RUMBO A LA ETERNIDAD

Salvador Navarro Zamorano

 

 

CAPÍTULO XI

MERCURIO

 

Siendo el humano la Divina Experiencia, no pertenece a ningún reino. A fin de que pudiese situar en el contexto de manifestación divina, fue creada la ilusión llamada infinito, que por equivocación fue llamada espiritualismo. Siendo dos las fuerzas que rigen el cosmos, una material, finita, y la otra espiritual, eterna, el infinito sería entonces el término medio.

Dentro del círculo zodiacal funcionan siete luces y éstas en el hombre se sitúan en los siete chakras básicos. La construcción dentro del zodíaco es septenario y todos son obligados a responder a estas siete lámparas. El hombre posee otras luces además.

De estas siete luces hay una, la frontal, que es movible, consagrada a Mercurio. Así como Mercurio es un metal líquido, esta luz frontal no es fija. Siendo pues movible, va desde la cabeza hasta el sexo en la medida en que la consciencia humana profundiza dentro de sí misma. Mercurio está en la cabeza y en la iniciación está el sexo.

La Cábala nos dice que Mercurio está exactamente en Malkuth. Son pocas las personas del mundo que saben que Malkuth es Mercurio; piensan que es la Tierra. Ya los antiguos denominaban a Malkuth del Divino Mensajero.

Estando Malkuth ligado al Arbol de la Vida, los Sephirots, está al mismo tiempo pendiendo sobre el abismo, razón por la cual es el último en recibir las informaciones del designio Divino, y el primero en transmitirlas al mundo de la manifestación. De ahí la gran importancia de Mercurio, el único que se mueve dentro del hombre. Se tiene que mover por ser una especie de luz que tendrá que encender las otras, así como producir establecimiento de otros centros de energías. El hombre ya lo tiene en la cabeza pero en estado latente. Por eso es que fué dicho que la cabeza del hombre es chata, por causa de estos centros no desarrollados dentro de ella.

Así que Mercurio inica su descenso, hace que el Templo humano se organice y funcione naturalmente. En realidad, si él quedase con nueve luces y además Mercurio en la cabeza, tendría entonces dos mercurios, uno de la octava superior y otro de la inferior.

El hombre posee aún en la espalda 3 centros; dos, bajo los omóplatos, los angelicales, y uno a la altura de la 14º vértebra, conocida por la medicina como la suprarrenal. Son los tres filamentos con los cuales el Angel de la Guarda control y dirige el robot llamado hombre.

Dada la elevación espiritual de este Guardián, con relación a nosotros en la tierra, no puede quedar muy cerca del lugar donde estamos. En su lugar determina que alguien nos cuide, como por ejemplo, un elemneto del astral con mucho amor y buena voluntad, que tiene aproximadamente nuestro tono o que está trabajando bajo el mismo Angel. Es denominado por el espíritu Guía.

Inicialmente, todos precisamos de alguien que nos dirija. De ahí la razón de ser todos medium, intermediarios. Esa entidad tiene la facultad de colocar su energía en este chakra suprarrenal, realizando así la incorporación.

 

Mercurio representa una fuerza que tiene como finalidad imprimir una dirección en los trabajaos espirituales. Él es una especie de trozo de unión entre nuestros hermanos mayores. Si en todo momento tuvieramos la necesidad de llamar a nuestro Maestro, sería desastroso tanto para nosotros como para él. Sería deseaqr que el Maestro nunca tuviese la necesidad de llegar, porque cuando él no viene, la necesidad no es permanente, todo está bien y es cálido. Mas cuando el Maestro comparece, es porque algo está errado. Este es un raciocinio exactamente a la inversa.

Veamos la siguiente ecuación: es mucho más difícil ir al Padre que está en los cielos que ir hasta Dios. Es mucho más difícil ir al Angel de la Guarda que hasta el Padre. Pero es mucho más difícil ir al Maestro que al Angel de la Guarda. ¿Por qué? Porque ningún Maestro quiere ser la muleta de nadie. Es como en las escuelas de Oriente, cuando el Maestro habló al discípulo recién llegado: "Vé a un rincón y medita; volverás dentro de tres años". Es así como las escuelas de Oriente preparan a sus discípulos aceptados.

Mas con el tiempo alcanzamos la posibilidad de aproximarnos a nuestro Angel de la Guarda. Entonces el intermediario (guía), pasa a ser un Maestro, después será un enfocador de rayos, Maestro de Sabiduría; ése algún día, nos entregará al propio Angel de la Guarda que a su vez nos llevará a nuestro Padre que está en los cielos. Es preciso entender estos 4 movimientos. De individuos controlados por medio de los 3 chakras, pasaremos a ser plenamente conscientes y libres.

En realidad todo camino tiene una palabra clave LIBERTAD. Esta consiste en la liberación de las influencias externas. Todos estamos equivocadamente sujetos a las influencias y condicionamientos exteriores, cuando deberíamos vivir nuestra vida interior, esotérica. Por eso, en la medida en que nos vamos desenvolviendo, un día nos liberaremos, sin nadie actuando sobre nosotros, a no ser que el Padre que está en los cielos.

El hombre tiene un designio, una tarea que cumplir por determinación superior, mucho mayor de lo que pueda imaginar. El que vive debatiéndose en cuestiones emocionales, con dificultad para entrae en el mental de las mismas, continúa siendo presionado a liberarse de la consciencia animal por estas 7 luces.

Urque que el hombre despierte. En cuanto estuviera bjo la presión de las 7 luces, en la mejor de las hipóteis, podrá aprender a concentrarse y posiblemente hasta ligarse con una de esas luces, lo que posibilita solo el meditar aunque no contemplar. La contemplación únicamente puede ser realizada en la cabeza. Es imperioso que todos vivamos en el aspecto humano, en el plano de la armonía.

El reino mineral es representado por el buey; el vegetal por el león; el animal por el águila, que tiene que ver con la mente; pero en el plano humano, es cuando aparece la imagen del hombre.

Siempre sabemos lo que tenemos tras de nosotros, las experiencias pasadas de nuestra vida. El futuro nos es desconocido, oscuro. Para conocerle somos obligados a traspasar el Zodíaco, realizando una profundización en la astrología, puesto que el plano humano se extiende mucho más allá del Zodíaco. El hjombre es la Divina Experiencia porque está fuera de la construcción natural. En las construcciones del Señor existen solamente dos cosas: fuerza a travé sde la energía espiritual y belleza, que es la manifestación. Toda manifestación es bella, pero siempre depende de la mayor o menor absorción de la fuerza, la energía.

Pero el hombre va mucho má allá. Tiene que construir algo que está en la consciencia divina que se llama inteligencia, que es el 1º aspecto divino; sobre este aspecto está la Sabiduría y finalmente la Voluntad o designio Divino. Estas son las 3 condiciones que el hombre tiene que cumplir. La tiene en estado latente, no como hombre ni como animal dentro de un círculo zodiacal, sino con un toque angelical que les es propio. Por esta razón es nuestro Angel de la Guarda (gurú), un deva oriundo de otra categoría de construcción divina.

 

 

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