MEDICINA NATURAL Salvador Navarro Zamorano LAS HORMONAS |
LAS H O R M O N A S
Vamos a imaginar un barrio donde las luces se van apagando poco a poco, incluso las farolas de la calle. La oscuridad va aumentando hasta ser difícil identificar el camino y las personas que pasan. Después de un tiempo, no se ve en absoluto, no hay manera de localizar nada ni orientarse. Eso es más o menos lo que ocurre en el cerebro de un enfermo del mal de Alzheimer. Las neuronas, como las lámparas, van muriendo. Y la persona tiene problemas para reconocer amigos, recordar lugares y realizar tareas simples. No se sabe cuales son las causas del mal, pero las investigaciones médicas siguen avanzando. Las principales pistas para descifrar el misterio son dos sustancias encontradas en la masa cenicienta de quien tiene la enfermedad: las placas TAU y las proteínas beta-amilóides. La mayor esperanza es una vacuna que se propone atacar este mal.
La vacuna contra el mal de Alzheimer ha sido presentada en una Conferencia mundial sobre el tema realizada en Washington en el mes de Julio de 2.000, ha sido experimentada en ratones. En los animales más viejos y enfermos sus efectos fueron disminuir la suma de beta-amilóides defectuosos sobre las neuronas.
En animales jóvenes, modificados genéticamente para desarrollar la enfermedad en el futuro, los anticuerpos del inmunizante evitaron que tales proteínas hicieran su aparición. Una victoria, si las pruebas con seres humanos, que están comenzando, confirmaran la eficacia.
Los médicos han comprobado que esta droga disminuye la velocidad en la progresión de la enfermedad, lo que antes no estaba comprobado.
Estos medicamentos actúan de forma diferente del inmunizante, o sea, no impiden mayores estragos en el cerebro, sino que los esquiva. ¿Cómo? Intentando mejorar y mantener activa la comunicación de las neuronas que han sobrevivido, actuando en los neurotransmisores, sustancia que participan en las conexiones nerviosas.
Hay varios componentes capaces de provocar la decadencia de las neuronas. Entre ellos, el más fuerte es el envejecimiento. La predisposición genética también contribuye. Se sugiere que el medio ambiente tiene gran influencia. Fueron examinados 350 voluntarios de edad avanzada, sin señales de enfermedad nerviosa alguna. Entre ellos, nativos del Japón y Alemania. Los alemanes que viven en zonas muy industrializadas iniciaron la degeneración de las células con más prontitud. Atención: eso no indica Alzheimer en sí, pero puede ser su detonador. En segundo lugar, vienen los japoneses y, por último, habitantes de zonas poco industrializadas, como el sur de Italia. O sea, que aspectos como la polución ambiental y la presión social también serían parte del disparo para padecer el Alzheimer.
No hay un examen clínico que detecte el mal con exactitud. Se debe investigar los fallos de memoria y otros rastros de la enfermedad. Los pequeños olvidos no significa que se padezca del mal, siempre que no sean frecuentes y tengan que ver con cosas que se acostumbran a hacer diariamente.
Existen ciertos cuidados que ayudan a la prevención. Los alimentos con vitamina E, por ejemplo, pueden retardar el envejecimientos de las neuronas. Otro dato es mantener en funcionamiento la actividad intelectual, porque aumenta las conexiones entre las células nerviosas. Y, cuanto mayor es la cantidad de neuronas comunicándose, más largo será el camino para que se instale el Alzheimer.
Salvador Navarro Zamorano
Especialista en Homeopatía.
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