ALCORAC

 

SALVADOR NAVARRO  

 

 

                 

Dirigida a las Escuelas de :                   Llubí, 1º de Marzo de 1.995

            Barcelona (2)

            Mallorca                      CIRCULAR nº 3

            Menorca

            Las Palmas

 

 

 

LA PRESENCIA DIVINA

El ser humano piensa que la inteligencia maestra que actúa en su labor de búsqueda, que es y procede de lo superior y lo divino, es una fuerza que funciona desde abajo hacia arriba y desde dentro hacia fuera, o sea, desde la materialidad de las cosas hacia lo alto. Parece que esa búsqueda es algo que brota del individuo y lo impulsa hacia la búsqueda de algo superior. Es aquella sensación de que algo le falta y lo hace  procurar lo alto.

El hombre siente ese impulso dentro de sí, en su íntimo y, si cultiva ese impulso en lugar de ignorarlo o sofocarlo, como hace gran parte de la gente, esa fuerza germinará, crecerá y fructificará. A esa fuerza evolucionada, como un ansia elevada, la Escuela la llama URGENCIA INTERIOR. Lo que el individúo no sabe es que esa ansia no es la cosa primordial en la busca de la unión con lo alto, sino un mero reflejo de algo mucho mayor, de una fuerza primaria que viene desde arriba para abajo, que nace en el Absoluto y se esparce por toda la manifestación, por toda creación, tocando a cada hombre, a cada cosa, a cada ser creado, a cada vida.

Esa fuerza primero se llamó MENSAJE, el mensaje divino, que produce en las personas el trabajo de pulir su diamante en bruto, arrancando la duda, la sombra y la ignorancia, y así comienza a dar oídos a la voz de su corazón en ese trabajo.

En el momento en que el hombre comienza a pulir esa superficie, comienza a generar un reflejo en sentido contrario al mensaje. Si el mensaje viene de arriba para abajo y encuentra la superficie pulida, se refleja en ella. Ese reflejo es lo que se llama URGENCIA INTERIOR. Normalmente el individuo piensa que lo que existe es la urgencia interior, pero en verdad él es meramente el reflejo. La fuerza primaria que nos lleva a tener la necesidad de buscar bien en lo alto, es encontrada en ese reflejo -son las personas que a lo largo de sus vivencias trabajaron en si mismas- y entonces algo puede ser percibido, algo que nos impulsa y es la fuerza resultante.

Podemos hasta considerar que todos estamos caminando y trabajando aparentemente hace poco tiempo, pero en realidad ese trabajo no comenzó en esta vida, sino que viene de vivencias pasadas, viene de un obrar acumulado a lo largo de mucho tiempo y todo trabajo en esta vida se refleja como suma de todas estas experiencias. Ese trabajo realmente nos pone en camino.

Prácticamente, todos los que conocen el camino interior, conocen su individualidad o están trabajando para conocerla. Todos los alumnos de la Escuela saben, como mínimo, de que existe un Padre que está en los cielos, algunos conocen a su Padre y todo esto es importante. La Escuela asume el trabajo de hacerlo conocer a sus alumnos y la única condición es trabajar en dirección hacia lo alto y elevado, y el alumno que conoce algunas reglas o requisitos está ayudando mucho.

El primer requisito es conocer como se hace el camino a través     del estudio y la comprensión, y el segundo tener noticias de un Padre que está en los cielos. Realmente esto lo coloca en una situación diferente en relación al resto de la humanidad; diferente de aquellos que tienen interés en el mismo asunto, pero están parados. Nosotros estamos en un terreno diferente, porque sabemos que como individuos somos formados por cuatro partes que no se pueden dividir, cuatro partes que son como partes de un átomo, protones, neutrones y electrones, que si fuesen divididos dejarían de ser átomos.

Cada individuo tiene un físico, una Personalidad, una Individualidad y un Ser. Con esto está formada una base, la base del Indivíduo. Se sabe que cada una de esas partes tiene un Padre que está en los Cielos, una luz que presenció su creación y, con el trabajo interior, la persona va lentamente contactando con ella.

El primer contacto es hecho con la Individualidad, o chispa solar, el Cristo Interno. Continuando el trabajo, nos encontramos con el Ser, producto del encuentro de la Personalidad con la Individualidad. Cuando llegue el encuentro con el Padre que esta en los Cielos, puede llegar en el futuro a los padres de la Individualidad, del Ser y de la Personalidad, además de los padres de la concepción y de los latidos del corazón. En realidad, esa base no somos nosotros, sino de los Padres que están en los Cielos, porque el hombre está abajo. Es esa base la que va a formar una pirámide, que en realidad es apenas un reflejo material de la pirámide alta, superior.

Si abajo tenemos los Padres que están en los Cielos, encima hay inteligencias extremadamente elevadas que, para el concepto humano, son Dios.Todas esas inteligencias con las que poco a poco el hombre va teniendo contacto, bien por cálculo o meditación, nada más son que la base para algo mucho más elevado que es la Presencia Divina, la Presencia Mágica, la Presencia que trae en sí la síntesis de lo Absoluto. Es de la Presencia que fluye, por lo menos de esas pirámides, algo que nosotros aquí abajo, mirando hacia arriba, llamamos Urgencia Interior, pero que,  en realidad,  es el mensaje que está viniendo de lo alto y se refleja en nosotros, pero la gente lo ve como si él estuviese subiendo.

En este punto hay una curiosidad: la única diferencia del sexo, esto es, de hombre y mujer, está en la comprensión del mensaje, el único lugar en el que existe la polaridad. En todo lo demás es igual para el hombre como para la mujer. Llegando a la recta final es donde hay una diferencia de polaridad. Muchos alumnos ya trabajan en su Camino Interno, buscando a su Padre que está en el Cielo y,  por tanto, no se pueden comparar con el resto de la humanidad, porque tienen conocimiento de cosas mucho más elevadas. La mayoría de la humanidad sólo tiene consciencia de los planos más densos, físico, emocional y mental, y no saben que existe un Ser, una Individualidad. Sólamente conocen los tres aspectos del mundo físico.

Muchos libros e informaciones hablan del Yo Superior. Esto es bueno, pues a través de esas publicaciones muchos tienen conocimiento de algo llamado así. Pero, sólamente por la devoción no es posible contactar con el Padre que está en el Cielo, pues se necesita un trabajo de concretización.

Todos los que están entrando en ese camino están muy por encima del grueso de la humanidad, lo que no es motivo de exaltación, pues esto acarrea una carga de responsabilidad mucho mayor. Todos necesitan tener consciencia de esa responsabilidad porque no hay que pensar que por saber que existe un Padre que está en los Cielos no habrá responsabilidad alguna.

El conocimiento del Padre que está en el Cielo permite contactos más elevados y en la búsqueda interior, nos encamina hacia un Padre más superior. Conforme tenemos consciencia de las cosas, la certeza de esto va elevando el nivel de consciencia, pero todo ello acarrea una responsabilidad increíble.

Esta es la razón por la cual no se debe hacer meditaciones para terceros, pues nunca podríamos saber si hacemos mal o bien. Dar el nombre del Padre que está en el Cielo a otra persona lleva una carga de responsabilidad muy grande y cumple sólo hacer notar que el Padre que está en el Cielo, está aquí, muy cerca de nosotros, lo que no nos tiene que asustar, pues es algo bello y maravilloso. Conocer al Padre es algo que no puede ser descrito con palabras.

Igualmente, aquellos que se equivocan de encuentro con el Padre, aquella inteligencia encontrada en la meditación o en las oraciones, nos adopta como hijos hasta que descubramos al verdadero Padre.Realmente es algo fantástico que no puede ser medido con palabras.

Muchos me preguntan si el Padre puede ser localizado con cálculos o meditaciones. pero yo a mi vez, les pregunto: "¿Qué has hecho para encontrarlo?" La experiencia me dice que el Padre puede ser intuído pero si viene un vidente o un medium y dice: "Tu Padre no es X, pues estoy viendo en ti otra cosa", nos introduce una duda y quién no esté fortalecido por la fe interior, puede quedar abatido.

Pero, si esa persona ha trabajado internamente y encontró a su Padre, ya puede venir quien quiera, le pueden decir cualquier cosa, que tendrá la convicción, porque interiormente lo sabe, y nadie ni nada podrá abatir esta seguridad.

Esto no quiere decir que todo se desenvuelva en parámetros de seguridad absoluta, pero sí que para tener la certeza sin el cálculo, las personas deben ser muy firmes en su fe. Todas estas explicaciones sirven para mostrar la responsabilidad, porque todo aquél que llega a este punto tiene que cultivar cada vez más la fe en sí mismo, la fé que está latente en el interior de cada persona. Mucha gente que están en el Camino hace años, a veces se deparan con un problema y no recuerdan o no tienen el coraje de, antes que nada, ir hacia su interior y consultar dentro de sí de el por qué esto le está aconteciendo. Cuando suceden cosas negativas es porque el individuo precisa, como mínimo, detenerse y entrar en su corazón a preguntar cual es el error, cual es el mensaje que tiene que aprender de esto. Cuando llega al punto de alcanzar la respuesta, esa duda que le lleva a buscar fuera le es cobrada pesadamente. No es que no se deba continuar la búsqueda, pero sí recordar que todos nosotros tenemos responsabilidades con aquello que nosotros mismos escojemos. Si la persona va a continuar experimentando cosas aleatoriamente, sin que hayan sido bien meditadas o pensadas, lo cierto es que habrán responsabilidades paralelas.

Todo lo explicado tiene un nombre: Astrología Iniciática y es ella la que nos lleva a encontrar el color de la Presencia Divina. Por esto no se deben mezclar las cosas, porque ese trabajo es hecho con elementos de alta espiritualidad. Esta es la razón por la cual no se puede incluir un elemento extremadamente denso, como Plutón, porque Plutón significa el Señor de los Infierno.

No es fácil ni permitido colocar en medio de toda esa luz al Señor de los Infiernos, porque no es un asunto de juego. Astrología Iniciática es tener la certeza que en el momento en que se hace un símbolo el indivíduo se está uniendo a esa inteligencia. Por tanto, si el símbolo es del Señor de los Infiernos, esa persona se está uniendo a la inteligencia de aquél Señor.

Hay un momento en esa Astrología en que el indivíduo puede toparse con el Señor de las tinieblas, pero ha de proceder con mucho cuidado y en momentos que pueden ser especiales. Hay que procurar que sea hecho al mediodia con el máximo de luz y en condiciones especiales. No se puede actuar con irresponsabilidad. Por esto, vale recordar la enorme responsabilidad que todos contraemos cuando comenzamos el Camino. Lo mismo puede ser dicho de otra manera, porque conociendo todo el trabajo interior, más teniendo dudas, el primer paso que se nos ocurre es correr a un vidente o un medium para buscar soluciones. ¿Y dónde quedó la fe interior?

El acontecer de cosas negativas hasta puede ser por aceleración del Karma, pero no sólamente por esto sino porque en el momento de entrar en el Camino, el indivíduo escoje una línea de trabajo. El grueso de la humanidad no escoje: o trabajan por la luz o trabajan para las tinieblas. Las personas están llevando una vida tranquila, sin muchas preocupaciones, a veces recibiendo una bendición de personas con luz, a veces un palo de las gentes de las tinieblas.

Mientras, en el momento en que dicen: "Yo escojo trabajar para la luz", ciertamente estarán recibiendo luz, pero también estarán siendo marcadas o señaladas por las tinieblas: "Ese que está ahí nos molesta". Sólo que eso no quiere decir que si esa persona escojió trabajar para la luz va a comenzar a llevar palos de las tinieblas.

Las tinieblas no tienen derecho a castigar gratuítamente, pero quiere decir que cuando ese individuo dice: "Voy a trabajar para la luz," él estará en la mira de tiro del personal de las tinieblas. Mientras, él sólo podrá ser alcanzado cuando se sale de la Ley, porque si hay una cosa que es respetada tanto por lo alto como por lo bajo es la LEY. Entonces, es preciso tener más cuidado para actuar siempre dentro de la Ley, porque si salimos a dar un mal paso las tinieblas exigen de lo alto el derecho a castigarnos.

No es que esas personas sean castigadas más duramente, pero lo serán legalmente, en todo lo que esté relacionado con la responsabilidad que tengan por el alcance de los acontecimientos más elevados y el trabajo con cosas más sutiles. Cuanto más conocimiento es concedido a una persona más aumenta su responsabilidad, en razón directa al beneficio recibido, razón por lo cual si alguien estuviese trabajando con la luz ciertamente estará generando más luz y consecuentemente su manera de ser incomoda a quien no le gusta la luz. Cuanto más se trabaja en este camino más se tiene que estar dentro de la Ley. Es como el dicho de "caminar por el filo de la navaja".

La historia de entrar en la Espiritualidad para ganar poder es pura ilusión. El poder es representado por la espada, pero cuando se recibe la espada no es para usarla contra los otros, sino para caminar sobre ella. Si alguien quisiera la espada, aconsejo no la busque con mucho fervor, porque el primer trabajo para quien recibe la espada es caminar sobre su filo.¿ ¡Cómo alguien va a tener derecho de usar la espada si no la conoce?

Todas estas cosas sirven para realzar la consecuencia de la responsabilidad y del trabajo, razón por la cual toda experiencia debe ser cuestionada interiormente. "¿Debo hacer esto? ¿Hasta qué punto debo tener este tipo de experiencia?".

La línea maestra está siendo trazada para todo aquél que busca. La línea interior y la cuestión del conocimiento comienza a surgir en cada lección, y este es el trabajo. Por encima de todo, la responsabilidad. Pero lo básico de todo es : CONFIA EN TI MISMO. La respuesta está dentro de cada uno y no fuera. No se tiene que buscar respuesta en los otros, porque ellas están en el interior de cada uno, desde las cosas más simples hasta las cosas más elevadas.

CONCEPTOS DEL MUNDO MATERIAL

Siempre que se habla en Ciencia Espiritual, hay una inmensa curiosidad sobre algunos conceptos necesarios para distinguir importantes hechos revestidos, encubriendo el mundo de las sombras. Por tanto, el primer cuidado que debe tener cada alumno de la Escuela es justamente separar las cosas, cuidando inicialmente de no incurrir en los mismos engaños que el hombre profano, cuyo nivel de consciencia no está entrenado en los planos del conocimiento oculto, a través de los cuales ese indivíduo sólo percibe el movimiento de la vida por las informaciones que le dan sus sentidos externos.

Los cinco sentidos son en realidad aquello que es conceptuado por la Escuela y otras sociedades iniciáticas, como los cinco maestros externos, y realmente así pueden ser considerados, ya que a través de ellos el hombre percibe todo cuanto le llega y que proviene del mundo exterior.

Mientras tanto, ahí reside el peligro mayor, por cuanto tales informaciones, por tener naturaleza concreta, pasan a ser consideradas como realidades que incluso llegan a no ser negadas. Contestadas sí, negadas no, porque visibles al ojo pasan de esa forma a constituirse en verdades.

Los cinco sentidos, en realidad, inician el proceso de interacción con el mundo objetivo y material, cuya raíz de material puede expresar un concepto más amplio, ya que MATERIAL significa la madre y ella, en nuestros conceptos, no es más que el polo negativo o concreto de la energía. De ahí se originan todos los conceptos de madre física o carnal, Madre Naturaleza, Madre Tierra, etc., cuya misión primordial es dar forma concreta al hijo generado, que debe ser alimentado, cuidado, protegido, acariciado, etc.

Ante eso es preciso tener cuidado al hablar en negativo-positivo como conceptos, ya que ambos fueron alterados de su esencia original, siendo identificados en nuestra cultura religiosa cristiana como sinónimos de bien y mal, luz y tinieblas, insertados en la ley de la dualidad, tornándose necesario, en consecuencia, revisar tales conceptos. Esas asociaciones son extremadamente perjudiciales para la evolución espiritual del alumno que, recibiendo la raíz cristiana desde su nacimiento, tiene muchas dificultades en deshacerse de aquello que está enraizado en el subconsciente colectivo de la raza.

De la misma forma, el alumno tiene aún que repensar el concepto de sombra, que también toma el mismo camino del pensamiento anterior, ya que sombra puede significar, en un sentido más sutil y por esto mismo muy difícil de asimilar, el mundo de la forma, de la concretización. Cuando la luz pretende manifestarse, es necesario, en vista de las condiciones físicas, proyectarla sobre una superficie, caracterizándose por tanto, una dualidad manifestada, teniendo de un lado la parte sutil o espiritual y del otro la parte más densa, que es considerada en este caso como el mundo de la materia, o mundo físico, o mundo de las formas, o aún más, como el mundo de las sombras.

Una analogía puede mejor esclarecer el asunto, con respecto a las relaciones entre la Personalidad y la Individualidad, pues en cuanto la Personalidad comienza siendo joven y termina siendo vieja (la vida física), la Individualidad se presenta siempre joven. En cierta forma, lo mismo sucede con el concepto del Señor de la Galaxia, el Joven Siempre Eterno, y su manifestación en el Zodiaco, el Señor de la Estrella Polar, venerado como el Anciano de los Días.

Es de esta manera que el concepto de inteligencias planetarias puede ser apreciado: cuando la Escuela habla en inteligencias del Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, los Siete Sagrados, además de Urano y Neptuno, lo que quiere decir en realidad, es que esos planetas son la forma física o concreta, en el Zodiaco. Son ellos, por excelencia, los representantes de las sublimes inteligencias e hijos del Absoluto. En verdad, cuando se habla de Astrología Iniciática, lo correcto es entender que tales planetas están reflejando las inteligencias de los Señores Helios, Lunus, Há, Avahé, Hu, Laó, Cronos, Ur y Poseidón, respectivamente.

La primera tendencia de la persona menos avisada es considerar todo esto como separado, el plano de la luz a un lado y el plano de las sombras en otro; mientras tanto, todas las cosas de este nuestro mundo conocido, nacen del mundo de la Sabiduría, el último escalón del Infinito, la frontera del hombre, porque después viene el plano del poder y de la voluntad Divina, completamente oculto a los límites humanos.

En realidad, todo lo que existe y todas las cosas fueron y son permanentemente originadas en el mundo de la Sabiduría, no olvidando también que tales conceptos de bien o mal, son propios de los planos de lo efímero o finito, siendo desconocidos en los planos superiores.

La bajada de una fuerza sutil exige condiciones ideales en el plano donde ella pretende actuar, y cuanto más denso este plano tanto más la fuerza necesita revestirse de densidad o concretización. Tal vez ese sea el mayor obstáculo para que el hombre entienda el designio divino, cuyo entendimiento necesita pasar o descender al plano inmediatamente inferior y desde ahí, de plano en plano, hasta llegar al mundo de la materia donde el hombre actúa.

Esas dificultades se multiplican para todo aquél que tiene su consciencia centrada en el plano intelectual, cuyas característica obligan a pasar por la razón y por la lógica, y como el mundo sutil está por encima del plano mental y de la lógica, consecuentemente, el frío raciocinio no puede aprenderlo.

Las cosas del mundo sutil escapan a la lógica que domina el mundo en la actualidad, mientras la humanidad no esté en condiciones de entender que, por detrás de todas las cosas, existe una inteligencia viva que actúa, tendrá muchas dificultades para progresar en el camino de su crecimiento espiritual.

Mientras, es necesario tener cuidado en ese estadio, porque el deseo de entender la vida más allá de los sentidos físicos es lo que coloca al indivíduo en contacto con la fe, que muchas veces se pierde en los caminos de la devoción y del fanatismo. La alerta viene del gran Avatar del mundo cristiano, Jesús, cuando dice:"Sólo la verdad (el conocimiento) os hará libres," corroborando las profecías de los antiguos oráculos: "Hombres, conócete a tí mismo, por tí mismo." De cualquier forma, toda la cultura religiosa occidental legó a la generación actual un sentimiento muy fuerte de dualidad, donde las cosas son o no separadas y hasta antagónicas. Esto sólo es verdad hasta cierto punto, pero ahora es indispensable para nosotros repensar todo, equilibrando, armonizando y uniendo lo que está separado, porque este es el ideal y el camino a seguir.

No es cerrando las puertas al mundo material como el hombre va a conquistar su libertad, porque sería negar a la Madre y nadie puede negar a aquella que le dió o trajo la luz: el secreto está en la armonía y en el equilibrio. Sobre todos nosotros, mayormente en este final del milenio y ante una nueva era, pende más que nunca la Presencia mágica de la Inteligencia del Señor Avahé, la fuerza mercuriana del cuarto plano, liberando a los hombres hacia el camino de enmedio, el camino de la recta, el camino del centro.

 

I N T E R E S A N T E

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