MEDICINA NATURAL

Salvador Navarro Zamorano

OCTUBRE 2001 (2)

 

 

                                 NUEVAS ARMAS EN LA LUCHA CONTRA EL HERPES

          Aunque no es la cura definitiva para la enfermedad que aflige a millones de personas, ya se vende un medicamento que atenúa bastante las incomodidades causadas por el herpes.

          Las personas que sufren de herpes pueden encontrar en las farmacias un medicamento de acción probada contra el virus que lo causa. Se llama Zovirax y se basa en una substancia, aciclovir, componente antivírico comprobado en los Estados Unidos y Europa desde hace algún tiempo.

          El medicamento se presenta en ampollas y pomada, y es eficaz cuando se administra al notarse los primeros síntomas del herpes. Se ha demostrado el efecto positivo del Zovirax en casos graves de la enfermedad, en personas inmunodeficientes y en enfermades oftálmicas, a través de la pomada. Sin embargo, no ha sido demostrada su eficacia en la pomada genital.

          Es eficaz en épocas de crisis porque interfiere en el proceso reproductivo del virus, pero no lo cura. Curar significa la erradicación del agente infeccioso lo que aún no se ha conseguido, en el caso de herpes simple. Pero cuando las personas presienten que van a ser atacadas por una crisis (quien ya la ha sufrido sabe reconocer su aparición) pueden tomar el Zovirax y, con un 90% de seguridad, puede librarse de incómodas y dolorosas lesiones. O si el medicamento fuere suministrado cuando el proceso de herpes ya se ha desencadenado, probablemente reducirá la crisis, en intensidad y tiempo de permanencia del problema.

          Quien va a sufrir una crisis de herpes simple, siente una picazón  o hinchazón, quizá la piel ligeramente irritada en determinada zona, generalmente en los labios o en la zona genital. Es grande la cantidad de mujeres que próximas a tener crisis de herpes genital, sienten un dolor de cabeza específico.

          Después de uno o dos días, la zona presenta varias ampollas pequeñas, frágiles y dolorosas, llenas de un líquido transparente, que tarda hasta una semana para secarse. A lo máximo, el proceso, hasta la cicatrización de las heridas, se prolonga por un período de quince días.

          Se sabe que el herpes simple forma parte de una gran familia de herpes vírica. Los más conocidos son el E-B (Epstein-Barr) que lleva el nombre de su descubridor, y causa la mononucleosis; el virtus citomegálico, que afecta órganos como el hígado, el bazo y puede causar la muerte del feto en mujeres embarazadas; y dos virus del herpes: herpes simple del tipo 1, o HSV-1, que afecta predominantemente los labios, la mucosa de la boca, ojos y menos frecuentemente, manos, brazos y piernas, y el herpes simple del tipo 2 o HSV-2, cuyas principales manifestaciones ocurren en el área uro-genital. En las mujeres, alcanza el útero, la vulva, la vagina o la uretra, mientras que en los hombres, el pene y/o la uretra. La práctica médica ha encontrado tanto herpes vírica del tipo 1 en la región uro-genital como herpes vírica del tipo 2 en los labios, en parte debido a la práctica del sexo oral.

          Entre el 80 y el 90% de personas sexualmente activas, son portadores del herpes vírica simple (principalmente los que habitan en grandes ciudades), se haya manifestado o no la enfermedad.

          Es cierto que los virus se mantienen vivos hasta el fin de la vida de sus portadores, mientras no haya una droga capaz de erradicarlos.

 

          Aunque se estudie mucho la enfermedad, poco se ha avanzado en su eliminación, pues no tienen consideración prioritaria en el cuadro de la salud pública, ni existen estadísticas amplias con resultados fiables en términos de población. Solamente se sabe que la incidencia es grande, por la experiencia en hospitales, clínicas y consultorios.

          Por mecanismos variados, no bien conocidos, cuando el sistema inmunológico está con sus defensas bajas, el herpes vírico suele hacer su aparición. Por ejemplo, en tratamientos prolongados con antibióticos.

          Existen otras circunstancias que se relacionan con las bajas defensas del sistema inmunológico, como la neumonía, la tuberculosis, el sida, entre otras enfermedades infecciosas.

          Además de estas dolencias, existen mecanismos variables de persona a persona, que desencadenan crisis víricas en la piel: exposición prolongada al sol, procesos febriles, factores emocionales, stress, alimentación inadecuada, menstruación, cambios de temperatura corporal y de altitud entre otros.

          No se sabe exactamente como actúan los factores desencadenantes. Pero su conocimiento sirve para orientar a los pacientes, así como a evitarlos.

          El herpes labial, puede ser transmitido a través de una taza. Si un infectado deposita en ella el virus, existe el riesgo, pues no se sabe por cuanto tiempo ese virus resiste fuera del organismo.

          El herpes genital es transmitido durante las relaciones sexuales con portadores de la enfermedad. Es poco probable el contagio de cualquier otra forma. Otro dato importante: la transmisión ocurre cuando hay una lesión herpética activa. Algunos médicos creen que puede haber transmisión entre una recaída y otra, esto es, con las lesiones latentes.

          Cuando el virus entra en contacto con un traumatismo en la región genital, la crisis evoluciona rápida e intensamente. Por más normal que sea el acto sexual, siempre hay pequeñas lesiones. En el coito anal, la laceración o el desgarro suele ser más intensa. Si hay infección en el recto por el virus HSV-2, puede haber dolor en la evacuación, deseo permanente de defecar, todo en función de las heridas en las mucosas del ano. En tal caso, las lesiones tardan hasta semanas para desaparecer. Si, por acaso, la persona es portadora del virus del Sida, el herpes se extiende profundamente, pudiendo alcanzar las nalgas y rodillas, haciéndose crónico.

          Pero los médicos nos tranquilizan en cuanto a la incidencia de ataques frecuentes del herpes genital, pues algunas personas llegan a registrar hasta diez recaídas en un año. Ellas no significan que el indivíduo esté con las defensas bajas, sino que ofrece escasa resistencia al herpes simple.

           De cualquier forma es necesario tener la zona infectada limpia y seca, pues eso proporciona alivio. Conviene evitar el acto sexual durante los ataques, lo que reduce la proliferación del virus. Si fuera imposible, se recomienda el uso de preservativos.

                                                                                           Salvador Navarro Zamorano

                                                                                            Especialista en Homeopatía.

 

 

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