Dirigida a la Escuela de:
Mallorca
Circular
nº 11 , año X
Bunyola, 1º de
Noviembre de 2.004.
VIDA DE SAN PABLO.-
Trajeron
ricos donativos de los cristianos y simpatizantes de Macedonia, de manera
que a partir de ese día podía Pablo dedicar todo su tiempo a la predicación
del Evangelio. Buena parte de esas dádivas eran producto de la liberalidad
de Lidia de Filipos, así como de su amigo Jason de Tesalónica. ¡Qué
satisfacción para esas almas poder prestar algún beneficio al amigo
ausente!
Un rico catecúmeno de Corinto,
de nombre Estéfanas, abrazó el Evangelio, así como toda su familia.
“Primicia de Asia”, es el hermoso título que Pablo da a ese novel soldado
del Cristo.
Seguirán el ejemplo del prosélito
dos hombre importantes: Fortunato y Acaico.
Conquista no menos notable
fue la de Pablo en los días que siguieron: Ticio Justo, miembro de la
colonia romana de Corinto y propietario de una casa grande al lado de
la sinagoga, abrazó públicamente el Evangelio tendiendo así un puente
entre los círculos cultos de la sociedad romana y el cristianismo naciente.
Entre los cálculos de Pablo
no estaba la conversión del propio jefe de la sinagoga israelita quien
manifestó el deseo de adherirse a la Iglesia del Nazareno. Se llamaba
Crispo. Juntamente con él fue bautizada toda su familia.
No era posible que tan brillantes
victorias dejasen de apagar los odios y envidias de las almas mezquinas.
El hombre de carácter bajo siente como ofensa personal y ofuscamiento
de su ego toda la gloria que reacae sobre alguno de sus semejantes.
No admite ninguna cosa por encima de su mediocridad, que juzga sublime
e inigualable.
Nada grande sucede en el mundo
sin que la sociedad se revuelva en su contra.
En breve estaba Corinto transformado
en un campo de batalla. Los judíos hostilizaban de todos los modos posibles
la predicación del nombre de Jesús.
“Sin embargo, el Señor apareció
a Pablo en una visión nocturna y le dijo: “No temas: continúa hablando
y no calles; porque tengo mucho pueblo en esta ciudad.”
En medio de aquellos 500.000
hombres, había muchas almas de buena voluntad que sinceramente procuraban
al “dios desconocido”, al que los atenienses habían dedicado un altar,
pero al cual no querían sacrificar su orgullo mental.
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“Por lo que Pablo quedó un
año y seis meses predicando la palabra de Dios en medio de ellos.”
La cristiandad de Macedonia
- Filipos y Tesalónica - mereció siempre un amor especial en el corazón
del apóstol de las gentes.
De Atenas envió a Tesalónica
a su fiel amigo y colaborador Timoteo, para que le trajese noticias
de sus queridos neófitos. Mientras el discípulo iba y venía, pasó Pablo
a Corinto. Fue en esa ciudad que Timoteo volvió a encontrar a su querido
maestro y le dio noticias, alegres unas e ingratas otras.
Fue sumamente consolador para
el corazón de Pablo saber que los tesalonicenses continuaban firmes
en la fe cristiana, que manifestaban esa fe con obras de caridad y devotaban
a su padre espiritual una sincera y afectuosa dedicación. (lª Tesaloniceses
3.6).
Pero estos, al mismo tiempo,
no habían extirpado integralmente sus costumbres paganas, la lujuria,
la deslealtad y la indolencia.
Además, se había esparcido
en Tesalónica el alarmante rumor de que era inminente el fin del mundo;
que el propio Pablo había afirmado tal cosa. Incluso había quien invocaba
una carta del apóstol en este sentido.
Todo esto escuchaba Pablo de
los labios de Timoteo, que le pintó un cuadro fiel de la situación religiosa
y moral de aquella iglesia.
El primer pensamiento del apóstol
fue regresar a Tesalónicca. Pero, ¿cómo abandonar Corinto, donde comenzaba
a prosperar tan promisora la semilla evangélica?
Entonces decidió escribir una
carta a los neófitos tesalonicenses.
A la mañana siguiente dio orden
a Timoteo para adquirir en el bazar de la esquina el material necesario:
media docena de hojas de papel de papiro, tinta, una pluma de ganso
o una caña de junco debidamente afilada, un pedazo de piedra pomez para
alisar el papiro y una pequeña esponja destinada a borrar las letras
o palabras a corregir. Además, un poco de goma para pegar las hojas,
y demás complementos para lacrar y cerrar la epístola.
En ese tiempo, se escribía
también en pergamino, hecho de piel de animal. Pero ese material era
empleado, preferentemente, para la correspondencia importante. Más,
tarde, preso en Roma, pidio Pablo a Timoteo que le trajera de Troade,
juntamente con la capa que allí había dejado, sus “membranas” o pergaminos.
Refiere Plinio, el historiador
romano, que circulaban en esos tiempos diversas clases de papel, importados
casi todo de Egipto. Había también una especie de “papel diplomático”
llamado “hierático”, que medía 24 ctms. de longitud y de elevado precio.
Pero quien mandara tan ricos donativos como los tesalonicenses bien
merecían una respuesta en “papel de lujo”. En la adquisición de ese
material superior Pablo tenía que gastar el beneficio de dos o tres
días de trabajo.
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Fue así que en Corinto, probablemente
en el comercio de Aquila y Priscila, entre tapizerías y tejidos de pelo
de cabra de un pintoresco bazar, tuvo inicio el Nuevo Testamento, esos
libros venerables, tan antiguos y eternamente nuevos, que constituyen
uno de los mayores tesoros de la humanidad.
La primera epístola de Pablo
a los tesalonicenses, escrita probablemente en el año 51, es el primero
y más antiguo libro que poseemos de la pluma del gran apóstol y tal
vez del Nuevo Testamento.
Bien singulares fueron las
circunstancias y el ambiente en que se inició el texto sacro de la Nueva
Alianza. Hacen recordar los albores del cristianismo inaugurado en la
humilde casa de Nazaret y en la soledad de una cueva para albergue de
animales en Belén.
El fondo en penumbra de una
casa de negocios; el caos de los tejidos, tapetes, madejas de hilo de
pelo de cabra, telares y otras mercaderías y utensilios; el vocerío
de los clientes y comerciantes, no era en realidad, el ambiente más
propicio para un trabajo mental tan concentrado como exigía la solución
de los graves problemas contenidos en la epístola mencionada. Bien se
ve, además, a tenor del estilo de la propia carta, que no fue escrita
en un día de una sola vez. Principiada, continuada y concluída en circunstancias
diversas, no podía dejar de revelar cierta heterogeneidad , como también
cierta falta de nexo entre las varias partes que la componen.
Antiguamente, no era costumbre
que el autor escribiese personalmente sus libros, sino era que eran
dictados a un amanuense o secretario. De este arte, quedaba el espíritu
más libre y expedito para el trabajo intelectual.
También Pablo dictó muchas
de sus epístolas. En Corinto estaban con él, Timoteo y Silas (Silvano).
Comenzó, pues, a dictar el
maestro:
“Pablo,
Silvano y Timoteo, a la Iglesia de Tesalónica, en Dios Padre y en el
Señor Jesús el Cristo, la gracia y la paz . . .”
-
¿Pero cómo? – intervino Timoteo el secretario, quien escribe la carta –
“no somos nosotros . . . es el maestro . . .
-
¡No! – replicó Pablo, con gesto enérgico. - Quien escribe la carta somos
nosotros, los
tres. Vosotros sois compañeros míos de
trabajos, de lucha . . .
Este es uno de los trucos más atrayentes
en la fisonomía moral de Pablo; el corporativismo. Saber ser autoridad,
pero saber ser igualmente amigo y camarada de sus cooperadores evangélicos;
gusta equipararse a sí mismo con sus discípulos y auxiliares.
Pablo sigue dictando:
“Damos gracias a Dios por todos
vosotros, siempre que os recordamos en nuestras oraciones. Traemos en
recuerdo continuo, a los ojos de Dios, nuestra Padre, vuestra fe tan
activa, vuestra tan abnegada caridad y la firme esperanza que tenéis
en nuestro Señor Jesús el Cristo.”
Fe, esperanza y caridad; desde
entonces flota cual ángel tutelar sobre el mundo redimido, esa luminosa
constelación y continuará brillando hasta el fin de los tiempos.
Las dos epístolas a los tesalonicenses
no revelan un carácter polémico, como las grandes cartas de la tercera
expedición misionera de Pablo. Antes son el eco del estado psicológico
que la prédica sobre las verdades escatológicas - el fin del mundo,
el adviento de Cristo y el Juicio Final - habían despertado en el
espíritu de los neófitos de Tesalónica.
Continuará en
la Circular de Diciembre.
LA SABIDURÍA ANTIGUA.-
El número y las
relaciones matemáticas están en el corazón de la creación, de acuerdo
con la filosofía esotérica, particularmente como se expresa en la Kábala
y en las tradiciones platónica y pitagórica. Los antiguos griegos defendían
la idea de la matemática como representando la base de la Naturaleza
y atribuían el número a un origen divino. Uno, tres y siete son ejemplos
de números místicos fundamentales en la expansión del Univeso. Ocurren
en una serie de número que, inevitablemente, surgen del Uno a medida
que generan los demás. Una de las claves para el Conocimiento Universal
es un puro sistema geométrico y numérico.
Para los platónicos, este sistema geométrico fue revelado por los sólidos
platónicos. Son formas geométricas que se creía ser la base numérica,
simétrica, de todas las formas. Esta antigua idea pasó a ser relevante
y útil en la actualidad. Esos sólidos corresponden a las rótulas de
los cristales que llenan el espacio, como el modelo cúbico de la sal
que podría ser repetido indefinidamente para cubrir todo el espacio.
Existen apenas catorce patrones posibles para las rótulas en el espacio.
Así, hay corroboración de la antigua creencia de estos pocos sólidos
platónicos siguen la clave de la estructura de toda la Naturaleza. El
estudio de esas formas puede suministrar indicaciones sobre la geometría
como principio primordial subyacente a las formas naturales, la Mente
Divina de la Madre Naturaleza.
Pitágoras, en su teoría de la Música de las Esferas,
vinculó el concepto del número al vasto plano del cosmos. Vio el universo
como siendo construído de acuerdo con una escala musical, todo compuesto
de número y organizado de acuerdo con valores armónicos precisos. Esta
teoría puede no estar tan distante de la realidad. El concepto pitagórico
de la armonía tiene significado en el contexto del conocimiento moderno.
Pitágoras descubrió una relación racional entre la
longitud de una cuerda y la nota que emite cuando es pulsada. Por ejemplo:
si una cuerda es cortada por la mitad, su nota será una octava más alta
y el número de vibraciones será doble. Sorprendemente, los matemáticos
modernos descubrieron que la serie de armónicos que Pitágoras observó
es semejante al intervalo atómico en los cristales, que también se basan
en índice de número enteros.
La armonía en la música está relacionada con la simetría
en los cristales. Pitágoras “escuchaba” la matemática en la música,
así como lo hacía Juan Sebastián Basch; para un mineralogista las mismas
relaciones matemáticas se hacen visibles en los cristales.
Realmente, los cristales pueden ahora ser vistos
literamente como la piedra filosofal, música congelada, que se presenta
a la vista como formas y colores, resúmen del dinamismo de las moléculas,
átomas, partículas y ondas constantes.
La teoría platónica y pitagórica, postulando una
base matemática para el mundo físico, ofrece claves para las operaciones
de los arquetipos y de la Mente Divina.
El término Mente Divina debe haber surgido
porque, a través de las edades del tiempo, las personas quedaron perplejas
por la similitud entre la mente del hombre y su función organizadora
y el orden encontrado en la Naturaleza. El arte, en particular, muestra
la simetría y el diseño tan abundante en las formas naturales. Los matemáticos
también se enfrentaron al dilema de cómo es que las operaciones de sus
cerebros frecuentemente describen con corrección el orden básico del
universo que perciben. Por ejemplo: a mediados de 1900 un matemático,
G.F.B. Riemann, inventó un sistema matemático, básicamente consistente,
sin líneas paralelas, para ninguna finalidad práctgica. Poasteriormente,
esta matemática pasó a describir aspectos de la Teoría de la Relatividad,
adaptándose a nuevas descubrimientos sobre la naturaleza. Tales concurrencias
hicieron con que el investigador y neurólogo Karl Pribram preguntase
si la mente es una expresión de algún principio ordenador básico, esto
es, si las operaciones mentales reflejan el orden básico del universo.
Defendió las posibilidades de que “realmente, conforme es proclamado
por todas las grandes tradiciones religiosas, una unidad caracteriza
esta mente emergente y el orden básico del universo.” Llega hasta el
punto de sugerir que “tal vez las propiedades más fundamentales del
universo sean, por tanto, mentales y no materiales.” Esta sugestión
recuerda las ideas de Sir James Jeans sobre el universo como la idea
de un pensador matemático, pero que se expresa a través de nuestras
mentes, así como a través del mundo natural.
Hermann Weyl, conocido por sus contribuci0ones a
las matemáticas y la filosofía de la ciencia, también consideró la cuestión.
Se preguntó si el artista copia la simetría de la Naturaleza o ssi la
simetría producida en el arte se origina de la misma fuente que la de
la Naturaleza. Concluyó que la simetría en el arte no es necesariamente
copiada de la Naturaleza, sino que resulta de la cualidad de la mente
del artista. Las leyes de la armonía encontradas en la Naturaleza, también
aparecen en la mente del hombre: ambas proceden de una fuente común.
Decía: “Estoy inclinado a acompañar el pensamiento
de Platón, en el sentido de que la idea matemática constituye el origen
común de ambos (la mente del artista y la simetría natural): las leyes
matemáticas que gobiernan las Naturaleza son el origen de la simetría
en ella, y la percepción intuitiva de la idea en la mente creativa del
artista, representa su origen en el arte.”
La filosofía esotérica defiende
la posición de que tanto el hombre como el universo son productos de
un principio creador, inmaterial; sus características reflejan la Naturaleza
ordenada. De esto se explica que la mente del hombre “Manas”, es el
vehículo de la idea Divina, un rayo directo del “Mahat” universal. Se
ve el “Manas” como siendo un “Mahat” individualizado, como los rayos
solares son individualizados en los cuerpos que los absorben. La Mente
Divina revela su propia naturaleza en las habilidades humanas para la
conceptualización, para ver relaciones y modelos en la diversidad, producir
patrones y diseños en el arte, matemática, ciencias y organizar la experiencia
en totalidades significativas e inter-relacionadas. Las grandes percepciones
que inspiraron a los matemáticos, científicos y filósofos, así como
la eterna belleza de las grandes obras de arte, revelan de manera dramática,
el potencia creativo de la Mente Divina. Pero así también ocurre con
nuestros usos cotidianos más simples de las facultades mentales. Tenemos
un impulso interno, poderoso, en dirección al orden, la percepción de
la armonía y relaciones, que usamos todos los días.
Pero, como todos conocemos demasiado bien, al tendencia
interna para el orden pueden quedan obstruida, de tal manera que a veces
nos sentimos confusos y desorganizados. Esto ocurre en una octava de
nuestra mente y emociones que tiende a estar separadas se nuestro ser
más profundo. Irónicamente, esta aparente alienación es el resultado
de un aspecto de la propia Mente Divina.
Se ha escrito que la Mente Divina es una manifestación
del polo interno y subyacente del ser: la consciencia. Se refiere a
ella como “la llama de la consciencia viva que quema en el centro de
todo ser existente.” De la misma manera como en nuestro interior más
recóndito, experimentamos nuestros propios pensamientos y cuerpos como
objetivos. La Mente Divina es el Sujeto que experimenta simultáneamente
la existencia total del universo en el tiempo. Esta subjetividad se
difunde a través del cosmos. “Mahat” no sólo constituye la Base del
lado Subjetivo del ser manifestado, sino que también es la fuente de
toda la manifestación de consciencia individual. Así, cuando sentimos
“yo soy yo”, aquella consciencia esencial de nosotros mismos como indivíduos,
es una experiencia de un aspecto de cognición universal o Mente Divina.
Desgraciadamente, ese sentimiento básico del yo,
asume con demasiada frecuencia una forma de egoísmo en nosotros, que
lanza un velo entre nuestra percepción y la Mente Divina. Diferente
de la auto-consciencia pura que se irradia y está vinculada con la Mente
Divina, tenemos tendencia al aislamiento autodefensivo, habiendo la
necesidad de apoyarnos, formándonos como egos separados. Sentimos que
nuestra identidad separada es preciosa, que constituye una necesidad
básica. Esto es una perversión del Pensamiento divino. Egoísmo oscuro,
hijo de “Mahat” en el plano inferior. Nos encerramos en la prisión del
egoísmo, del desorden y perdemos la visión de nuestros aspectos más
profundos.
Continúa en la Circular de Diciembre.
A F O R I S M O S 6.-
152º .- Cuando un defecto se torna común, es considerado,
en la mayor parte de los casos, como estado normal.
Estamos llenos de vicios adoptados como virtudes.
Ahora, la práctica del sexo es,"hacer el amor"; al enriquecimiento
ilegal, lo calificamos como "negocios lucrativos"; del hombre
ansioso de poder, decimos que es "alguien con futuro".
Ejercer la violencia, hurtar, acosar, mentir, prevaricar,
son modos normales de conducta que a nadie sorprende y, en muchos, despierta
admiración.
Necesitamos urgentemente un éxámen de conciencia
para reprogramar una escala de los valores que hemos perdido y volver
al equilibrio que necesitamos.
Vamos, como ciegos guiados por otros ciegos, constantemente
al borde del abismo, habiendo perdido la cordura y aparentemente impotentes
para rectificar.
153ºº.- La misma luz que es fuego en la tierra, es sol en el
firmamento y Dios en el cielo.
Hay luz creada y hay luz increada.
Hubo primero un "hágase la luz"
y un después, "y creó el cielo y las estrellas".
Sea la luz del Sol, el brillo de la
inteligencia o el esplendor de la sabiduría, todo no es más que diferentes
gradaciones de una sola Luz.
Dios es Luz, la razón es Luz, la felicidad
y la alegría es Luz. Cultivar la Luz es cultivar la vida. Y aunque todo
germina en la oscuridad, es cierto que sólamente se crece y desarrolla
en la Luz.
154º.- La creación no es sólamente la naturaleza de dios sino
aún más, el arte que de ella dimana.
No se entiende el arte sin creatividad ni comprendemos
la creatividad sin arte.
El cuerpo humano, el de los mamíferos, aves y toda
la escala zoológica, así como la botánica y la Naturaleza en suma, es
una obra de arte, donde la creatividad se expresa ampliamente con una
riqueza de formas infinita que hace al hombre admirar constantemente
tanta belleza.
Nada se repite y cada cuerpo, cada flor, cada paisaje
es único en sí mismo, irrepetible.
Y el místico contempla la obra de la augusta Naturaleza,
reflejando en su mente toda la gama de líneas y colores que la Creacion
despliega ante sus ojos con generosidad.
155º.- La vanidad es la suma total de cada actividad en el
mundo.
Las obras del hombre sobre la tierra tienen el acento de la
vanidad.
Desde los mausoleos hasta los obeliscos; desde los Arcos de
Triunfos hasta las obras de corte faraónico, todo proclama la soberbia
humana intentando perpetuarse en sus obras, para dejar señales de su
paso sobre el planeta.
Los estímulos que recibimos provocan nuestra vanidad, en forma
de medallas, cruces, títulos, uniformes y una variada exposición de
feria de vanidades que halagan, pero que ofenden nuestra inteligencia.
156º.- Toda belleza es oculta por la naturaleza y mientras
mayor fuera, tanto más cubierta estará.
Pocos hombres son capaces de ver la belleza en la
Naturaleza. La persona con la pasión del arte en su alma, descubre la
belleza en todo lo que ve y que es desapercibida para los demás.
Pocos admiran el amanecer o el ocaso. El Sol, la
Luna, el cielo estrellado, pasan cada día con todo su esplendor ante
los ojos indiferentes del hombre, que vive de espaldas a la armonía,
el ritmo y la simetría de la Naturaleza, realzada con una escala de
colores y formas que parecen inacabables.
Vivimos con la cabeza inclinada hacia el barro, olvidando
la luz que nos alumbra. Curvamos la cintura y la cabeza en un gesto
inconsciente de vencido sin batalla ni rebeldía.
¡Mira hacia arriba y descubre las maravillas de un
mundo generoso en bellezas y en luz, y serás recompensado al verlas
reflejadas en tu corazón!
157º.- Los infelices procuran siempre disculpas para su infelicidad.
La infelicidad ha sido aceptada como un estado natural
en el ser humano.
Lo triste de la condición humana es que, habituada
a este estado de ser, lo vivimos con resignación, sin hacer nada positivo
para desprendernos de ese pesado fardo.
No se nos ocurre pensar que la felicidad es nuestro
derecho natural ni luchamos por conseguirla, continuando una vida aburrida,
sin luces, alternando el llanto con la risa, la depresión con la euforia,
hundiéndonos poco a poco en la miseria de una vida sin relieves ni horizontes,
sin color ni armonía.
158º.- Nunca se debe agradar a un ignorante. Si le damos una
flor él nos devuelve una piedra.
La verdadera sabiduría se esconde al ignorante, al
presuntuoso y al falso discípulo.
Cuando se habla de élite previlegiada, esto no representa
una arbitrariedad, sino la necesidad y el interés de una selección,
para que la Verdad pueda seguir transmitiéndose, conservándose y enriqueciéndose.
Cuando el necio se queja de que se le es negada la
sabiduría, ha de mirar hacia sí mismo y preguntarse: ¿soy merecedor
de ella?, ¿seré capaz de comprenderla y llevarla a la práctica, sólo
por amor a ella?.
Las respuestas son difíciles, si es que hay sinceridad
y sentido de justicia. No estamos en el centro del Universo, pero sí
que podemos ocupar ese lugar, mas para ello hay que merecerlo.
159 º.- Ningún lazo te podrá atar si tu corazón fuera libre.
Muy pocas personas tienen el corazón libre. Ni lo
desean.
Nos enseñan a llenarlo con amores, amistades, deseos
y múltiples ilusiones que encantan la vida. También el lado opuesto
tiene su lugar en el corazón, por medio del odio, la envidia, los celos
y otras pasiones envilecidas.
La libertad comienza cuando el corazón está vacío
de cristalizaciones y cosas tangibles. Experimentamos el vacío y la
paz con amplitud nunca antes soñada.
El amor, la ternura, la bondad, el altruísmo, pueden
fluir libremente, sin muros de contención que personalizaban a personas,
animales y objetos, con sus preferencias y rechazos. No hay lugar para
discriminar, separar y juzgar. Comienza la Unidad.
160º.- El éxito real se prueba por su durabilidad.
El tiempo es el único factor
o elemento capaz de dar a cada acción su justo valor. Nada puede ocultarse
ni tiene poder, cuando el tiempo pasa.
Lo que subsiste, a pesar del transcurso de los siglos,
es la Realidad, lo auténtico, porque ella es Eterna, Intemporal en sí
misma.
El tiempo cura, olvida, calma, da sabiduría, crecimiento
y muerte. El hombre que se alía con el tiempo, se vuelve prudente y
sabio.
"Todo es cuestión de tiempo", dice el dicho
popular. "El tiempo todo lo cura", dice la sentencia de los
ancianos. El éxito real vive en el tiempo, porque su esencia viene de
la Eternidad.
161º.- La razón es la maestra del ateo y la esclava del creyente.
Hay lógica y hay razón. Parecen lo mismo, pero no
lo es. La primera es utilizada por el Padre de la Mentira para seducir
al mundo. Con la lógica te salvas o te condenas. Los argumentos lógicos
son hábiles artificios, utilizados para seducir, mentir o convencer
a los espíritus débiles. Otras veces, la lógica tiene consecuencias
favorables, pero siempre inestables.
La razón es sólida y tiene su propio camino; no se
pierde por los vericuetos sinuosos de la lógica.
El hombre de fe se vale de la razón para evolucionar,
porque la vida no es más que la concretización de la Razón pura.
El que vacila, el hombre de poca fe, lleva el peso
de la corrección al que le somete la razón, rectificando una y otra
vez sus errores emocionales, compulsivos y animales, que obedecen a
la lógica superficial del materialismo efímero y circunstancial.
162º.- Sólamente la verdad puede tener éxito; mentir es desperdicia
tiempo y energía.
Verdad y mentira se manifiestan como expresión del
pensamiento humano. Ambas califican a la persona que las pronuncian.
En profundidad, las dos parten de una núcleo de energía
en forma de deseo o expresión de voluntad, hasta el punto que un testigo
imparcial puede decir que nos gastamos mintiendo o que nos beneficiamos
siendo veraces.
La verdad es inamovible,
mientras que la mentira hace constantes cambios para sostenerse en el
tiempo. Es como la roca y la arena. Mientras la primera es sólida, la
segunda se mueve y no resiste cualquier peso.
Éxito y verdad, si van juntos, son intemporales.
Lo falso no resiste el tiempo y se deshace como polvo, carente de solidez,
siguiendo su propia naturaleza.
163º.- El éxito da cierta apariencia de realidad, incluso
a las cosas falsas.
Comparamos el éxito súbito al relumbrón fugaz del
cohete, como la ilusión que imaginamos puede brillar en el espacio durante
un corto lapso de tiempo.
Pero, lo que es falso, negativo, lo que promete riquezas
de un día para otro, lo que apasiona hasta que pierde objetividad, no
es real, porque es hijo bastardo del tiempo, mortal y perecedero, con
sus días contados.
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164º.- Como la sombra que se ve y no existe así es el mal.
Uno de los problemas del hombre es ver el mal o su
posibilidad, en todas partes.
Los sabios han dicho en todos los tiempos que el
mal es oscuro. Si reflexionamos unos instantes, pensaríamos que la oscuridad
se disipa con luz.
Entonces, ¿por qué vemos la oscuridad, el mal? Porque
miramos sin luz y de esta manera extendemos las sombras, la penumbra.
Veamos primero la luz en nosotros; vamos a descubrir
el velo de la ignorancia y, al hacerlo, la luz, la primera chispa, comenzará
a crecer hasta ser luz propia y se proyectará hacia todo lo que vemos.
El mal es una sombra y la luz la disipa, por grande
que ella sea.
165º.- No hay una religión que produzca espiritualidad en
el hombre. La espiritualidad depende de la armonía del alma.
Para que una religión sea llamada como tal ha de
poseer dogma y ritual. Ambas cosas producen en el creyente devoción,
credulidad y hasta fanatismo, pero el fin principal y para lo que está
llamada, como es la espiritualidad, es casi imposible que pueda darla,
porque esta es individual, personal e intransferible.
Perdimos poder recibir la iniciación de mano de un
maestro y con ello la posibilidad de ascender hacia las más altas esferas
de la luz del espíritu.
Y andamos torpemente, mascullando oraciones, en ritos
que seguimos torpemente sin entender y pensando en un Dios humanizado,
vengativo, celoso y juez de todos nuestros actos, sentimientos y pensamientos.
166º.- Para alcanzar nuestro ideal primero hacemos locuras;
después, nos esforzamos para mejorar, convencidos de que nos podemos
corregir.
La juventud, que todo idealiza, es capaz de locuras
con tal de llegar lo antes posible a obtener lo que desea.
Cuando alcanzamos la madurez, perdemos un tiempo
precioso en reparar los daños causados y después en arrepentirnos de
lo acaecido.
Desde nuestro desarrollo personal dejemos que todo
vaya fluyendo hacia su destino por el impulso natural de las cosas,
sin hacer nada para detener o modificar el destino.
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167º.- Así como el agua lava y purifica los elemento del mundo
físico, así también el amor cumple el mismo fin, en planos más elevados.
El agua es bendición en los rituales sagrados, constituyéndose
en símbolo de purificación de aquello que toca.
En la Naturaleza cumple el mismo papel que hace la
sangre con el cuerpo: vivifica y multiplica con vida todo aquello que
recibe su toque mágico.
En un plano superior, el amor cumple idéntica función.
Lava y purifica, dejando su luz por donde pasa. Transforma temores en
confianza; celos en seguridad; falso en verdad.
Dice la Doctrina Secreta que somos "hijos del
sudor", y no es por casualidad que el cuerpo esté compuesto en
casi su totalidad de agua, pero nada sería posible si no interviene
el plano superior del Amor, para que esa agua sea tocada por el Espíritu
que flota sobre ella.
168º.- Quien es bueno y orgulloso de su bondad transforma perlas
en piedras comunes.Quien es malo y tiene pesar del mal que practicó
puede transformar piedras vulgares en piedras preciosas.
El hombre es como el rey Midas que al pedir transformar
en oro cuanto sus manos tocara, murió de hambre.
Somos poseídos por la Personalidad y actuamos manejados
por la soberbia, la vanidad y la creencia de tener la Verdad de nuestra
parte, y nuestra pretendida bondad y rectitud se diluye y pierde en
el vacío.
Estar atentos y ser conscientes, es el modo positivo
de no dejarse arrastrar por la corriente donde transcurren los milagros,
los poderes, las curaciones prodigiosas, las conversiones de masas;
todo luz para un día, sin señal de intemporalidad, inconsistente como
la materia.
Es más positivo rectificar un error que afirmar la
bondad de nuestra actitud.
169º.- No es bastante la cruda verdad. Es necesario que ella
sea transmitida con sabiduría. ¿ Y qué es sabiduría ? Sabiduría es el
ropaje de la verdad.
Se necesita mucha comprensión para situar dentro de un orden
de cosas estas afirmaciones.
La verdad es como una persona y la sabiduría las ropas con
las que se viste. Tantas veces como utiliza la Sabiduría, la Verdad
va cambiando de aspecto; pero, en su interior, en su desnudez, es
la misma.
La Sabiduría es el instrumento a través del cual
se transmite la Verdad. La oratoria, el ejemplo, la escritura, el amor,
son medios de los que se vale el Sabio para llegar a sus discípulos,
como distintos lenguajes para entenderse en esta Torre de Babel.
170º.- Alegría y tristeza se completan. Si no hubiese alegría,
la tristeza no existiría. Del mismo modo, si no hubiese tristeza no
sentiríamos alegría.
Así como lo alto y lo bajo, la tristeza y la alegría
son complementarias. Ambas son opuestas, pero son polares. No se concibe
la una sin la otra.
Al amanecer lo completa el ocaso; ambos son diferentes,
pero idénticos en esencia.
Si esto es asumido y comprendido, no será difícil
entender el por qué de la risa y el dolor, el nacimiento y la muerte,
el ser y el no-ser, y así hasta el infinito.
171º.- El hombre se preocupa con el pasado y el futuro. ¡Qué
bueno sería si sólo tuviese la preocupación del presente!
![](NOVIEMBRE2004_archivos/image014.jpg)
Prestar atención a la periferia y olvidar el centro
es y ha sido el problema vital del hombre.
La memoria del pasado la recogemos como un pesado
fardo que cargamos y el futuro lo divisamos en razón del pasado que
conocemos.
Partir desde el centro y actuar hacia la periferia
es la actitud razonable que nunca coincide con lo que hacemos, pues
somos influídos por motivos exteriores que nos motivan con misteriosos
hilos, sin que entendamos la razón y el por qué.
Partir del centro, del presente, es ser tú mismo,
actuar con tus poderes y confirmarte en cada cosa que haces.
172º.- El espíritu de disciplina alarga la visión. Adquirirlo
es la cosa más necesaria en la travesía del camino espiritual.
No hay caminos, obras ni objetivos, que se puedan
alcanzar, si no hay una disciplina.
Las pruebas iniciáticas, desde los tiempos más primitivos,
consisten en probar la disciplina de los futuros iniciados.
Todo demuestra que el uso continuo de la disciplina
da bases consistentes para ampliar el campo de visión espiritual, condición
imprescindible para una jornada mística donde la contemplación y el
correcto vivir en la materia estén unificados.
173º.- En ti mismo debes encontrar tu ideal. Ningún otro en
la vida será perdurable y verdadero
como aquél que creas tu mismo.
Los ideales prestados son como bellas muletas que
sirven para hacer un determinado trecho del camino.
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El auténtico ideal, es el que nace y desarrolla
en nuestro interior, con su particular motivación y qué, finalmente,
nos lleva al conocimiento, la contemplación y la meditación.
¡Busca tu ideal! ¡Créalo! Y deja que se procese en
tí para que te lleve mucho más allá del corazón; a la dimensión donde
todo se disuelve en Luz y Amor.
174º.- El poder, la mayoría de las veces, cuesta más de lo
que vale. Quien lo alcanza, sin conocer su valor, lo pierde finalmente.
Porque todo lo que es alcanzado a la fuerza se rebela contra su poseedor
algún día.
Luchar para obtener poder, da situaciones irónicas.
Los luchadores que han vivido, combatido y hasta
matado, para obtener el poder, han sido obligados a aceptar que los
carroñeros, que medraban a su lado, se llevaran los beneficios que habían
alcanzado. Para ellosl la gloria y, para las rapaces que esperaban la
victoria, las ganancias que da el hambre.
Y este espectáculo o farsa de la vida, se mantiene
indefinidamente, pues si el héroe se rebelara o hiciera algún movimiento
inesperado, los mantenedores del poder saldrían corriendo abandonándolo,
porque ese es el precio del poder: la soledad.
175º.- La carencia de generosidad indica que las puertas del
corazón están cerradas. Nadie entra ni sale de ahí.
La generosidad y el altruísmo, son las puertas abiertas
del corazón.
Un pecho cerrado evidencia la codicia y el egoísmo.
Es como la corriente y el río, el hombre y el Camino.
No pueden haber compartimentos estancos; el riesgo de podredumbre está
presente.
Lo que detiene, paraliza, cierra o corta, es negativo,
pues la vida no es algo fijo, sino que fluye continuamente desde el
Infinito, trazando círculos cósmicos.
176º.- La expresión del sentimiento hace que la energía del
corazón se disperse. Si fuera conservada, sería la propia fuerza.
Si no sintiéramos la urgente necesidad de expresar
alegrías o cualquier otra cualidad sentimental, sabríamos cuánta es
su fuerza.
Si estos sentimientos no son expresados exteriormente,
sino que se transmutan en energías, la suma de ellos es una fuerza pura
que podemos utilizar para impulsar nuestro poder hacia la meta común
de esta humanidad: la liberación de la ignorancia.
177º.- La verdad purifica. Es digna
de ser apreciada, proporciona pureza y paz. Pero, ¿qué es la Verdad?
Verdad es aquello que no puede expresarse con palabras.
Aquí nos encontramos con el Tao, de Lao-Tse. La Verdad
que puede ser conocida no es la Verdad. Es lo que no puede expresarse
con palabras.
Pero, ¿por qué?
Cuando el Iniciado llega ante la Verdad sin velos,
queda mudo para siempre. Ella es tan grande que no basta el lenguaje
para describirla. No hay puente de comunicación. Solamente alguien con
la misma capacidad de conocimiento podría entenderlo, y esta comunicación
no sería verbal.
Hablamos, escuchamos y entendemos, pero no es suficiente.
También el amor tiene un lenguaje menos articulado y sonoro, pero hay
siempre un más allá, otra puerta. Esa es la dirección más correcta.
178º.- La lección de paciencia es la que me doy a mí mismo,
desde que comencé a vivir. Desde entonces, procuro practicarla, sin
jamás haber aprendido bastante.
Nada se hace ni consigue, si no es a través del tiempo.
Y él lleva implícito los ritmos de espera, los cuales no pueden ser
separados sin desnaturalizar la propia esencia de las cosas.
Aprendemos paciencia porque ella es la llave maestra
que abre las puertas de los secretos de la Madre Naturaleza, secretos
iniciáticos que son entregados a los aprendices que osan traspasar el
muro del tiempo que nos cierra el Camino.
La ciencia de la paz, no es más que la paz-ciencia
en su más simple manifestación.
179º.- No censuro a nadie por haber practicado el mal.
Pero nunca le aconsejo proseguir por ese camino.
Aquí se resalta el no juzgar, pues evidenciamos la
falta de justicia cuando lo hacemos, ya que al pesar las culpas ajenas
en nuestra balanza, quedamos implicados en el juicio.
Pero, si bien no juzgo, del mismo modo no participo
de la misma manera en aconsejar la delincuencia en ninguna de las formas
que el hombre conoce.
180º.- Nada parece demasiado bueno o malo. No conozco distinción
alguna entre el justo y el pecador, porque la vida es única y en todo
se manifiesta.
La vida se manifiesta en millones de facetas, en
la multiplicidad. Todo es vida.
El bien y el mal, como todos los opuestos, conviven
en una armonía interior. La vida es oposición: luces y sombras.
El infortunio humano consiste en ver la vida de manera
unilateral, despreciando la parte opuesta, la que completa y unifica
la visión de conjunto.
Aceptemos los opuestos y entremos en la Unidad paradojal
de la Vida.
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