MEDICINA NATURAL

Salvador Navarro Zamorano

DICIEMBRE 2001

 

 

                                            UNA NUEVA MANERA DE TRATAR LA JAQUECA

          ¿Los alimentos pueden dar dolor de cabeza? El éxito en la cura de una paciente  sugiere que la respuesta debe ser sí.

          La enferma es una mujer de 24 años. Al iniciar la consulta, ella dice: “Soy portadora de jaqueca desde hace varios años. Ya hice diversos tratamientos que me ayudaron, pero nunca alcancé un alivio permanente. Desde hace un tiempo las crisis dolorosas se han vuelto intensas y frecuentes”.

          “La jaqueca siempre comienza por el lado izquierdo de la cabeza, detrás de la oreja. Después viene hacia la frente, con fuertes latidos. Antes del dolor siento que la visión disminuye. No tengo náuseas ni vómitos. En los exámenes clínicos no me han encontrado nada anormal”.

          Quise saber si el nerviosismo o la menstruación provocaban o intensificaban el dolor.

          “Cuando quedo muy nerviosa el dolor aparece, pero si ya lo tengo, aumenta su intensidad. La mayoría de las veces, surge con violencia aunque me sienta tranquila. Otras, despierto en la madrugada con unos latidos intensos en la cabeza. Tengo crisis de dolor, tanto en el período menstrual como fuera de él”.

          “¿En cuanto a la alimentación?” pregunté. “¿Hay relación entre ella y el dolor?”

          “Como de todo y no me hace daño”, respondió ella.

          Continué indagando.

          “¿En su familia hay casos de cefalea semejante al suyo?

          “Mi madre tiene algo parecido, pero no son tan fuertes”.

          “Creo haber entendido su caso y la puedo orientar. Antes ha de hacer un exámen clínico general y neurológico”, afirmé.

          El exámen físico de la paciente no reveló nada anormal. Los exámenes complementarios eran enteramente normales.

          Le aclaré a la paciente: “La persona que le recomendó me visitara debe haberle dicho que mi tratamiento es esencialmente dietético”.

          “La experiencia muestra que un alimento tal vez origine síntomas clínicos o enfermedades después de varios meses, hasta años, de una ingestión asidua. Las reacciones surgen en cualquier órgano; no es raro que el sistema nervioso sea dañado. La reacción es semejante a una alergia, cuando cualquier órgano es sensibilizado por las sustancias propias del metabolismo de los alimentos”.

          “La sensibilidad anormal, constituye el “terreno” sobre el cual actúan otros factores como el nerviosismo, la menstruación, el cansancio físico y mental, alteraciones hormonales como hipoglucemia, tensión pre-menstrual, menopausia, infecciones y otros. Entretanto, incluso en ausencia de esos factores accesorios, la sensibilidad por sí misma basta para causar dolor”.

          Pasé a preguntarle por su dieta alimenticia. El conocimiento de los hábitos alimentarios es importante, pues la sensibilización se mantiene precisamente debido a la ingestión constante de ciertos productos. Según ella, los alimentos eran los de cualquier hogar de clase media: arroz, legumbres, carne, leche, pan, huevos, etc.

          ¿Come usted productos enlatados e industrializados, como dulces, helados, chocolate, café, embutidos, frituras? pregunté.

          La respuesta fue afirmativa.

          ¿Ha notado alguna relación entre las crisis y la ingesta de café o chocolate? Ambos son grandes provocadores de jaqueca”.

          “No. Hasta ahora, no he observado nada”, respondió.

          ¿Cuáles son sus preferencias? seguí interrogando.

          Ella me contestó que le gustaba mucho comer carnes, huevos y pan.

          “Vamos a partir de una dieta que los excluya. Ya que las crisis se suceden cada diez días, el régimen tendrá esa duración, tiempo suficiente para evaluar si alguno de ellos le hace daño”.

          El tratamiento nutricional y ecológico de la jaqueca no ha conseguido el lugar que merece . Médicos y pacientes no le dan ningún crédito, porque la enfermedad es muy “caprichosa” y los fracasos son comunes.

          Aceptando el principio de que la mayoría de los casos de jaqueca tienen origen en la sensibilización del organismo a los alimentos y substancias químicas originales del medio ambiente, existe una tendencia a distinguir dos tipos de sensibilidades:

          TIPO 1.- Sensibilización clásica en la cual el asma, urticaria y rinitis son manifestaciones comunes. Tales enfermedades responden en buena parte a los medicamentos antialérgicos existentes. Los enfermos son sensibles al polvo casero, polen, pelos de animales, tejidos como la lana, picadas de abejas y algunos alimentos. Síntomas comunes: estornudos, goteo nasal, dificultades respiratorias, tos, alteraciones en la piel (picazón, hinchazón, eczemas, manchas). Nariz, vías respiratorias y piel generalmente son el blanco del problema. Le siguen los problemas oculares, auriculares, digestivos, musculares, del sistema nervioso y otros.

          TIPO 2.- Personas cuya sensibilidad viene de los productos químicos del ambiente y aditivos alimentarios. Los síntomas, que a veces llevan años para revelarse, son varios. El mecanismo parece diferente al del Tipo 1, y la jaqueca se manifiesta con prontitud. Además, hay cefalea tensional, irritabilidad, sensación crónica de cansacio, depresión, insomnio, somnolencia, alucinaciones y convulsiones.

          La dieta puede determinar cuatro reacciones diferentes de sensibilización, que encajan tanto en el Tipo 1 como en el Tipo 2.

          Reacción fija.- Aparece toda vez que el indivíduo ingiere el alimento. Si se tiene dolor de cabeza debido al chocolate, sentirá el malestar cada vez que se coma esta golosina. La reación clínica puede aparecer media hora después o demorar hasta 48 horas.

          Reacción acumulativa.- El enfermo solamente tiene problemas cuando come grandes cantidades de alimentos. Si la cefalea viene del chocolate necesita comer mucho durante varios días, para que sobrevenga el dolor. La condición es de difícil diagnóstico, porque el intervalo entre una crisis y otra puede alargarse.

          Reacción variable.- El mismo alimento puede provocar síntomas diferentes, dependiendo de su combinación con otros factores. Por ejemplo: si la persona es sensible al chocolate y lo come aisladamente, no tiene problemas; pero, si estuviere en un ambiente con olor a gasolina, siente dolor. De la misma forma, en otra situación si ingiere solamente chocolate, estará en condiciones normales, pero si lo combina con pan, tendrá problemas intestinales.

          Como se ve, la condición permite innumerables combinaciones, exigiendo mucha perspicacia y paciencia. Tanto la reacción acumulativa como variable pueden ser debidas a los dos tipos de sensibilización.

          Reacción de dependencia.-  El cuadro se asemeja a la dependencia de una droga, del alcohol o del cigarro: el paciente precisa del alimento. En su ausencia, sufre síntomas de abstinencia como malestar, nerviosismo y otros. Dulces, salados, frituras, pastas, quesos, café, refrescos, se incluyen en la lista de los “viciosos”. Yo he encontrado en mi consulta algunos pacientes en los cuales no fue posible hacer una investigación dietética, porque preferían seguir tomando medicamentos antes de abandonar sus alimentos predilectos.

          Pasadas dos semanas la paciente volvió a la consulta.

          “No fue fácil, pero seguí sus consejos. Estoy sorprendida porque el dolor de cabeza ha desaparecido después de tres días de dieta. ¿Es posible que mi jaqueca sea debida a la carne, los huevos y el pan?”

          Respondí que había que hacer una nueva evaluación.

          “Vamos a pasar a una segunda fase, que será la tentativa de identificar el alimento o alimentos responsables del dolor. Vuelva a comer de todo. Pero, atención: solamente uno de los sospechosos cada vez. Creo que tres día serán suficientes. Lo hará así: coma carne durante tres días. Si no observa reacción alguna, incluya la carne en su menú y pase al alimento siguiente. Si hubiera problema con la carne, la retira de su dieta y comience a probar con otro alimento. Y así sucesivamente. Vuelva dentro de un mes. Caso de novedad, me telefonea”.

          Después de 20 días la paciente volvió Con todos los alimentos le iba bien, menos con la carne y los huevos. Le pedí que continuase.

          No todos los casos de jaqueca son tan objetivos como este, permitiendo un rápido diagnóstico y tratamiento. Existen asociaciones de alimentos con aditivos químicos, reacciones a sustancias químicas y el cruce de diversos tipos de ellos, haciendo compleja la tarea del médico.

          Exámenes de laboratorio que existen para el diagnóstico de las alergias alimentarias o ambientales, exámenes citotóxicos, pruebas cutáneas, sublinguares y otros, generalmente presentan resultados dudosos, especialmente para los casos del Tipo 2.

          Lo mejor es que si sufre de jaqueca, observe si algunos alimentos, bebida o combinaciones de elementos (alcohol y luces que parpadean), provocan la jaqueca. Cualquier desconfianza debe ser comprobada, para poder liberarse del problema.

 

                                                                     Salvador Navarro Zamorano

                                                                     Especialista de Homeopatía.

 

 

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