amenazados por el proceso de Individualidad, por la explotación del material reprimido o por un sentido de unión con otra persona. El Ego primitivo tiene miedo; en primer lugar, de que las cualidades que sobresalen no causen problemas en el mundo exterior; en segundo lugar, de que ellas lo puedan destruír. El Ego primitivo también es egotista. Quiere conseguir los créditos por todas las realizaciones de nuestro más profundo sentido del Yo e, inversamente, negar la existencia de cualquier cosa más allá de él. En ese caso, el Ego perjudica a la psiquis. Como el Ego tiene la función de proteger y defender el equilibrio psíquico, él conoce sus puntos vulnerables. Así, cuando quiere detener su actividad, él sabe exactamente que botón debe apretar. La manera más simple de enfrentarse con el terror que el Ego subdesarrollado siente ante la posibilidad de cambio, es observarlo con desprendimiento. La manera más eficaz, es recordar que el Ego es nuestro aliado y que necesitamos hacer que trabaje a favor y no en contra de la nueva necesidad. Tal vez sea necesario estimular al Ego para que se esfuerce y se fortalezca como recipiente, desarrollar una estructura y un sentido más claro de quién somos, a fin de que se vuelva suficientemente fuerte para permitir una intimidad y mayor autenticidad. Esto es una cuestión de fortalecer nuestras fronteras a través de una mayor consciencia y saber dónde termina nuestro ser y dónde comienza el de los demás, o de dónde nuestra mente consciente pierde el control y el inconsciente lo asume. La segunda razón por la cual el Ego ha sido mal comprendido, es el hecho de que un Ego maduro amenaza muchas de nuestras instituciones sociales. La mayoría de las personas pasan de una dependencia de los padres o de otros adultos, para depender de la escuela, de los médicos, del Gobierno, de la iglesia o de líderes. Pocas épocas y lugares, a lo largo de la historia de la humanidad, dieron valor al desarrollo del Ego como un recipiente individual. Para la mayoría, las Instituciones oficiales cubren esa necesidad. El Alma y el Espíritu fueron canalizados a través del recipiente representado por una institución religiosa, por la “verdad” oficial, a través de escuelas, organizaciones políticas o religiosas, y así sucesivamente. La idea de que las personas deban asumir la responsabilidad por sus propias decisiones es históricamente nueva, una consecuencia de la ascensión en política, filosofía del individualismo y del énfasis relativamente nuevo de la psicología de la individualidad. Así como hoy nuestra madurez exige que superemos la dependencia de nuestros padres a fin de poder crecer y pasar a depender de nosotros mismos, eventualmente somos forzados a tener la capacidad de hacer juicios sin depender de nuestras instituciones sociales. Esto no significa falta de respeto por las autoridades legalmente constituídas, infringir leyes, quemar libros, comportarnos inmoralmente o abusar de nuestra salud. La madurez requiere la capacidad de que el individuo se equilibre, reconociendo la interdependencia humana. Por importante que sean las Instituciones y su responsabilidad en el desarrollo de nuestra capacidad de respuesta, la vida heróica exige la superación de estas dependencias. Aunque para algunos esto pueda significar el abandono de estas Instituciones, para la mayoría significa un cambio de relaciones, pasando de la dependencia de una criatura a la responsabilidad e interdependencia de un adulto. El evidente problema cultural de nuestro tiempo es el hecho de esperar a ser autónomos e independientes con un Ego insuficientemente desarrollado. Así, ellos actúan de forma ineficaz y somos víctimas de líderes carismáticos o sucumbimos a los vicios de la pereza y la inercia. En nuestra época es grande la demanda de personas con Egos desarrollados. Este Curso es un punto de apoyo para comenzar a caminar: emprender este Camino con la ayuda de un grupo, puede ser otra forma de apoyo. Antes de comenzar este Camino, la senda del Héroe Interno, es preciso que tu Ego racional te autorize para eso. El Alma no necesita este Curso: ella sabe el Camino. Pero el Alma necesita del Ego para caminar, porque es el práctico y realista Ego quién cuidará, para que el Camino de nuestra Alma no perjudique a nuestra vida. EL ALMA. DESVELANDO SUS MISTERIOS El Alma es la parte de la psiquis que nos une al Eterno cuando viste al Espíritu y nos dá un sentido de significado y valor a nuestra vida. En psicología, el Alma es usada frecuentemente como sinónimo de la psiquis o, a veces, del inconsciente colectivo, a partir del cual nacen los arquetipos. Desde el punto de vista religioso, el Alma es la parte de cada persona que es inmortal y capaz de crecer y desarrollarse espiritualmente. Para que nuestras almas evolucionen no necesitamos creer en Dios, en el sentido religioso convencional. Comenzamos a preocuparnos del Alma cuando sentimos la necesidad de conocer el significado de la vida o de nuestras propias vidas, cuando ansiamos por alguna unión con el cosmos o cuando contemplamos nuestras inmortalidad. A veces el Alma hace posible un sentido de unidad espiritual o un sentido de intimidad con otro ser humano. Paradojalmente, la creación de fronteras por el Ego nos ayuda a establecer conexiones, porque ya no tememos ser devorados y perdernos. En el mundo moderno, muchas veces carecemos hasta de categoría respetable para meditar sobre nuestra Alma. Nuestra principal experiencia con el Alma tal vez sea negativa, una sensación de que algo le está faltando a nuestra vida. Como nuestra sociedad rechaza el Alma, nosotros la experimentamos en fases de cambio, alteraciones de salud, de nuestra moral y en tiempos de crisis. Muchas personas sienten el Alma a través de la auto-destructividad, vicios, deseos ardientes y comportamientos obsesivos. Es durante las grandes crisis de la vida que el hombre súbitamente ansía un significado en su existencia y por una unidad con el cosmos. El alma se manifiesta en las transiciones humanas: desde la infancia a la pubertad, de la adolescencia a la juventud, de la madurez a la edad media y de la vejez hasta la muerte. Estos son los momentos de transición en los cuales las personas dejan atrás una identidad sin alcanzar la inmediata superior. Estos son también los momentos en que, como sería de esperar, más ansiamos por el contacto con algún elemento trascendental. Muchas culturas antiguas desarrollaron rituales y mitos sagrados para mediar y ayudar a suavizar esas transiciones, facilitando el paso de una realidad para otra. Es la inexistencia de esos rituales y la falta de atención con la dimensión espiritual en la sociedad moderna, lo que hace tan difícil y solitaria estas travesías. Aunque algún grado de sufrimiento y soledad sean inevitables en todas las culturas, el dolor puede ser reducido si tuviéramos una estructura que nos ayude a comprender qué es lo que está ocurriendo en nosotros. LA INICIACION Algunas culturas tienen experiencias iniciáticas especiales, no relacionadas con las transiciones de la vida, para los sagrados misterios del Alma. Los grandes cultos-misterios en la antigua Grecia, en Siria, Persia y en Egipto, por ejemplo, eran iniciaciones secretas con el propósito de ayudar a las personas a liberarse de las realidades cotidianas y contemplar y escuchar antiguas verdades espirituales. El propósito de la iniciación era ayudarnos a reconocer el significado de las experiencias que ella simboliza en nuestra vida. Aunque los no iniciados carezcan de experiencias del Alma, ello no deja de reconocer su significado y poder. La iniciación hace conscientes estas experiencias, no en el lenguaje del Ego, sino en el lenguaje del Alma, a través de los mitos, símbolos, canciones, arte, literatura y rituales. El camino del héroe es una iniciación a las realidades del sendero del Alma. El camino exige que lo conquistemos y después que abramos el control de nuestra vida; que nos liberemos del miedo a enfrentarnos a la muerte, al dolor y a cualquier pérdida, a fin de poder experimentar la vida integral. Para hacer esto, necesitamos aumentar las perspectivas de nuestro Ego. Necesitamos renunciar al sentimiento, la seguridad y la previsión y a nuestra preocupación con la seguridad física, la eficiencia y la virtud. Al hacer esto, dejamos atrás los dualismos bueno-malo, yo-tú, nosotros-ellos, luz-oscuridad, verdad-mentira y penetramos en un mundo de paradojas. Aunque la moralidad del camino sea exigente y absoluta, trátase de un tipo de moral diferente a la del Ego. La consciencia normal de nuestro Ego quiere ser inmortal, evitar todo tipo de dolor, tener éxito, ser próspera y amada. Por encima de todo, el Ego quiere que el mundo tenga sentido. El camino exige que pongamos todos los deseos a un lado y enfrentemos la verdad del Alma: la esencia de la vida es misterio. La verdad del Alma no da necesariamente sentido desde el punto de vista del Ego que es sobre todo racional. Aunque sea bueno ser “saludables, ricos y sabios”, lo que nos hace vivos y auténticos es el camino hacia los misterios centrales de la vida, durante el cual aprendemos más cosas con respecto a la muerte, la disolución del cuerpo, el sexo, la pasión y el éxtasis, y podamos sentir la belleza de todas las cosas. Aunque la preparación para el camino implique que aprendamos a ser fuertes, éticos y saludables, el camino propiamente dicho engloba la experiencia de los grandes misterios de la vida: la muerte, la pasión, el nacimiento y la creación. Sin el Alma nos sentimos autómatas. Aunque hagamos los movimientos correctos, ellos no tienen significado. Podemos pasar por muchas experiencias en la iniciación, pero estaremos fuera de sintonía con nuestra Alma hasta el punto de no haber transformación. Pero tenemos muchas oportunidades. Nunca es demasiado tarde. Vamos a penetrar en los misterios muchas veces a un nivel de entendimiento cada vez más profundo. No existe ningún castigo por el hecho de haber dejado de unirnos a nuestra Alma, a no ser un permanente sentido de ausencia del significado de nuestra vida, que ya es suficiente castigo. BUSCANDO LA REALIDAD La iniciación comienza en la infancia, con nuestras primeras experiencias de confusión, sufrimiento, amor intenso, deseos y frustraciones. Para los niños, la metáfora más inmediata de estas experiencias es el proceso por el cual un objeto o un juguete adquiere vida. La mayoría de los niños, así como ocurre con los adultos, se relacionan en algún nivel con historias de objetos que se vuelven vivos. Pinocho es un ejemplo conocido de historia infantil, que trata de un proceso a través del cual una cosa se vuelve real. En Pinocho, Gepetto sueña con tener un hijo y talla un muñeco de madera. Surge el Hada Azul y da a la figura la capacidad de movimiento. Juntos, Gepetto y el Hada Azul (el Ego y el Espíritu simbólicos), hacen un juguete con una ética, pero sólamente Pinocho puede conquistar el derecho a ser real. Al principio, es un muñeco con buen comportamiento y hace todo lo que se espera de él. La primera señal de independencia es un acto de desobediencia y deslealtad para con Gepetto, el Hada Azul y con su conciencia, representada por un grillo. Así como la mayoría de nosotros, cuando Pinocho va con Lampwick hasta la Isla del Placer a buscar su felicidad, es apartado de su camino por gozos triviales, como es comer dulces y destruír propiedades. Pinocho desciende hasta las profundidades buscando el placer instintivo, aunque bien a tiempo se da cuenta de que él y sus compañeros, se están transformando en burros. Esta experiencia desorientadora es tan chocante para él que comienza a ver el mundo de manera diferente. La iniciación de Pinocho en los misterios, tiene cuatro partes. Primera, busca al Hada Azul y sabe que tiene el potencial para ser un “niño de verdad”. Segunda, se permite experimentar sus facultades negativas y la destrucción que causa. Tercera, dentro de la ballena comprende cuanto ama a Gepetto y cuanto es amado por su padre. Al volver el Hada Azul, lo transforma en un niño de verdad, ya que había conquistado ese derecho: conocer la vida real. Pinocho sufrió, aprendió a ver el mundo con sensatez, a diferenciar los placeres primarios de la verdadera felicidad y adquirió la capacidad de amar de verdad. También aprendió a asumir responsabilidades por sus actos sin ser debilitado por el sentimiento de vergüenza o arrepentimiento. Se volvió real. En un nivel simbólico, vivir la vida sólo a nivel del Ego, es como ser un robot, un juguete o un objeto sin vida. Nosotros ansiamos una experiencia más auténtica, genuina. La búsqueda, con su llamamiento al Espíritu, es el primer paso para encontrar esa autenticidad. La iniciación conmociona nuestra visión del mundo y exige que entremos en contacto con nuestras más profundas fuentes de sabiduría, para comprender lo que ocurre con nosotros. Esta iniciación puede, de alguna manera, anticipar las experiencias de sufrimiento, privación y pérdida, traídas por el arquetipo del Destructor, la capacidad de auténtico amor, asociado al arquetipo del Amante (Eros) y la unión con el Alma del indivíduo, lo que permite el nacimiento del auténtico Ser (el Creador). PENETRANDO EN LOS MISTERIO Penetrar en los Misterios, a través del análisis del misticismo o conociendo directamente el Amor y la Muerte en nuestra vida, implica aprender a aceptar y amar la vida en nuestro cuerpo, aquí en la Tierra. Ocupar plenamente el cuerpo significa también afirmar la posibilidad de inmortalidad del Alma, pues el cuerpo es la expresión de ella y, por tanto, parte de la misma. Nuestra Alma necesita del cuerpo para participar del ciclo cósmico de nacimiento y muerte. Cuando renunciamos a todo lo que necesita ser eliminado de nuestra vida y consciencia y nos abrimos para todo lo que precisa nacer dentro de nosotros, aprendemos a sentir admiración y temor por nuestra participación voluntaria en esos ciclos cósmicos y lo que ello puede producir. Todavía nuestro Ego tiene dificultades para comprender el sufrimiento del Alma en cualquiera de sus formas. El Inocente quiere negar las verdades desagradables y sólo busca tener fe. El Huérfano se enfrenta a la muerte y el dolor como una indicación más de que la vida no es justa. El Caritativo y el Guerrero intentan evitar que el mundo conozca el sufrimiento - el Guerrero intentando encontrar y eliminar la causa de ese sufrimiento y el Caritativo haciendo todos los sacrificios para ayudar a los demás. Hasta nuestro espíritu quiere trascender estas experiencias y buscar aquél estado de felicidad que va más allá de todo. Los místicos y sabios de todas las épocas y lugares nos proporcionan amplias evidencias de que es posible hacer esto. La única manera de salir de esta paradoja es pasando a través de ella. LA DESORIENTACION COMO EXPERIENCIA MISTICA En todas las experiencias iniciáticas es fundamental un cambio de perspectivas. Necesitamos aprender a ver, oir y a pensar de manera que se nos hagan accesibles estos nuevos niveles de experiencias. Varios tipos de prácticas iniciáticas creadas para alterar la percepción, están disponibles para aquellos que están interesados en ellas. La mayoría de nosotros no escoge conscientemente su iniciación. Ella simplemente sucede y, muchas veces, representan un verdadero choque emocional y mental. A veces el choque es físico. Pablo se volvió ciego en el camino de Damasco. También el choque puede ser psíquico. En el Génesis, Jacob huyendo de la ira de su hermano, duerme y sueña con una escala que lo conduce al cielo. Queda con miedo, reconociendo que está en el punto donde lo divino entra en contacto con la tierra. Aunque estemos todo el tiempo en un espacio sagrado, la verdad es que, en general, tenemos que ser despertados por algún tipo de choque para poder sentir o tomar consciencia de ese acto. Tal vez ese choque nos venga a través de un inesperado sufrimiento, pérdida o dolor. Tal vez tengamos una experiencia que no pueda ser explicada por nuestra visión normal del mundo, como una premonición, un viaje astral o un sueño vivido con un ser espiritual. También podemos quedar desorientados a causa de una enfermedad, una deficiencia física o una traición. Algunas personas son iniciadas por el uso de drogas y otras por enfermedades mentales. Otras por una sobrecarga de stress o ser incapaces de enfrentarse con sus vidas. El ritmo de la vida moderna tal vez sea una estrategia que usa nuestra cultura para aplastarnos y llevarnos a una desorientación. Estas estrategias pueden ser contraproducentes. La desorientación, por sí sola, no significa iniciación. La iniciación sucede cuando buscamos un sentido, un significado para nuestra vida a un nivel más profundo. Para el iniciado, el desafío no consiste en intentar huír ni fingir que su vida está bajo control, pero sí soportar un sentido de desorientación e impotencia y abrirse para un conocimiento interior profundo respecto a lo que necesita mirar pero que no está afrontando. En estas ocasiones la mente racional queda tentada para comprender el problema. Aunque no haya nada equivocado en analizar racionalmene las cosas, esa habilidad es parte del desarrollo del Ego. Por más que utilizemos el lado racional, la estrategia del Ego es inadecuada para comprender los niveles del Alma. La mayoría de nosotros no opta conscientemente por la iniciación. Ella simplemente parece suceder y muchas veces representa un verdadero choque. Y esto es lo que sucede muchas veces. En unas, se trata de un nuevo conocimiento, el cual se infiltra y se expresa a través de sueños o experiencias despiertas, que provocan reacciones del tipo: “¡Está claro! ¿Cómo fue que no me di cuenta antes?” En otras, el conocimiento llega hasta nosotros a través de un amigo, de un libro o de alguien que dice algo que necesitábamos escuchar. A veces, hasta llega a través de un objeto o de un símbolo. Miramos para él y, de repente, sabemos lo que necesitamos saber. El lenguaje del Alma es el lenguaje del hemisferio derecho del cerebro: metáforas, paradojas, que son diferentes del lenguaje lógico y dualista del Ego. Los “estallidos” del Alma ocurren, no como resultado de un duro trabajo, sino como una experiencia producida por el deseo de conocer una respuesta. La sensación de desorientación, de impotencia y de frustración, nos ayuda a estar abiertos para esos momentos de súbita claridad. Nosotros no podemos tener control sobre lo que nos pasa en un nivel más profundo de sabiduría, lo cual siempre está a disposición de cada uno de nosotros. LAS ANTIGUAS RELIGIONES SECRETAS Y LA ALQUIMIA En el mundo moderno no somos capaces de hablar sobre nuestras experiencias iniciáticas. Aunque los análisis psicológicos sean formas modernas de iniciación, la mayoría de las personas que van al psicólogo, buscan ayuda para el Ego y aprenden a adaptarse mejor al mundo en que viven. Prácticas antiguas de otras épocas atribuyen más importancia a la iniciación y a su papel y funciones. Quiero describir aquí sólo dos de esas prácticas: las religiones secretas y la alquimia. Las antiguas religiones secretas como fuentes de Verdades Psicológicas. Los misterios eran los aspectos místicos del rito de la fertilidad que celebraban la sexualidad, el nacimiento y la muerte. Una característica básica de todas las religiones secretas, es una correspondencia entre los ciclos de la naturaleza y la vida espiritual y psicológica. O sea, considerábase que la vida individual y familiar, los procesos naturales y la realidad de lo divino, se reflejaban mutuamente, y todas esas cosas eran vistas como parte de un proceso en curso. Algunas culturas celebraban los cultos solares (primavera, verano, otoño e invierno), y otras los ciclos lunares (cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante y luna nueva). Los ciclos de la naturaleza corresponden a sucesos sagrados de nacimiento, matrimonio y muerte. El gran principio espiritual era inicialmente una diosa y, posteriormente, un dios. Ese ser divino dio origen a un hijo (que en las primeras historias se transforma en el esposo de la propia madre), o una hija (como en el mito de Demeter y Cora), que fue capturada por el padre. En el mito, la hija ha de ser sacrificada: Cora es llevad al Hade, y allí tiene que vivir tres meses al año; Dionisos es despedazado por sus seguidores durante los festejos; Jesús es crucificado por aquellos que antes lo seguían. En esas historias, la muerte, el sacrificio, es seguido por imágenes de renacimiento o resurrección. Muere el viejo dios y renace en el año nuevo. Está la resurrección de Jesús; los pedazos de Osiris se juntan nuevamente; Cora retorna a la Tierra y el invierno se transforma en primavera. Esos modelos de muerte y renacimiento no corresponden sólo a los cambios de estaciones; ellos también reflejan el patrón psicológico de renovación, pues morimos para lo que éramos y podemos dar origen a aquello que podríamos ser. Historias religiosas patriarcales posteriores, como las del cristianismo, conservaron un sentido de misterio en torno al modelo de muerte y resurrección, pero perdieron la preocupación, igualmente importante, como el milagro de la sexualidad. Los primeros rituales de fertilidad celebraban no sólo la muerte y el renacimiento, sino el gran milagro de que el nacimiento era el resultado de la unión sexual. Así, los objetos sagrados de las primeras religiones de misterios, celebraban de manera explícita la energía erótica del macho y la hembra. Algunos de esos símbolos fueron incorporados por la literatura. Por ejemplo: la fertilización de la fuente sagrada del Bautismo a través de la inmersión de una vela encendida, era una forma modificada del simbolismo erótico. Pero, la veneración del milagro de la unión sexual, que está en la base del simbolismo, se perdió. En la vida moderna, podemos experimentar primeramente la iniciación a través del amor como pasión sexual y, más tarde, a través de cualquier unión pasional (con nuestro trabajo, con una causa o idea o con nuestro dios), experimentando el amor redentor divino a través de una profunda unión en la cual el amor junta las partes dispersas de la psiquis y las transforma en una única entidad. En los días actuales, para algunos tal vez parezca una herejía mirar la unión sexual como un gran misterio espiritual, especialmente después que la noción del nacimiento de una virgen se transformó en dogma. Para los antiguos, la celebración de la pasión de Eros, era tan esencial como la celebración del renacimiento. La importancia del nacimiento de un dios nacido de una virgen, no se originó de un impulso puritano. Clásicamente, el término Virgen significaba una mujer que era dueña de sí misma. Ella podía relacionarse sexualmente y tener hijos, pero no podía ser esposa o propiedad de alguien. Esto significaba que ella conocía la diosa que existía dentro de sí misma y se respetaba. El proceso de iniciación en los misterios de muerte, pasión y nacimiento, venerado por las antiguas religiones de misterios, refleja los arquetipos del Explorador, Destructor, Amante y Creador. La Alquimia como un código de verdades psicológicas Aunque la mayoría de las personas consideren a los alquimistas como químicos fracasados, sus tentativas de transformar el plomo en oro, no era su propósito básico. Los procesos alquímicos y los mitos del camino codifican estadios fundamentales del crecimiento y desarrollo psicológico. Así como muchas tradiciones iniciáticas, la alquimia se transmitió de una generación a otra, de forma generalmente oral. Documentos sobre alquimia, escritos por maestros en la tradición, eran oscuros a propósito, de modo que los iniciados en su lenguaje pudieran comprender su significado. Los maestros estaban tomando los cuidados necesarios para que las personas desprovistas de una buena estructura del Ego y de un sentido de la ética y la moral, no encontrasen estas técnicas y se perjudicasen a sí mismas y a otras. Para los verdaderos alquimistas, la meta de transformar el plomo en oro en el plano físico, tenía una importancia secundaria en relación a la gran meta espiritual de transformar una consciencia de plomo en una consciencia de oro. O sea: nosotros ampliamos la consciencia del Ego para vivenciar el Alma y, al hacerlo, alcanzamos nuestro Yo Superior. La transformación del plomo en oro en el plano físico, era considerada como una señal externa de realización espiritual interna mucho más importante. Los varios procedimientos alquímicos usados para separar la esencia del oro (el Espíritu), de los elementos menos importantes (materia), corresponden al camino del héroe hacia fuera de una realidad consentida, dominada por el Ego, a fin de penetrar en un dominio espiritual transmutables y, entonces, volver para transformar la realidad física cuando el Espíritu se manifiesta en la Tierra. El estadio final del proceso químico, simbolizado por la realeza, por el oro y por el Sol, significa la capacidad de manifestar con éxito una verdad espiritual en el plano físico.
DESARROLLO DEL ALMA EN EL MUNDO MODERNO Las influencias arquetípicas Los cuatro arquetipos más activos en el camino para convertirnos en verdaderos Exploradores, Destructores, Amantes y Creadores, hablaron a la humanidad a través de la Alquimia y de los antiguos cultos de misterios, y nos hablan a nosotros a través del análisis y de otros procesos que nos unen a las partes más profundas de nuestro ser. Juntos, ellos nos ayudan a dar significado y autenticidad a nuestra vida. Cada uno de ellos corresponde a un diferente aspecto o elemento del Alma. El Explorador corresponde al Espíritu; el Destructor, a Tanatos o el deseo de morir; el Amante, corresponde a Eros, la fuerza de la vida; el Creador a la imaginación. El Espíritu se dirige hacia arriba. Quiere trascender la existencia física y nos llama para buscar y encontrar el Alma. Tanatos se dirige hacia abajo y haia dentro, hacia el otro mundo y simbolizado por el proceso del gusano convertido en mariposa, es un proceso natural de vida y muerte. Eros preside el movimiento del Alma en dirección al mundo exterior y sirve para unirnos a otras personas. La imaginación es aquella parte del Alma que crea significados e inventa historias, imágenes y posibilidades; su movimiento es expansivo. EL EXPLORADOR Busca iluminación y transformación, aunque al principio sea controlado por los procesos racionales del Ego. El supone que la imaginación significa volverme “mejor”, más “realizado” o más “perfecto”. La búsqueda le dice de trascender a nuestra humanidad. Es un constante desafío de auto-perfección. La iniciación muchas veces exige que renunciemos a la ascensión para poder penetrar en la profundidad y la verdad del Alma. El camino del Explorador exige el coraje de romper la dependencia y saltar hacia lo desconocido. Nosotros siempre tenemos miedo de aquello que desconocemos o no comprendemos. La persona que ignora su realidad interior vive con miedo a quedar sola y ser obligada a enfrentarse a sus demonios interiores. La persona que ignora el mundo exterior y el modo como éste opera, vive con miedo de salir hacia el mundo. Ambos temen no saber afrontar lo que puede pasar. Algunos de nosotros somos más introvertidos, sentimos más deseos del mundo interior y gustamos de explorarlo. Otros prefieren el mundo exterior. Yo soy partidario de asumir mayores riesgos en el mundo que, por lo menos, creemos entender. El Explorador que hay dentro de cada uno de nosotros nos desafía a explorar aquello que más tememos. Así, cuando dominamos lo desconocido, nosotros mismos nos transformamos. EL DESTRUCTOR En nuestros caminos interiores podemos experimentar primeramente al Destructor en nuestra psiquis en forma de un aspecto negativo, los yoes potenciales que hemos reprimidos, los egos. Estando reprimidos, odiados e injuriados, ellos no tuvieron oportunidad para crecer y desarrollarse y entonces se expresan de una forma negativa. Los aspectos negativos de los arquetipos nos proporcionan una apertura hacia el inconsciente. Al asumir la responsabilidad por nuestros aspectos negativos, ganamos acceso a las riquezas del otro mundo. Es por eso que el otro mundo es descrito como un lugar lleno de tesoros guardados por genios. Todos los héroes saben que no podemos conseguir el tesoro si no estamos dispuestos a enfrentarnos al dragón. Cuando lo hacemos por primera vez, nos volvemos Guerreros, creyendo que el dragón está en el mundo exterior. Lo matamos, conquistamos el tesoro y, naturalmente, el Ego se fortalece. Cuando lo enfrentamos nuevamente, reconocemos que el dragón está dentro de nosotros y ganamos el acceso a los tesoros de nuestra Alma. Mucho antes de que su manifestación psíquica pueda ser terrorífica, en verdad el aspecto arquetípico negativo no es más que una forma benigna del Destructor; cuando es integrado, es transformado y nos proporciona alegría. El Destructor también surge como Tanatos, el deseo de morir. Aunque Tanatos pueda manifestarse a través del aspecto negativo del arquetipo, destruyéndolo todo lo que creemos ser verdadero respecto a nosotros mismos, él es también parte de nuestra psiquis que nos hace envejecer, enfermar y morir. El está aliado a la muerte en sus aspectos positivos y negativos. EL AMANTE El arquetipo del Amante interior es encontrado en la energía erótica de la fuerza vital, simbolizada por el casamiento del dios y la diosa interiores. Frecuentemente ha sido hecha una unión entre el casamiento, la unidad psicológica y la naturaleza del cosmos. La separación fundamental entre cielo y tierra, macho y hembra, luz y oscuridad, necesita ser reunificada. El símbolo de esto es el casamiento sagrado que da origen al Ser. Es porque la verdadera androgénesis significa más que simplemente juntar los papeles de macho y hembra; él representa una reintegración fundamental de la psiquis, superando la dualidad. Nuestro ingreso en el mundo del Alma son, para el hombre a través del ánima y para las mujeres, del ánimo. Podemos representarlo de diversas maneras: tanto el ánima como el ánimo, aparecen en nuestros sueños; si nos dedicamos a una actividad artística, aparecen en nuestro arte; además, nos sentimos atraídos por hombres y mujeres de verdad, que personifican las cualidades de nuestro ánimo o de nuestra ánima interior. Aprendemos a amar al hombre o a la mujer interior, aprendiendo a amar al hombre y la mujer exterior, de forma individual o colectiva. Aunque el sagrado casamiento del dios y la diosa no sea más que un símbolo en las principales religiones, se trata de un acto de vida psicológica. El casamiento sagrado que ocurre dentro de la psiquis es representado como la unión de diversos atributos psicológicos opuestos: masculino y femenino, cuerpo y espíritu, alma y ego, consciente e inconsciente. La unificación de cada una de estas polaridades, que ocurre cuando sentimos un amor redentor y compasivo, no sólo por otros sino por nosotros mismos, se resume en un sentimiento más profundo y unificado del Yo, con aspectos cada vez mayores de entereza, potencial y poder. EL CREADOR El arquetipo del Creador ayuda a despertar la semilla de verdaderas identidades situada en las profundidades de nuestro ser. Preside el proceso de nacimiento de nuestras vidas y parte de aquello que llamamos imaginación y nos ayuda a dirigir nuestros esfuerzos imaginativos. Sin la imaginación no podemos crear una vida; sin un sentido de nuestro genuino Yo, nuestra imaginación queda sin foco. Ella crea muchos proyectos e ideas, pero todos son inoportunos y, en últimos análisis, insatisfactorios. Hay quien llama a esta semilla de “entelequia”, enfatizando no su identidad cósmica, sino su única y codificada misión de vida de cada persona. La entelequia de una bellota es ser una encina, la entelequia de un niño es ser un adulto y la de cada adulto es ser un dios. En la psicología sagrada, el individuo tiene acceso a la entelequia del Yo, el nivel relacionado de forma más directa con el Yo Superior. La conexión con la entelequia siempre caracterizó a los grandes hombres y mujeres, sean músicos, científicos, filósofos o maestros espirituales. Ellos tienen un sentido de su auténtica singularidad y misión en la vida. La unión con el Alma nos dice, a niveles profundos, de hacer una unidad con la entelequia, nuestro destino individual, de modo que vivamos de la forma a que tenemos derecho y realicemos nuestras singulares contribuciones a la tierra. La tecnología de la entelequia es creativa, recurriendo al potencial de nuestra imaginación para crear vidas que nacen a partir de la verdad de quién somos. Podemos experimentar estos cuatro arquetipos relacionados con el Alma a través de la busca espiritual o de experiencias cotidianas de nuestra vida, ansiando por más cosas, vivenciando una gran pérdida o sufrimiento, quedando perdidamente enamorados o sintiendo gran autenticidad por lo que estamos haciendo o pensando. En cada uno de estos casos, esas experiencias nos llevan a entrar en los misterios del Alma. Si permitimos que ellas nos modifiquen, estaremos vivenciando la iniciación. El resultado de estos procesos, si estamos conscientes de experimentarlos, es el descubrimiento del Yo. Esta realización marca el retorno del camino, el cual culmina en la transformación del Reino, que sólamente puede suceder cuando el Yo hubiese sido encontrado y se manifiesta en el mundo de maneras concretas y palpables. Veremos en adelante cual es el proceso de cómo puede ser hecho. EL YO EXPRESANDOSE EN EL SUEÑO El Yo es una expresión de integridad, el punto final del proceso de la Individualidad. El camino ha sido completado, el tesoro conquistado y el Reino, la vida de la persona, está siendo transformada con base a un nuevo principio ordenador. La esencia del Yo es una paradoja, pues él es a un mismo tiempo, aquello que hay de más singular respecto a cada uno de nosotros y aquello que nos une a la inmortalidad. El Yo es también el punto de entrada para un nuevo modo de vida, dejando atrás el concepto de “vida como lucha” y pasando a un nivel de abundancia. Así, la imagen de la realeza es apropiada para conquistar este plano. Todos tenemos un reino: la vida que estamos manifestando en este mundo. Nosotros somos los reyes o reinas de nuestros reinos y, en la medida que somos sinceros en relación con nuestro Yo Superior, las áreas devastadas dentro de nuestras vidas, comienzan a florecer. Los gobernantes se apegan frecuentemente a las viejas ideas respecto a cómo las cosas deberían hacerse y también a nociones pasadas acerca de quién somos. Pero el camino del héroe no es lineal sino espiral. Hay que mantener una constante renovación en los reinos y en nosotros mismos. El Gobernante que se apega demasiado tiempo a una verdad e identidad caduca, se transforma en un tirano, bloqueando la entrada de la energía de la vida en el reino o psiquis individual. Para evitar eso, necesitamos una vez más sacrificar el antiguo Gobernante o permitir que el nuevo héroe, que acaba de retornar de su camino, gobierne en su lugar, de modo que nuestros reinos puedan ser ricos y prósperos. LA HISTORIAL DEL GRIAL Muchas culturas antiguas tenían una tradición regular de sacrificar al Gobernador o su representante, para restaurar la salud del Reino. Esas prácticas eran una verdad psicológica respecto a la necesidad de renovación. El sentido de muerte y renacimiento inherente al ciclo de lideranza, está contenido en la proclama tradicional: “ El Rey o la Reina ha muerto. Larga vida al Rey o la Reina”. La leyenda del Rey Pescador es una historia del Grial, popular en el siglo XII. En términos psicológicos, ella también trata de la necesidad de constante renovación. En esa historia, el Gobernante está herido y sufriendo. Se supone que la herida del Rey sea el factor responsable para que el reino sea una tierra devastada. El Rey necesita ser curado para que el reino vuelva a ser próspero y sano. Muchas veces en nuestra vida, nos encontramos en la posición del Rey Pescador. Alguna cosa no está siendo tratada correctamente. Nos sentimos golpeados, desunidos de nosotros mismos y nuestro reino refleja nuestro estado interno. Con frecuencia, nosotros no notamos nuestras propias heridas; simplemente percibimos que estamos insatisfechos. Respuestas que antes fueron útiles, ahora no nos sirven más. Dentro de nosotros tenemos las principales características de la historia del Grial. La parte fragmentada, cortada y herida de nuestro ser, aquella que conoce el esplendor del Alma pero no consigue relacionarse con esa luz y nuestra vida cotidiana, es el Rey Pescador. El joven caballero es el Explorador que existe dentro de nosotros y quiere ardientemente encontrar el Grial. Este nos ofrece la capacidad de renovación, de perdón y de transformación. El también está dentro de nosotros. La historia de Parsifal y del Rey Pescador forman parte de la gran historia de Camelot, del Rey Arturo, de la Tabla Redonda y del camino del Santo Grial. Las imágenes idílicas de Camelot, proporcionan una metáfora para las realizaciones de la personalidad. Las imágenes de sufrimiento del Rey Pescador, nos sugiere una metáfora para lo que sucede cuando el Ego está herido. Son verdades que nos enseñan a enfrentarnos con el Gobernante interior herido, de modo que podamos vivenciar nuestras versiones de Camelot. EL GRIAL Y EL REY SUFRIDOR Los caballeros de la Tabla Redonda salieron a buscar el Santo Grial, que había sido usado como cáliz en la Santa Cena y que se supone habría recogido parte de la sangre de Jesús durante la crucificación. El Grial, por tanto, habla sobre el poder transformador de la sangre: “Esta es mi sangre, derramada por vosotros”. En la psiquis, frecuentemente las imágenes dualísticas, tal como el gobernante con éxito como el rey Arturo y la de gobernante sufridor, como el Rey Pescador del reino devastado, son resueltas por una tercera imagen, la cual transforma la dualidad en unidad. Uno de los reyes implícitos en el mito del Grial, es Cristo. Pero esto no es sólo Jesús como el Cristo Resucitado, sino el Cristo crucificado, usando una corona de espinas y forzado a sentarse en un trono bajo un letrero que decía “Rey de los judíos”. Es importante recordar aquí que, además del significado histórico y teológico de todas las grandes historias sagradas, ellas generalmente tienen un profundo significado psicológico. Psicológicamente, la historia del Rey Pescador, refleja el hecho de que, muchas veces, la concepción del Yo cristalizado exteriormente, después de tomar parte del inconsciente colectivo, envejece y, por tanto, precisa ser transformado, rejuvenecido y sustituído por otra forma. Esto necesita que pase para que la vida psíquica, eternamente auto-renovadora, pueda fluír a partir de los niveles más profundos del ser y para que sus aspectos intangibles, eternamente nuevos e inesperados, puedan ser conservados. Metáforicamente, la historia de Jesús dice del proceso de nacimiento, muerte y renacimiento del Yo. Por tanto, es posible obtener una comprensión psicológica a partir de la historia de Jesús, se crea en ella o no. Esta verdad está relacionada con el proceso esencial de pasar del sufrimiento para el renacimiento, la totalidad y la redención. La experiencia de “crucificado” es esencial para el arquetipo del Gobernante, y es por eso que Jesús es visto como un rey, aún cuando grite: “¡Señor, Señor! ¿por qué me abandonastes?” El significado simbólico de la Resurrección y las profecías sobre la Segunda Venida de Jesús, representan el estado de consciencia que permite la plena expresión de la esencia del Alma de las personas en el plano físico, de modo que no haya ninguna contradicción entre las dos. El sufrimiento que forja y dá origen al Yo, es creado cuando permitimos que ese dolor interior se transforme en un genuino y doloroso conflicto entre nuestra Alma y Ego, entre nuestras naturalezas femenina y masculina, entre nuestro mandato interno y las limitaciones y responsabilidades externas. En otras palabras, al no permitirnos sentir el dolor de nuestros conflictos interiores, damos inicio a un proceso que generalmente resolvemos transformándolo en una nueva unidad. EL SIGNIFICADO PSICOLOGICO DE LA CRUZ También en la Alquimia, la transformación sólo ocurre después de un penoso conocimiento directo de la paradoja interior. La semejanza del simbolismo sugiere lo que la verdad psicológica expresa, tanto en el simbolismo cristiano como en el alquímico, es muy profunda, poderosa y arquetípica. En la Alquimia, la resolución de la paradoja es simbolizada por un casamiento sagrado interior entre masculino y femenino, entre consciencia e inconsciencia, entre Espíritu y Alma. Ese casamiento interior simbólico, viene acompañado de un profundo dolor y representa una experiencia de muerte y renacimiento. Es simbolizado por una cruz o T. La línea vertical de esta T o cruz, representa la unión del consciente superior con el incosciente inferior. La línea horizontal representa la energía masculina y femenina. El consciente (Ego) y el inconsciente (Alma), forman el Espíritu, el cual funciona como agente catalizador. La fuerza masculina y femenina es representada por dos serpientes que se enrollan en torno a la línea vertical de la cruz, encontrándose al nivel de los brazos horizontales, siendo posteriormente transmutada en una única serpiente en la cruz. La propia estructura de la cruz sugiere los opuestos de la vida: izquierda y derecha, superior e inferior. Ella simboliza el modo como somos llevados hacia un lado u otro de una persona u otra o como quedamos divididos entre obligaciones conflictivas en el plano “horizontal” de la vida. La cruz nos proporciona un testimonio mudo de todo lo que se exige de nosotros a lo largo de la dimensión “vertical” de la vida, quedando divididos entre las exigencias de lo divino y los temores de la carne. Recorrer el camino de la cruz, significa ser crucificado por contradicciones y lanceados por oposiciones, tensiones y conflictos. El Jesús resucitado es Cristo, el Señor. El Yo en ascensión; en la Alquimia es simbolizado por el Rey Andrógino. En cada uno de nosotros, el Yo plenamente realizado es experimentado en la forma de un sentido interior de profundidad, paz y totalidad. La mayoría de nosotros conoce este estado sólo en algunos momentos fugaces en que nos sentimos completamente enteros y auténticos. Esos momentos, a pesar de ser breves, tienen un atributo mágico que nos proporciona una ideal al respecto de lo que la vida puede y, tal vez, venga a ser. LA RESPONSABILIDAD DE SER CONSCIENTE Al visitar por primera vez el Castillo del Grial, Parsifal gana una espada. Seguidamente asiste al cortejo del Grial, que incluye una lanza con gotas de sangre, cargada por un escudero; un Grial resplandeciente, cargado por una doncella y un plato o copa, llevado por otra virgen. Parsifal podría curar al Rey si hubiese preguntado el significado de ese cortejo y de los objetos que transportaba, pero no lo hizo. La visita al castillo, los objetos y figuras simbólicas, corresponden a los arquetipos de la iniciación del Alma. La dádiva de la espada representa el llamamiento para la búsqueda (el Destructor); el Grial representa a Eros, el aspecto femenino de la espiritualidad (el Amante) y el plato o cáliz, representa el arquetipo del Creador visto que, cuando damos nacimiento a nuestro auténtico Yo, no sólo nos sentimos alimentados y nutridos, sino que también nuestros actos nutren a otras personas. Parsifal y el Rey herido, representan las diferentes partes de una psiquis. Parsifal conoce las grandes experiencias del Alma, pero no investiga su significado y, por tanto, no cura al Rey. Así, vemos que no basta tener la experiencia del Camino, de la Iniciación, de la Muerte, de Eros y del Nacimiento. Tenemos que vivenciar la experiencia conscientemente. Sólamente de esta manera conoceremos el significado conocido para nosotros y los demás. Aunque la mayoría de nosotros hallamos experimentado llamamientos para comenzar a buscar, como grandes amores, pasiones, abandonos, sufrimientos y conflictos internos y exteriores, oportunidades para crear nuestras vidas, si pasamos por estas experiencias sin reconocer su propósito, tal vez no seamos afectados por sus milagros. Para ser transformados, necesitamos despertar y experimentar una sensación de asombro y admiración. Necesitamos reflexionar sobre esos acontecimientos, pedir que sus significados nos sean revelados. En el principio, tanto Parsifal como Lancelot, el caballero del Grial, dejaron de investigar el significado de lo que veían, porque estaban tan dominados por el cortejo que acabaron en el sueño. Tal como todos aquellos que son conscientes sólo a nivel del Ego, no estaban despiertos. Aunque tenían su condición de caballeros, en cierta forma ellos eran realmente sonámbulos. El Yo no se realiza plenamente en la imagen positiva del monarca curado hasta que estamos dispuestos a aceptar la carga de la consciencia, y no sólo tener la experiencia iniciática, sino también permitir que la sabiduría traída por ella, sea incorporada a nuestra consciencia. Vivir regiamente y aceptar la responsabilidad de conocer lo que sabemos e investigar lo que podríamos conocer. Sabemos que estamos saliendo del Camino cuando la separación termina de trabajar para nosotros y comenzamos, no sólo a dejar que nuestras mentes conscientes y Ego sepan de lo que somos capaces, sino que también empezamos a actuar con base en lo que vamos aprendiendo. El Rey herido, obviamente, no es otro sino nuestro Yo herido, pues todos los Yoes están esencialmente heridos cuando el Ego y el Alma están separados el uno del otro. EROS Y CONOCIMIENTO MAS ALLA DE LA CONSCIENCIA DEL CEREBRO IZQUIERDO El dolor del Rey herido siempre está localizado en los genitales. Existen aquí muchos niveles de significado. Primero: existe la desvalorización cultural de Eros, que nos aleja espiritualmente a todos nosotros. La cura de la herida de Eros, literalmente y figurativamente asociado a los genitales, cura el Alma, porque este es el aspecto que ha sido sistemáticamente desvalorizado y denostado por la cultura. Eros está asociado al Alma y también al elemento femenino. No puede haber salud o totalidad verdadera, hasta que Eros, la diosa y las mujeres, recuperen el lugar de honor que le es debido. El Grial propiamente dicho es un símbolo de relacionamiento adecuado entre lo masculino y lo femenino; es por eso que los caballeros tenían que buscarlo. El Reino se había hecho francamente masculino y, visto que el cristianismo sustituiría las antiguas religiones de la fertilidad, era poco respetuoso para con las sagrada energía de Eros. El cáliz propiamente dicho, simboliza las energías “femeninas”, las cuales son llenadas con el espíritu “masculino”. El Grial, por tanto, representa la unión sexual entre lo masculino y lo femenino, en un nivel más psicológico que físico. Los genitales están asociados a la productividad y fertilidad. La tierra devastada sugiere la quiebra de la fertilidad en todos los niveles: esterilidad del útero, de la tierra y la falta de visión. Según esta antigua leyenda, se consideraba que los gobernantes de esa época estaban simbólicamente casados con el Reino. Cualquier problema con el Reino como la tierra improductiva, una sequía, significaba el fracaso de esa boda. Así como el sagrado matrimonio de la Alquimia y el casamiento de Jesús con la Iglesia, el casamiento del Gobernante con la tierra significa la unión de diversos principios opuestos: masculino y femenino, Ego y Alma, realidad interior y manifestación exterior. El fracaso de esa boda es evidenciado por una falta de fertilidad y prosperidad, tanto en la vida interior como en la exterior. La cura de la herida en los genitales se inicia con la unión de todas nuestras diferentes partes, de modo que el espíritu, la mente, las emociones y la sexualidad del individuo actúen de forma conjunta y cooperativa. En el principio de la vida, nosotros nos separamos para crear el Ego y colocar nuestra sexualidad bajo el control de la conciencia. Lo hacemos por buenas razones: para desarrollar un sentido de disciplina o de moderación y tener responsabilidades para con nosotros mismos y con los demás, así como garantizar que no seremos inundados por hijos. Aunque esta sea una lección importante, ella nos deja heridos a todos. Cuando recordamos que Eros gobierna nuestras relaciones, comprendemos por qué no podemos tener una consciencia plenamente integrada hasta que la herida primaria en los genitales sea curada. Es también Eros o el Amor que actúa como elemento de unión entre las diferentes partes de la psiquis: Ego y Alma, consciente e inconsciente, masculinidad y femineidad. La cura de esta herida restaura una unidad que está más allá de la separación entre espiritu y materia, entre mente y cuerpo. Un resultado de esta unión interior entre el corazón y los genitales, entre los poderes generadores y los excrementos, es una capacidad de relacionamiento basado en el conocimiento de que no podemos crear lo nuevo sin de cierta forma destruír lo antiguo o renunciar a él. La unidad resultante de Eros, curando tensiones y conflictos internos, nos proporciona la capacidad de tener un tipo de consciencia diferente de aquél que es sólo mental. Para que tengamos control sobre nuestra vida no basta que la consciencia tenga el conocimiento mental o del cerebro izquierdo. Es de fundamental importancia el uso bíblico del verbo “conocer”, como una forma de de describir la integración sexual. Precisamos ser conscientes, de tal forma que combine mente, cuerpo, corazón y Alma. Precisamos sentir nuestro dolor y transformación con la misma unión mente-cuerpo que caracteriza la intimidad sexual, con toda su profundidad y belleza. Este es el tipo de conocimiento de consciencia y de apertura para la vida y la experiencia que hace posible la transformación alquímica de la consciencia. En este conocimiento, Jesús crucificado se transforma en el Rey Resucitado; el matrimonio alquímico desintegrado en el frasco se transforma en el Monarca andrógino; y tú y yo vivenciamos nuestro sufrimiento haciéndolo consciente y nacemos como señores de nuestra propia vida. LAS PREGUNTAS SAGRADAS En la leyenda del Rey Pescador, el Rey es curado cuando aquél que busca el Grial pregunta cuál es el significado del Grial y de otros símbolos sagrados (representando el proceso de volver consciente al inconsciente). En algunas versiones de la historia de Parsifal, esta cuestión se concentra en la relación de la humanidad con el Grial y del Grial con Dios. La tradicional pregunta: “¿A quién sirve el Grial?”, es también a veces: “¿Quién sirve al Grial?”, nos recuerda que el Grial nos sirve, nosotros servimos al rial y el Grial está al servicio de Dios. Este hecho encierra un significado admonitorio. El Gobernante tiene siempre que servir a Dios, en vez de gobernar teniendo en vista la gratificación del Ego, y es la gracia de Dios (simbolizada por el Grial), quien protege al Reino y al Gobernante. En un nivel psicológico, el Grial sirve al Alma. Los exploradores modernos necesitan hacer las mismas preguntas. Cuando hacemos las preguntas sagradas, nos abrimos para nuestra Alma y vivimos la vida a un nivel más profundo. Cada objeto sagrado requiere que hagamos una pregunta. La dádiva de la espada requiere que pregunta qué debemos hacer con la espada y con nuestra vida. El Gobernante herido, dentro de nosotros mismos, requiere que preguntemos compasivamente: “¿Qué te aflige?”, significando nuestra disposición a ser curados. La lanza que gotea sangre exige que preguntemos lo que necesitamos sacrificar, y el plato y el cáliz, que dá a todos los alimentos que más gustan, requiere que preguntemos lo que verdaderamente necesitamos, a fin de poder hacer la distinción entre esa necesidad real y aquello que pensamos querer o necesitar. El Grial pide que nos abramos para el sentido de iluminación y preguntemos lo que nuestras Almas exigen de nosotros. Cuando hacemos las preguntas correctas y encontramos su significado arquetípico en nuestra vida, el Rey o la Reina que hay dentro de nosotros, es curado y la tierra devastada sufre una transformación. Ser consciente significa despertar y adoptar un nuevo tipo de responsabilidad, siendo sinceros con nosotros mismos y miembros constructivos de la especie humana. Esto es lo que significa la existencia real, estar plenamente despierto en el cuerpo, sintiendo sus sentimientos; ser capaz de expresar en el mundo lo que realmente somos y estar dispuestos a asumir plena responsabilidad por la vida. Vivenciar el Yo no significa simplemente ser virtuoso. Significa la plena realización de nuestras responsabilidades, incluyendo las habilidades en el sentido de hacer el mal. Ninguna integración de cualidades conflictivas, dura para siempre. Aunque nuestra consciencia esté unificada, más pronto o más tarde, esa consciencia se separará y el camino comenzará de nuevo. Ni la Tabla Redonda del Rey Arturo duró para siempre; una época de la historia da lugar a otra. COMO EXPRESARNOS EN EL MUNDO Después que colocamos nuestra vida al servicio del propósito más profundo de nuestra Alma, nunca más podríamos volver a la vida que teníamos anteriormente. Hay una pérdida y una ganancia. No es la sensibilidad para los misterios de la vida o un sentido de reverencia, admiración o miedo, que constituyen los cimientos de la religión, pero sí las cuestiones relativas al qué hacer con la sensibilidad para los misterios de la vida, el qué hacer con la reverencia, la admiración y el miedo. La cuestión hoy, no es simplemente crear un Yo unificado, uniendo al Ego con el Alma, el corazón con la cabeza, lo masculino con lo femenino, sino expresar el Yo en la vida cotidiana. Aunque el peregrino, el Alma errante que existe dentro de cada uno, necesite ser seducido por medio de la reverencia y del misterio, para desarrollar una consciencia más amplia y profunda, el Gobernador sufre las restricciones de las tareas de la vida diaria. La tradición judía enfatiza la espiritualidad de los actos cotidianos, demostrada por el respeto a las leyes y tradiciones. La disciplina Zen ayuda a salir de un estado infantil y transformarse en adulto consciente. Los maestros zen lo explican así: “Cuando te curvas, simplemente cúrvate; cuando te sientas, debes simplemente sentarte; cuando comes, debes simplemente comer. Si haces esto, estarás de acuerdo con la naturaleza del Universo. No puedes olvidar al Buda en ninguna circunstancia, pues tú eres el Buda”. Todas las tradiciones, aunque sean diferentes en la forma, nos convocan para la desafiante tarea de traspolar la luz a las actividades de la vida diaria, o mejor aún, para hacer la conexión entre lo no común y lo ordinario. En último análisis, lo que importa no es la experiencia transpersonal considerada aisladamente, sino que esas experiencias nos informan del modo como estamos viviendo nuestras vidas. Es de eso de lo que trata el retorno.
EL YO Y EL EQUILIBRIO INTERIOR ¿Estamos eternamente condenados a expresarnos en el mundo a fin de vivenciar una unidad transitoria y después volver a sufrir? No. Es por eso que en términos psicológicos, determinadas figuras importantes están presentes en la corte clásica. Si el Yo fuese sólo el Gobernante, el ciclo de sufrimiento y redención sería infinito. Algunos gobernantes desarrollan maneras de permanecer equilibrados y renovados; así, ellos no se transformaron ni en tiranos ni en sufridores. Tenían un Mago, un Sabio y un Bufón. Las figuras de la Corte clásica mantenían el Reino en equilibrio. Cada una de ellas, de distintas maneras, representaban la totalidad. Cada una tiene su propio tipo de unión con la esfera transpersonal, y todas son andróginas. Cada una de ellas completa a la otra, creando un todo mayor que la suma de las partes. Todo gran Gobernante necesita un Mago para predecir el futuro, curar los enfermos, crear rituales que mantenga unido al pueblo y sostener una unión permanente con la dimensión espiritual. Examinando su bola de cristal, el Mago se anticipa a los problemas y advierte a los gobernantes si se estuviesen aislando de sus almas o si hubiese algún peligro. Ellos curan las heridas del Rey que están causando problemas al Reino. El Mago ayuda a crear un campo de energía positiva en el castillo, un campo de energía que atrae personas y acontecimientos positivos. Los grandes gobernantes hacen bien en tener un Sabio en la Corte para actuar de Consejero. El consejo de un Sabio comprometido con la verdad y no con la política de la Corte o con las fuerzas del momento, evita que los gobernantes sean víctima de sus ilusiones y vanidades. Finalmente, todo Gobernante necesita de un Bufón, el tonto de la Corte, para entretener a las personas, llevar alegría al castillo y decir al Gobernador cosas que, en boca de otros, significaría la horca. Los Tontos frecuentemente oyen y saben cosas que serían mantenidas ocultas. Y, lo más importante, ellos pueden hacer el papel o comedia de Gobernante y dejar sin contenido cualquier tendencia al egocentrismo, la pomposidad y la arrogancia. La metáfora de la Corte es importante. Ciertamente, existen sabios que viven en torres de marfil y no aconsejan a los Gobernantes; existen magos que trabajan solos y no prestan ayuda a su comunidad o a la Corte; y existen tontos vagando por la tierra, que no contribuyen a la vida de la comunidad. En la Corte, el Gobernador, el Mago, el Sabio y el Tonto, se ayudan mutuamente y, cada uno con sus talentos específicos, contribuyen para la creación de un Reino saludable, próspero y alegre. A nivel psicológico, cada uno de los cuatro arquetipos es un aspecto del Yo integrado. Cuando los cuatro están en equilibrio, la psiquis goza de la tranquilidad y el ciclo de sufrimiento y cura es cortado. EL GOBERNANTE El Gobernante está asociado a la creación de la integridad y del orden psicológico. La meta del Gobernante en relación a la psiquis, es la creación de un Yo único, integrado y plenamente manifestado. La principal función del Gobernante es organizar el Reino, y el resultado del proceso es un sentimiento de paz, unidad y armonía: las partes dispersas vuelven a juntarse. El Gobernante es el presidente de la comisión que guarda el orden de la psiquis. Es el Ego reeducado, el cual en sus niveles más elevados, no necesita proteger la psiquis contra el Alma. Si el Gobernante fuera altamente evolucionado, irá a comprobar de que cada una de nuestras voces interiores y cada uno de los arquetipos activos en nuestras vidas, están teniendo ocasión de hablar y ser escuchado. Si nuestro Gobernante no fuera evolucionado, impondrá orden reprimiendo algunas partes y creando una separación entre las partes aceptadas y las rechazadas de la psiquis. Llevado a extremos, puede acabar en una guerra civil interior, dolor y hasta una enfermedad psíquica. La mayoría de nosotros tiene gobernantes que se sitúan entre esos dos extremos. Ellos excluyen o reprimen muchas partes potenciales de nosotros mismos, pero procuran crear condiciones para la manifestación armoniosa y ordenada de otras. En una psiquis sana, hay una diversidad entre las voces que son oídas. El Gobernante puede ser un Rey que consigue gobernar bien, porque habla para el Alma y el Espíritu en el mundo. Escucha los intereses del Ego y consulta el deseo del Alma EL MAGO El Mago es el elemento que puede curar y transformar el Yo cuando el orden es demasiado rígido. Actúa en la psiquis como agente de regeneración y renovación. Esta es la parte de la psiquis que puede integrar los aspectos negativos de los arquetipos y los transforma en energía útil. El Mago es el alquimista interior que transmuta pensamientos y emociones básicas en otros más elaborados, nos ayuda a aprender nuevos moldes de comportamiento y transformar aspectos primitivos en otros más adecuados. Además, el Mago puede curar enfermedades o crearlas. Cuando el Ego actúa al servicio del Alma, es éste el arquetipo que ayuda a ser consciente el proceso de crear o transformar nuestra vida. Aunque todos los arquetipos asociados al Yo nos ayuden a crear una unidad con la luz, el Mago se une al poder de lo divino para salvar, redimir o perdonar. El lleva la cuenta de la existencia de esas cualidades en nosotros mismos a medida que aprendemos a perdonarnos y perdonar a los demás y, al hacerlo completamente, transforma situaciones negativas en posibilidades para una mayor evolución. EL SABIO El Sabio es la parte de la psiquis que, durante la meditación, es percibida como el Yo objetivo. Observa nuestros pensamientos y sentimientos, aunque esté más allá de ellos. Así, el Sabio nos ayuda a afrontar lo que quiera que sea verdadero en nuestras vidas y a trascender a nuestros egos menores para unirnos a verdades cósmicas. Cuando paramos de luchar contra la verdad, podemos ser libres. Este es el hombre o mujer viejo y sabio que aparece en nuestros sueños para darnos consejos en los cuales podemos confiar. El Sabio interior es aquella parte de nosotros que observa cuando meditamos sobre los acontecimientos cotidianos o los experimentamos. El es aquella parte de nosotros que puede observar nuestros pensamientos y sentimientos y permitir que fluyan sin estar de ninguna manera unido a cualquiera de ellos. En terapia, el Sabio permite que observemos nuestros moldes patológicos y percibamos de qué manera estamos proyectando nuestras percepciones sobre el mundo. El observa esos patrones y contempla la verdad mayor que está más allá. La diferencia entre reflejar la realidad de una manera relativamente adecuada y hacerlo a través de un pensamiento distorsionado, es comparable a la diferencia entre mirar para el reflejo del mundo en un lago tranquilo y hacerlo en otro de aguas agitadas. EL TONTO El Tonto es el elemento de la psiquis que representa la multiplicidad de la consciencia. Así como los Tontos de la Corte que se cambian por el Rey o la Reina, el Tonto (el embustero interior), menosprecia continuamente nuestro sentimiento de un Ego unificado. El es el responsable de que pensemos que no todo está en dependencia de aquello que la mente consciente piensa tener. El Tonto nos enseña que estamos siempre expresando nuestros egos en el mundo y no un único Ego. Así, lo vemos muchas veces como un desconcertarte Ego negativo, el precursor del nuevo Ser que va a nacer. Aunque no sea el Id, el Tonto es el arquetipo que ayuda a educar, transformar e integrar el Id a otros aspectos de consciencia y, por tanto, a la reposición de energía psíquica. El Ego que no es percibido pero que es constantemente renovado, necesita de estos cuatro arquetipos. De hecho, existe un cierto sentido de represión cuando el poder es ejercido sólo por el Gobernante. Aunque ese ordenamiento real sea estabilizador, él es también restrictivo. Si estuviera a un nivel elevado, el Gobernante tal vez quiera que expresemos los doce arquetipos, ya que eso aumenta nuestra eficacia. Teoricamente, el Gobernante no iría a desear la expresión de un arquetipo que no contribuyese a la salud general del Reino o no se adecuase al orden existente. El arquetipo desajustado podría ser desterrado. El Mago procura atraer cualquier arquetipo en sentido de manifestación positiva, de modo que pueda ser útil. El Sabio nos ayuda a reconocer la verdad esencial de cada arquetipo para poder tomar decisiones racionales a su respecto. El Tonto quiere que todos ellos se expresen por el placer de hacerlo. Para él no importa si eso irá a contribuir para la evolución del individuo, para la productividad o para la paz o sabiduría interior. Lo que interesa al Tonto es expresar todos sus egos porque se siente bien actuando así. Juntas, las cuatro principales figuras de la Corte nos ayudan a ser integrados y responsables, saludables y conectados, honestos y sabios. Ellos son, de hecho, la recompensa que está al final del camino. Cuando expresamos nuestros egos en el mundo, habiendo pasado por sufrimientos y pérdidas y haber descubierto que podemos sobrevivir a ellos, dejamos de ser controlados por el miedo. Así, nos sentimos libres para correr riesgos. Como descubrimos nuestras identidades y vocaciones, hacemos una real contribución al mundo. Como desarrollamos nuestra creatividad, probablemente encontraremos maneras de ser recompensados por nuestros esfuerzos. Como aprendemos a amar, tendemos también a recibir amor de los demás. En cuanto el Ego dominaba, vivíamos en un mundo de escasez: ahora parece haber abundancia. Compredemos, además, que muchas veces lo más importante es reconocer y aceptar los innumerables regalos que nos da la vida. Habiendo presenciado milagros en nuestro camino, no creemos más que en lo que hacemos nosotros mismos; en verdad, si alguna cosa es realmente nuestra, nada ni nadie nos la puede quitar. Si ella no nos pertenece, nada ni nadie podrá hacer que ella permanezca con nosotros. Cuanto mayor sea nuestra seguridad al manifestar nuestros egos, menor será el número de cosas que iremos a necesitar para ser felices. No precisaremos de tantas actividades profesionales, sino nuestro trabajo. No necesitaremos de muchos amores, y sí de aquellos que realmente nos satisfacen. Tal vez no se requieran tantos bienes materiales, sino el de dar valor a los que tenemos, porque ellos reflejan algo que existe dentro de nosotros. Acaso no necesitemos tanto dinero, para los gastos en cosas y actividades que nos gustan. De forma lenta pero segura, descubrimos que no necesitamos subir la escala de los éxitos para ser felices; necesitamos ser plenamente nosotros mismos. Si lo hacemos, tendremos todo lo necesario. El ciclo de repetidos sufrimientos se atenúa; en parte, porque ya son esperados y dejan de ser temidos y en parte, a causa de la creciente percepción de que no siempre tenemos que ser un Ego unificado para sentirnos enteros. El Tonto responde a la diversidad interior, no a través del dolor y sí ofreciendo porciones distintas con opciones a danzar con unas y otras. Poco importa que la música del Alma a cuyo son ellas danzan, sea armoniosa o disonante, o que la dama sea hermosa o no. La danza es importante por sí misma. LA DANZA. MAS ALLA DEL HEROISMO El último arquetipo descrito es el del Tonto, incluído entre los arquetipos de retorno, porque gobierna la expresión de nuestros egos en el mundo. El Tonto nunca encaja perfectamente en ninguna clasificación. Lo encontramos en el principio y al final del camino; sin embargo, durante el camino apenas lo vemos; generalmente nos permitimos una fuerte presencia suya en la consciencia. El Gobernante simboliza la conquista de la consciencia y del verdadero Yo; el Tonto nos ayuda a trascender, al heroísmo, a la individualidad y a la consciencia, alcanzando el éxtasis. A nivel básico, el Tonto sintoniza con la parte más primitiva de la psiquis. Está relacionado con lo más pronfundo de nuestros impulsos y ansias instintivas, deseos que tal vez no estemos dispuestos a reconocer ante nosotros mismos y los demás. En antiguas culturas, la figura del embustero y tramposo, que ilustra esta manera primitiva de actuar, está fuera de la lista de los papeles socialmente aceptables. Pero, se reconoce que ellos contribuyen a nuestro placer de vivir. “No tenemos teologías. Nosotros danzamos”. (Zen). Podemos aprender cosas sobre el crecimiento y evolución del tramposo que hay en nosotros, observando los mitos y leyendas. El embustero aparecía en conversaciones picarescas, fiestas, rituales mágicos y sagrados, en los miedos y en la exaltación religiosa de los hombres y en las mitologías. Desde este punto de vista, el Embustero presente en los mitos, es una estructura psíquica arquetípica muy antigua, que en sus manifestaciones más claras es una copia fiel de una consciencia humana absolutamente indeferenciada, correspondiente a la psiquis que apenas ha pasado del nivel animal. El Mentiroso que está dentro de nosotros necesita tiempo para andar por el mundo, explorarlo, para atender sus ansias de experiencias y descubrir quienes somos, de lo que gustamos, de lo que sentimos y pensamos. Sin eso, nunca tendríamos sentido de verdadera identidad. Es por eso que tantas personas extremadamente poderosas e interesantes han cometido excesos en su juventud, incurriendo en graves errores y, frecuentemente, han aprendido con los propios fracasos. Los Tontos también aprenden a dominar a través de los experimentos: desmontando máquinas para ver como funcionan, inventando nuevas cosas, aprendiendo la puesta en marcha de una organización o intentando descubrir lo que hace que otras personas engorden. La curiosidad del Embustero expresada de esta manera, nos ayuda a aprender que tipo de trabajo nos gusta hacer y dá habilidades a nivel de principiante para iniciar estos trabajos. Aunque la energía del Tramposo pueda y deba ser limitada y canalizada, ella nunca debe ser totalmente reprimida. En la vida, fiestas y pausas frecuentes para diversiones, cuidados y confort del cuerpo, así como un buen sentido del humor, ayudan a las personas a permanecer felices, equilibradas y mentalmente sanas. En la vejez, el Tonto nos enseña a renunciar a la necesidad de poder, de alcanzar metas y realizar grandes hazañas para que podamos vivir nuestra vida tal como ella es. Nos podemos sentir así en cualquier momento en que la consciencia de la mortalidad nos lleva a saborear cada momento de la vida como algo precioso por sí mismo. EL TONTO ES EL HEROE Los elementos del Tonto existente en la psiquis nacen de sus elementos heróicos. Es por eso que el héroe es virtuoso, bueno, que comienza como un Inocente, lleno de integridad, fe y coraje y frecuentemente tiene como amigo a un Tramposo. Esto le puede proporcionar hábitos y costumbres, así como la picaresca del bajo estrato social, las cuales tal vez no sean consistentes con la auto-imagen heróica pero, aún así, serán necesarias para su sobrevivencia. No es sólo la insensatez del héroe, sino todos sus elementos insensatos los que necesitan ser neutralizados para que no detengan el control del individuo, aunque tampoco han de ser reprimidos. Ellos están en la posición de leales e inseparables compañeros del héroe. A través de un diálogo entre el Ego más ”heróico” y el compañero Tonto, se puede encontrar una estrategia para salvar a la víctima (el Huérfano), que sea al mismo tiempo apropiada a las circunstancias (el Tramposo) y esté de acuerdo con los principios morales (el Inocente). El Ego, reforzado por el Inocente, el Huérfano, el Guerrero y por el Caritativo, se identifica con el orden. El desea un mundo organizado y tiene miedo al caos, sea en la cultura o en la psiquis. El Tonto, sin embargo, está aliado al caos y al desorden y, por tanto, al principio de evolución del Universo. A veces, el Tonto se divide, porque el Ego no quiere y no puede aprobar o permitir lo que él planea hacer. Para poder crecer, necesitamos englobar nuestros pensamientos, sentimientos e impulsos conflictivos de nuestros diversos egos en un sólo Ego. Cuando eso sucede, pasamos a ser Tontos sabios y no insensatos. Aunque eso raramente vuelva la vida de una persona más ordenada, el proceso proporciona experiencia y enriquece la vida. Los Gobernantes y Magos trabajan duro para redimir y curar al planeta. Los Sabios se esfuerzan por descubrir la verdad. Sólo el Tonto confía en el momento y saborea la vida en toda su plenitud, sin hacer juicios no sólo de las alegrías sino también de las tristezas. El Tonto tiene la franqueza y la creatividad del Inocente, sin su inclinación para negar la verdad o necesitar protección. El ve las cosas con claridad suficiente, hasta para aconsejar al Gobernante. El reconocimiento y aceptación de la falibilidad humana por parte del Tonto, debe motivar risas y no opiniones. Cuando el Tonto está presente, experimentamos alegría porque estamos libre de “obligaciones” colectivas y podemos realmente vivir. Al renunciar al Ego y la necesidad de ser importantes, nos abrimos a la alegría. Este estado no es el fin del camino, porque prosigue a lo largo de nuestra vida. Entretanto, efectivamente altera la cualidad del camino; una vez vamos más allá del heroísmo, entramos en la danza, experimentando un menor sufrimiento. El Tonto es el arquetipo que nos une a la vida instintiva y nos ayuda a vivir con más alegría. Tal vez eso ocurra porque el Tonto sabe que “vemos lo divino de la única manera que podemos, a través de la aceptación de lo humano”, no necesitando esforzarnos y pudiendo simplemente regocijarnos por estar aquí, en la Tierra, tal como ella es y tal como nosotros somos.
LA B U S Q U E D A D E L H E R O E I N T E R I O R SEGUNDA PARTE DE LA DUALIDAD A LA TOTALIDAD
UN MODELO DE ESTADIOS DE VIDA El reconocimiento de las maneras a través de las cuales nuestras vidas están atadas a los doce estadios arquetípicos del camino del héroe, nos ayuda a dar significado a las experiencias de lo cotidiano. Es también importante respetar nuestra propia singularidad. Los grupos y las personas pasan a través de estos estadios en órdenes y maneras diferentes. Nuestro camino es afectado siempre, pero no necesariamente determinado por fases de vida, sexo, cultura y características personales. Consideremos la duración de la vida, desde la infancia a la vejez, como un camino distinto para cada uno. Cada momento de la vida afecta a los arquetipos que se manifiestan en ella. En la mayoría de los casos, cada gran fase cronológica evoca dos arquetipos que parecen estar en oposición y que presionan por una resolución. Si hemos contestado al Indice de Mitos, será una buena idea completar los ejercicios de análisis que siguen. Hecho esto, sabremos qué arquetipo de cada par está conduciendo nuestra vida, por lo menos en este momento. Aunque la idea sea integrar los pares. Antes de examinar los seis principales estadios de la vida, infancia, adolescencia y juventud, vida adulta, media-edad, madurez y vejez, recordemos que los arquetipos no pertenecen a esas fases cronológicas de la vida. Aunque los arquetipos contribuyan a nuestro crecimiento y evolución, ellos también tienen sus propias existencias independientes como entidades psíquicas. Se pueden manifestar en cualquier época de la vida y de maneras diferentes. Constituyen la base de grandes obras artísticas, literarias y musicales y dan contribución a nuestra vida, además de ayudarnos en los grandes cambios. Podemos aprender a todas horas lecciones de cualquiera de estos arquetipos. En cada una de las épocas de nuestra vida, por ejemplo, podemos aprender la capacidad del Tonto para vivir la vida en el presente, sin precisar de metas. Si hubiéramos desarrollado esa capacidad antes de llegar a la vejez, no conoceremos la infelicidad. De la misma forma, aunque podamos volvernos Caritativos en cualquier etapa de nuestra evolución, si no hubiéramos tenido ese comportamiento cuando éramos responsables por otras personas (hijos, empleados, padres ancianos), quedaríamos sin saber cómo responder a este desafío y las personas entregadas a nuestro cuidado irían a sentirse abandonadas, deprimidas y olvidadas. Además, nunca es demasiado tarde para aprender la lección del arquetipo. Actualmente, muchas personas sólo consiguen resolver sus problemas de infancia en la edad adulta o en la vejez. Aunque el ideal fuese que a la altura de la adolescencia pasáramos por un nivel relativamente alto del Inocente y del Huérfano, pocas personas lo consiguen. La identificación con cuestiones no resueltas, ejerce un poderoso efecto sobre nuestra vida, permitiendo que nos abramos a la energía arquetípica que puede completar el proceso. Esto también nos puede ayudar a descubrir el tipo de ayuda que necesitamos. Las personas cuyos problemas giran en torno al arquetipo del Huérfano, pueden querer un tipo de terapia que se concentra en la cura de traumas de la infancia. De la misma forma, personas que tienen problemas con el Guerrero, pueden ser entrenadas con afirmaciones positivas. Aunque la mayoría de los adultos saludables consigan desarrollar por lo menos una mitad de cada par de arquetipos y promover el desarrollo de la otra mitad, es relativamente rara la integración entre los pares. De hecho, la luminosidad de los símbolos de cada estadio de esa travesía, imágenes de la Criatura Divina, de un dios o diosa, de la Tierra Prometida, sugiere que esta integración es más característica de los dioses que de un simple mortal. Integrar plenamente los pares de una única categoría, ya es un gran hecho. Hacerlo en todas las categorías, significa ser un iluminado. Las virtudes asociadas a cada par, indican una integración más común entre los pares. Aunque uno de los arquetipos sea dominante, ambos están suficientemente fuertes para que podamos atravesar con éxito esa etapa de la vida.
EMPAREJAMIENTOS ARQUETIPICOS POR ASPECTOS DE LA VIDA SEGURIDAD EL INOCENTE El Inocente es la persona que vive o intenta vivir, en el Jardín del Edén. El regalo del Inocente al mundo es la confianza, el optimismo y la creencia en las cosas tal como son. En un bajo nivel, la creencia es preservada por la negación; en un nivel elevado, por la trascendencia. EL HUERFANO Aunque el Huérfano tenga el mismo deseo que el Ino - cente: vivir en un mundo seguro, él se siente traicionado y abandonado. En un nivel bajo, es una víctima o un cínico arraigado. En un nivel elevado, nos hace recordar nuestra vulnerabilidad e interdependencia. IDENTIDAD EL EXPLORADOR El Explorador examina las realidades externas e inter - nas, y está dispuesto a renunciar a la seguridad, a la comunidad y a la intimidad, en favor de la autonomía. Los Exploradores descubren que lo son, al percibir que tienen diferencias con los otros. En el peor de los casos, se sienten como intrusos. En el mejor, encuentran su identidad y vocación. EL AMANTE Los Amantes descubren que lo son, al saber quienes son y lo que aman. En un nivel inferior, el Amante tal vez ame a unas pocas personas, cosas o actividades. En un nivel elevado, expande ese amor para disfrutar y respetar toda la diversidad de la vida.
RESPONSABILIDADES EL GUERRERO Los Guerreros derrotan a los villanos y rescatan sus víctimas. Son disciplinados, llenos de coraje, imponiéndose elevados moldes de conducta. En el peor de los casos, pisan a las personas. En el mejor, hacen valer sus derechos de forma apropiada a fin de transformar el mundo en un lugar para vivir mejor. EL CARITATIVO El Caritativo tiene en cuenta a los demás aunque esto exija algún sacrificio. Ellos se dan para hacer del mundo un lugar mejor. En el peor de los casos, el sacrificio es mutilador y manipulador. En el mejor, su entrega es compasiva, genuina y de gran ayuda para otros. AUTENTICIDAD EL DESTRUCTOR Cuando el Destructor es activo dentro de una persona, aquello que vemos son los efectos de la tragedia y la pérdida. En el mejor de los casos, esa pérdida inicial resulta en una mayor receptividad a nuevas ideas, en más comprensión de las otras personas y en un conocimiento más profundo de la propia fuerza e identidad. En el peor de los casos, es como un fragmento de una personalidad y vemos el aniquilamiento de aquello que existió. EL CREADOR Cuando el Creador está activo en una persona, ella es- tá pasando por un proceso de descubrir o de crear un sentido más adecuado del Ego. En el peor de los casos, esa nueva identidad es transformadora y nos lleva a una vida más satisfactoria y eficaz. En el peor, se trata de un experimento y la persona se retira o vuelve a empezar. PODER EL MAGO Los Magos crean nuevas realidades, transforman reali - dades antiguas, actúan como catalizadores, “atribuyen nombres” y, así, crean realidades. En el peor de los casos, sus esfuerzos se transforman en alguna especie de “hechicería maligna”. En el mejor, descubren soluciones que satisfacen a todas las partes envueltas en un problema y las dejan con más poder del que tenían antes. EL GOBERNANTE El Gobernante que existe dentro de nosotros compren - de que somos los responsables por nuestra vida interior y exterior; la responsabilidad es nuestra. En el peor de los casos, el Gobernante es un déspota. En el mejor, el orden establecido por él, crea una totalidad interior y una comunidad exterior. LIBERTAD EL SABIO Los Sabios encuentran la libertad a traves de una com- prensión del significado cósmico de las cosas y una capacidad de desapego. En un nivel inferior, el Sabio puede tener poco interés en placeres comunes y mundanos de la vida. En un nivel superior, combina el desapego con amor, sabiduría y con el placer de vivir. EL TONTO El Tonto encuentra la libertad a través del desapego y la capacidad de apreciar cada momento de la vida. El nos estimula, descubre maneras inteligentes, innovadoras y divertidas de orillar los obstáculos, tanto físicos como intelectuales. En el peor de los casos, el Tonto es irresponsable. En el mejor, obtienen mucho placer de la vida porque viven simplemente cada momento. INFANCIA En la Infancia, la principal cuestión es la seguridad, y nuestra tarea es pasar de la dependencia para la independencia. Somos ayudados en esa tarea por el Inocente y por el Huérfano interiores. La solución satisfactoria de estas dos energías arquetípicas es demostrada cuando podemos evaluar las situaciones con precisión y saber cuando podemos confiar y cuando no es seguro. Si nuestro Inocente asume el liderato, tendemos a ser optimistas y podemos confiar excesivamente en los otros y descuidar los peligros potenciales del ambiente. Cuando el Huérfano asume el liderazgo, tendemos a ser más pesimistas, más conscientes de los peligros y amenazas y un poco menos propensos a confiar, aún cuando la confianza fuere merecida. SOLUCION La solución de las dualidades es expresión mítica de la imagen del Niño Divino, que incorpora la perfecta inocencia pero que también es capaz de mirar y comprender el mundo tal como él es y que demuestra compasión por los demás y sus dolores. Aunque el Niño Divino haya surgido en muchas mitologías, en nuestra cultura se hace presente en la Navidad. La imagen del niño Jesús está presente en los aspectos del Inocente y del Huérfano. El niño Jesús es Inocente en el sentido de ser totalmente puro y sin culpa. El es un Huérfano por ser ilegítimo, por haber nacido en un establo y ser destinado al sacrificio. Cuando conseguimos ver dolor y sufrimiento, tanto dentro como fuera de nosotros, y aún así tener esperanza y fe para inspirarnos y darnos a los demás, entonces hemos integrado nuestros Inocentes y Huérfanos interiores. Eso nos permite ver las cosas con más claridad. En el camino del héroe, la integración del Inocente y el Huérfano se hace manifiesta cuando la visión del héroe no se distorsiona, ni por el optimismo ni por el pesimismo. Así, la persona puede evaluar correctamente en quién puede o no confiar. La virtud asociada a esta integración es el discernimiento. Cuando somos niños, confiamos en cualquier persona y nuestros padres nos dicen lo que debemos aceptar de los extraños. Además, como el pensamiento de los niños es concreto y dualista, clasificamos a las personas en dos categorías. Existen los héroes y los malos; madres buenas y malas; brujas y hadas; amigos y enemigos. Si continuamos en esta línea, en la adolescencia identificaremos a dos clases de mujeres: vírgenes y prostitutas (o las que se acuestan con los hombres que aman y las que “andan por ahí”); y dos especies de hombres: los malos, ladrones, seductores y los buenos, que son salvadores o buenos maridos. Los profesores y otras autoridades, o son perfectamente sabios o bondadosos o no sirven para nada. El final de este dualismo ocurre cuando no sólo podemos distinguir una cosa buena de otra mala, sino cuando el dualismo va siendo demolido y aceptamos la mezcla de bien y mal que existe dentro de cada ser humano, incluyéndonos nosotros mismos. Aprendemos que eso es mucho más complicado de lo que imaginábamos. El problema ya no es tanto saber en quién confiar, sino cuando y en qué circunstancia la persona es fiable. Un padre puede ser suficiente aval para pagar una fianza y sacarnos de la cárcel, pero no para dar apoyo moral. Podría confiar en mí mismo en cuanto a no gastar más de lo que gano, pero no puedo hacer lo mismo cuando se trata de no comerme el chocolate que guardo en casa. Además, cuando seguimos el elemento dominante de la dualidad, cualquiera que sea, nos inclinamos a ir hacia arriba o hacia abajo, hasta que estamos integrados. Mientras experimentamos esta integración, nuestra criatura interior estará siempre inquieta. O vivimos en una negación parcial o iremos a experimentar una constante desilusión. La aceptación de la vida en su multiplicidad, es lo que da al Niño Divino un aspecto de paz y satisfacción. No existe momento en la vida en que no tengamos una criatura interior. Cuando el Inocente y el Huérfano están integrados, nos sentimos una Criatura Divina y no tenemos miedo de enfrentarnos a las dificultades y los sufrimientos de la vida. Tenemos un sentido subyacente de seguridad aún cuando reconocemos y luchamos con realidades externas difíciles. Cuando esto ocurre, nuestra criatura interior se transforma en una fuente de paz y de ecuanimidad, en vez de vulnerabilidad.
ADOLESCENCIA Y JUVENTUD Desde la adolescencia hasta los veinte y pocos años de edad, el Explorador y el Amante toman el mando, ayudando a descubrir nuestras identidades cada uno de ellos, pero de formas diferentes. Los Exploradores se preocupan más con la autonomía y la interdependencia y se inclinan a tener miedo de la influencia de la comunidad y de la intimidad, con temor a que sus identidades tengan que ser sacrificadas en favor de las relaciones. Los Amantes, sin embargo, encuentran su identidad descubriendo lo que aman. La resolución de esta dualidad, proporciona a la persona la capacidad de amar y de comprometerse sin perder su sentido de individualidad. Si el Explorador predomina a lo largo de la vida, existe la posibilidad de descubrir nuestras identidades, diferenciándonos de otras personas. Si el Amante predomina, descubrimos quién somos a partir de las cosas que amamos. Estos dos arquetipos están activos en la adolescencia y la juventud. El Explorador nos ayuda a apartarnos de nuestro país y explorar el mundo por nosotros mismos. No queremos que nadie nos diga qué hacer o qué pensar. Exploramos las diversas opciones y no queremos atarnos a nada. También exploramos identidades provisionales, usando ropas y peinados que los padres consideran extravagantes. Podemos hasta tener placer en chocar con generaciones más viejas y creemos estar expresando nuestra individualidad aún cuando lo hagamos básicamente de la misma manera que nuestros amigos. Esta es también una época en que estamos muy interesados en romances, amor y sexo. Además, en el principio de la vida de adulto, comenzamos a ser presionados a firmar compromisos: un curso, un empleo, una profesión, un matrimonio. Todavía, esa actividad de la energía de los Amantes, frecuentemente está en oposición a nuesta búsqueda. Muchas veces nos casamos o comenzamos algún tipo de relaciones más serias y acabamos sintiéndonos paralizados por la otra persona. Nos podemos comprometer con un empleo o profesión y sentir una ambivalencia semejante con respecto a eso, una vez que aún estamos intentando saber quién somos. Nosotros nos sentimos maniatados y paralizados. Si por otro lado, predomina nuestro Explorador, podemos rechazar un compromiso con un trabajo o una pareja, y seguimos explorando otras opciones. Puede ser que trabajemos en distintos empleos, sólo para ver como son. Nos unimos a diversas personas o a ninguna. Hay sensación de soledad. Podemos optar por una modalidad de acción en un determinado momento y después pasar para otra. Por ejemplo: comprometernos en una relación o una carrera profesional y, más tarde, cuando sale a flote el Explorador, abandonarlo todo. Tal vez pasamos toda la vida marchando de un lugar para otro, sin estar fijo en ninguna parte y, de repente, sentir voluntad de echar raíces. El peor de los casos, es cuando no hacemos ni una cosa ni otra. Podemos casarnos o tener un empleo, pero no por amor, sino porque era eso lo que se esperaba que hiciéramos. Tanto el Explorador como el Amante pueden surgir espontáneamente en una etapa posterior de la vida, para descubrir el qué y al quién podemos amar. En este punto, como los adolescentes, podemos tener experiencias con la vida y actuar con un inusitado interés por las opiniones de otros: comprar coches deportivos, relacionarnos intimamente con personas más jóvenes o seguir las orientaciones de un gurú o adoptar prácticas espirituales exóticas. SOLUCION En el camino del héroe, descubrimos que la dualidad Explorador-Amante, es inherente al llamamiento heróico para que la persona busque su felicidad. La persona está en busca y al servicio del amor. También encontramos una solución simbólica en los tesoros que el héroe encuentra. Esos tesoros simbolizan el descubrimiento de la verdadera identidad y la unión con el amor trascendente. Los héroes muchas veces emprenden el camino para encontrar a sus verdaderas familias, o sea, los lugares en los cuales ellos se sienten auténticos. Al principio, sienten que de alguna forma están en una familia y hogar equivocados: no consiguen ajustarse a ser realistas consigo mismos. El éxito en la conclusión del camino permite que ellos encuentren o formen una unidad familiar en la cual puedan ser quién realmente son y tener amor. La virtud asociada a ese emparejamiento es la “identidad”, un sentimiento de autonomía que se manifiesta en forma de compromisos reales con personas, trabajo, lugar o sistema de creencias. La resolución de la dualidad es representada simbólicamente por la imagen de la Tierra Prometida, que es un arquetipo más amplio de la verdadera familia. Si pensamos en la historia bíblica del Exodo, leemos que Moisés y los hebreos necesitaban dejar la tierra de Egipto por dos razones: en primer lugar, ellos eran esclavos en Egipto y querían ser libres. Esta es la motivación del Explorador: liberarse de las estructuras restrictivas. En segundo lugar, querían tener la posibilidad de ser honestos consigo mismos, sirviendo al Dios que amaban. Esta es la motivación del Amante. En la vida cotidiana, laTierra Prometida es aquél lugar donde podríamos ser libres, que estando en ella expresaríamos nuestro verdadero Yo sin ser paralizados por un determinado papel, y amar y ser amados. Cuando existe un conflicto interno entre Explorador y Amante, nosotros no podemos llegar a la Tierra Prometida. La libertad siempre nos parecerá vacía y el Amor restrictivo. Es por esto que los israelitas tuvieron que pasar cuarenta años en el desierto. En primer lugar, ellos necesitaban tiempo para superar los hábitos de esclavitud y poder llegar a ser libres. En segundo lugar, tenían que detenerse en la búsqueda de otros dioses y aprender a ser fieles al compromiso con el camino escogido. Cuando aprendieron a ser libres y establecer alianzas, entraron en la Tierra Prometida, tal como cualquiera puede hacer. Nosotros sólo encontramos la Tierra Prometida cuando conseguimos ser verdaderos consigo mismo y nos comprometemos con las cosas y las personas que amamos. Encontrar la Tierra Prometida tanto puede significar establecernos en un lugar con las personas que amamos, como conquistar un estado interior que nos acompaña donde quiera que vayamos. VIDA ADULTA Los años entre el inicio de la vida adulta y la transición a la media edad, nos proporcionan el desafío de aprender a ser suficientemente fuertes para aceptar la responsabilidad de la vida y dejar marcas de nuestro paso por el mundo. El Guerrero y el Caritativo nos proporcionan dos maneras de actuar así. Tanto el Guerrero como el Caritativo son responsables, trabajan duro y se preocupan con la protección del Reino. Eso significa proteger particularmente a los niños interiores y exteriores. El Guerrero consigue eso luchando y haciendo valer sus derechos y el Caritativo a través de la protección y el auto-sacrificio. Juntos, ellos nos enseñan la virtud de la responsabilidad. A lo largo de la vida, uno de los dos, inevitablemente, dominará. Si el Guerrero toma el mando, actuaremos en el mundo a través de la competición, de la afirmación de nuestros derechos y por medio de realizaciones. Si el Caritativo predominara, su forma preferida de actuación sería dándose, cuidando de otros y contribuyendo al aumento de su poder. Si el predominio del Guerrero fuera más acentuado, podríamos vencer a costa de otras personas. Si el predominio del Caritativo fuera excesivo, ayudaríamos a otros en detrimento de nosotros mismos. Así, la virtud de la responsabilidad para con los demás y nosotros, requiere un cuidado equilibrado. En las sociedades tradicionales, el arquetipo dominante en esta fase de la vida es fuertemente influenciado por los papeles sexuales. El Caritativo frecuentemente desempeña el papel nutridor de la madre y el Guerrero el papel protector del padre. Actualmente, se espera que la mayoría de nosotros desempeñe los dos papeles. Cada vez se espera más, que hombres y mujeres sean Guerreros en el mundo exterior y Caritativos en casa y con los amigos. Los mejores padres, terapeutas y administradores, juntan elementos de los dos arquetipos. Cuando uno de los aspectos es demasiado fuerte, la persona que está bajo nuestros cuidados no es la única perjudicada; nosotros también nos sentimos injustos. Si tendemos excesivamente hacia el Caritativo, no conseguimos protegernos adecuadamente de aquellos a quienes no amamos, aunque podamos sentir mucho amor y compasión. Si nos inclinamos demasiado hacia el Guerrero en detrimento del Caritativo, podemos tener éxito en las defensas de nuestras fronteras, pero sacrificando el aspecto humano de nuestra vida. Muchas veces somos excesivamente duros y frustramos a otras personas. Como no sabemos nutrirnos a nosotros mismos, nos brutalizamos para alcanzar metas; trabajamos de forma tan inflexible que acabamos con un problema cardiaco o perdemos la relación más querida, porque estamos siempre compitiendo, luchando y realizando cosas y, por eso, no conseguimos espacio para sentimientos e intimidades. SOLUCION En el camino del héroe, ese dilema es solucionado cuando el personaje mata al dragón, no para obtener un provecho personal, sino para salvar a la doncella en peligro. La solución de este dilema a través de la disposición de luchar por los otros con algún sacrificio por nuestra parte, es lo que nuestra cultura entiende por heroísmo. La resolución de este dilema es vista en las imágenes arquetípicas de Dios, el Padre, que destaca tanto su poder como su lado protector y el de la Diosa-Madre, que da origen a la vida, alimenta esta vida y provoca su fin. Además de Caritativas, las diosas son muy poderosas. Ellas son el origen de toda vida y también de toda muerte y destrucción. La solución de estas dos energías arquetípicas permite que seamos padres ideales para nuestros hijos, para el niño interior y para cualquier persona que esté a nuestro cuidado. En el principio de la vida confiamos en nuestros padres para cuidar de nosotros. Después, interiorizamos el papel paternal y nos cuidamos y protegemos, tal como ellos lo harían. Finalmente, podemos acceder a las energías arquetípicas que están más allá del padre y la madre y que nos ayudan a aprender y proteger, así como a cuidar de nosotros mismos y de otras personas, de maneras que pueden ir mucho más allá de esas capacidades.
LA TRANSICION DE LA MEDIA EDAD Esta transición es auxiliada por los arquetipos del Destructor y del Creador. Juntos, ellos nos ayudan a renunciar a las identidades que estamos creando la mitad de la vida (las identidades de nuestros egos), y a abrirnos para un sentido más profundo y auténtico del Yo. En esa mediana edad o medio-tiempo, descubrimos que necesitamos renunciar a buena parte de aquello que pensábamos ser y volver a crear nuestra vida. Esa transformación o renacimiento, que produce la virtud de la autenticidad, exige que la persona encuentre y exprese su verdadero Yo en un nivel más profundo que en el de la identidad provisional encontrada por el Explorador y el Amante. Al tiempo que la identidad definida por el Explorador y el Amante nos dice con lo qué y con quién debemos comprometernos, el Creador y el Destructor nos ayudan a descubrir cómo esos compromisos se irán a manifestar en la vida diaria y nos proporcionan una oportunidad para manifestar nuestra identidad. Por ejemplo: en el comienzo de la vida podemos haber descubierto nuestra identidad y vocación como profesor y encontrado la compañera apropiada, que realmente amamos, con la cual nos hemos comprometido o casado. En la media-edad podemos descubrir una manifestación menos tradicional de nuestra vocación como profesor, tal vez desarrollando una enseñanza propia o actuando como consultor. Podríamos haber hecho prosperar una manera diferente de relacionarnos con nuestra pareja o con la familia. De repente, descubrimos que nada de aquello sigue siendo lo adecuado. Tal vez necesitemos una nueva vocación. Tal vez precisemos dejar la relación matrimonial o convenir una relación diferente. Tal vea sea la hora de promover un gran cambio en hábitos y estilos de vida. Si predomina el Destructor, encontraremos relativamenten fácil renunciar a quien no contribuye a nuestro crecimiento, aunque podamos tener problemas para re-descubrir nuestro Yo y encontrar un nuevo sentido de identidad. Al enfrentarnos al vacío de nuestra vida, corremos el riesgo de perder el ánimo. Si predomina el Creador, podemos tener una gran capacidad de imaginar nuevas identidades posibles, no teniendo la capacidad de saber qué eliminar y quedar intimidados por las posibilidades. Ejemplo: cuando el Destructor predomina y llega la crisis de la mediana edad, podemos dejar el empleo, romper nuestro matrimonio, liberarnos de bienes, renunciar al sistema de creencias religiosas y vernos casi perdidos. Si el Creador predomina, no renunciaríamos a nada. Simplemente continuaremos acumulando cosas con la esperanza de sentirnos mejor. SOLUCION Cuando se consigue una pareja satisfactoria entre el Destructor y el Creador interiores, el resultado es la capacidad de producir una simplicidad, la creación de una vida que tiene todo aquello que necesitamos y nada más. Renunciamos a las cosas que no nos sirven más y acumulamos otras, no de forma indiscriminada, sino las adecuadas. Eso significa redefinir relacionamientos con personas, trabajo e instituciones, de modo que ellos nos sean más satisfactorios en ese nuevo estadio de la vida. Esa integración está presente en los mitos y dioses de la fertilidad. Jesús, Osiris, Dionisos y Cora o Perséfone, que incorporan el proceso de muerte y renacimiento y en todas las otras formas del arquetipo de renacimiento. Una influencia excesivamente fuerte del Destructor, acarrea pérdida y muerte, pero no la resurrección. Una influencia grande del Creador hace que continuemos ofreciéndonos más opciones sin que tengamos alguna manera de renunciar a lo que no es esencial. Hay un continuo nacimiento pero ninguna muerte. Vivimos en una cultura que reverencia el nacimiento pero no la muerte. La negación de la muerte es encontrada en todos los lugares. Si nada muriese, serían negadas las nuevas formas de vida. Es como el caso de familias que continúan produciendo hijos sin disponer de los recursos necesarios para cuidar de ellos, puestos en el mundo mal alimentados y preparados para la vida o de personas que nunca encuentran manera de liberarse de un empleo, de un amigo o de un sistema de creencias que deseamos desprender de nosotros y así nunca conseguimos progresar. En todos los casos, la negación de la muerte produce un tipo de muerto-vivo. La sabiduría de las religiones de la fertilidad, consiste en comprender la importancia, tanto del nacimiento como de la muerte, y en reverenciar ambos elementos en la vida. Si hiciéramos esto, podríamos equilibrar esas energías y experimentar una especie de renovación a medida que renunciamos a lo que no nos sirve a fin de crear condiciones para un nuevo crecimiento. En el camino del héroe, el Destructor y el Creador se manifiestan en el camino para el más allá, donde el héroe encuentra la muerte y retorna al mundo de los vivos. La virtud de la autenticidad exige que todos nosotros nos enfrentemos con nuestra mortalidad, porque sólo después de reconocer realmente la inevitabilidad de nuestra disolución, iríamos a sentir la necesidad de ser efectivamente nosotros mismos. Para muchas personas, la decisión de ser ellas mismas y tener lo que realmente desean y no lo que la sociedad, las instituciones religiosas, la familia y los amigos, dicen que debemos querer, surge con el reconocimiento de que la mitad de la vida se fue y no hay mucho tiempo que perder. MADUREZ Los arquetipos de transición de la mediana edad nos ayudaron a afirmar nuestro poder y a expresarlo en el mundo. El Gobernador consigue eso asumiendo el control, estableciendo orientaciones y manteniendo el orden de una manera que lleva en consideración el mejor uso de todos los recursos del Reino (pueblo, dinero, bienes materiales). El poder del Mago combina visión, creatividad y el deseo de transformar la realidad existente o de crear algo que nunca haya existido antes, teniendo en mente el bien general. La virtud que el Mago y el Gobernante nos enseñan es el de la transformación, la capacidad de contribuír para la cura o para la evolución del mundo. Si predomina el Gobernante, podrá conseguir mantener el orden en detrimento de la innovación. Si el Mago es la figura importante, podríamos buscar lo nuevo con perjuicio para la armonía y el equilibrio. Un protagonismo excesivo del Gobernante lleva al estancamiento. Una exagerada influencia del Mago, produce el caos. Juntos, sin embargo, ayudan a renovar el Reino. La madurez es la época para afirmar nuestro propio poder. Muchas personas, aún no lo hacen. De hecho, en vez de transformarse en Magos o en Gobernantes, simplemente se cierran y renuncian a la vida. Muchos están sólo pasando el tiempo, mientras esperan la llegada del retiro y después de la muerte o están llevando la vida como siempre lo hicieron, lo que también es una forma de estancamiento y de muerte. Los que hicieron buen uso de la metamorfosis de la media edad, afirman su poder de crear nueva vida, orientada por el énfasis del Gobernante en el control sobre la vida y sobre otras personas o por el énfasis del Mago en la transformación. Tanto el Gobernante como el Mago, aprenden a entender la sincronicidad y a comprender que el mundo exterior refleja el mundo interior: atraemos para nosotros aquello que somos. Si predomina el Gobernante, lo veremos en términos de responsabilidad e iremos a conocer nuestras responsabilidades por el estado de nuestro Reino. Si el Reino es un desierto, asumiremos el control de las cosas, pues es nuestra responsabilidad. Cuando predomina el Mago, ese reflejo interior y exterior es una herramienta de transformación. El Mago está más interesado en curar y transformar que en tener poder y responsabilidad. Si la influencia del Gobernante es fuerte, tendremos excesiva consciencia de nuestra total responsabilidad por la vida, pero no capacidad para curarnos o de transformar el mundo. Nos sentimos responsables, pero sin hacer nada con respecto a esto.Si la influencia del Mago es demasiada, tendremos la capacidad de curar y cambiarnos a nosotros mismos y a otros, pero careceremos de sentido de la responsabilidad y así nuestras acciones, tal como si fuéramos aprendices de brujos, podrían crear devastaciones en nuestro entorno. SOLUCION Tanto el Gobernante como el Mago, crean reinos saludables, pacíficos y prósperos y, cuando actúan en conjunto, pueden contribuír para la curación del planeta. El arquetipo que mejor incorpora la integración de esas cualidades es el de Redentor del Mundo. Por ejemplo: piensa en Jesús realizando milagros y en el modo como a lo largo de la historia, él fue visto como un “Señor” y “Redentor”. Piensa también en la tradición budista de Buda, un ser totalmente realizado, que podía huír de la obligación de volver a la Tierra, pero que retorna voluntariamente para servir y ayudar a los demás. Pensemos en la importancia que los judíos atribuyen a los “actos cotidianos”, la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene de actuar con maneras que ayuden a redimir al mundo. Después de su regreso, los héroes se transforman en “Redentores del Mundo”. Habiendo emprendido un camino, ellos retornan al Reino para efectuar su transformación. Cualquiera de nosotros se puede transformar en un redentor del mundo cuando nos permitimos ejercer plenamente el poder de influenciar el mundo en que vivimos y dónde actuamos de forma consistente con todo nuestro ser, sabiendo que nuestra actividad tendrá un efecto multiplicador que proyectará nuestra influencia hacia más allá de nosotros mismos. LA VEJEZ En la vejez, por fin, el Sabio y el Tonto nos ayudan a renunciar a la necesidad de controlar o de modificar el mundo y, de esta manera, podemos ser realmente libres. Muchas de las imágenes que nos dan de la vejez, las cuales aparentemente son contradictorias, provienen de estos arquetipos. Por un lado, los ancianos son retratados como personas llenas de sabiduría. Por otro lado, con frecuencia los más viejos no son tomados en serio, porque son vistos como personas seniles o se considera que están pasando por una segunda infancia. La verdad es que en la vejez necesitamos tanto del Sabio como del Tonto en ese periodo de nuestra vida. De hecho, precisamos de ellos no sólo en la vejez sino en cualquier momento, después de haber dejado de ver nuestro trabajo como una realización, sea en la esfera profesional, en la creación de hijos o en ambas áreas. Damos nuestros dones al mundo, servimos, aceptamos la lideranza en la familia, en la comunidad o en el trabajo. Súbitamente, llega la hora de aprender a ser libres en un contexto que incluye una creciente aceptación de la muerte, tanto en término de fin de la vida como de las pérdidas más inmediatas de los sueños, las ilusiones y las oportunidades. Cuando el Sabio predomina, tal vez sea más importante tener una visión del mundo que dé significado a la vida, aunque pueda quedar separada de sus aspectos cotidianos. Si la influencia del Tonto fuera excesiva, podemos ser capaces de vivir el presente y apreciar la vida, pero nos hacemos un poco frívolos y descuidamos la tarea de afrontar las “cuestiones importantes”, especialmente la de encontrar, mirando hacia atrás, un significado para la propia vida. Juntos, ellos nos permiten comprender nuestra existencia dentro de un contexto mayor y afirmar esa vida de modo que podamos hacer frente con fe y optimismo a la transición de la muerte. En la vejez nos vemos recordando menos lo que pasó ayer que lo sucedido muchos años atrás. Nuestro desafío consiste en analizar nuestra vida y comprender su significado. También comenzamos a perder la fuerza y, a veces, la salud. Nuestros amigos comienzan a morir. Así, somos forzados a renunciar a nuestros vínculos, compañeros, lugares, salud y hasta a la propia existencia. Esas tareas exigen una apertura a la sabiduría del Sabio. El Sabio encuentra la libertad sirviendo a la Verdad; el Tonto, la encuentra conociendo la alegría. Juntos, ellos nos traen la libertad. En la vejez, también somos desafiados a superar nuestra necesidad de encontrar un significado en la vida, cuidando de otros, realizando cosas, transformando el mundo o influyendo sobre los acontecimientos. Simplemente necesitamos aprender a amar la vida por el placer de vivirla día a día. Esta es también una época en que, si quisiéramos, tenemos permiso para ser excéntricos, irracionales, y hasta un poco infantiles. En verdad, podemos sentirnos tontos porque flaquea nuestra memoria, el raciocinio no es tan claro como antes y no estamos a merced de nuestro cuerpo, cuya fragilidad e incapacidad nos causan problemas. Este es el desafío del Tonto: amar la vida por el simple placer de vivir y a nosotros mismos por lo que somos. SOLUCION Si la influencia del Tonto fuere excesiva, podemos actuar de manera imprudente y descuidar las grandes cuestiones o, entonces, buscar la paz interior y prepararnos para morir. Si el predominio del Sabio fuera marcado, podemos ser persona de escaso sentido del humor y demasiado serios. Si transformamos la dualidad del Sabio y del Tonto en una buena pareja, nos transformaremos en el Tonto-Sabio. No sería impropio recordar las historias del Buda, que alcanzaba un estado de tanta sabiduría que, frecuentemente, quedaba perdido durante días en un éxtasis jubiloso El estado en que se alcanza la iluminación va más allá del camino del héroe y penetra en el terrero de la iluminación. El mito del héroe encuentra su complemento en su retorno para transformar el reino. Cuando alcanzamos la iluminación, nosotros vamos más allá del heroísmo y trascendemos a la verdadera libertad. De forma bastante apropiada, en este sistema en espiral, el final del camino nos lleva de vuelta a la inocencia, donde comenzamos, si bien a un nivel más alto. El ciclo cósmico continúa. LA ESPIRAL DE LA EVOLUCION Cuando reconocemos la afinidad entre los arquetipos de la vejez y de la infancia, el ideal de la espiral es acentuado; eso ilustra una verdad más importante. Al describir esa progresión previsible, no pretendo sugerir que los arquetipos no puedan manifestarse en cualquier época de la vida de una persona. Por ejemplo: siempre que nos enamoramos, el arquetipo del Amante está presente. La jovialidad espontánea del Inocente y, a veces, las travesuras de los niños, ciertamente reflejan el arquetipo del Tonto. De modo general, sólamente en los últimos años de la vida del Tonto no es sólo un payaso, sino que puede ser el Tonto-Sabio, como los Bufones de la Corte clásica, los cuales tenían permitido aconsejar y divertir al Rey. Aunque las cuestiones citadas tiendan a manifestarse en determinados momentos de la vida, ellas continúan viviendo a flote hasta que las solucionemos de manera satisfactoria. Cuando lo hacemos, adquirimos un conjunto de habilidades y perspectivas que dan apoyo a nuestra vida. Por ejemplo: aunque el Inocente y el Huérfano sean arquetipos asociados a la infancia, ellos permanecerán activos en nuestra vida hasta que podamos desarrollar la capacidad de equilibrar confianza con cautela. Así, aquellas personas que perdieron tanto de su inocencia que no consiguieron resolver esa cualidad, aún actúan como Huérfanos o hasta como víctimas, hasta la media edad. Si ellas no desarrollan la disciplina y la generosidad del Caritativo y del Guerrero y no aprenden a comprometerse consigo mismo (el Explorador), o con los otros (el Amante), ellas pueden tener muchos problemas en la vida. No habiendo conseguido aprender las tareas de la primera mitad de la vida, frecuentemente son incapaces de afrontar la transición de la mediana edad. En vez de impulsar una acción transformadora, la experiencia de pérdida en la edad madura refuerza el sentido de orfandad. El ideal es que esa intensificación de la orfandad pueda motivar a la persona a desistir de resolver el problema por sí mismo y se empeñe seriamente en buscar ayuda. Esta actitud irá a permitirle la integración del Inocente, o sea, la confianza. Cuando la principal cuestión pendiente es resuelta, las personas muchas veces aprenden rápidamente las lecciones y reciben las compensaciones de los otros arquetipos asociados a los estadios anteriores porque, obviamente, ellos ya hicieron su parte del trabajo. En resúmen, una persona puede pasar por diversas tareas en la vida, sin haber resuelto completamente las tareas anteriores. De hecho, casi todos hacemos esto, pues sólamente una persona muy sana consigue resolver completamente cada cuestión en el debido orden y en el momento más apropiado. De hecho, eso indicaría un nivel de evolución elevado. Todavía, si la suma de cuestiones no resueltas fuera demasiado grande, se hace difícil proseguir sin cuidar de los problemas anteriores. Aunque haya una progresión en esas cuestiones y arquetipos, ninguno es más importante que otro. Aunque podamos comenzar desarrollando arquetipos de nivel aparentemente más elevado, tal como el Mago o el Sabio, siempre acabamos perjudicados por algún arquetipo anterior que aún no encontró un medio de manifestarse en nuestra vida. Lo más importante es que cuidemos mucho el arquetipo que en un determinado momento estuviera más activo. Si nos vemos como Huérfanos, necesitaremos parar y experimentar completamente el dolor de sentirnos abandonados e impotentes y, después de eso, nos volveremos hacia los demás en busca de ayuda. Si una persona desarrolla exagerademente su Caritativo, por ejemplo, ella puede necesitar interrumpir asi completamente este aspecto a fin de desarrollar la capacidad o característica del Guerrero, de establecer fronteras. En este caso, desarrollar sólo un lado, llega a ser casi un comportamiento patológico y, sería claramente desajustado. Lo mismo ocurriría con otros pares. La vida de cada persona es única. Si alguno descubre diferencias entre lo que está pasando en una determinada edad y lo que estoy describiendo, no intente ajustarse a la norma general; hay que respetar aquello que está aconteciendo en su vida y conquistar su premio. A pesar de esta advertencia, es importante reconocer que el camino del héroe generalmente pasa de la dualidad para la unidad a través del proceso de tesis, antitesis y síntesis. El alcanzar los niveles más elevados de los arquetipos asociados al Yo Superior (el Gobernante, el Mago, el Sabio y el Tonto), depende de una solución con resultado razonable de una dualidad anterior; es necesario sólo integrar los pares de forma suficientemente adecuada para poder seguir adelante. Una síntesis notable del Caritativo y del Guerrero, es un pre-requisito para la persona ser un buen Gobernante, que proteja las fronteras del Reino, salvaguardando y fortaleciendo a los que estuvieren dentro de ellas. La síntesis con éxito del Creador y del Destructor, provee las bases para que la persona se convierta en un Mago y pueda ser un reformador o un líder. Análogamente, la síntesis suficiente del Inocente y del Huérfano, prepara el camino para el Tonto y da posibilidades de ser un Tonto-Sabio que, con la más absoluta inocencia, carece de ilusiones y encuentra placer en la vida tal como ella es. Finalmente, es la síntesis del Explorador y del Amante, la que nos da los Sabios de nivel más elevado, aquellos que saben y honran perfectamente quienes son y, por ese motivo, puedan aceptar y afirmar a cualquier otra persona. El descubrimiento de nosotros mismos y la transformación del mundo rodea todos estos procesos y algunos más. Para ser completamente íntegros, necesitamos también asumir nuestra sexualidad, la herencia cultural y nuestra singularidad personal, cuestiones que constituyen el tema básico de otras lecciones y curso.
INSTRUCCIONES PARA CALCULAR LOS PUNTOS Bajo el nombre de cada arquetipo hay 6 líneas con los números correspondientes del cuestionario. Transfiere tus respuestas del 1 al 5, para las columnas de abajo. Por ejemplo: si tu respuesta para la cuestión 5, fue la 3 (A veces), escribe un 3 en la raya que está junto al 5, el primer número de la columna del Inocente. Cuando hubieras completado las respuestas, suma las columnas. Tu puntuación total para cada arquetipo estará entre 6 y 30. Al concluir la suma de puntos, coloca la puntuación en el diagrama circular, para obtener una representación visual de tus resultados.
Inocente Huérfano Guerrero Caritativo 5 ----- 14 ----- 6 ----- 7 ----- 13 ----- 22 ----- 39 ----- 10 ----- 34 ----- 27 ----- 40 ----- 15 ----- 49 ----- 30 ----- 44 ----- 24 ----- 63 ----- 50 ----- 57 ----- 55 ----- 65 ----- 71 ----- 59 ----- 68 ----- ________ ______ ______ ______ Explorador Amante Destructor Creador 33 ----- 12 ----- 2 ------ 8 ----- 47 ----- 16 ----- 4 ------ 19 ----- 51 ----- 17 ----- 21 ------ 31 ----- 62 ----- 25 ----- 52 ------ 60 ----- 70 ----- 29 ----- 61 ------ 64 ----- 72 ----- 45 ----- 66 ----- 69 ----- __________ _______ ______ ______
Mago Gobernante Sabio Tonto 3 ----- 26 ----- 1 ----- 9 ----- 23 ----- 32 ----- 18 ----- 11 ----- 37 ----- 35 ----- 20 ----- 28 ----- 42 ----- 38 ----- 36 ----- 43 ----- 48 ----- 46 ----- 41 ----- 53 ----- 58 ----- 67 ----- 56 ----- 54 ----- _________ ______ ______ ______
COMO INTERPRETAR LOS RESULTADOS DEL INDICE DE MITOS HEROICOS Recordemos que ningún arquetipo es “mejor” o “peor” que cualquier otro; cada uno tiene sus características propias, su recompensa y sus lecciones. Observas las puntuaciones más elevadas. Ellas indican los arquetipos que, con base a tus puntuaciones en el Indice, supuestamente deberían estar más activos en tu vida. Después, observa tus puntuaciones más bajas, especialmente las que están por debajo de 15. Esos son los arquetipos que estás reprimiendo o descuidando. Si una puntuación está por debajo de 15, tal vez tengas un tipo de aversión hacia él, sea porque en el pasado fue muy relevante o se desarrolló como una “alergia” o porque tú no lo apruebas y, por tanto, no te permites expresarlo en tu vida. En el primer caso, tal vez quieras permanecer apartado de ese arquetipo; en el segundo, el arquetipo o los arquetipos que te permites expresar, pueden representar atributos negativos en relación a los cuales las otras personas tal vez estén conscientes, mucho más que tú. El reconocimiento de esas partes negadas de ti mismo, te proporciona un mayor número de alternativas para reaccionar a situaciones y reducir las probabilidades de que puedas ser sorprendido por manifestaciones de atributos menos positivos del arquetipo. Si permites la plena expresión del arquetipo, es probable que ocurra de una forma más positiva y que eso te proporcione más energía y variedad para tu vida. Ningún Test puede ser usado para conocer más cosas sobre ti,que aquello que tú mismo sabes. Si encuentras que un determinado arquetipo es más o menos activo en tu vida de lo que indica el Test, ajusta la puntuación de la manera que creas más conveniente.
EL DESPERTAR DEL HÉROE INTERNO A P É N D I C E
_ EL INOCENTE META: Permanecer en seguridad MIEDO: Abandono RESPUESTA AL DRAGON: Problema Negarlo o buscar socorro TAREA: Fidelidad, discernimiento BENEFICIO: Verdad, optimismo, lealtad
NIVELES DEL INOCENTE OSCURO - Negación, represión, culpa, optimismo irracional, conformismo, propensión a correr riesgos. LLAMADA - Seguridad, ambiente protegido, deseo de protección y experimentar amor. NIVEL UNO - Aceptación incondicional del ambiente y autoridad; creencia de que el mundo es tal como lo ve; depen- dencia. NIVEL DOS - Experiencia de “pérdida de inocencia”, desilusión, retención de la fe en las adversidades. NIVEL TRES: Retorno al Paraíso, como Inocente-Sabio. Confianza, optimismo; ingenuidad o dependencia.
EL HUERFANO META: Recuperar la seguridad MIEDO: Explotación, ser víctima RESPUESTA AL DRAGON: Problema Impotencia, cinismo, deseo de ser salvo. TAREA: Procesar plenamente el dolor y la desilusión y estar abierto para recibir. BENEFICIO: Interdependencia, realismo.
NIVELES DEL HUERFANO NEGATIVO - Cinismo, masoquismo o sadismo; usar el papel de víctima para manipular. LLAMADA - Abandono, traición, desilusión, discriminación, hacer de víctima. NIVEL UNO - Aprende a reconocer una promesa verdadera, aban- dono, impotencia y pérdida de confianza en personas, e instituciones de autoridad. NIVEL DOS - Aceptación de la necesidad de ayuda; dispuesto a ser ayudado y rescatado por otros. NIVEL TRES - Sustitución de la confianza en autoridades por con - fianza en sí mismo o con otros que se ayudan mu - tuamente asociándose para luchar contra la autori - dad establecida; desarrollo de expectativas reales.
EL GUERRERO META: Vencer, hacer cosas a tu manera MIEDO: Debilidad, impotencia, ineptitud RESPUESTA AL DRAGON : Problema Matar, derrotar o convertir TAREA: Exceso de arrogancia; luchar BENEFICIO: Coraje, disciplina, habilidad
NIVELES DEL GUERRERO NEGATIVO - Crueldad, falta de escrúpulos, necesidad de vencer, uso del poder ante cualquier diferencia como si fue- se una amenaza. LLAMADA - Afrontar un desafío o un obstáculo NIVEL UNO - Luchar por sí mismo o por otros para vencer o predo- minar (todo es válido) NIVEL DOS - Luchar basado en principios; actuar limitado por reglas; intención altruísta NIVEL TRES - Imperiosidad; luchar por lo que importa sin provecho personal; ninguna necesidad de usar violencia; prefe- rencia por soluciones en que todos ganen; discusio - nes honestas; diálogo.
EL CARITATIVO META: Ayudar a otros; actuar con amor y sacrificio MIEDO: Egoísmo, ingratitud RESPUESTA AL DRAGON: PROBLEMA Responsabilidad propia y de perjudicados TAREA: Dar sin perjudicar a nadie BENEFICIO: Compasión, generosidad
NIVELES DEL CARITATIVO NEGATIVO - Mártir sufridor, devora padres; manipula a otros con sentimientos de culpa; ayuda y contribuye al vicio; i- rresponsabilidad y narcisismo. LLAMADA - Responsable del cuidado de otros:maternidad/pater- nidad; reconocimiento de carencia o dependencia de los demás. NIVEL UNO - Conflicto entre sus necesidades y la de otros; tiende a sacrificar sus necesidades por los demás. NIVEL DOS - Aprender a cuidar de sí mismo para que el cuidado de los otros lo enriquezca y no lo mutile; aprender a ser “duro” en el amor; dar poder a otros, en vez de hacer cosas por ellos. NIVEL TRES - Disposición a cuidar y asumir responsabilidades por el bien de personas, animales y planeta; construcción de la comunidad.
EL EXPLORADOR META : Buscar una vida mejor o el modo perfecto de hacer las cosas. MIEDO : Conformismo, quedar sin salidas. RESPUESTA AL DRAGON: Problema Dejar cosas pendientes, escapar, retirarse. TAREA : Ser fiel a una verdad superior o profunda. BENEFICIO : Autonomía, ambición.
NIVELES DEL EXPLORADOR NEGATIVO - Ambición excesiva, perfeccionismo, orgullo, incapacidad de compromiso, inclinación al vicio. LLAMADA - Insatisfacción, sensación de vacío, nacimiento de oportunidades. NIVEL UNO - Explotación, desambular, experimentación, tenta- ción de hacer cosas nuevas. NIVEL DOS - Ambición, nivelar una escala de sucesos, perfeccionarse. NIVEL TRES - Búsqueda espiritual, transformación.
EL DESTRUCTOR META : Crecimiento, metamorfosis MIEDO : Estancamiento o aniquilación; muerte sin renacer RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Destruírlo o ser destruído TAREA : Aprender a renunciar, modificarse, aceptar la muerte BENEFICIO : Humildad, resignación
NIVELES DEL DESTRUCTOR NEGATIVO - Autodestructivo (abuso drogas, suicidio) o destrucción de otros (asesinato, violación, difamación). LLAMADA - Dolor, sufrimiento, tragedia y pérdida. NIVEL UNO - Confusión, lucha contra significado muerte, dolor y pérdidas. NIVEL DOS - Aceptar la muerte, pérdidas e impotencia relativa. NIVEL TRES - Capacidad de soltar lo que no contribuya a sus valores, a su vida o a la evolución de los demás.
EL AMANTE META : Felicidad, unidad, uniformidad MIEDO : Pérdida del amor, separación RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Amarlo TAREA : Buscar felicidad, compromiso con lo que se ama BENEFICIO : Compromiso, pasión, éxtasis
NIVELES DEL AMANTE NEGATIVO - Celos, envidia, obsesión con el amado, necesidad de sexo, complejo de don Juan, promiscuidad, ob- sesión por sexo, pornografía o puritanismo. LLAMADA - Pasión ciega, seducción, deseos ardientes, fasci - nación por persona, idea, causa o trabajo. NIVEL UNO - Buscar felicidad, aquello que se ama. NIVEL DOS - Formar vínculos y establecer compromisos con quien amas. NIVEL TRES - Auto-aceptación originando el YO y uniendo lo perso- nal a lo espiritual, lo individual a lo colectivo.
EL CREADOR META : Creación vida, actividad o nueva realidad MIEDO : Falta autenticidad, deformación, falta imaginación RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Aceptar la creatividad como un componente del YO creado por él; aceptar crear una nueva realidad. TAREA : Auto-creación, aceptarse a sí mismo BENEFICIO : Creatividad, identidad, vocación
NIVELES DEL CREADOR NEGATIVO - Creación circunstancias negativas y oportunidades limitadas; obsesión por crear, excesiva dedicación al trabajo. LLAMADA - Devaneos, fantasías, imágenes o rayos de inspiración NIVEL UNO - Apertura a recibir visiones, imágenes, inspiraciones, intuiciones. NIVEL DOS - Permitirse saber lo que quiere tener, hacer o crear. NIVEL TRES - Experiencias con creación de lo que imagina, haciendo los sueños realidad.
EL GOBERNANTE META : Un reino próspero y armónico MIEDO : Caos, pérdida de control RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Utilizarlo de forma constructiva TAREA : Asumir responsabilidad por la vida; expresar en el mundo el YO profundo BENEFICIO : Soberanía, responsabilidad, competencia
NIVELES DEL GOBERNANTE NEGATIVO - Dominador, rígido, tiránico, manipulador. LLAMADA - Falta recursos, de armonía, apoyo o de orden en su vida. NIVEL UNO - Asumir responsabilidad por su vida, curar heridas o zonas de impotencia, reflejadas en carencia de vida exterior; preocupación por la propia vida y de la fami- lia. NIVEL DOS - Desarrollo habilidades y creación de estructuras para manifestar los sueños en el mundo real; preocupación por el bien del grupo o comunidad. NIVEL TRES - Utilización recursos internos y externos; preocupación por el bien social y del planeta.
EL MAGO META : Transformar la realidad para mejorarla MIEDO : Magia Negra o sentido negativo RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Transformarlo o curarlo TAREA : Sintonía del Yo con el Cosmos BENEFICIO : Poder personal
NIVELES DEL MAGO NEGATIVO - Hechicero maligno o bruja malvada; atraer negativi - dad para una persona o cambiar polaridades. LLAMADA - Enfermedad física o emocional o experiencias extra-sensoriales. NIVEL UNO - Experimentar la cura u optar por vivencias extra - sensoriales. NIVEL DOS - Inspiración para actuar en base a visiones y hacerlas reales, transformar sueños en realidad. NIVEL TRES - Uso consciente del conocimiento de que cada cosa está unida a las otras; arte de transformar realidades físicas por el cambio de las realidades mentales, emo- cionales y espirituales.
EL SABIO META : Verdad, entendimiento MIEDO : Fraude, ilusión RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Estudiarlo, comprenderlo o trascenderlo TAREA : Alcanzar conocimiento, sabiduría, iluminación BENEFICIO : Indiferencia, sabiduría, desprendimiento
NIVELES DEL SABIO NEGATIVO - Soledad, ausencia sentimientos, vivir en “torre de marfil”; actitud crítica, superior. LLAMADA - Confusión, duda, profundo deseo de encontrar la verdad. NIVEL UNO - Buscar la Verdad, la objetividad. NIVEL DOS - Indiferencia, consciencia de la multiplicidad y com- plejidad de la verdad; la verdad vista como relativa; aceptar la objetividad como parte de la condición humana. NIVEL TRES - Experiencia de la verdad o verdades definitivas; sabiduría.
EL TONTO META : Goce, placer, vivacidad MIEDO : Apatía RESPUESTA AL DRAGON - Problema: Jugar con él, engañarlo TAREA : Confiar en el proceso; gozar la vida por su placer intrínseco BENEFICIO : Alegría, libertad, liberación
NIVELES DEL TONTO NEGATIVO - Auto-indulgencia, pereza, gula, irresponsabilidad. LLAMADA - Enfado, tedio, deseo gozar la vida más intensamente. NIVEL UNO - La vida es un juego para ser jugado por el placer de hacerlo. NIVEL DOS - Experto para defraudar a otros, decir la verdad sin ser castigado. NIVEL TRES - La vida es vivida plenamente en el presente; la vida es festejada por su propio valor y vivida aquí y ahora.
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