ALCORAC

SALVADOR NAVARRO

 

 

                                                                                                      

Dirigida a las Escuelas de:

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                                                                     Circular nº  10. Año IV

                                                                     Llubí, 1º de Octubre de 1.998.

 

 

          Estimados lectores:

          Hace una docena de años tuve el placer de grabar unos poemas de un poeta mahometano-hindú, nacido en siglo XIV. Fue una agradable experiencia en la que tuvo un papel relevante la voz de mi amigo Antonio Coll, quién colaboró conmigo tanto con su actuación personal como con su experiencia técnica. Es un recuerdo que conservaré toda la vida.

          Hoy es un día en que he vuelto a recordar con nostalgia aquella época y volviendo mis pensamientos hacia ese espacio del tiempo he pensado si volvería a repetirlo, pero esta vez en una Circular. Pensarlo y comenzar a hacerlo ha sido todo una misma cosa. Te ofrezco este ramo fragante de poemas, imperecedero, eterno, porque forma parte de la Vida. Entra en la poesía y en su música y disfruta con ello.

          "A quién podré ir para tener noticias de mi Amado?

          Dice Kabir: "Así como nunca puedes encontrar el bosque

          si ignoras el árbol, a El nunca podrás encontrarle en los

          conceptos".

          ¡Oh Sadhu! en mi tierra no existe la tristeza.

          Yo clamo a todos, al rey y al mendigo, al emperador y al fakir.

          Aquel que busca refugio en el Ser Supremo, que venga y

          se quede en mi país.

          ¡Que los débiles vengan y descansen sus cargas aquí!

          Así que vive aquí, hermano mío, para que puedas

          cruzar con facilidad a la otra orilla.

          Es un país que no tiene ni tierra ni cielo, ni luna

          ni estrellas.

          Pues sólo el fulgor de la Verdad brilla en el Durbar

          de mi Señor.

          Dice Kabir: "¡Oh amado hermano! nada es esencial

          excepto la Verdad".

          El amor es el único milagro que existe. El amor es el camino del infierno hacia el cielo. Aprendiendo lo que es el amor, lo hemos aprendido todo. Perdiendo el amor, toda la vida está desperdiciada. Las personas que preguntan sobre Dios no lo están haciendo realmente, sino declarando con sus palabras que no han conocido lo que es el amor. Quién conoció el amor ha conocido al Amado; el amor es su conocimiento. Quién pregunta qué es la luz, está simplemente diciendo que es ciego.

          Nunca preguntes sobre Dios. Si no puedes verlo, eso demuestra que no tienes ojos para ver. Si no puedes escucharlo, demuestras que eres sordo. Si no lo puedes tocar, pruebas que no tienes ninguna sensibilidad en las manos. Dios no es el problema, porque El no está lejos: El está aquí y ahora. Todo lo que existe está en Dios y es Dios. Entonces, ¿cómo Dios puede ser el problema? Dios no es algo que ha de ser buscado: ¿dónde vas a buscarlo? Él está en todas partes; tú sólo tienes que aprender como abrir tus ojos al amor. Una vez que el amor penetra en tu corazón, Dios estará ahí. En la emoción del amor está el Amado: en la visión del amor está la visión de Dios.

          Por eso Dios es la única y verdadera alquimia interna: él transforma tu vida material en lo Divino. El es la única alquimia, pues transforma todo lo material en oro. Sin amor, la vida es un tiempo de color ceniza, sin colores, sin canciones, sin nada que celebrar. Sólo puedes esperar por la muerte para liberarte de la cruz que arrastras. El amor trae color a la vida, la ceniza se transforma en un arco iris, explota en mil colores. El amor transforma todo tu estado de ser, tu vida cambia. Nada puede verse desde fuera, pero cuando estás pleno de amor, tienes a tu disposición una vida totalmente diferente.

          Dios y el mundo no son dos cosas: son una sóla existencia. Hay sólo una vida que, vista sin amor, parece material. Dios, visto sin amor, te parecerá el mundo. Visto con amor, el mundo se transfigura, se vuelve divino.

          En esa visión hay música. Cuando el amor asoma, hay milagros. En la visión del amor hay música y, en los sonidos, un silencio lleno de luz. Es magia. Y toda la enseñanza de este Maestro es de amor. El corazón palpitando de amor, es como una flauta en los labios de Dios . . . y nace una canción. Esa canción es la alegría del espíritu.

          La religión no tiene nada que ver con las iglesias ni los rituales: ella nace cuando alguien siente que late el amor en su pecho. Cada indivíduo tiene que dar a luz una religión dentro de sí. Nada ganamos por pertenecer a una organización religiosa. Para ser religioso tienes que dar a luz en tu ser más profundo; cuando tu Ser religioso nacé ahí, en tu interior, entonces te llenas de fe. No eres cristiano, sino que Cristo ha nacido en ti.

          Ahora estás confuso, hay anarquía en tus pensamientos, sientes que corren en todas direcciones. Puedes angustiarte con facilidad. Cuando el amor llega, tienes un centro y todo entra en sintonía con ese punto. Eres como una orquesta interpretando una bella sinfonía. Esa melodía está en ti, la has traído a este mundo, pero aún no ha podido manifestarse, dejarse oír. El poeta te dice: "Manifiéstala, deja que tu amor se manifieste. En esa manifestación estará tu oración".

          Pero hay cosas fundamentales que hay que entender.

          En el Talmud, hay una bella historia. "Un pagano fue a ver a un místico judío y le pidió cínicamente: "Enséñame toda la Torah mientras estoy sobre un sólo pie". Este hombre excéptico había ido a otros místicos, que en verdad no debían serlo, sino teólogos o filósofos, eruditos. Todos ellos se negaron a responder. Dijeron: "Eso es imposible; la Torah exige años de estudio, toda una vida". Pero el místico judío le respondió inmediatamente: "No hagas a los demás lo que no quieras te sea hecho a ti. Esa es toda la Torah, el resto son comentarios".

          Amor es toda la Torah; el resto son comentarios. Y, ¿qué es el amor? No hagas a los demás aquello que no quieras te sea hecho a ti. Todo lo que quieras para ti, quiere para los otros también. Piensa en ti mismo como el centro de la existencia. No pienses en otros como separados: sólo tú eres. En el otro existe la misma vida, la misma canción esperando ser cantada, el mismo ansia de llegar a Dios, el mismo corazón palpitante, el mismo éxtasis.

          Ese amor está esperando en ti, pero tú puedes morir mientras él espera. El nacimiento está más allá de tu alcance. Tú nacistes y nadie te preguntó si lo querías, tu permiso; no te preguntaron ni dónde querías nacer, ni lo que deseabas ser. De repente, apareces tú, en medio de la vida. El nacimiento no fue escogido por ti, como tampoco la muerte. Un día morirás y no habrá aviso previo. Entre el nacimiento y la muerte existe apenas una cosa y esa sí que puedes hacer algo por ella: el amor.

          Las tres grandes cosas de la existencia, son: la vida, el amor y la muerte. La vida ya está presente. La muerte llegará, es seguro. Con el nacimiento damos el primer paso hacia la muerte. El día que nacimos ya fue hecha la mitad del camino; la otra mitad tendrá que esperar un poco más. Entonces sólo queda una cosa por hacer, que depende de ti, es el amor. Y, por depender de ti, existe toda la posibilidad de que puedas perder esa oportunidad.

          Esa es la agonía del amor: que puedes perderlo. Si no haces nada, si no estás despierto, si no vas conscientemente en esa dirección, puedes perderlo. Existe la posibilidad de que no seas capaz de despertarlo; ese es el miedo, la angustia, la ansiedad. ¿Seré capaz de hacerlo? ¿Podré fluir en el amor? Pero, al lado de esa agonía, existe el éxtasis de la libertad.

          A causa de esa liberación existe el miedo. Si el amor fuese predestinado, como la vida y la muerte, entonces no habría miedo, pero tampoco existiría el éxtasis, pues éste es posible cuando consigues algo, cuando escoges algo conscientemente, cuando no te sientes arrastrado. Esa es la belleza del amor y también el peligro.

          Veamos un poema de Rilke . . .

                    Yo soy la pausa entre dos notas

                    Que raramente entran en real armonía

                    Pues la nota de la muerte quiere dominar.

                    Ambas pueden ser reconciliadas,

                    Trémulamente, en el intervalo oscuro,

                    Y la canción permanece inmaculada.

          Esos versos tienen significado: "Yo soy la pausa entre dos notas ".

Muerte y nacimiento. Esas son las dos notas tocadas en tí por lo desconocido. Tú eres la pausa, el intervalo, el espacio entre el nacimiento y la muerte. Muy sutil.

          "Yo soy la pausa entre dos notas

          que raramente entran en real armonía . . . .

          Esto es muy raro. Sólo en un Cristo la muerte y la vida entran en real armonía . . .  y nace la canción. Es un raro fenómeno. Cuando la vida y la muerte entran en una armonía interna, el conflicto cesa, construyes un puente sobre el abismo, y las dos notas forman una canción que no será conflictiva, sino que cooperará.

          "Yo soy la pausa entre dos notas

          Que raramente entran en real armonía

          Pues la nota de la muerte tiende a dominar . . . .

          La vida ya está presente, ahora esperamos la muerte. Por eso, en la vida predomina la muerte, y todos buscan la seguridad. ¿Cómo evitar la muerte? ¿Cómo prolongar la vida un poco más? La muerte domina nuestra vida; de ahí el que demos importancia al dinero.

          Lo destacado del dinero es la importancia de la muerte, pues el dinero te da una falsa sensación de seguridad; tienes médicos y medicinas, una renta en el Banco, seguro de vida, amigos, una buena casa y, si te llega algún problema, estás protegido. Por eso nos obcecamos por el dinero; tener más, crear una Muralla de China de dinero, que te de vueltas, para que la muerte no pueda entrar.

          Pero nada puede detener la muerte. Tus esfuerzos para que ella se detenga, destruye la oportunidad que podría ser una gran experiencia: el florecer del amor. Existen dos tipos de personas: el que se guía por la muerte y el que se orienta por el amor. La vida ya hizo acto de presencia.

          "Yo soy la pausa entre dos notas

          Que raramente entran en armonía

          Pues la nota de la muerte tiende a dominar.

          Ambas podrían ser reconciliadas,

          Trémulamente, en el intervalo oscuro . . . . "

          El intervalo oscuro es el amor, donde la muerte y la vida se encuentran, se abrazan, llegan al orgasmo. Por eso hay tanta atracción por el amor, porque es vida . . . . y miedo, pues también es muerte. Cuando haces el amor con una mujer o con un hombre, nunca se va a fondo en esto. Vas hasta el punto que es vida, y entonces comienzas a dudar y no sigues adelante, pues la muerte está más allá. Es la pausa entre dos notas, es la oscuridad, un intervalo oscuro entre las dos.

          ¿Por qué el poeta dice que es oscuro? El amor es oscuridad. No es una coincidencia el hecho de que las personas escojan la noche para hacer el amor; existe afinidad entre el amor y la noche. Hacer el acto sexual a plena luz del día parece un poco vulgar y hasta feo. Hacerlo en un mercado, donde todos nos ven, es deshonesto. Es necesaria la intimidad, y la oscuridad te da una absoluta intimidad, pues no puedes ver a la persona que amas ni ella verte a ti. Quedas completamente solo y el otro no interfiere en absoluto.

          El amor tiene una cualidad de oscuridad en sí, porque tiene profundidad. La oscuridad es siempre profunda, y la luz es más lineal. Aunque haya mucha luz, ella es siempre horizontal. El día es superficial y la noche es profunda, infinita. El amor es como la oscuridad. . . . descanso profundo . . . . como caer en un abismo. La muerte también es oscura, como el amor. Hay afinidad entre el amor y la muerte.

          Muchas personas me preguntan por qué hay tanto miedo al amor, por qué lo desean tanto y cuando llega, quedan paralizadas. Eso acontece porque el amor es mitad vida y mitad muerte; ese es el dilema. Es la pausa entre dos notas.

          Vivimos en el amor, y también morimos. O mejor, morimos en el amor y, por eso, vivimos. Una crucifixión es una resurrección.

          "Y la canción permanece inmaculada".

          Si no conoces el amor no conocerás la melodía. Es el encuentro orgásmico entre la vida y la muerte. Si no conoces el amor, lo habrás perdido todo.  Has perdido el intervalo.

          Para alcanzar ese punto hay cuatro cosas que recordar. La primera es: hay que estar aquí y ahora, pues el amor sólo es posible en este punto. No puedes amar en el pasado. Muchas personas viven en la memoria, en el día que amaron. Otras aman en el futuro; eso tampoco se puede hacer. Son maneras de evitar el amor. El amor es posible en el presente, pues sólo en ese momento la vida y la muerte se encuentran . . . . en ese oscuro intervalo dentro de ti. El amor nunca es pasado y nunca es futuro.

          Si piensas mucho, y pensar es siempre pasado o futuro, tus energías se desviarán del sentimiento. Sentir es estar aquí y ahora. Si tus energías van hacia la mente, el amor no será posible.

          El segundo paso es: aprender a transformar tus venenos en miel. Muchas personas aman, pero es un amor contaminado por venenos: odio, celos, posesividad . . . . millares de venenos envuelven tu amor. El amor es una cosa delicada. ¿Cómo puede sobrevivir junto al odio, los celos, la posesividad?

          Primero, las personas están en sus cabezas y olvidan el corazón, la mayoría. La minoría viven un poco en el corazón, pero cometen otro error: la pequeña luz del amor es soplada por los celos, el odio. Y todo se vuelve amargo. Ya dije al principio que el amor es como una pendiente entre el infierno y el cielo, con dos direcciones: hacia arriba y hacia abajo. Si hay venenos, la dirección es hacia abajo. Así, en vez de canciones, hay ruidos sin armonía. Puedes estar en la pendiente de la locura.

          Entonces hemos de recordar: aprender a transformar los venenos en miel. ¿Cómo? Hay un proceso simple. Cuando llegue la rabia, no hagas nada; te sientas en silencio y observa. Ni en contra ni a favor. No reprimas ni cooperes. Deja que pase. No hagas nada en el momento de la rabia y quedarás sorprendido. Comprenderás que, si esperas lo suficiente, la rabia se volverá compasión. Es una rueda que se mueve por sí sola, pero tú tienes prisas. Así como la noche se vuelve día, la rabia se vuelve compasión, si esperas un poco. Es la misma energía, sólo necesitas paciencia.

          Nunca hagas nada cuando el veneno esté en ti: espera. Es una ley básica de la vida: todo vuelve a su opuesto, continuamente. Lo bueno se transforma en malo y lo malo se polariza en lo bueno. Si actúas antes de tiempo, crearás una reacción en cadena y entrarás en el karma. Este es el significado de alcanzar el karma. Hacer algo en un momento negativo y entrar en la cadena, en la rueda de la vida. La negatividad crea más negatividad. Y las personas se enredan, unas con otras, vida tras vida.

          El tercer punto, es: compartir. Siempre que estés negativo, queda silencioso. Siempre que estés positivo, comparte. Normalmente, las personas comparten sus negatividades y no sus alegrías. La humanidad es estúpida. Cuando somos felices, no queremos compartir; al contrario, nos portamos miserablemente. Cuando nos sentimos infelices, somos pródigos y compartimos con todos. Cuando sonreímos, somos económicos y preferimos la media sonrisa. Pero, si estamos rabiosos, quedamos totalmente furiosos. El tercer paso es compartir lo positivo; eso hará que el amor fluya como un río que brota de tu corazón.

          Decía un poeta argentino . . . .

          Da aquello que es sagrado a los perros

          Arroja perlas a los cerdos

          Pues lo que importa es dar.

          Habrás oído todo lo contrario. Lo importante no es lo que estás dando: perlas, santidad, amor, ni quién está dando; eso no es importante. Lo que importa es que tú estés dando. Cuando tengas, da.

          Decía Gurdjieff: "Todo lo que guardé lo perdí, y todo lo que dí, es mío".  Eso es verdad: tienes solamente aquello que has compartido. Sólo tienes amor en la medida que lo compartes. El amor no es una propiedad para guardar: es un brillo, una fragancia a compartir. Cuanto más das más tienes. Cuanto más compartes, más estará brotando de tu interior, que es infinito.

          Guardar envenena el corazón. Todo lo que se acumula es venenoso. Si compartes, tu organismo se verá libre de venenos. Y cuando des no te importe si hay o no respuesta. Ni esperes el agradecimiento. Siente gratitud por la persona que permitió que tú compartieras algo con ella. No esperes nada; no quieras que el otro se sienta agradecido. Siente tú el agradecimiento porque él estaba preparado para escucharte, para repartir alguna energía contigo . . . . para oír tu canción . . .  y por no haber rechazado lo que le dabas.

          Compartir es una de las virtudes más espirituales.

          Y el cuarto paso es: sé nada. Cuando piensas que eres alguien, el amor deja de fluir. El amor fluye cuando piensas que eres nada. El amor habita en la nada. Cuando estás vacío el amor te puede llenar. Cuando estás lleno de ego, el amor desaparece. Ego y amor no pueden estar juntos. El amor existe con Dios, pero no con el ego, porque Dios es amor y el amor es Dios. Ese es el significado de ser humilde. Dice Jesús: "Bienaventurado los humildes, pues de ellos es el Reino de Dios".

          Después de estos cuatro pasos, será más fácil comprender al poeta. Primero:

                    "Con quién iré a aprender sobre mi Amado?

                    De la misma forma que no puedes nunca encontrar

                    el bosque si ignoras el árbol,

                    así también El nunca puede ser encontrado en

          Este es un verso muy significativo, de mucho valor. Yo encuentro personas que dicen que aman a la humanidad, pero que nunca han sentido amor por un ser humano.. La humanidad es una abstracción. ¿Cómo puedes amar a la humanidad? ¿Dónde encontrarás a la humanidad? ¿Cómo abrazar o besar a la humanidad? No: esos son trucos mentales. Siempre que tú encuentras a alguien, encuentras a un ser humano.

          La humanidad no existe en ningún lugar; sólo hay seres humanos. La humanidad es una abstracción, una idea para filósofos. Pero es una idea muy astuta; puedes evitar a los seres humanos en nombre de la humanidad; puedes matar seres humanos en nombre de la humanidad. Eso han dicho todos los políticos del mundo. Son ideas miserables.

          "De la misma forma que nunca puedes encontrar el bosque

          si ignoras al árbol . . . "

          El bosque no existe: es una palabra. Lo que existe es el árbol. Arboles, árboles y más árboles. Si comienzas a buscar el bosque e ignoras los árboles, nunca lo encontrarás. Tal vez sea por eso que las personas buscan a Dios y nunca lo encuentran. Buscan una abstracción. Dios es como un bosque: tú encuentras un árbol, una piedra, un hombre, una mujer, un perro, una estrella, esas cosas puedes encontrarlas, pero a Dios no lo encontrarás en ningún lugar. Dios es el nombre de la totalidad. El existe en esas cosas particulares, no tiene existencia en otro lugar.

          El poeta dice algo importante. Las personas preguntan: "¿dónde está Dios?" En medio del bosque, preguntan: "Dónde está el bosque?" Si les dijeras que el bosque está a su alrededor, te dirían: "Esto es un pino, esto es una encina, pero dónde está el bosque?" Y esas personas enloquecen y nunca encontrarán lo que buscan. Negando al árbol, no existe el bosque. El bosque existe en el pino, en el roble, en el cedro; se manifiesta en millares de formas. El bosque es una generalidad, una abstracción.

          Encuentra lo particular y olvida lo general. Esa es la diferencia entre religión verdadera y falsa. La religión falsa se dedica a las abstracciones, y la verdadera a las cosas particulares. Ama a los hombres, a los animales, a las plantas, a las estrellas . . . . No preguntes por Dios, y tú Lo encontrarás.

          Amando a una persona percibirás que ella no es sólo un cuerpo, ni una mente; algo trascendental está detrás, escondido. La mujer, el hombre, el niño, es una ventana para Dios.

          Ama lo particular, lo concreto, lo real, y podrás ver lo que las personas mal intencionadas han hecho en nombre de las abstracciones. Cristianos luchando contra árabes, musulmanes luchando contra hindúes, y si preguntaras, "¿por qué?" te dirían: "en nombre de Dios". El dios árabe es una abstracción, así como el cristiano o el hindú. En nombre de falsas ideas matamos personas reales.

          Ese no es el camino. Encontramos al Amado, amando. Voy a comenzar a amar y, a través del amor la definición de Dios vendrá a mi. Comenzar a amar: ese es el camino del corazón. El camino de la mente es seguir pensando.

          ¡Oh Saduh! En mi tierra no existe la tristeza.

          El amor no sabe lo que es tristeza. Si estás triste no conoces el amor. ¿Cómo el amor conoce la tristeza? Es imposible, porque el amor es una trascendencia de la vida y de la muerte; va más allá de ambas. Es la pausa entre dos notas. Es más alto que la vida y la muerte. Es una pausa, un silencio . . . . ¿Cómo puede haber tristeza?

          ¡Oh Sadhu! En mi tierra no existe la tristeza.

          Yo clamo a todos, al rey y al mendigo

          al emperador y al fakir.

          Aquél que busca refugio en el Ser Supremo

          que venga y quede en mi país . . . .

          Dice el poeta: Vengan todos a la tierra del amor. No queden luchando por doctrinas, dogmas. No queden presos a las minucias; no pierdan tiempo. Yo llegué y declaro a todos, reyes y mendigos, emperadores y faquires: ¡VENGAN A MI TIERRA!

          "Vengan a mi los que estén fatigados y cansados que los haré descansar", decía Jesús.

          Sólo el amor puede ser el descanso y el refugio. Todo lo que encuentres que no sea amor, traerá nuevas tensiones y cargas.

          Solamente con el amor las cargas desaparecen. ¿Cuál es, en verdad, la carga básica? Es la del ego: yo soy; este es el peso básico. Todos los demás se acumulan sobre este centro. Yo soy, es el centro y debe ser destruido. El amor te hace nadie, destruye tu ego, y tendrás una nueva vida, una vida sin ego, una vida simple, humilde, una vida donde Dios puede vivir a través de ti. Serás como una caña hueca y Su música fluirá a través de ti. Ya no eres un obstáculo, pues tú no estás más.

          ¿Has observado que cuanto mayor es tu ego más tristeza crea? Ella te machaca, es como una herida. Cuanto menos ego, menos herida. Cuando no hay ego, no hay herida. Aunque te insulten, no te sientes aludido, pues tú no existes. El insulto te alcanza cuando la herida existe; eres derrotado porque querías ser victorioso. Si el ego no existe, ¿cuál es la diferencia entre victoria y derrota? ¿Cuál es la diferencia entre éxito y fracaso?

          Todas las distinciones las crea el ego. Cuando él está satisfecho, hay victoria. Cuando está insatisfecho, hay fracaso. Cuando no hay ego, tú simplemente vives y esa vida es religiosa.

          "Así que vive aquí, hermano mío, para que puedas

          cruzar con facilidad a la otra orilla".

          Puedes vivir de dos maneras: vivir de tal modo que sea tan pesada esta orilla, que el viaje hacia la otra sea una idea temible. O, vivir levemente . . . . . y así, cuando llegue el día de ir al otro margen, simplemente darás un salto y comenzarás a andar.

          Vive aquí de tal manera que nada sea importante, nada te obceque. Es bueno vivir en una casa, pero si llega el momento de dejarla, debes ser capaz de salir sin mirar hacia atrás. Vive con las personas, pero si alguien muere, debes ser capaz de decirle adios silenciosamente, con amor, sin quejas. Vive de tal manera que no quedes preso a nada.

          Y esa otra orilla no está lejana; ella te envuelve por todos lados. Si vives correctamente, en un espacio de veinticuatro horas atravesarás muchas veces de una orilla a otra. Dios penetrará en ti. Muchas veces estarás, de repente, en el otro margen. No está lejos, está siempre aquí. Es una cualidad de tu consciencia, de tu comprensión, de tu meditación.

          Vive en el mundo pero no permitas que el mundo viva en ti. Entonces estarás sólo, aunque la multitud te rodee, y aún así verás la otra orilla. Es tan fácil como respirar, pero el arte tiene que ser aprendido. Ama, pero no permitas que el amor se vuelva lujuria. Ama, pero no dejes que tu amor sea apego, dependencia, esclavitud, deber. Entonces no habrá más miedo. Amando podrás atravesar hacia la otra orilla sin ninguna dificultad.

          Usa el dinero, pero no seas maniático con él. No te digo que huyas del dinero, ni de tu esposa o esposo, ni de tus hijos. No te estoy enseñando ninguna tontería de esas. No estoy a favor de eso. Soy positivo con respecto a la vida. Cualquiera que conozca a Dios estará a favor de la vida, pues la vida es Dios. Si huyes de la vida, estarás huyendo de Dios, huyendo de la oportunidad de encontrarlo. En vez de poner tu esfuerzo en huir, ponlo en ser más consciente. Esa es la verdadera fuga; sin escapar de ningún lugar, crearás un espacio en tu corazón . . .  y comenzarás a vivir allí.

          Y la otra orilla estará al lado. Siempre que quieras, es sólo ir . . . y podrás beber de Dios cuantas veces quieras. Mirando una flor puedes beberlo . . . . y la otra orilla se abre. Es una visión; no es algo material. Mirando una rosa, silenciosamente, amorosamente, sin ninguna verbalización interna, en un silencio total, surge la visión. La flor desaparece, tú desapareces, y Dios se hace presente. Al desaparecer el sujeto y el objeto, surge el intervalo, el espacio vacío. Entre dos notas, la pausa . . . . y de repente estás en el otro margen.

          Así que vive aquí, hermano mío, para que puedas

          cruzar con facilidad a la otra orilla.

          Es un país que no tiene ni tierra ni cielo, ni luna

          ni estrellas.

          Pues sólo el fulgor de la Verdad brilla en las salas de mi Señor.

          No hay tierra ni cielo; es una dimensión espiritual. No hay nada, ni aún tú.

          "Sólo el fulgor de la Verdad . . . "       Sólo la Verdad está en la otra orilla, ni el que la busca, ni lo buscado, ni el observador, ni lo observado, ni la materia, ni la consciencia, solamente la verdad, la suprema ciencia. Y tú serás uno con ella; no estás separado de ella; eres parte de esa divina canción.

          ¡Oh! Amado hermano,

          nada es esencial excepto la Verdad.

          Busca, intenta saber lo que es la verdad; ella no está en la abstracción, ni en los libros, ni puede ser encontrada en los diálogos de los teólogos. La verdad está aquí y ahora. La verdad es: tú has de estar disponible para ella. La verdad está en la apertura de tu corazón; el amor es un puente entre tú y la verdad.

          Ahora estás intentando vivir con el mundo, con el puente del ego. Recuerda: el ego separa y el amor une. El amor es la única unión. El ego te vuelve una isla, apartado de todo. Mira la ironía: primero cultivas el ego y después dices que te sientes muy solitario. El ego te hace sentir solo, hace de ti una pequeña isla. Ama . . .  y nuevamente serás un continente. El amor es un puente entre tú y aquello que es.

          El poeta canta la canción del amor. Dice: A través del amor alcanzarás la pausa entre las dos notas . . . . donde la melodía divina continúa . . . . donde Dios está tocando. Y eso está muy cerca. Ahora, en este exacto momento, eso te está rodeando. Está a tu alcance, es sólo estirar las manos, teniendo un poco más de comprensión, de consciencia. Vive conscientemente. Deja que esos cuatro pasos sean toda tu religión, todo lo demás es comentario.

          Estar aquí y ahora . . . . en este momento. ¿Ves la belleza de esto? La bendición está aquí, Dios está aquí. Cuando estás en silencio, El te habla; cuando estás escuchando, El te canta.

          Y aprendes a transformar tus venenos en miel, para que todas las barreras sean destruidas.

          Comienza compartiendo; todo lo que tengas, compártelo. Comparte tu belleza, tus canciones, tu vida. Al compartir, te estarás enriqueciendo. No guardes. Desde que comiences a guardar, estás yendo  contra Dios e intentando depender sólo de ti mismo; pierdes confianza en la vida. Da. Así como la vida te da, da tú también, que más te será dado

          Sé nada. La nada es la fuente de todo, la fuente del infinito . . . nada es Dios. En la India, nada significa el Nirvana. Si eres nada, alcanzas el todo. Si eres alguien, estarás perdiendo; siendo nada, llegarás a casa

          Este es el canto del poeta. Medita en sus palabras, presta atención a lo que te dice. Es un hombre muy sencillo, sin cultura; todo lo que dice nace de su experiencia. El no conoce nada sobre los Vedas, ni sobre el Corán o sobre la Biblia. No es un teórico, ni un filósofo: es un poeta. Un poeta místico. La diferencia es que el poeta tiene, algunas veces, vislumbres de Dios, y luego vuelve hacia atrás; el poeta tiene raros momentos de vuelo hacia la eternidad.

          Si alguna vez vas a ver a un poeta, quedarás frustrado. Encontrarás a un hombre común, más común que las personas comunes. Podrás hasta encontrar fealdad y él habla de cosas maravillosas. O encontrarás a una persona vulgar, y su poesía ¡es tan espiritual! Si amas la poesía, olvida al poeta, no vayas a verlo. Pues él da saltos y en raros momentos de percepción, vuela muy alto, tiene visiones . . . . y después se cierra nuevamente, volviendo a ser un hombre corriente.

          Esa es la diferencia entre un poeta y un poeta místico. El poeta místico ya ha llegado. No es un vuelo de la imaginación, no es una visión fugaz, sino que es su propia vida. Él respira a Dios, vive en Dios, vive como Dios, el es Dios. Por eso, cuando dice algo, no es accidental; lo que dice viene de su ser más profundo

          Escucha esta melodía y canta su canción y, si has comprendido, queda más consciente. Y no quieras encontrar el bosque. Existen sólo árboles. Humanidad, bosque, son abstracciones. No hay un Dios en el cielo; hay dioses y diosas; el dios árbol, la diosa piedra, el dios río, el dios hombre, la diosa mujer; existen dioses.

          Toda la existencia es divina. Ama los árboles, si quieres conocer algo sobre el bosque. Ama a las personas, si quieres conocer algo sobre Dios. Cada manifestación particular puede ser una ventana, una puerta. No quedes obcecado por las palabras: la palabra "Dios" no es Dios, la palabra "amor" no es amor, la palabra "fuego" no es el fuego. Abandona las palabras, y camina cada vez más en dirección a la vida.

          Siente mas, en vez de pensar tanto. A través del sentimiento, tu oración nacerá . . . .  y un día te disolverás. Y cuando te diluyas, Dios estará en tu presencia.

Y termino con un verso del poema "Saludo" de un poeta de Gran Canaria, al que llevo en un rincón del alma:

          "Yo, poeta, declaro que en el duro camino

          del tiempo en el poeta se halla siempre un hermano.

          Yo, poeta, declaro que el poeta es humano,

          aunque a veces nos haga presentir lo divino.       

                                                                                         Agustín Millares S.

 

 

 

I N T E R E S A N T E

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         Salvador Navarro Zamorano

         Madre de Dios de la Nieve nº 8

BUNYOLA  (Mallorca).

         Teléfono y Fax: 971: 61 33 92

         E-mail: snz2111@yahoo.es

           Página web: Salvador Navarro Zamorano

 

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LIBROS ON LINE

Salvador Navarro Zamorano

 

 

 

Integración y Evolución

Enseñanza de Jesús de Nazareth y Grandes Religiones

Aforismos

Reflexiones

Segundo Nacimiento

Kábala

PROSAS LIBRES

Aforismos (LIBRO COMPLETO)

El Templo de la Luz

Rumbo a la Eternidad

La Busqueda del Ser

Una Escuela de Misterios

 

 

 

Enlaces de Interés

 

 

Revista Alcorac

Fuego Cósmico

Entrevista con las hadas

La Cueva de los Cuentos

Diccionario Esotérico

Filosofia del Arte

Como ser Don Quijote en el siglo XXI

CUENTOS DE ALMAS Y AMOR

NUEVA NARRATIVA

MONÓLOGO DE UN HOMBRE DIOS

DESECHOS URBANOS

EL CAMINO DEL MAGO

CRÓNICAS

REFLEXIONES_LIBRO

MANUAL DEL MAESTRO

HOMBRES Y DIOSES

LOS BUSCADORS DE LA VERDAD

NUEVA NARRATIVA 2

ORBISALBUM

 

 

 

 

 

 

OBRA LITERARIA DE D. SALVADOR NAVARRO ZAMORANO

 

Entre el silencio y los sueños

(poemas)

Cuando aún es la noche

(poemas)

Isla sonora

(poemas)

Sexo. La energía básica 

(ensayo)

El sermón de la montaña

(espiritualismo)

Integración y evolución

(didáctico)

33 meditaciones en Cristo 

(mística)

Rumbo a la Eternidad 

(esotérico)

La búsqueda del Ser

(esotérico)

El cuerpo de Luz 

(esotérico)

Los arcanos menores del Tarot 

(cartomancia)

Eva. Desnudo de un mito

(ensayo)

Tres estudios de mujer

(psicológico)

Misterios revelados de la Kábala 

(mística)

Los 32 Caminos del Árbol de la Vida

(mística)

Reflexiones. La vida y los sueños  

(ensayo)

Enseñanzas de un Maestro ignorado

(ensayo)

Proceso a la espiritualidad

(ensayo)

Manual del discípulo 

(didáctico)

Seducción y otros ensayos

(ensayos)

Experiencias de amor

(místico)

Las estaciones del amor

(filosófico)

Sobre la vida y la muerte

(filosófico)

Prosas últimas  

(pensamientos en prosa)

Aforismos místicos y literarios

(aforismos)

Lecciones de una Escuela de Misterios

(didáctico)

Monólogo de un hombre-dios

(ensayo)

Cuentos de almas y amor

(cuentos)

Nueva Narrativa (Narraciones y poemas)
Desechos Urbanos (Narraciones )
Ensayo para una sola voz VOL 1 (Ensayo )
En el principio fue la magia VOL 2 (Ensayo )
La puerta de los dioses VOL3 (Ensayo )
La memoria del tiempo (Narraciones )
El camino del Mago (Ensayo )
Crónicas (Ensayo )
Hombres y Dioses Egipto (Ensayo)
Hombres y Dioses Mediterráneo (Ensayo)
El libro del Maestro (Ensayo)
Los Buscadores de la Verdad (Ensayo)
Nueva Narrativa Vol. 2 (Narraciones)
Lecciones de cosas (Ensayo)
   

 

 

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MAESTRO TIBETANO

 

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