REVISTA ALCORAC

Salvador Navarro 

 

 

                                           

Dirigida a las Escuelas de:

                    Mallorca

                    Menorca

                                                                Circular nº Extra Invierno  , año VII

                                                                                    Llubí, 1º Diciembre de 2.001.

          Continuando con el tema de San Dionisio, tocamos por tercera vez sus escritos, buscando en ellos la luz que nos quiso transmitir y que deseamos interpretar de la manera más veraz posible.

          “Nosotros ansiamos, profunda y extremadamente

          habitar en esta translúcida oscuridad

          y, por no ver ni conocer;

          ver es conocer a Aquél que está más allá de ambos,

          de la visión y del conocimiento,

          por el propio hecho

          de no ver-Lo ni conocer-Lo.

          Puesto que esto es, verdaderamente,

          ver y conocer;

          y, a través del abandono de todas las cosas,

          loar a Aquél que está por encima de todo.

          Puesto que esto no es diferente al arte de aquellos

          que tallan una imagen bien parecida

          (venida de las piedras)

          y removiendo de su entorno

          todo lo que impide la visión clara

          de la forma latente,

          mostrando su verdadera y recóndita belleza,

          únicamente por el acto de remover la superficie.

          Pues, como creo,

          es más real loar-Lo

          por el hecho de remover,

          que por los atributos que Le damos;

          cuando partimos de lo universal

          y descendemos, por intermediario, hasta lo particular.

          Pero aquí, removemos todas las cosas que nos separan de Él,

          sabiendo, desde lo personal hasta lo universal,

          para que podamos conocer, abiertamente,

          lo incognoscible,

          que está escondido

          dentro y debajo de todas las cosas

          que pueden ser conocidas.

          Y vemos aquella oscuridad que está más allá del Ser,

          oculta bajo toda luz natural.

          Nosotros loamos aquellas cosas,

          que apropiadamente pertenecen

          a la teología de la afirmación;

          como lo divino y la naturaleza excelente pueden ser revelados

          como unos

          y como trinos;

          como, de acuerdo con eso,

          la paternidad de Dios puede ser explicada;

          cómo y de qué manera

          la filiación y la verdad del espíritu

          pueden ser reveladas;

          cómo, a partir de la incorpórea e indivisible excelencia,

          se pueden mostrar

          esas tres luces interiores de la bondad,

          y cómo

          en aquellos y en aquellas,

          en su mutua y co-eterna propagación,

          ellas permanecen juntas,

          sin separarse en ningún lugar;

          como Jesús, en cuanto está

          por encima de toda creación,

          puede estar en la genuina verdad

          de la sustancia de la naturaleza humana.

          Nosotros decimos de qué forma Él puede ser llamado

          como Bien, como Ser, como Vida, como Sabiduría y Poder,

          y sea lo que fuere que diga respecto

          a la espiritual nominación de Dios.

          La teología es una disciplina perversa y masoquista. Es un medio sutil de torturar a las personas. En verdad, nadie dice que ella es una forma oculta de masoquismo, de auto-tortura y de perversión, pero me gustaría dejar esto bien claro; que la teología de todas las religiones es básicamente absurda. Habla de cosas de las que nada sabe. Se va moviendo en un círculo vicioso de contradicciones, porque la religión es silencio y la teología no usa más que palabras.

          En la vida de los grandes Maestros no hemos sabido nunca que un místico haya intentado ser un teólogo. Siempre fueron disciplinas separadas. Entre nosotros ha dominado siempre la teología hasta tal grado que, o un místico hablaba en términos de teología  o estaría a punto de ser quemado vivo.

          Dionisio debe haber sentido la completa inutilidad de todo aquello que estaba diciendo. Casi puedo sentir su dolor. Siento amor y compasión por él. Puedo ver que el hombre sabe. Pero las personas que estaban en el poder eran completamente ignorantes de la verdad. Y él no quería ser quemado vivo; así que tenía que hablar de una manera necia.

          Lao-Tsé habla directamente; las afirmaciones de Buda son absolutamente claras; Jesús dice lo que quiere decir sin camuflar nada bajo sus palabras, teorías o filosofías. Son personas sustanciales y precisas.

          De ahí viene el significado de la palabra oriental sutra que significa “afirmación bien condensada”; todo lo que no es esencial ha sido eliminado de la expresión. Las afirmaciones son semejantes a las semillas. Puedes sembrar las simientes en tu alma y un árbol grande comenzará a crecer dentro de ti, con millones de flores y millones de nuevas semillas. Pero las afirmaciones propiamente dichas son pequeñas. No hacen ondulaciones, sino que van directas, como flechas. No hacen rodeos, porque no temen decir lo que debe ser dicho.

          Los occidentales no tienen permitida esta libertad. Pero esta forma de hablar se está esparciendo por el mundo entero, y la libertad va desapareciendo.

          Toda persona que dice la verdad está continuamente condenada, porque no transige con ninguna especie de teología, sea de quien sea. Recordemos a Sócrates, Jesús, y muchos otros.

          Las afirmaciones de Buda son mucho más peligrosas que las de Jesús. Jesús nunca negó la existencia de Dios, mientras que Buda sí lo hizo. Patánjali dice que “Dios es solamente una hipótesis arbitraria que puedes usar si quisieras; pero, recuerda que ella no trae ninguna verdad en sí, sino que es un medio en dirección a la meditación”. Veamos el espíritu rebelde, radical, revolucionario, de esta afirmación venida de un hombre que jamás fue suplantado con respecto a sus métodos para la meditación interna y que, por eso, es el supremo Maestro del yoga y de métodos meditativos.

          Todo el mundo piensa que la meditación es un medio para llegar a Dios, que es el fín. Patánjali revierte la situación: dice que la meditación es el fin y que Dios es una hipótesis. Si tu mente es infantil y precisas el apoyo de un Dios para meditar, puedes tomar esa muleta. Pero recuerda: desde el momento que aprendas a meditar, abandona el apoyo. Estaba solamente para ayudarte al principio.

          Es algo así como los libros para niños. Si los miras, verás dibujos de figuras en colores, con pequeños textos. Si el niño tiene que recibir ayuda para comprender las cosas, las palabras y la lengua, ese es el único medio. Si quieres enseñarle qué significa la palabra “plátano”, tienes que pintar este fruto con mucho color y de forma apetitosa. Los niños son muy pragmáticos. Se interesan por el plátano, no por la palabra que lo expresa. No son tan tontos como los teólogos. Pero, a través de la figura, se puede ayudar al niño a comprender la palabra “plátano”. Lentamente la figura desaparecerá, porque ella no es más que un artificio arbitrario.

          Debido al hecho de ser todos tan infantiles, en lo que concierne a la verdad suprema, hay muchos apoyos. Uno de ellos es la creencia en Dios. Si eso ayuda a rendir al ego, muy bien; si te ayuda a abandonar la mente, muy bien, pues lo esencial, lo importante, es cómo abandonar la mente. Cualquier disculpa sirve. Una vez sea la mente abandonada, Dios también lo será, porque Él no era más que un pensamiento, algo mental, acaso la proyección del ego. Ego significa “Yo” y Dios significa “Tú”. ¿Cómo el Tú puede existir sin el Yo? O ambos existen juntos o desaparecen. Son fenómenos simultáneos.

          Los Maestros orientales niegan la existencia de Dios. Buda da un paso más adelante: niega hasta la existencia de sí mismo, del alma, porque dice que la propia idea de sí mismo o del alma, está en cierto modo proyectando la idea del ego. Puedes llamarlo “sí mismo” o “alma”, pero la idea del ego estará a salvo de un modo sutil. Si el ego ha de ser abandonado, todas esas ideas han de ser tambíen abandonadas. Ni existe Dios ni hay alma.

          Entonces, ¿qué es lo que permanece? Buda lo llama “Verdad”. No es una experiencia, porque no hay experimentador y nada que experimentar. No es conocimiento, porque no hay conocedor ni conocido. Buda hubiera ido directamente a la hoguera o crucificado. Sin embargo, en Oriente fue aceptado.

          Hay una cosa extraña que me gustaría recordaras: en Oriente ha habido libertad de pensamiento, algo de tremendo valor en lo que concierne al hombre, pero no ha habido liberación de formas sociales, sino una tremenda esclavitud; ha habido absoluta libertad para la inteligencia, la espiritualidad, pero ninguna libertad social.

          En Occidente el caso ha sido opuesto: hay libertad social. Si una pareja se abraza en la calle o en la playa, eso no es cuenta de nadie. Pero en Oriente, sería inconcebible. De acuerdo con las familias tradicionales, ante personas extrañas no puedes hablar con la mujer con la que te has casado, y mucho menos abrazarla y besarla. La esposa no puede ni pronunciar el nombre de su marido.

          Un padre no puede jugar con su hijo en presencia del abuelo. No es correcto. En verdad, ha habido y aún existe una esclavitud social. Actualmente tenemos los casos de Agfanistan e Irán, entre otros, insultantes para nuestra conciencia.

          De este modo, puedo comprender a Dionisio porque podemos estar en la misma situación, pero no me gustaría decir las cosas de esta manera. Me parece un poco ridículo. Puede ser un simple juego de palabras, pero no quisiera hablar de ese modo.

          Dionisio debía estar absolutamente convencido de que, si hablase claramente la verdad y fuese preso, su suerte sería la misma que la de Sócrates o de Jesús, y eso no ayudaría en nada a la verdad. Fue su decisión personal.

          En verdad, no estoy de acuerdo. Me gustaría que hubiese muerto como un Maestro. Pero nadie puede decir a nadie cómo debe comportarse; cada uno tiene que decidir de acuerdo con su situación. Y Dionisio decidió hablar el lenguaje de la teología cristiana.

          Y esto es como jugar al ajedrez con las palabras. Puedes ser un profesional, un perito de la gramática, pero por más hábil que seas, alguien medianamente inteligente puede ver el completo absurdo de todo esto.Y todas las bibliotecas del mundo están llenas de todos esos tratados teológicos, aunque afortunadamente nadie los lee. Están escritos por teólogos para otros teólogos. Ninguna otra persona los lee.

          Leí una historieta de dos teólogos que hablaban sobre su trabajo. Uno de ellos preguntó al otro: “¿No crees que escribir sobre teología es un trabajo ingrato?”

          Y el segundo respondió con la cara sonríente: “Al contrario, todo lo que escribo me lo devuelven dándome las gracias”.

          La mente de un teólogo trabaja de un modo extraño. Puede hacer una montaña con un grano de arena. Si fuera un gran teólogo, ni necesita el grano de arena. Puede crear grandes montañas. A veces es bueno dar un repaso a sus libros para ver qué ha hecho el hombre durante siglos. ¡Y los consideramos personas inteligentes!

          Todas las religiones están interesadas en por qué Dios hizo el mundo. Nadie puede responder a eso. En primer lugar, nadie sabe si Dios creó el mundo o no. En segundo lugar, aunque Él lo haya creado, ¿cómo puedes responder por qué lo creó? Para saber la respuesta Él tendría que ser psicoanalizado. ¡Puede que no lo sepa ni Él mismo . . .!

          ¿Sabes por qué haces lo que estás haciendo? Cuando alguien te pregunta: “¿Por qué? . . .”  “¿Por qué te has enamorado?” Tú te encoges de hombros y dices: “Me ha sucedido”.

          ¿Por qué te enamoras de cierta persona? Cualquiera sea la respuesta que des, ella parecerá absurda. Su nariz alargada, el pelo negro, su sonrisa . . . Cuando piensas sobre esas cosas, quedas embarazado para hablar sobre ellas. Así que encontramos una salida. Decimos: “El amor nos sucede, nadie sabe por qué. Es un fenómeno misterioso”. ¡No hay misterio alguno, es pura química! Pones algunos elementos químicos dentro de una probeta y otros en una botella y ellos se van a apasionar. Está claro que encontrarán razones: que el cuello de la botella era muy bello, elegante . . . y el color que tenía dentro . . . ¡fantástico!

          Las personas se acostumbran a un modo particular de pensar y, una vez que lo hacen, todo les parece perfectamente correcto, pero sólo para ellos. Cualquier otra persona, oyéndolas, hallarán difícil comprender las tonterías que están hablando.

          Una vez estás centrado en cierto sistema de pensamiento, entonces y de acuerdo con él, todo te parecerá correcto. Cualquier otra forma de pensar te parecería absurda.

          Esas palabras de Dionisio las encontrarás absurdas, pero hay un sustrato escondido en algún lugar; y eso es lo que me gustaría que descubrieses. Entonces te sorprenderá; es la misma verdad de Lao-Tsé, de Buda, de Jesús, de Zaratustra. No hay nada diferente; es solamente un lenguaje, una jerga usada por necesidad. Seguramente estaría rodeado de teólogos.

          Ser el primer obispo de Atenas, parece ser un gran honor. Debería tener muchos amigos. Tal vez, durante generaciones, en su familia hubiese habido grandes teólogos y él se acostumbró a hablar de esa manera. Y, aunque se hubiese eliminado, la vieja costumbre continuó o, conscientemente, no quiso abandonarla.

          Dicen: “Solamente un amigo se puede transformar en enemigo. Un pariente, ya lo es desde el principio”

          Así que debió estar rodeado por muchos enemigos, parientes y amigos. Para satisfacerlos, habla de un modo tortuoso. No te impacientes con él. Dice:

          “Nosotros ansiamos profunda y extremadamente, habitar en esta translúcida oscuridad . . .”

          Nadie antes que él, principalmente en la tradición cristiana, habló jamás sobre la oscuridad de Dios. Dios fue siempre pensado como luz. Él fue el primero, en el mundo cristiano, de presentar una nueva visión de Dios: como translúcida oscuridad. Eso es peligroso, porque Dios se pensaba que era pura luz. La oscuridad es del Demonio, y por eso es pintado siempre en color negro. Dice: “Nosotros ansiamos, profunda y extremadamente, habitar en esta translúcida oscuridad”.

          Pienso también que su elección es mucho mejor. La luz es un fenómeno momentáneo y la oscuridad es eterna. La luz divide. Está claro que con ella puedo verlo todo indistintamente. Si, súbitamente, se hiciera la oscuridad, todos nosotros desapareceríamos; se acabarían las distinciones. Nadie sería rico ni pobre. Nadie sería joven ni viejo. Nadie sería hombre ni mujer. Aunque alguien estuviese muerto, no distinguiríamos entre muertos y vivos. Todas las distinciones se disolverían y la oscuridad aplastaría las diferencias. La luz no puede hacer tal milagro y, de ese modo, Dios está mucho más cerca de la oscuridad que de la luz.

          Pero, para satisfacer al mundo teológico cristiano, dice “translúcida oscuridad”, así nadie se siente demasiado ofendido, una oscuridad llena de luz. Si hubiese tenido libertad para decirlo, diría simplemente “oscuridad”, “pura oscuridad”, “oscuridad no adulterada con luz”. Puedes ver lo mismo en Lao-Tsé. Él dice: “Veo que en el mundo, todos parecen ser muy claros, racionales: hay claridad en las mentes de las personas. Yo soy el único que es tonto, porque no puedo ver las distinciones. Soy el único que no tiene claridad sobre las cosas. El único para quien todo es vago, disuelto y fundido en todo. No puedo definir, no puedo decir que esto es esto y aquello es aquello”. Tuvo el valor de llamarse tonto, corto, sin ningún problema.

          La oscuridad tiene profundidad, la luz es siempre frívola, finita; la oscuridad es infinita.

          Dice la Biblia que “en el principio había oscuridad”, no luz pues, ¿cómo podría haber luz al comienzo? ¿Quién traería la luz? La luz tiene que ser creada; la oscuridad no. La oscuridad es como Dios, porque Él también es increado. “las tinieblas cubrían la haz del abismo”, esta es una afirmación de tremendo significado.

          Dionisio dice: “Nosotros ansiamos, profunda y extremadamente, habitar en esta translúcida oscuridad”. Nuestro único deseo es vivir en esta oscuridad, en este infinito, en esta profundidad abisal sin distinciones. Queremos perdernos dentro de ella.

          . . . y, por no ver ni conocer, ver es conocer a Aquél  . . .”

          El único medio de ver a Dios es dejando de ver, y el único medio de conocer a Dios es abandonando todo conocimiento, porque todo son interferencias. Tienes que olvidar el conocimiento y tu visión. Generalmente, pensamos que vemos lo que existe. Eso no es verdad, es absolutamente irreal.

          Si miras a una mujer, tu primer interés serán los senos de ella. ¿Por qué? Tu mente está centrada en ellos desde tu infancia. En todos los países civilizados, los niños son destetados lo antes posible por las madres, porque dicen que los senos pierden su forma. Naturalmente, hay un rechazo, una falta de amor. Y eso crea un profundo deseo en la criatura de agarrarse al seno.

          Actualmente,  la humanidad sufre de ese desgarramiento: toda la gran poesía, desde Byron, Shelley y otros, dicen más de los pechos maternos; los templos milenarios, que representan nuestra cultura te sorprenderán, al saber que esas construcciones, esculturas, pinturas, no son mas que especies de sexualidad pervertida en diseños y líneas. ¿De dónde viene esa perversión? Viene de la represión. Ves lo que te fue reprimido, lo que se te ha negado, y lo plasmas en la literatura, la poesía, el arte, en toda la obra del hombre. Nunca ves lo que realmente es.

          Ahora, dicen los hombres de ciencia que tus ojos perciben un 2% de la información que pasa a través de ellos; el 98% restante queda fuera. Y lo mismo ocurre con los otros sentidos.

          Si quisiéramos conocer la verdad, tenemos que aprenderla por un nuevo medio. Eso es todo lo que significa meditación: no ver, no conocer. Eso es meditación, porque es el único medio de ver y conocer. Si quieres conocer la verdad tendrás que desaprender todas tus maneras, sean cristianas, musulmanas, judías, hindúes. Tendrás que estar completamente vacío, en un estado de no-conocimiento. Entonces, serás capaz de ver quién es Aquél:

          “ . . . que está más allá de ambos, de la visión y del conocimiento . . .”

          La verdad está más allá de tu visión y tu conocimiento, porque ambos están confinados en el ego. Y cuando el propio ego es una mentira, ¿cómo puede darte la verdad?

          Y toda la teología está llena de mentiras. La verdad no puede ser dicha, ni pronunciada y, con todo, las personas siguen hablando sobre ella. Se ha hablado de Dios en millones de páginas. Pero nadie toca, ni de la forma más leve, el centro de la realidad. Ese centro no puede ser tocado por el pensamiento, sino por la meditación. Está más allá de ambos, de la visión y del conocimiento”.

          “ . . . por el propio hecho de no ver-Lo ni conocer-Lo . . .”

          Así, recuerda esto. Muchas personas me dicen que “quieren ver a Dios”. Olvídense de estas cosas. Si quieres ver a Dios, jamás lo verás. Tendrás antes que desaparecer.

          Kabir dice: “Yo ansié profundamente y busqué durante largo tiempo por mi Dios, pero no pude encontrarlo. Entonces, cierto día, abandoné aquella ansia, aquel deseo, aquella busca, y desde ese momento Él me viene siguiendo. Él está siempre conmigo. En verdad, Él estuvo siempre conmigo, pero yo estaba tan ocupado con la busca que jamás lo veía”.

          Yo lo llamo estado relajado del ser: cuando no hay ninguna busca, ninguna cuestión, ninguna pregunta, cuando estás tan relajado que comienzas a caer profundamente dentro de tu propio ser. Después, toca los cimientos de tu ser; a partir de ese toque, llegan grandes revelaciones. Ya no estás indagando sobre Dios, sino que Dios comienza a preguntar por ti.

          Y eso es lo que Kabir dice realmente: “Cuando dejé de buscar-Lo, Él comenzó a seguirme. Ahora Él me llama: “Kabir, Kabir, ¿dónde estás?”

          Jesús dice que el Camino, el puente, es directo, pero muy estrecho, tan estrecho que no puede contener a dos personas.

          “ . . . Puesto que esto es, verdaderamente, ver y conocer y, a través del abandono de todas las cosas, loar a Aquél que está por encima de todo . . .”

          Ahora él comienza a hablar con rodeos. Va aumentando un poco la teología cristiana, sólo para engañar a los tontos . . . a través del abandono de todas las cosas. . . . Ahora los cristianos pensarán que está hablando sobre la renuncia.

          ¡No está diciendo que renunciemos! Dice que “el abandono de las cosas” significa que tú “no ves las cosas como cosas”; eso es abandono, no la renuncia. Cuando renuncias a algo, sigues pensando en ello de la misma manera que antes.

          Un hombre está dominado por el dinero: piensa que es muy valioso, que se puede comprar todo con él. Un día sabe que todo su esfuerzo ha sido inútil, que el dinero no puede comprarlo todo, que no tiene valor, que ha perdido su vida. Sabiendo esto, renuncia al dinero, huye del mundo de las riquezas, pero aún piensa que tiene algún valor. Está pensando que por la renuncia al dinero, va a alcanzar la verdad. Primero, ha pensado que por tener dinero todo se puede conseguir, hasta la verdad. Pero la lógica es la misma; no ha cambiado en nada. Está centrado en el dinero, en lo valioso que es. Antes lo estaba acumulando, ahora está renunciando, pero él no ha cambiado.

          Dionisio dice: “abandono de todas las cosas”. Este es un fenómeno totalmente diferente. El abandono de las cosas significa no mirar para ellas como cosas, porque todo está lleno de Dios. Todo está tan pleno de Dios, que llamarlo “cosa” no es verdad. Nada está muerto, todo está vivo, pero de maneras diferentes. Hasta una piedra tiene vida. El hombre que conoce a Dios sabe de la vida de la existencia y de la falsedad de la muerte. Y si la muerte no es real, entonces no hay ni una única “cosa” en el mundo.

          Generalmente, hacemos exactamente lo opuesto: reducimos a las personas a cosas. Cuando te casas con una mujer . . . . Antes de la boda ella era una persona, independiente como tú lo eras, después de la boda ella es cambiada por “mi mujer”, una cosa y tú serás “mi marido”, otra cosa. Ni el marido ni la esposa son personas, sino algo a ser utilizado; son utensilios que usamos según las circunstancias. A tal cosa hemos quedado reducidos.

          El hombre de visión, de meditación, eleva las cosas a personas. Habla con las cosas, con las plantas, con los árboles, con animales: va dando personalidad a cada uno.

          San Francisco de Asís acostumbraba hablar con los árboles. Les hablaba tratándolos de hermanos. Poco antes de morir, agradeció a sus discípulos por todo lo que ellos habían hecho por él, y la última cosa fue dar las gracias a su borrico. Dijo: “Hermano borrico, fuiste un gran servidor mío. ¿Con qué palabras te lo puedo agradecer?” Llama al borrico de hermano. Eso es elevar al animal a un ser espiritual. Francisco lo llama hermano.

          Eso es el abandono de las cosas. Ellas desaparecen del mundo, entonces se llena de seres vivos.

          “ . . . Pues que esto no es diferente al arte de aquellos que tallan una imagen bien parecida (venida de las piedras), y removiendo de su entorno todo lo que impide la visión clara de la forma latente, mostrando su verdadera y recóndita belleza, únicamente por el acto de remover . . .”

          Ahora, digo yo, está entrando en teología sin necesidad.  Debe haber sido necesario para él, pero después de 2.000 años, parece no tener sentido, tortuoso. Lo que quiere decir es que Dios puede ser descrito más apuradamente, por negativas. Para decir cosas tan simples, tiene que estar dando rodeos, de modo que teólogos, cristianos e Iglesia no puedan tomar su idea.

          Todo lo que quiere decir con esta afirmación, está contenido en dos palabras de los Upanishads: “ni esto, ni aquello”, o lo que Buda llama vía negativa. La verdad es comprendida con más claridad por la vía negativa  que por la vía afirmativa, porque cuando tú afirmas, cuando quieres atribuir alguna cualidad a Dios, Le das un límite. Si dices que Dios es bello, ya lo has limitado. ¿Qué será de la fealdad? Si dices que Dios es esto, entonces ¿qué será de aquello? Si dices que Dios es hombre o es padre, ¿qué será de la mujer?, ¿y de la madre? En el momento que afirmas una cosa, estás negando muchas.

          Así, la vía afirmativa, superficialmente, parece estar afirmando, pero niega más que afirma, pero la vía negativa niega aparentemente, pero básicamente afirma. Via negativa quiere decir que no atribuimos cualidades a Dios. Eso es lo que Dionisio quiere decir cuando habla de “oscuridad”. Él (Dios) es tan oscuro que no puedes ver ninguno de los aspectos, ninguna cualidad. Es tan oscuro que no hay distinción entre fealdad y belleza.

          Esa puede ser una de las causas por las cuales, durante siglos, las personas decidieron hacer el amor en la oscuridad de la noche, como ayuda de una cosa: la mujer no ve lo feo que eres, ni tú la fealdad de ella. En cierto modo, es un buen arreglo. Si se vieran ambos en la luz, quedarían decepcionados el uno del otro. Lo que está escondido permanece atrayente.

          Y las mujeres tienen una mayor intuición sobre eso. Es por eso que cuando las besas, la abrazas, o las amas, ella siempre cierra los ojos. Mirar en ese momento es algo profano. Es mejor sentirlo con los ojos cerrados que mirando, porque mirar es un fenómeno parcial y sentir es total. Cuando alguien besa a una mujer, ella quiere sentir a esa persona con todas sus células, desde la cabeza a los pies, desde las entrañas, en sus huesos, en su sangre, hasta la médula; quiere sentir el beso y dejarlo entrar tan profundamente dentro de ella como sea posible, mientras el hombre la está mirando.

          El hombre está muy interesado en la superficie; es un observador. Por eso le interesan las revistas pornográficas, más que a la mujer. Le interesa tanto ver, que muchas veces olvida el sentir.

          La vía negativa del místico niega todas las cualidades de Dios. Él es pura oscuridad y vacío; tendrás que sentir-Lo. Es el único medio de sentir el vacío de Dios, siendo tu tambíen oscuridad y vacuidad. Dios es una nada, y cuando digo “nada”, quiero decir, “ninguna cosa”.

          Estos son dos métodos. Las religiones organizadas creen en la vía afirmativa, y los místicos solitarios siempre creyeron en la vía negativa. De ese modo, ha habido una lucha continua entre el sacerdote y el místico. El religioso es enemigo del místico, porque ellos hablan de un proceso totalmente diferente.

          Estos dos procesos han de ser comprendidos. Vía negativa significa que comienzas con lo particular y te mueves hacia lo universal. Y, lo “universal” significa “el infinito”, “lo particular”.

          Por ejemplo: admiras a un Maestro. Eso es algo particular, una cierta cualidad del Maestro, algo de su presencia, el entorno que le rodea, cierta luz en sus ojos, cualquier cosa . . . pero particular. Partiendo del Maestro, lentamente comienzas a moverte en dirección al Maestro Supremo. Eso es universal. Puedes tener las manos del Maestro; pero no puedes tener las manos de Dios. Puedes tocar los pies del Maestro; pero no puedes tocar los pies de Dios. El Maestro es una realidad visible; Dios es invisible. El Maestro está en medio del camino. Tú casi eres una cosa; Dios es la nada; y el Maestro participa de ambos, porque él tambien se ha tornado una nada.

          Es por eso que Jesús dice repetidamente: “Yo soy Hijo de Dios y también soy el Hijo del Hombre”. Esta es su manera de decir la paradoja: que por un lado es el Hijo del Hombre, y por otro lado es Hijo de Dios. De una parte, es un ser humano particular; y, por otra, es una nada universal.

          La vía negativa comienza con lo particular y termina en lo universal; principia con las cosas y termina en la nada. La vía afirmativa es un proceso contrario: comienza con lo universal (Dios, el Infinito), y entonces llega a lo particular, al sacerdote que representa a Dios. Tú no necesitas ahora preocuparte por Dios, porque para ello el sacerdote es suficiente. Te pastoreará, te cuidará, y será tu mediador.

          El Maesto no es un mediador, sino un amigo, que solamente te indica la dirección. El Maestro, si realmente lo es, poco a poco se va haciendo menos necesario para el discípulo. Esta es la definición de un Maestro perfecto.

          Dice Buda: “Si me encuentras en tu camino, mátame inmediatamente, no lo dudes ni por un solo momento”. El sacerdote dice: Sin mí, no podrás encontrar a Dios; yo soy el puente; así que no podrás ir a ningún otro pastor de cualquier religión”.

          Los sacerdotes, los imanes, los santones, los ayatolah, los pastores, son personas que crean religiones organizadas. Y, en el momento en que se organiza una religión, se vuelve muerta, política, se institucionaliza.

          “. . . Pues, como creo, es más real loar-Lo por el hecho de remover, que por los atributos; pues damos atributos a Él cuando partimos de lo universal y descendemos, por intermediarios, hasta lo particular. Pero aquí, removemos todas las cosas, para que podamos conocer, abiertamente, lo incognoscible que está escondido dentro y debajo de todas las cosas que pueden ser conocidas. Y vemos aquella oscuridad que está más allá del Ser, oculta bajo toda luz natural”.

          Él quiere decir que, al revés de pensar en términos positivos sobre Dios, lo hagamos en negativos. Dionisio aquí es un puro Buda, solamente el lenguaje es cristiano.

          “Nosotros loamos aquellas cosas que apropiadamente pertenece . . .”

          Pero él está consciente de que eso puede ser captado por los sacerdotes. Entonces añade:

          Nosotros loamos aquellas cosas que apropiadamente pertenecen a la teología de la afirmación; como lo divino y la naturaleza excelente pueden ser revelados como unos y como trinos; como, de acuerdo con eso, la paternidad de Dios puede ser explicada; cómo y de qué manera la filiación y la verdad del espíritu pueden ser reveladas; como, a partir de la incorpórea e indivisa excelencia, se pueden mostrar esas tres luces interiores de bondad y cómo en Aquél y en Ellos, en su mutua y co-eterna propagación, ellos permanecen juntos, sin separarse en ningún lugar; como Jesús, en cuanto está por encima de toda creación, puede ser la genuina verdad de la sustancia de la naturaleza humana. Nosotros decimos de qué forma Él puede ser llamado como Bien, como Ser, como Vida, como Sabiduría y Poder, y sea lo que fuere que diga respecto a la espiritual nominación de Dios.

          Él añade inmediatamente que “no estamos negando lo positivo”. Él es Bien, Ser, Vida, Sabiduría y Poder, y sea lo que fuere que diga respecto a la espiritual nominación de Dios”  “Todos los nombres de Dios . . . estamos loando y afirmando todas esas cosas también. Testimoniamos que Dios es el Padre, que Jesús es el Hijo y, confirmamos también, que Jesús está por encima de toda la creación”.

          Ahora, esto lo debía estar haciendo para satisfacer la estupidez de la Iglesia y sus teólogos. Caso contrario, ¿cómo podría decir que cualquier persona está por encima de toda la creación? Ni Dios lo está. Dios es creatividad. Si Jesús está por encima de la creación, entonces, ¿por qué no Dionisio? ¿Por qué no Buda? ¿Por qué no Mahoma? ¿Por qué deberían los no iluminados estar debajo de la creación y no encima? Porque ellos también poseen el potencial necesario para ser iluminados.

          Eso lo dice para satisfacer a los teólogos, pero ese no es su camino para abordar la verdad. Dice claramente que el mejor camino para describir a Dios es el del arte de aquellos que tallan una imagen bien parecida (venida de las piedras), removiendo a su alrededor todo aquello que impide la visión clara de la forma latente, mostrando su verdadera y recóndita belleza únicamente por el hecho de remover.

          La negación dice él, es el camino de no atribuir cualidades positivas a Dios. En el momento que lo haces, crees en las creencias de las personas, en la devoción personal, creas iglesias, templos . . . No creas religiosidad, creas religión.

          Cuando quitas a Dios todas las cualidades, y lo haces una pura Nada, entonces aquellos que están realmente interesados en conocer la verdad, se vuelven interesados por Él. Los que están preparados para perderse a sí mismos, para entregarse, aquellos que están dispuestos a morir y renacer en esa nada, solamente esas pocas personas estarán interesadas y serán las únicas personas religiosas del mundo.

          Tú debes ser religioso en ese sentido.

         

            Es la Navidad, símbolo del nacimiento de la Luz en los meses oscuros. Lee y medita, cuantas veces precises, el pensamiento de Dionisio, y sabrás cuanto amor ha puesto para que tú entiendas la Verdad que no puede ser dicha.

          Feliz Año Nuevo. Expreso mi deseo de que sea “NUEVO” en Verdad y en Realidad, para que despierte en ti el potencial del hombre que siempre has sido.

          Lee y entiende, porque así serás feliz y yo habré cumplido con mi labor de señalarte el Camino.

 

 

                       

I N T E R E S A N T E

Si estás interesado en leer alguno de los libros, Circulares atrasadas o cualquiera de mis escritos, puedes hacerlo contactando con  las páginas web de Internet, siguientes:

Para consultas o pedidos, dirigirse a:

         Salvador Navarro Zamorano

         Madre de Dios de la Nieve nº 8

BUNYOLA  (Mallorca).

         Teléfono y Fax: 971: 61 33 92

         E-mail: snz2111@yahoo.es

           Página web: Salvador Navarro Zamorano

 

www.revistaalcorac.es

 

 

 

 

 

 

 

LIBROS ON LINE

Salvador Navarro Zamorano

 

 

 

Integración y Evolución

Enseñanza de Jesús de Nazareth y Grandes Religiones

Aforismos

Reflexiones

Segundo Nacimiento

Kábala

PROSAS LIBRES

Aforismos (LIBRO COMPLETO)

El Templo de la Luz

Rumbo a la Eternidad

La Busqueda del Ser

Una Escuela de Misterios

 

 

 

Enlaces de Interés

 

 

Revista Alcorac

Fuego Cósmico

Entrevista con las hadas

La Cueva de los Cuentos

Diccionario Esotérico

Filosofia del Arte

Como ser Don Quijote en el siglo XXI

CUENTOS DE ALMAS Y AMOR

NUEVA NARRATIVA

MONÓLOGO DE UN HOMBRE DIOS

DESECHOS URBANOS

EL CAMINO DEL MAGO

CRÓNICAS

REFLEXIONES_LIBRO

MANUAL DEL MAESTRO

HOMBRES Y DIOSES

LOS BUSCADORS DE LA VERDAD

NUEVA NARRATIVA 2

ORBISALBUM

 

 

 

 

 

 

OBRA LITERARIA DE D. SALVADOR NAVARRO ZAMORANO

 

Entre el silencio y los sueños

(poemas)

Cuando aún es la noche

(poemas)

Isla sonora

(poemas)

Sexo. La energía básica 

(ensayo)

El sermón de la montaña

(espiritualismo)

Integración y evolución

(didáctico)

33 meditaciones en Cristo 

(mística)

Rumbo a la Eternidad 

(esotérico)

La búsqueda del Ser

(esotérico)

El cuerpo de Luz 

(esotérico)

Los arcanos menores del Tarot 

(cartomancia)

Eva. Desnudo de un mito

(ensayo)

Tres estudios de mujer

(psicológico)

Misterios revelados de la Kábala 

(mística)

Los 32 Caminos del Árbol de la Vida

(mística)

Reflexiones. La vida y los sueños  

(ensayo)

Enseñanzas de un Maestro ignorado

(ensayo)

Proceso a la espiritualidad

(ensayo)

Manual del discípulo 

(didáctico)

Seducción y otros ensayos

(ensayos)

Experiencias de amor

(místico)

Las estaciones del amor

(filosófico)

Sobre la vida y la muerte

(filosófico)

Prosas últimas  

(pensamientos en prosa)

Aforismos místicos y literarios

(aforismos)

Lecciones de una Escuela de Misterios

(didáctico)

Monólogo de un hombre-dios

(ensayo)

Cuentos de almas y amor

(cuentos)

Nueva Narrativa (Narraciones y poemas)
Desechos Urbanos (Narraciones )
Ensayo para una sola voz VOL 1 (Ensayo )
En el principio fue la magia VOL 2 (Ensayo )
La puerta de los dioses VOL3 (Ensayo )
La memoria del tiempo (Narraciones )
El camino del Mago (Ensayo )
Crónicas (Ensayo )
Hombres y Dioses Egipto (Ensayo)
Hombres y Dioses Mediterráneo (Ensayo)
El libro del Maestro (Ensayo)
Los Buscadores de la Verdad (Ensayo)
Nueva Narrativa Vol. 2 (Narraciones)
Lecciones de cosas (Ensayo)
   

 

 

www.revistaalcorac.es

 

 

 

 

 

MAESTRO TIBETANO

 

Orbisalbum

 

 

 

 

 

La Cueva de los Cuentos