MEDICINA NATURAL Salvador Navarro Zamorano JUNIO 2001 (2) |
TRUCOS PARA DEJAR DE FUMAR
Nunca es tarde para liberarse del cigarro. El mal aliento, bronquitis y otras secuelas, son las consecuencias más serias causadas por el fumar.
¿Una, dos, tres veces tal vez? Es posible que ya hayas perdido la cuenta de las tentativas infructuosas para dejar el cigarro. Y es fácil entender por qué: se trata, de hecho, de una batalla difícil y desgastadora, pues el “enemigo” está en todos los rincones y no da tregua.
Pero, con todo, se puede vencer. El arma principal e imprescindible continúa siendo una vieja conocida tuya: la fuerza de voluntad. Sólo que esta vez vamos a tener varios trucos, todos aliados poderosos.
Son la manera más eficaz de dejar el cigarro, pero lo fundamental es que sean adoptados junto con la decisión de terminar con el tabaco. Por eso, sin perder un instante, vamos directos a ellos.
El punto de partida es concienciarse. Pon en una balanza los beneficios que vas a tener dejando del tabaco y el placer de fumar. Si el plato de la balanza se inclina hacia el lado del placer, espera un momento: procura informarte mejor de los efectos nocivos que tiene en tu salud el fumar y en la de las personas de tu familia. Pero, si el plato de la balanza se inclina hacia el de los beneficios que vas a ganar con dejarlo, estás bien consciente y en condiciones de comenzar tu batalla particular.
Hay personas que, a pesar del deseo de dejar el cigarrillo, necesitan de cierto empuje para decidirse. Algunos productos de venta en Farmacias, cumplen tal papel.
Estos remedios farmacéuticos, no tienen poder para que dejes de fumar, tanto que, gran parte de los fumadores vuelven a su viejo hábito. Pero te ayudan a iniciar el proceso y funcionan, cuando hay motivación. Pero, bajo ninguna hipótesis, pueden ser utilizados permanentemente, pues tal vez ocasionen algún riesgo a la salud. En cualquier caso, la consulta al médico ha de ser obligatoria.
Etapa siguiente: cuenta en casa, en el trabajo, y donde quiera que vayas, que has dejado de fumar. En tal caso, aprovecha la ocasión y pide a todos que:
Fumen lejos de ti.
No te ofrezcan cigarrillos.
Evita los juegos de palabras, como: “¿No sientes ganas?” “Mira que aroma tan bueno tiene”.
Cuando no puedas aguantar más, procura razonar.
Si tu pareja también fuma, ¿qué tal un acuerdo para dejar de fumar a la vez? Todo será más fácil. Si es imposible, negocien un acuerdo: el fumador no fumaría en casa y estimulará al otro para mantener su decisión de no fumar.
Intenta extender el acuerdo al lugar de trabajo, donde pueden haber otros fumadores. Además de haber menos polución, te estimulará a superar las tentaciones.
La mayoría de las veces tendrás que convivir con otros fumadores y luchar tú solo, pues no siempre hay cooperación. En este caso, procura mantenerte a distancia de los fumadores; cuanto menos estímulos negativos, menor tentación.
Es muy común a las personas que tratan con el público, aliviar las tensiones dejando un cigarrillo entre los dedos. Truco: tener en la mano un lápiz o bolígrafo, como si estuviese fumando. Otra sugestión es diseñar o emborronar alguna cosa; tales medidas ayudan a aliviar la ansiedad. Sacar el cenicero de la mesa, pues el olor puede doblegar la voluntad.
Limpiar los dientes con más frecuencia, es un aliado importante. La pasta refrescante, quita estímulo para fumar, pues el cigarro no cae bien después de la acción de la pasta dental en la boca. Otro beneficio: los dientes estarán más limpios, ya que el tabaco los amarillea.
Lava toda tu ropa. Motivo: por poco que fumes, queda impregnada del humo del tabaco y no es bueno para quien desea olvidar el cigarrillo. Traducido: vida nueva, ropa limpia (sin olor a tabaco).
Mucha agua, por dentro y por fuera. Principalmente en los primeros días, se ha de tomar bastante líquido, ya que la hidratación adecuada del organismo ayuda a eliminar el catarro existente en los pulmones de todo fumador. En ese sentido, será una buena medida tomar infusiones de melisa, camomila o hierba luisa; son calmantes y ayudan a aliviar la angustia inicial de la abstención. Baños tibios son aconsejables, ya que son relajantes.
¿Después de un café, acostumbras fumar? Evita beberlo y tienes que saber que el café en exceso, además de “pedir” un cigarrillo, irrita la mucosa gástrica, aumentando los latidos del corazón y es excitante. Vamos a sustituirlo por una infusión o un yogur. Detalle importante: al principio, en lo posible, procura evitar el alcohol; a veces “llama” al cigarrillo.
Ya que estás dispuesto a vencer al enemigo, cambia tus hábitos alimentarios. Prefiere comer frutas, verduras, legumbres, ensaladas y pescado blanco. El truco es saludable y evita la obesidad, problema frecuente en los que dejan el tabaco.
¿Es que dejar de fumar engorda? No es así. Al dejar el hábito, desarrollamos la tendencia al consumo de caramelos y chicles para “olvidar” el tabaco y satisfacer la necesidad oral que posee; segundo, la persona saborea mejor los alimentos, pues el paladar, alterado por el tabaco, vuelve a la normalidad.
Evita las comidas muy especiadas. Por razones que ignoro, los condimentos aumentan la voluntad de fumar.
Otro hábito que tal vez “pida” un cigarrillo, es quedarse sentado en la mesa después de haber comido. Así, en la primera semana, terminada la sobremesa, hemos de levantarnos y caminar.
Si tienes una vida sedentaria, comienza a practicar algún tipo de actividad física. Natación, paseos, gimnasia, tenis, yoga, etc. Al principio, tal vez sientas cierto cansancio debido a la falta de hábito y el organismo debilitado por el fumar. Pero no hay que desistir. Poco a poco saldrá la voluntad, y cuando vayas a colocar un cigarrillo en la boca, lo vas a pensar mucho. Cuando practicamos deportes no fumamos; los ejercicios mantienen la forma; el organismo funciona mejor, respiramos más libremente y nos aliviamos de las tensiones.
Prepárate para enfrentarte a las tentaciones. Habrá momentos de incontrolable voluntad de fumar. Resiste y rechaza la célebre tentación: “solamente un cigarrillo”. Debes saber que, después del primero vendrá otro y después más y . . . adios a los buenos deseos. Por eso, en la hora del “desespero”, todos los recursos son válidos. Truco: come una fruta; su frescor es incompatible con el cigarro. Caramelos y chicles también sirven, siempre que no tengas problemas de obesidad o diabetes.
No es solamente la salud quien pierde con el cigarrillo: la economía también. ¿Sabías que mensualmente quemas más o menos 10.000.- pesetas en tabaco? Guarda el dinero que gastabas diariamente con el cigarro; a final de mes, colócalo en una cartilla de ahorro o compra un regalo para la persona que quieras.
Otro truco excelente: participa de movimientos anti-tabaco: es un refuerzo constante a tu toma de decisión. Caso de que no existan en tu localidad, puedes crear uno con abstemios y ex – fumadores.
Finalmente, los puntos cruciales de esta cuestión: cuándo y cómo dejar de fumar. ¿Creíste lo íbamos a dejar a tu criterio? Te engañas. El consejo es apagar el cigarrillo que acabas de encender. Tira la cajetilla y comienza a poner en práctica los trucos aprendidos. Es la mejor manera de dejar el cigarro. Si es imposible, al menos disminuye drasticamente el número de cigarrillos diarios; pero no lo dejes para mañana, pues corres el riesgo de continuar aplazando indefinidamente la decisión.
Ahora una buena noticia para quien dejó de fumar en este momento: en dos o tres días comenzarán a surgir los resultados de esta batalla. Veamos algunos:
La ropa y tu persona tendrán un olor más agradable; además, el tiempo mostrará que el olor del tabaco no es tan bueno.
Aquella tos desagradable de las mañanas, lentamente estará en retirada.
El aliento también cambiará. Motivo: en general, el fumador tiene una inflamación crónica en la garganta, lo que a veces provoca mal aliento.
A medio y largo plazo, disminuyen los riesgos de infarto, enfisema, úlcera, arterioesclerosis, ciertos tipos de cáncer y complicaciones en una eventual cirugía.
Las mujeres tienen dos ventajas extras: se reduce la probabilidad de menopausia precoz, una de las consecuencias del tabaquismo; y la piel pierde la aspereza provocada por la acción vasoconstrictora de la nicotina, que impide una irrigación sanguínea adecuada.
No es eso solamente. Todo a tu alrededor, inclusive los niños, tendrán una vida más saludable. Está probado que los hijos de los fumadores son las mayores víctimas de la exposición pasiva al humo de los cigarrillos; entre otros problemas, en general tienen mayores probabilidades de infecciones respiratorias, como bronquitis y pneumonía, disminución de la capacidad funcional de los pulmones e incidencias de infecciones en las amigdalas.
Quiero decir, que a pesar de ser una batalla personal, todo el mundo gana con la victoria: la naturaleza, tú, la familia y los amigos. Estarás contribuyendo para que tus hijos no tengan que pasar por la misma lucha. Por tanto, vale la pena. ¡Lo conseguirás!
Salvador Navarro Zamorano
Especialista en Homeopatía.
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