| MEDICINA NATURAL Salvador Navarro Zamorano OCTUBRE 2001 (1) |
M I S C E L Á N E A
DESMAYOS SIN CAUSA APARENTE
A veces, vamos andando al lado de un amigo y, de repente, él se desmaya sin motivos aparentes. Vamos a ver qué puede haber causado el síncope:
Hipoglucemia.- Es la falta de azúcar en la circulación sanguínea; causas posibles: ayuno o diabetes.
Hipotensión arterial.- A veces está unida a un excesivo calor, causa mareos, náuseas y vértigo. Un poco de sal bajo la lengua hará que este amigo se sienta mejor.
Hipertensión.- Accidentes vasculares cerebrales, disminución o falta de circulación cerebral.
Arritmias cardíacas.- Eventualmente, producen un síndrome llamado de Stock-Adams, que es el bajo suministro de sangre al cerebro.
Existen tres circunstancias que pueden ocasionar un desfallecimiento: como problemas en el laberinto auricular o fenómeno vertíbulo-coclear; stress, generalmente en casos de tristeza o choques emocionales; la existencia de un componente histérico muy exacerbado.
En cualquier caso, la primera providencia a tomar es colocar al paciente en la posición de cúbito supino, la cabeza por debajo del nivel del cuerpo, para que la circulación y por tanto la oxigenación cerebral, se intensifique.
YERSIN Y LA PESTE BUBÓNICA
En apenas tres semanas un hombre introvertido, inaccesible y extraño, descubrió el virus de la peste bubónica. Trabajando sin apenas medios y exponiéndose a la enfermedad, el médico y científico suizo Alexandre Yersin (1.863-1.943) cambió la historia dela humanidad.
Aunque acostumbrado a trabajar en Indochina enfrentándose a la peste, se asustó al llegar a Hong Kong en 1.894. En el auge de una epidemia, la ciudad exponía sus cadáveres en naves enteras, quemándolos como medida profiláctica. Decidido a encontrar una cura para tal epidemia, comenzó a investigar en solitario, en una casa de bambú, pues no tenía acceso al hospital de la ciudad, reservado al doctor Kitasato, médico japonés a quien no gustaba la presencia de Yersin. Después de buscar en los “bubones” de las víctimas de la peste (ganglios infectados) encontró en ellos las mismas bacterias o pequeños bastones de extremedidades redondeadas que se coloreaban como gencianas, como así los describió. Inoculadas con estos microorganismos, las cobayas mueren en un máximo de seis días.
Yersin, después de confirmar su descubrimiento, escribió sobre la enfermedad en los “Anales del Instituto Pasteur” en septiembre de 1.984. Seguidamente, aisló el microbio, fabricando un suero, una especie de vacuna preventiva hecha con bacterias vivas pero debilitadas.
BRUNO: un genio en la hoguera
Filósofo y profesor italiano, Giordano Bruno nació en Nápoles en 1.548 y murió quemado por la Inquisición, acusado de herejía, en 1.600. La condena se efectuó porque, en sus escritos, Bruno afirmaba no creer que hubiese división entre la vida humana y la divina “pues el cosmos se constituyó de un solo tipo de materia”.
Al colocar en dudas al dogma, el científico fue obligado por la Iglesia a optar entre dos alternativas: reconocer sus errores y retractarse o reafirmarlos. En el caso de la segunda opción, que escogió altivamente, su destino sería la hoguera. Y, como una pena extra, le cortaron la lengua.
Giordano Bruno entró en la orden de los dominicos a los 17 años y fue ordenado sacerdote, recibiendo en 1.575 el grado de doctor en Teología. Cuando, por sus ideas “subversivas”, tuvo que abandonar la orden huyó al norte de Italia. Dio lecciones en Suiza, Francia, Alemania e Inglaterra. Al regresar a Venecia el Santo Oficio lo detuvo y, después de siete años de prisión, lo condenó a muerte.
Salvador Navarro Zamorano
Especialista en Homeopatía
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