ALCORAC

SALVADOR NAVARRO

 

 

                                                                                     

Dirigida a las Escuelas de:

                    Barcelona

                    Mallorca

                    Menorca

                    Las Palmas                    

                                                                     Circular nº  IV. Año IV

                                                                     Llubí, 1º de Abril de 1.998

 

 

 

EL MISTERIO DE LAS RELACIONES HUMANAS

Una relación es siempre un misterio. Siempre depende de dos personas.

Cuando dos personas se encuentran se crea un nuevo mundo. Justamente por ese encuentro, un nuevo fenómeno viene a la vida, el cual no existía antes. Y a través de ese encuentro dos personas cambian y se transforman.

Cuando somos solitarios, tenemos una manera de ser; y, cuando nos relacionamos, inmediatamente hay un cambio.

Una mujer transformada en amante, nunca es la misma. Un hombre transformado en padre, tampoco es el mismo.

Ha nacido un niño, pero no compredemos uno de los ángulos de ningún modo, porque en el momento que nace la criatura, la madre también nace. Pues ella no existía antes. La mujer era, pero la madre aún no había nacido.

Una relación humana es creada por nosotros, pero a la vez la relación nos crea al unísono.

Cuando dos personas se encuentran, ello significa el encuentro de dos mundos. No es algo simple, es complejo, muy complejo. Cada persona es un mundo en sí misma; un complejo misterio con un largo pasado y un futuro eterno.

Al principio el encuentro es superficial. Pero, si la relación crece intimamente, es más profunda, entonces poco a poco los centros buscan encontrarse. Y cuando ellos forman una unidad, lo llamamos amor.

Cuando las superficies se encuentran hay una familiaridad. Tocamos a las personas por el lado de fuera, y nos familiarizamos. Muchas veces a eso lo llamamos amor y entramos inconscientemente en una ilusión. La familiaridad no es amor.

El amor es muy raro. Encontrar a una persona en su centro es como tener una revolución dentro de sí mismo, porque si queremos encontrar el centro de otra persona, tendríamos que permitir que el otro hiciera exactamente lo mismo. Tendríamos que estar absolutamente abiertos.

Es arriesgado permitir que alguien llegue a nuestro centro; es peligroso porque nunca se sabe lo que hará la otra persona. Y cuando todos nuestros secretos sean conocidos, cuando lo que ocultamos quede visible, cuando estemos completamente expuestos, nunca se sabrá lo que hará la otra persona.

Nace un miedo. Y es porque nunca nos abrimos. Basta una familiaridad y pensamos que el amor está naciendo. Los cuerpos se encuentran y pensamos que somos nosotros quienes nos encontramos. Pero no somos cuerpos en absoluto. En verdad, el cuerpo es la frontera donde mi forma termina, pero no soy yo.

Hasta los maridos y las esposas que han vivido juntos durante mucho tiempo, pueden ser sólo familiares. Es posible que no se hayan conocido nunca. Y cuanto más se vive con alguien más nos olvidamos de que los centros siguen desconocidos.

Por tanto, la primera cosa a comprender es: No tomar la familiaridad por amor. Podemos estar sexualmente relacionados, pero el sexo también es periférico. A menos que los centros se encuentren, el sexo no es más que el encuentro de dos cuerpos. El sexo también pertenece a la familiaridad física, corporal.

Nosotros sólo permitimos que alguien penetre en nuestro interior, cuando no estamos con miedo, cuando no tenemos aprensión del otro.

Por tanto, yo os digo que existen dos tipos de vida. Una orientada por el miedo: y la otra, orientada por el amor.

La vida orientada por el miedo no puede nunca llevarte a una relación profunda. Permaneces en el miedo y no aceptas al otro. No puedes aceptar que penetren en tu ser más profundo. Hasta un determinado punto aceptamos a otra persona; después de ese punto, viene el muro y todo queda estancado.

La persona orientada por el amor es una persona religiosa. La persona amorosa es aquella que no tiene miedo al futuro, ni de los resultados ni de las consecuencias. Aquella que vive en el aquí y ahora.

Esto es lo que Dios nos dice en cada instante. No te preocupes con los resultados. La mente guíada por el miedo es así. No pienses en lo que ocurrirá después. Sólamente estar aquí y actuar totalmente. No planees. Un hombre orientado por el miedo está siempre calculando, planeando, manipulando, salvaguardándose. Y toda su vida es perdida de esta manera.

Leí una historia sobre un viejo monje zen. Estaba en su lecho de muerte, pues había llegado su último día y él había afirmado que esa era su última noche. Así que sus seguidores y amigos comenzaron a llegar. Ellos le amaban mucho. Llegaron personas de todas partes.

Uno de sus discípulos más antiguos, cuando oyó que el Maestro estaba muriendo, corrió hacia el mercado. Alguien le preguntó: "El Maestro está muriendo en su cabaña, y tú ¿por qué vas para el mercado?" El discípulo respondió: "Sé que el Maestro adora un tipo especial de pastel, y por eso voy a comprarlo".

Era difícil encontrar el pastel, porque no era el tiempo adecuado para su elaboración pero, de alguna manera, por la noche ya había conseguido encontrarlo y volvió corriendo con él.

Todo el mundo estaba preocupado, era como si el Maestro estuviese esperando por alguien. El abría los ojos, miraba y los cerraba nuevamente. Cuando el discípulo llegó, le dijo: "Que bueno que has llegado. ¿Dónde está el pastel?"

El discípulo le entregó el dulce y quedó muy feliz porque el Maestro le había preguntado por su compra.

Ya muriendo, el Maestro tomó el pastel en sus manos, pero ya no estaba temblando. Era muy viejo, pero sus manos no temblaban. Entonces, alguien dijo: "Tú, tan viejo y casi en la hora de morir. Tu último suspiro se está apróximando, y tus manos no tiemblan".

El Maestro contestó: "Yo nunca tiemblo, porque no tengo miedo. Mi cuerpo es viejo, pero yo soy aún joven y continuaré siéndolo aunque el cuerpo se vaya". Y comenzó a comer un pedazo de dulce.

Otro preguntó: "¿Cuál es tu último mensaje, Maestro? Ya nos vas a dejar. ¿Qué deseas que nosotros recordemos?"

El Maestro sonrió y dijo: "¡Que pastel más delicioso!"

Ese era un hombre que vivía en el aquí y en el ahora. ¡Que pastel tan delicioso! Hasta la muerte era indiferente, irrelevante. El próximo momento no significa nada. En ese instante, el pastel es delicioso.

Cuando puedes estar en este momento, en el momento presente, en la presencia, en la plenitud, sólo entonces puedes amar.

El amor es un raro florecer. Sucede algunas veces. Millones de personas viven en una actitud falsa, pensando que se aman. Creen que se aman, pero esto es sólo una creencia.

El amor es un florecer muy raro. Algunas veces acontece. Es raro, porque sólo se manifiesta cuando no hay miedo; antes de eso, nunca. Ese amor significativo le sucede a una persona profundamente espiritual, religiosa. El sexo es posible para todos. La familiaridad es posible para todos. El amor no.

Cuando tú no tienes miedo, no tienes nada que esconder, puedes estar abierto, puedes retirar todos los límites. Y, entonces, invitas a que otra persona puede penetrarte en tu propia esencia.

Recuerda: si permites que alguien entre en lo más profundo de ti, el otro permitirá que tú procedas igualmente y por esa actitud de ambos, la verdad es creada. Cuando tú no tienes miedo, el otro queda con valor.

En tu amor, el miedo está siempre presente. El marido tiene temor de la esposa y ella miedo del marido. Los amantes son siempre medrosos. Entonces no hay amor. Hay sólamente un impulso de dos personas temerosas, dependiendo la una de la otra, luchando, explotándose, manipulándose, controlando, dominando, poseyendo; esto no es amor.

Si permites que el amor llegue, no hay necesidad de oración, ni de meditación, no hay necesidad de iglesias ni templos. Si amas, puedes olvidar la religión completamente, porque a través del amor todo llega: la meditación, la oración, Dios. Todo acontecerá. Esto es lo que Jesús decía, cuando habló: "DIOS ES AMOR".

Pero amar es difícil. Hay que abandonar el miedo. Esto es una cosa extraña, ser tan miedoso no teniendo nada que perder.

El gran poeta Kabir dijo una vez: "Miro dentro de las personas. Ellas son tan medrosas, pero no consigo ver por qué, si ellas no tienen nada que perder. Ellas son como alguien que está desnudo, que nunca se baña en el río porque tiene miedo de no tener donde secar su ropa".

Esta es la situación en la que nos encontramos; desnudos, sin ninguna ropa, y siempre recelosos de perderla.

¿Que tenemos que perder? Nada. El cuerpo será llevado por la muerte. Antes de que eso llegue, hemos de darnos al amor. Todo lo que tenemos nos será quitado. Y antes de que nos lo quiten, ¿por qué no compartir?

Este es el único medio de poseer. Si puedes compartir, dar, serás el Maestro. Todo acaba siéndote quitado. No hay nada que puedas retener para siempre. La muerte lo destruye todo. Por tanto, si tú me estás siguiendo correctamente, tu lucha está entre la muerte y el amor. Si puedes dar, no habrá ninguna muerte. Antes de que cualquier cosa te pueda ser quitada, ya la habrás dado, ya habrás hecho de ella un regalo. Y no habrá ninguna muerte.

Para una persona amorosa, no existe la muerte. Para una persona sin amor, todo momento es una muerte, porque en cada instante alguna cosa te es arrebatada de entre las manos. El cuerpo está desapareciendo, está muriendo en cada momento. Y, en cualquier hora, la muerte llega y todo será aniquilado.

¿Cuál es el miedo? ¿Por qué tienes tanto miedo? Aunque todo te sea conocido, aunque seas como un libro abierto, ¿por qué temer? ¿Cómo esto te va a perjudicar? Estos son falsos conceptos, son sólo condicionamientos sociales: que es necesario preservarse, esconderse, protegerse, de que es preciso estar siempre a la defensiva o al ataque, de que todo el mundo es tu enemigo, que todo está en tu contra.

¡Nadie está contra ti! Aunque sientas que algo o alguien lo está, esa persona no está en contra de ti, porque todo el mundo está preocupado con sus problemas, no contigo.

No hay nada de qué temer. Esto tiene que ser comprendido, antes de que una relación verdadera comience: no hay nada que temer.

Medita sobre esto. Y entonces permite que la otra persona te penetre, invítalo a que lo haga. Y no crees ninguna barrera en ningún lugar; sé siempre un pasaje, siempre abierto, sin cerraduras, sin puertas, sin ninguna puerta cerrada. Y el amor será posible.

Cuando dos centros se encuentran, hay amor. Y el amor es un fenómeno alquímico, como cuando se encuentran el oxígeno y el hidrógeno y una cosa nueva, el agua, es creada.

Cuando dos centro se encuentran se crea una nueva posibilidad. Y esa cosa nueva es el amor. Es como el agua cuando se bebe y la sed de muchas y muchas vidas es satisfecha. Esta es la señal visible del amor: tú quedas satisfecho, como si lo hubieras alcanzado todo. Has encontrado la meta. La semilla se ha tornado flor, ha llegado su florecimiento total.

Es posible que alguien se sorprenda si digo que el amor hace que las personas queden sin deseos, porque el deseo existe con la insatisfacción. Deseamos porque no tenemos. Cuando hay amor y los dos centros se encuentran, se disuelven, se funden, una nueva cualidad alquímica nace, surge la satisfacción. Es como si toda la vida se detuviera y el momento presente sea el único momento. Y entonces puedas decir: ¡Qúe pastel tan delicioso! Hasta la muerte nada significa cuando una persona está amando.

Sé valeroso, abandona el miedo, sé abierto. Permite que algún centro encuentre tu centro interior y tú renacerás a través de esto, nacerá una nueva cualidad de ser. Y esta nueva cualidad dirá: "Dios existe". Dios no es un argumento, es una seguridad, es un sentimiento de totalidad.

Ya habrás observado que siempre que hay alguien descontento, lo primero que hace es negar a Dios. Siempre que se está insatisfecho, todo nuestro ser dice: "No existe ningún Dios".

El ateísmo no viene de la lógica, sino del descontento. Se puede racionalizar, pero esto es otra cosa. Tal vez digas que estás descontento y que por eso no eres ateo. Dirás: "No existe Dios y hay pruebas de eso". Pero esto no será verdad.

Si estuvieras satisfecho, de repente, todo tu ser diría: "Dios existe". Toda la existencia se ha vuelto divina. Cuando el amor existe, vives realmente por primera vez, con el sentimiento de que la existencia es divina, y que todo es una bendición.

Pero muchas cosas han de hacerse antes de que esto pueda suceder. Muchas cosas tienen que ser destruídas antes de que esto sea así. Tenemos que derribar todas las barreras creadas en nosotros.

No permitamos que el amor sea una cosa frívola. No dejemos que el amor sea una cosa de la mente. No nos conformemos con que aparente ser una satisfacción corporal. Hagamos del amor una búsqueda interna. Y hagamos de nuestra pareja un ayudante, un amigo. Alguna vez habrás oído decir que si pudieras encontrar un compañero, un amigo, una mujer o un hombre, que esté dispuesta para moverse contigo en dirección a tu centro interior, que esté preparado para ir contigo hasta el punto más alto de una relación, entonces llega la auténtica meditación. A través de esa relación, llegas a la Suprema Realidad. El otro, la otra, será sólo la puerta.

Déjame explicarte esto: si amas a una persona, poco a poco la superficie va desapareciendo, la forma desaparece. Queda cada vez más en contacto con la no-forma, con el interior. Y si vas más a fondo, hasta esa no-forma individual, comienza a desaparecer, a fundirse. Entonces se abre el más allá. Esa persona particular era sólo la puerta, una abertura. Y a través del ser amado tú encuentras a Dios.

Pero no conseguimos amar y por eso necesitamos tantos rituales religiosos. Ellos son sólamente sustitutos. Una persona llena de amor no necesita un templo para orar. La existencia entera es su templo. Puede cantar ante una flor y esa flor ser divina. Pueda cantar entre los pájaros, y los pájaros ser divinos. Puede encontrar a Dios en cualquier lugar, como lo hizo San Francisco de Asís. Su amor fue tan grande que en cualquier lugar donde miraba, las puertas del cielo se abrían.

Pero el primer vislumbre viene siempre a través de otra persona. Es difícil entrar en contacto con lo universal. Es tan grande, tan inmenso, tan sin comienzo ni final. ¿Por dónde comenzar? Otra persona puede ser la puerta. Ama. No hagas de eso un combate, sino una profunda aceptación, una invitación. Permite que la otra persona entre en ti sin ninguna condición. Y, de repente, todo desaparecerá, y Dios estará presente.

La última cosa que he de recordaros es: en una relación amorosa, siempre culpamos al otro cuando algo sale equivocado. Si algo ocurre como no debiera, el otro parecer ser el responsable. Esto destruye cualquier futuro crecimiento.

Recuerda: Tú eres siempre el responsable; cambia tu forma de ser, abandona esas cualidades que crean disturbios. Haz del amor una auto-transformación.

Como se dice en los cursos para vendedores: "El cliente siempre tiene razón". Pues a mi me gustaría decirte: "En el mundo del amor, de la relación, tú eres el que está equivocado, el otro siempre tiene la razón".

Es así como se sienten las personas amantes. "Si las cosas no pasan como debieran, es porque alguna cosa he hecho equivocada". ¡Y ambos sienten lo mismo! Entonces, las cosas crecen, los centros se abren, los límites se funden.

Pero si piensas que el otro está equivocado, te estarás cerrando a ti mismo y haciendo con tu pareja lo mismo. El otro pensará que tú eres el que se equivoca, aunque esté sonriendo, mostrando que no lo piensa, el otro se dará cuenta por tus ojos, tus gestos, tu rostro. Aunque seamos actores, de algún modo el inconsciente está continuamente enviando señales. Y cuando decimos que el otro se ha equivocado, este otro comienza a sentir que el errado eres tú. Por eso las personas se van cerrando para protegerse.

A través del amor esto puede ser naturalmente cambiado. El amor es la religión natural. Cualquier otra cosa será menos natural. Y no pienses mucho sobre el futuro. El presente ya es suficiente. No pienses que tu relación viene de un pasado, ella viene del pasado pero no pienses en eso, porque entonces lo complicarás todo. Haz todo más fácil. El amor es una continuidad. Seguirá en el futuro, pero no pienses sobre eso. El presente es suficiente para ser solucionado.

Come el pastel y podrás decir: "¡Que pastel tan delicioso!" Compórtate como si no hubiese pasado, como si no hubiese futuro. Este momento es todo lo que la vida te ha dado. Trabaja a partir de él, como si este momento fuese todo, transforma tus energías en un fenómeno amoroso.

Lo que importa es: vivir en el aquí y en el ahora y trabajar en tu camino. Si puedes hacerlo desde una relación de amor, será maravilloso. Si no puedes, trabaja en tu soledad. Estos son los dos caminos. Amar significa trabajar tu camino a través de una relación con otra persona. Meditar es trabajar en tu soledad. Amor y meditación: estos son los dos caminos.

Siente cuál es el más apropiado. Entonces, coloca todas tus energías en eso y ponte a caminar aquí y ahora.

Para nuestros amigos Santiago y Julia

en un momento crucial de sus vidas, cuando el amor

necesita manifestarse con toda su intensidad.

Con nuestro amor y el sentimiento de que estáis en

nuestros corazones.

Salvador y Amanda en nombre de todo el grupo de

amigos que nos acompañan.

Hasta siempre.

HASTA QUE EL SOL NO BRILLE, ENCENDAMOS UNA VELA EN LA OSCURIDAD.

                                                                     Confucio

Si no puedes ser un pino en lo alto de una colina, sé un arbusto en el valle.

Pero has de ser el mejor arbusto en el margen del río ......

Una rama si no puedes ser tronco.

Si no puedes ser árbol, sé un poco de hierba y dá alegría a los que pasan por el camino.

No podemos ser todos capitanes; hemos de ser tripulación. Hay un lugar para todos nosotros aquí, en este mundo.

Hay grandes obras y otras también pequeñas que realizar.

Siempre hay una tarea que debemos emprender.

Si no puedes ser un camino real, sé una vereda;

si no puedes ser Sol, sé una pequeña estrella.

No es por el tamaño que se gana o se pierde:

Sé lo mejor posible, aquello que quieres que tú seas.

                

 

I N T E R E S A N T E

Si estás interesado en leer alguno de los libros, Circulares atrasadas o cualquiera de mis escritos, puedes hacerlo contactando con  las páginas web de Internet, siguientes:

Para consultas o pedidos, dirigirse a:

         Salvador Navarro Zamorano

         Madre de Dios de la Nieve nº 8

BUNYOLA  (Mallorca).

         Teléfono y Fax: 971: 61 33 92

         E-mail: snz2111@yahoo.es

           Página web: Salvador Navarro Zamorano

 

www.revistaalcorac.es

 

 

 

 

 

 

 

LIBROS ON LINE

Salvador Navarro Zamorano

 

 

 

Integración y Evolución

Enseñanza de Jesús de Nazareth y Grandes Religiones

Aforismos

Reflexiones

Segundo Nacimiento

Kábala

PROSAS LIBRES

Aforismos (LIBRO COMPLETO)

El Templo de la Luz

Rumbo a la Eternidad

La Busqueda del Ser

Una Escuela de Misterios

 

 

 

Enlaces de Interés

 

 

Revista Alcorac

Fuego Cósmico

Entrevista con las hadas

La Cueva de los Cuentos

Diccionario Esotérico

Filosofia del Arte

Como ser Don Quijote en el siglo XXI

CUENTOS DE ALMAS Y AMOR

NUEVA NARRATIVA

MONÓLOGO DE UN HOMBRE DIOS

DESECHOS URBANOS

EL CAMINO DEL MAGO

CRÓNICAS

REFLEXIONES_LIBRO

MANUAL DEL MAESTRO

HOMBRES Y DIOSES

LOS BUSCADORS DE LA VERDAD

NUEVA NARRATIVA 2

ORBISALBUM

 

 

 

 

 

 

OBRA LITERARIA DE D. SALVADOR NAVARRO ZAMORANO

 

Entre el silencio y los sueños

(poemas)

Cuando aún es la noche

(poemas)

Isla sonora

(poemas)

Sexo. La energía básica 

(ensayo)

El sermón de la montaña

(espiritualismo)

Integración y evolución

(didáctico)

33 meditaciones en Cristo 

(mística)

Rumbo a la Eternidad 

(esotérico)

La búsqueda del Ser

(esotérico)

El cuerpo de Luz 

(esotérico)

Los arcanos menores del Tarot 

(cartomancia)

Eva. Desnudo de un mito

(ensayo)

Tres estudios de mujer

(psicológico)

Misterios revelados de la Kábala 

(mística)

Los 32 Caminos del Árbol de la Vida

(mística)

Reflexiones. La vida y los sueños  

(ensayo)

Enseñanzas de un Maestro ignorado

(ensayo)

Proceso a la espiritualidad

(ensayo)

Manual del discípulo 

(didáctico)

Seducción y otros ensayos

(ensayos)

Experiencias de amor

(místico)

Las estaciones del amor

(filosófico)

Sobre la vida y la muerte

(filosófico)

Prosas últimas  

(pensamientos en prosa)

Aforismos místicos y literarios

(aforismos)

Lecciones de una Escuela de Misterios

(didáctico)

Monólogo de un hombre-dios

(ensayo)

Cuentos de almas y amor

(cuentos)

Nueva Narrativa (Narraciones y poemas)
Desechos Urbanos (Narraciones )
Ensayo para una sola voz VOL 1 (Ensayo )
En el principio fue la magia VOL 2 (Ensayo )
La puerta de los dioses VOL3 (Ensayo )
La memoria del tiempo (Narraciones )
El camino del Mago (Ensayo )
Crónicas (Ensayo )
Hombres y Dioses Egipto (Ensayo)
Hombres y Dioses Mediterráneo (Ensayo)
El libro del Maestro (Ensayo)
Los Buscadores de la Verdad (Ensayo)
Nueva Narrativa Vol. 2 (Narraciones)
Lecciones de cosas (Ensayo)
   

 

 

www.revistaalcorac.es

 

 

 

 

 

MAESTRO TIBETANO

 

Orbisalbum

 

 

 

 

 

La Cueva de los Cuentos